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Un rubí en el rio por la-Monge

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Notas del capitulo: weeeeno, aki ta el tercer cap!!
heheehe por fin, ia nomas falta uno y se acava!!!
bueno... solo puedo decir.. perdon por tardar tanto xD, tengo un montonsillo de cosas pendientes y.. gueno... lo s dejo mejor... heheh, ojala les guste ^^

La calma ya le sobrecogía, sus amigos ya se habían marchado y el dormía sentado cómodamente en su sillón con ambos brazos abiertos sobre el respaldo frente a el televisor encendido, sus ronquidos eran muy ligeros y casi inaudibles. Aquel resplandeciente televisor ya llevaba horas prendido, pero ya nadie le veía, contando ya con pura programación comercial.

Quien sabe cuanto tiempo llevaría dormido, pero realmente se sentía cómodo, en paz, tranquilo. Pero... sin previo aviso sintió algo al lado derecho de su cuerpo, algo que le perturbo aquel lindo descansar.

Instantáneamente abrió sus párpados dejando ver su oscuro mirar y dio un pequeño, muy pequeño salto en su lugar, mas por sorpresa que por otra cosa y se percato de el cuerpo que se acomodaba tímida y descuidadamente al lado del suyo, bajo su brazo.

Era Gaara, quien se acerco a aquel inconsciente chico sobre el sofá en medio de la noche y un impulso para él desconocido lo llevo a querer reposar al lado suyo, importándole muy poco el hecho de que hace apenas unos pocos instantes se había levantado de su propia cama. Con el mayor cuidado que pudo se acerco al cuerpo de Lee y se posiciono a su lado, bajo su tibio regazo, cual minino en busca de un mimo, de un cariño; sus párpados se cerraron al sentir la calidez del pelinegro, su cuerpo se contrajo lo mas que pudo, subió sus pies al sillón y posiciono sus manos al frente, una en su pecho y otra en el de Lee, mientras su cara reposaba ya sin discreción alguna sobre su hombro.

Aún con la sorpresa inicial que mostró Lee, Gaara ni siquiera precio darse cuenta, o tomarle importancia. Su rostro se suavizo casi al instante, no podía negarse que un tierno y ligero sonrojo se apodero de sus mejillas. Contadas habían sido las veces en que aquel pelirrojo se había acercado tanto, pero... era tan reconfortante tenerle cerca... sentir su respiración, sentir ese quien sabe que en su estomago, creando un vació tremendo que al final terminaba no siendo tan malo como se escuchaba.

Después de que pasaran unos cinco minutos del silencio mas hermoso que ambos hubieran presenciado un pensamiento invadió la mente del mayor, definitivamente no podía dejar de ser el mismo, no importaba la situación...y a veces, esto no le agradaba mucho.

- ¿Gaara-kun... ya comiste?- fue lo que rompió el silencio; sinceramente le preocupaba, desde ya hacia muchas horas no probaba nada que él supiera, así que para acallar su conciencia tuvo que cortar con esas burdas palabras el momento.

Gaara ni siquiera se sorprendió, desde el primer momento se percató de que Lee había despertado, así que sin ninguna expresión en su blanquecino rostro solo negó suavemente con su cabeza, ni siquiera abrió los ojos; el hambre todavía no era el suficiente como para que valiera la pena perder aquel momento.

Lee al notarlo se sacudió el sueño e hizo amago de levantarse de aquel confortable lugar para traerle su comida al hermoso pelirrojo que se retozaba en su cuerpo, que le llenaba de calidez, que le hacia sentir que se corazón saldría en cualquier momento huyendo por el exceso de trabajo que le obligaba aquel ojiverde hacer con solo acercarse. Gaara al sentir el movimiento de el ojinegro abrió sus ojos aguamarina y solo atino en estrujar las ropas negras que estaban frente a el, deteniendo así al otro chico, dirigió su mirar al mayor quien le observaba con un rostro que no expresaba otra cosa sino ligera confusión, pero a diferencia, Gaara le regalo una de esas miradas profundas, de esas que le traspasaba y sin siquiera parpadear tiro de su camisa de nuevo. Así se mantuvieron por unos segundos, sin siquiera moverse un milímetro, casi sin parpadear; hasta que el pelirrojo cerro sus ojos y recostó de nuevo su cara en el pecho de Lee, honestamente lo ultimo que quería es que aquel instante se convirtiera en algo tenso e incomodo, así que prefirió ceder un poco.

-... No, no he comido ...pero no tengo hambre- dijo, ya que de sobra sabia que Lee no se conformaba con solo indirectas, y también sabia que esta respuesta no le aria cambiar de decisión.

-P-Pero... Gaara san, ya llevas mucho tiempo sin comer, de hecho desde el desayuno no has probado nada, y ya es muy noche; ahí te guarde algo de mi spaghetti y pizza en un plato, que esta en la cocina, déjame lo traigo en un segundo.- con una delicada sonrisa finalizo el comentario que no daba derecho a replica ... o al menos eso se suponía.

- ...Yo iré entonces- se escucho; el pelirrojo con un muy ligero empujón le dio a entender a Lee que no quería que se moviera... ¿ porque no entendía que lo ultimo que quería era causarle mas molestias?. Se incorporo bajo la fija y aun poco confundida de Lee, que con ojos muy grandes y labios entreabiertos no le dejaba de observar, Gaara también le dedico una significativa mirada directo a los ojos, no quería perderse en ellos de nuevo, así que mejor opto por retirarse a la cocina por su comida.

El pelirrojo, aunque si, muy callado y silencioso, meditaba mucho sobre como era su vida en ese lugar, en como era Lee, en como le trataba, en como reaccionaba, en como todos los días le hacia sentir bien, y cada día, uno tras otro le hacia sentir crecer algo en su pecho, algo intenso y tibio que temía no poder controlar. Pero también pensaba mucho en sus propias reacciones al estar con el, en sus reacciones al escuchar su tersa y siempre amigable voz, en sus reacciones al ver sus ojos, en sus reacciones al solo sentir su presencia; llegaba al punto de casi desconocerse, meses antes no le habrían importado los mas mínimo sus sentimientos, y mucho menos le hubiera mortificado llegar a molestarle; aún seguía siendo una persona fría y algo distante, lo sabia, lo sabia a la perfección, pero si comparaba lo que fue su antiguo “yo” y el de ahora, había cambiado mucho... pero bien sabia, lo tenia claro, que solo Lee, ese chico de ojos gigantes y expresivos, de una sonrisa permanente en su presencia, de ese corazo de oro que le dejaba entrar, o al menos le dejaba percibir su eterno brillo; solo él podía hacerle cambiar por completo, sacar lo mejor de sí mismo... claro lo sabia, si frente a el se parara otra persona, quien fuera, seria el mismo que alguna vez, y eso tenia un porque censillo y claro...

Porque no era Lee

Y por esta sencilla razón no le importaba en absoluto ninguna otra persona en el maldito universo... ¿podría quedar mas claro?

Incursiono en la cocina ya ahí estaba a la vista, sin nada a su alrededor, un plato de porcelana grande, lo cubría una tapadera de metal verde opaco que dejaba salir una esquina de lo que seguramente seria pizza, inevitablemente cruzo un pensamiento en su mente:

-“se acordó de mi auque estuviera con sus amigos”- ciertamente fue accidental; sacudió fuertemente su cabeza, esos pensamientos auque muy reconfortantes, le hacían volver al punto anterior, ¿cómo podía ser que el, precisamente el pensara esas cosas tan fuera de sí?. Volvió su vista de nuevo a aquel cubierto recipiente y no pudo evitar medio sonreír, y por su propio bien, mejor se dirigió al él y lo tomo para retirarse de vuelta a la sala donde sabia le esperaban, ya se conocía, y sabia que podría durar horas enteras meditando frente a aquel plato frió.

Entro a la sala, ya con el plato de comida fría en mano, había tenido demasiada peraza como para introducirla al horno microondas, así que dedujo que no se destruiría el mundo si comía frió.

Ahí, en la sala, sen encontraba Lee todavía en el sofá, solo que a diferencia de lo que Gaara imaginaba cayo en los brazos del dios Morfeo de nuevo, recargado en el respaldo pero con su cabeza baja; se acerco silenciosamente, mejor seria apagar la televisión para que Lee pudiese dormir tranquilo, tomo delicadamente el control remoto con sus delgados dedos y apago aquel aparato, procedió a sentarse a un lado de el pelinegro, pero esta vez procurando no molestarle ni siquiera por error, dejo su plato de comida sobre sus piernas y se dedico a observar al chico que descansaba a su lado, escuchando sus leves ronquidos, siguiendo el ritmo de su acompasada respiración, deleitándose con aquella visión, es que...

-“...Parece un ángel... tal vez es decir mucho.... pero definitivamente tiene algo angelical”-

Pasados unos instantes de silencio total y una penetrante mirada del pelirrojo que no se separaba del otro ni siquiera un segundo. Lee comenzó a despertar titubeantemente, talvez sería por la mirada que sentía sobre el, o tal vez porque la presencia tan añorada estaba a un lado suyo, o porque termino su sueño... o simplemente porque si.

Pero cierto era que al momento de que Lee comenzó a abrir sus orbes su mirar se enfoco sin siquiera tardar un segundo en el chico que le seguía mirando sin pudor o recato alguno, y con su rostro aun algo adormilado le regalo una sonrisa poco perezosa pero definitivamente sincera y pura, como todas las que le había regalado desde siempre, misma que después de un instante desprecio gracias a un inoportuno bostezo. Después de este, Lee se incorporo un poco y su sonrisa volvió a su rostro ya mas conciente, con su mano izquierda se rascaba su nuca mientras miraba como Gaara comía pacientemente. Ya desde hace unos segundos había dejado de observar a Lee; tampoco perdería su característica indiferencia, claro, con Lee cambaba, pero invariablemente Gaara era Gaara y su comportamiento básico seria muy difícil que cambiara. Ahora Lee era quien miraba sin cesar al otro, casi hipnotizado por sus controlados movimientos, por sus ojos que se entrecerraban mirando lo que introducía en su boca con tal tranquilidad que parecía haber pedido la conciencia del tiempo de nuevo con solo ver eso.

- ¿C-como dormiste?- termino preguntando para no hacer el ambiente muy tenso, una vez mas ese maldito tartamudeo que nunca le abandonaba cuando hablaba con Gaara, ¿por qué tenia que descontrolarlo de esa manera?

-... bien- dijo con su siempre paciencia y control al hablar – no sentí cuando te fuiste, tampoco cuando se fueron tus amigos...- el pelirrojo bajo un poco la mirada volviéndola a su plato y un ligero sonrojo se apodero de sus mejillas y paso lo impensable- ...p-pero- Lee abrió los ojos a mas no poder, sus labios se entreabrieron y sus mejillas se sonrojaron notoriamente... Gaara...¿Gaara había tartamudeado?... ¡esto ya era algo increíble! -... Gracias por haberme guardado algo de comida... no debiste-

- Gaara-san, por favor- su mano se poso suavemente sobre el sedoso y revuelto cabello, rojizo como la sangre y aun con eso infinitamente hermoso- no lo agradezcas, como podía no recordar eso, así estuviera a un paso de la muerte, siempre estarás en mis pensamientos, antes que nada y nadie, nunca vuelvas a ponerlo en duda, si de algo puedes estar seguro es de eso, además, vamos, es solo comida, no es la gran cosa, no tienes que ser tan dramático, jeje- dijo terminando, Gaara se mantuvo mirando su plato durante todo aquel hermoso pensamiento.

-no... yo no soy dramático- musito mirando de reojo al radiante joven a su lado, regalándole una mirada sumamente fría y cortante... lastima que tenia ese sonrojo que daba al traste con toda su intención de verse peligroso.

-... jajajajaja!!, ya lo se, solo quería molestarte un poco... discúlpame. Es que encontré muy lindo el verte al despertar, no pude resistir el intentar que tus mejillas se tiñeran... espero por favor me puedas perdonar.- agacho su cabeza en signo de una disculpa, además que servia también muy bien para ocultar su propio sonrojo.

Realmente ambos se sentían unos completos tontos, hasta Gaara, quien en cierta manera tenia ganas de golpear a Lee por hacerle ese tipo de chistecitos... como los odiaba, además, había quedado sin palabras, todas aquellas cosas que salieron de entre sus labios habían sido tan sinceras, tan puras, tan lindas, tan... tan valiosas para el. Lee por su parte habia dicho aquellas palabras con total verdad, nunca antes tuvo la oportunidad de decírselas porque no encontraba el momento y ahora que las había dicho se sentía... extraño, talvez... ya que se escuchaba, comprendió el cariño tan excesivamente inmenso que le tenia al mas joven, mas de lo que nunca había querido a nadie, porque ahora que se perdía en esos ojos azulados, apresado por esa mirada que lo congelaba

...

¿a este cariño tan grande se le podría llamar...

amor?

...No lo sabia... ya tendría tiempo para aclarar sus ideas.

Un recuerdo afecto a su memoria y le hizo parpadear. Gaara ya terminaba de comer de comer y coloco el plato vacío sobre una pequeña mesita que se encontraba frente a ellos, entre el sillón y el televisor, procedió con toda confianza a quitar la mano de Lee de su cabeza y la poso sobre su hombro, de nuevo se coloco debajo de su brazo, apegándose al cuerpo del otro, de nuevo cerro sus ojos, Lee se acomodo un poco, ambos estaban ahora si en paz y comodidad.

- ...Te quedo bueno el spaghetti...- expreso el pelirrojo sin inmutarse un poco, reconociendo el buen sabor del mismo

- te dije que estaría delicioso- esbozo una sonrisa... él también lo sabia. Suspiro sonoramente - ... ya que lo hagas tú sabrá mas delicioso aún-

Como única respuesta Gaara también suspiro sonoramente... mejor seria no discutirlo...de todos modos ninguno le daría la razón al otro, así que mejor con un pequeño movimiento se acomodo mas al lado del tibio y reconfortante cuerpo junto a el.

Lee se mantuvo pensativo, por algún chispazo en su cerebro recordó todo lo que había pasado el día anterior, la verdad no le era muy grato, pero no le fue posible evitarlo. Y los recuerdos le bombardearon, imágenes, voces, palabras proferidas, miradas profundas y cargadas de sentimiento... eso mismo desde antes de dormir le había inquietado... ¿por qué después de unos pequeños momentos después de que Naruto intento hacerle... eso a su precioso Gaara, parecía como si no hubiera pasado nada? ¿por qué al pasar un poco el tiempo su rostro ya no mostraba ese dolor que a cualquiera le acogería?

Esta bien, realmente le agradaba muchísimo la idea de que al momento de aquel abrazo hubiese logrado desaparecer todo el dolor que seguro sentía Gaara en ese momento apretujando su corazón, pudo notarlo en su cara, pudo sentirlo al estrechar su esbelto cuerpo, y aunque la idea inicial era infinitamente hermosa, romántica, cual relato mágico, debía caer en cuenta que no estaba en uno y que, por mucho que le pesara, todo tenia una razón, un fondo, algo detrás... el lo sabia bien, suponía que podría haber pasado... bueno, no; pero podía imaginar que no fue algo sencillo... pero si ya estaba aceptando tales sentimientos tan fuertes hacia aquel hermoso joven solo quería saber que fue de él; obviamente lo que dijera no cambiaria en absoluto su sentir, solo que al estar abrazándole en la tarde, sin siquiera saber que decir, sin poder buscar una palabra que supiera correcta para hacerle sentir mejor, sintió una tremenda impotencia; y al menos quería tener con ello la posibilidad de decirle algo que en verdad pudiera reconfortar su alma, o siquiera comprender que cosas se debía manejar con mas delicadeza, el sabia que el mismo no era una de esas personas que hablaban por hablar, solo que en verdad quería que sus palabras expresaran y valieran mas para el pelirrojo que el lugar donde escondía una etiqueta de una lata de puré de tomate.

-Gaara-san – hablo al fin moviendo un poco la mano que estaba sobre el hombro derecho del chico- ¿q-que paso.... antes?- finalizo un poco cohibido. Entendía completamente que probablemente el otro no le respondería esta vez y talvez no lo haría la siguiente, ni la siguiente, pero al menos ya estaría conciente de que le importaba.

Gaara ni siquiera movía alguna parte de su ser ante la pregunta, ni siquiera se mostró impactado, o molesto; ni siquiera abrió los ojos, seguía en la misma pose, como si eso no tuviera la mayor importancia, cosa que desubico a Lee.

-... nada... solo me levante y fui a la cocina por la comida... lo acepto, no la calenté. Y cuando volví ya estabas dormido- termino sin mas.

-ah!... esto- definitivamente eso no había sido previsto, y con un poco mas de nervio siguió- jeje, no Gaara-san... yo me refería a... mmmm- esta vez Gaara abrió sus ojos y se incorporo un poco para encarar a quien le hablaba, logro sentir lo tenso que se puso de buenas a primeras su cuerpo y su voz ya estaba mucho mas nerviosa que de costumbre- ¿p-podría yo saber... saber que fue de ti antes de que vinieras a vivir aquí conmigo?... ya-ya se que es muy atrevido de mi parte preguntarte esto así, p-perdóname por favor... y... y si no quieres contestarme yo comprenderé-.

Definitivamente se quedo... sin palabras... ¿qué decir?. Nunca nadie en su vida se había interesado en el.... y menos en eso... a Lee no podía mentirle, pero talvez el lo aceptaría...¿y si lo rechazaba? ¿y si lo regresaba?... pero no... Lee no es así. Honestamente Gaara nunca creyó que llegaría este día, y para su tranquilidad hubiera preferido que nunca lo hiciera... ya que lo pensaba... nunca ahondaba mucho en sus recuerdos... nunca que recordara buscaba momentos en su memoria, realmente no había necesidad de ello, generalmente aparecían por si solos, o en el mejor de los casos se escondían.

Ahí se encontraba, sin moverse, mirando a Lee con los ojos extremadamente abiertos, su rostro era totalmente indescifrable, sus ojos apenas se movían pequeñísimos instantes, pero no se separaban de los de Lee, parecía buscar algo en ellos... así duró lo que parecieron unos doscientos años y solo fueron a lo más dos minutos, sin que nada emanara un sonido, sin que nada se moviera un milímetro, solo con ellos apenas parpadeando

... lo haría

... por Lee lo haría

... sin importar lo difícil o doloroso

Rodó sus ojos hacia abajo, entrecerrándolos con sus oscuros párpados un poco, no bajo su rostro. Sintió como una tersa mano se posaba delicadamente en su mejilla, instantáneamente levanto sus ojos para chocar con los otros, y como siempre... porque... ¿por qué tenían que ser tan hermosos?, lo atrapaban demasiado, mucho para su gusto, pero esa tibieza que le regalaban, era casi la peor de las manipulaciones el solo mirarle. Esa mano paso a encontrar a las suyas.

EL pelirrojo al sentirlo sonrió con la mirada ahora enfocada en aquellas manos, recordó ese primer día, probablemente nunca lo olvidaría, recordó todas aquellas palabras, sin omitir una sola, recordó como esa cara de inocencia y cariño seguía sin borrarse desde entonces hasta ahora, recordó aquella llave que se le fue entregada solo con el “nunca me arrepentiré de haber estado ahí” y recodaba todavía aquella primera sonrisa tan hermosa que le regalo entre tanta gente.

- Y-yo... – se le notaba nervioso- Yo mate a mi madre cuando nací, no recuerdo el nombre de ella, tampoco su rostro- y así comenzó levantando la mirada y de nuevo viendo los ojos de Lee, cuales estaban mas que receptivos.

-Vivía en una ciudad rodeada de desierto, de ahí supongo escogieron lo que se diría como mi “apellido”. Desde que recuerdo mi padre me echaba en cara cada día que yo fui el culpable de la muerte de mi madre, que yo tenia la culpa de que ella hubiera muerto, decía que hubiera preferido miles de veces que yo hubiera sido quien muriera en su lugar... probablemente eso habría sido mejor...-

-no... Gaara-san- interrumpió el relato de Gaara y así mismo él fue interrumpido al recibir una mirada se podía decir reprobadora de Gaara, ante lo cual solo inclino su cabeza en forma de disculpa – perdón-.

- Tengo... o tuve... dos hermanos mayores, a ellos no los recuerdo muy bien, no los dejaban acercarse a mi, no se porque, pero yo siempre jugaba solo en el patio... a quien si recuerdo bien es a mi padre, a el no lo podré olvidar. Recuerdo muy bien un día... en especial... cuando cumplí mis primeros seis años por primera vez vi movimiento en la enorme casa en que vivíamos... la verdad no se en que trabajaba él, algo de gobierno... o algo así... pero me alegré, apenas solo se había acordado de ese día una vez, pero nunca me lo festejaron, y como vi todo aquel movimiento de gente entrando y platicando con papá pensé que me harían una fiesta como las de mis hermanos, donde no me dejaban salir.- Ese mismo día me hablo hacia la puerta principal, claro que fui, y lo encontré con otro señor que estaba recargado en el marco de la puerta... un hombre de cabellos blancos, recuerdo que era muy grande y tenia unas extrañas líneas rojas que salían de sus ojos y marcaban sus cachetes... mi padre me dijo que siguiera al señor... dijo que-

Aquí paro un poco, como si los recuerdos ya le hubieran inundado por completo, no miraba a Lee, de hecho sus ojos se dirigían a las manos entrelazadas, pero su vista parecía realmente no mirar nada, como si solo divagara. A sus orbes se les notaba muy claramente con lagrimas encerradas, totalmente humedecidos, ahogados... pero ni una se atrevía a salir.

- ...no me haría daño-

Cerro sus oscuros párpados, talvez para hacer mejor memoria... o para evitar las lagrimas ... esto no hizo menos que dejar aun mas intrigado a Lee, ahora con su rostro entristecido.

- ...ese hombre me llevo en su auto por horas a quién sabe donde... recuerdo que... me metió en una casa y de ahí a una habitación oscura...encendió las luces y no había mas que una cama... –

Sonoramente trago saliva, frunció su seño y apretó los ojos... eso que tanto había escondido ahora salía por primera vez... nunca pensó que fuera tan vívido...tras un marcado silencio continuo

- yo estaba confundido... no entendía que hacíamos allí, recuerdo la extrañeza que sentí al verlo empujarme un poco suavemente para hacerme entrar a la habitación, para después cerrar la puerta... ... sin previo aviso me aventó a la cama y comenzó a... a... a tocarme...- su ojos de nuevo se entreabrieron, su rostro empalideció mas de lo normal, sus antiguamente ligeramente sonrosados labios ahora ni siquiera se distinguían del resto de su piel, sus ojos ya no miraban nada, solo se perdían inclinados hacia abajo en la nada, las manos de ambos chicos seguían suavemente entrelazadas y Lee mantenía un semblante ligeramente entristecido, pero en el se percibía claramente lo conmovido que se sentía. Al escuchar cada una de las palabras que emitía el pelirrojo era como si estrujaran su propio corazón, no pensaba en esto... pero en realidad lo abrigaba.

- ... ... n-no le importo que me lastimara... o... o que tanto peleara.... o gritara... o rogara... o llorara... el nunca paró, no se cuanto tiempo fue- soltó un sonoro respiro-... la verdad no me interesa, solo recuerdo que quede inconsciente en algún momento. Desperté en casa, en mi habitación... me reconforto el ver a mi padre a un lado de la cama, el nunca fue cariñoso conmigo, pero realmente me sentí feliz al verle cerca, le abrace y llore de nuevo... no había olvidado ni dudado de lo que había pasado...jum, de hecho hasta la fecha no lo olvido....después el me comenzó a decir que...-

Enseguida se desaparecieron las palabras, Lee noto claramente las intenciones del pelirrojo de continuar, pero le dejaría tomar su tiempo, esto realmente se había puesto peor de lo que nunca pudo haber imaginado, por un instante, entre todo ese silencio paso por su cabeza detener aquel relato pues se notaba en el rostro y en los ojos claros de Gaara como estaba sufriendo, y también a él le estaba comenzando a afectar de sobremanera. Pero de ninguna manera lo haría, porque apenas hasta esta noche Gaara había logrado mostrarle sus sentimientos, así que no lo detendría por ningún motivo, a menos que el mismo Gaara fuera quien quisiera parar aquello; de otra forma quien sabe hasta cuando podría volver a revelar algo así, y claro tenia que si él querría sacar de nuevo el tema a la luz, seria una enorme grosería para el mas joven...y después de unos instantes volvió el sonido a salir de entre los empalidecidos labios del pelirrojo.

- ... que no se me ocurriera decirle nada a mis hermanos, que me tomarían por loco, que a cualquiera que le dijera lo tomaría así; que mi palabra no seria escuchada, y si intentaba decirle a uno de ellos lo que havia pasado él se encargaría de mi... también me dijo que aquel horrible hombre volvería ese mismo día, y que de ahí en adelante me llevaría durante las noches a diario...- un vació escalofriante se formo en el estomago del pelirrojo

- y como lo menciono, él volvió... grite cuanto pude pero no logre hacer nada para evitar que me llevara, esa segunda vez me llevo a una casa donde había muchos mas niños.... miraba que se los llevaban algunos hombre a habitaciones, hasta que a mi me toco... hacían lo mismo que aquel hombre me hizo. Me llevaban de vuelta a casa en la mañana, a veces notaba como mi padre recibía algo de dinero... nunca pregunte; aquella primera vez que volví escuche a mi padre hablando con mis hermanos, diciéndoles algo así como que yo tenia problemas mentales y que por eso gritaba ese tipo de cosas, y que probablemente las seguiría haciendo, así que mejor era que no me hicieran caso... varias veces mi papá me golpeo horriblemente porque le intente decir a mis hermanos lo que me pasaba, pero de todos modos... mi palabra no valía... en absoluto. Todas las noches me llevaba aquel hombre para traerme en la mañana, llegue al punto de resignarme... y ya no peleaba... de ahí... -parpadeo un par de veces- no recuerdo muy bien, las memorias son como algo borrosas, pero siempre era lo mismo de ahí hasta mis doce años, ahí fue cuando, supongo, mi padre dejo de soportarme, así que.... no se... pensé que seria un día normal, como cualquier otro, pero ya no me devolvieron a casa, me dieron una habitación, y encerrado me mandaban comida, me dijo el gigantesco hombre de cabellos blancos... recuerdo su enorme sonrisa... que mi padre me vendió con él y que me olvidara de volver con mi familia... curiosamente no me afecto mucho... de hecho ya tenia cierta inmunidad a los sentimientos, o al menos, demostrarlos, talvez porque nunca me apegue lo suficiente con mis hermanos o con mi padre no me hizo efecto e dolor que supongo debí sentir-

No lo pudo resistir mas, sus cristalinas lagrimas comenzaron a correr sobre sus mejillas, abandonando sus ojos en un desesperado acto de tristeza e impotencia, como si de algo sirviera cerro sus párpados y los apretó , en su cara ya se dibujaba tambien una mueca nítida de el dolor profundo, agacho si cabeza, dejando que sus oscuros y brillantes cabellos taparan sus ojos... hasta perecía que sus hebras habían perdido un poco de aquel brillo que siempre le acompañaba.

- Creo que... lo que resta son cosas que eran siempre de rutina, levantarme, limpiar mi habitación, o como se le llamara, lavar sabanas, limpiar fuera el establecimiento, desayunar, y de ahí comenzar a arreglarme para la noche que vendría y seguir limpiando el lugar... y claro... para lo que sirvo....cada día era lo mismo... probablemente por eso no encuentro detalles...claro... hasta que me compraste... o conseguiste... lo que sea, de hecho, creo que tres días antes me habían puesto ya a la venta, según me dijeron era porque ya era mayor de edad, y ya pertenecería a otro mercado – suspiro- creo que con eso es suficiente... o al menos lo que recuerdo... espero que sirviera de algo.- concluyo cerrando sus ojos de nuevo.

Y pensando en todo aquello que havia recordado... detestaba su vida.... sus intentos suicidas siempre habían sido impedidos... hoy se arrepentía de ellos, porque así no habría podido conocer a Lee y todo eso que le hacia sentir.

Nunca se había puesto a reflexionar sobre su propia historia... siempre había sido todo tan mecánico, nunca había habido necesidad de rememorar... aun seguía sin entender porque Lee pregunto por ella, no le encontraba utilidad saber toda esa basura... pero si Lee lo había querido... el no era quien para negarle algo a aquel angelical ser.

... Cuando al pelirrojo le prostituian, a él apenas le comenzaba su padre a enseñar a andar en bicicleta... cuando a Gaara lo vendieron a su suerte, probablemente él daba su primera declaración de amor a la chica que le gustaba, y recibía su primer rechazo rotundo... cuando él estudiaba, probablemente el ojiverde era obligado a hacer cosas que no quería, a sentir cosas que al final le lastimaban... Lee tanto que adoraba... no, que amaba a su padre, y el de Gaara... el padre de Gaara... era tanto el coraje... la impotencia encerrada... ¿por qué le tenia que pasar a él? ¿por qué precisamente a él que no tenia la culpa de nada? ¿por qué fue destinado a eso? ...

¿por qué no pudo encontrarlo dos días antes?...

¿por qué no pudo hacer nada para evitar el sufrimiento que él sintió?... ¿por qué le dolita tanto la idea de que talvez no pudiera hacer nada para aminorar ese dolor? ¿ porque sentía que el dolor de su vida entera era nada comparado con lo que sufrió Gaara en un día?... ¿exactamente por que quería que le diera un poco de su dolor? ¿porque quería cargar con el dolor de otra persona?...la verdad... no sabría si obtendría respuestas.

Y fue totalmente inevitable, se ahogo con su llanto, haciéndose escuchar sin querer por el otro, quien al instante levanto su cabeza para saciar su curiosidad, súbitamente Lee se abalanzo sobre el otro, abrazándole intensamente, con su rostro completamente lleno de lagrimas, pero por la rapidez de la acción el pelirrojo fue incapaz de notarlo.

... Ya entendía todo.. ya entendía el porque de su primer acción en su casa sobre su cama...era toda una vida de lo mismo... no podía esperar algo diferente.... ahora entendía todas esas caras de extrañeza que siempre le regalaba... toda esa falta de sentimiento demostrado en su faz... ahora entendía ese silencio que siempre le acompañaba... ahora entendía el porque de sus siempre escasas palabras, simplemente no había nada de que platicar....pero mas que nada sentía algo que le apretujaba el pecho. Recordando todas aquellas veces en las que Gaara se perdía en si mismo, cuando se quedaba mirando a la nada, en total silencio, si siquiera moverse.... probablemente en esos instantes talvez él .... recordaba... si hubiera sabido, si hubiera podio distraerlo en esos instantes, para evitar... pero, él como iba a saber....

-“¡¡maldición!!... ¿porque?”- prácticamente se auto-flagelaba en sus adentros.

- L-Lee... – alcanzo a decir el mas chico, un tanto impactado por aquella acción tan poco esperada, no estaba exactamente seguro de responder aquella acción... honestamente no le encontraba sentido, ¿por qué lo abrazaba?, él era quien había pasado por eso, no Lee, además que... .... espera... ¿acababa de sentir humedad en su hombro?... ¿Lee estaba llorando? ¿no lo había notado?... p-pero ¿por qué?

Su llanto parecía no querer cesar, de hecho cada vez se hacia mas intenso, su respiración se dificultaba de sobremanera, espasmos ahora le invadían, sus labios temblaban, su rostro se encontraba mojado, y las lagrimas no dejaban de correr, por mas que apretara sus párpados, de hecho no solo sus sensaciones eran externas, ahora en su estomago sentía un enorme vacío, su corazón sentía tanta presión que dolía y su mente... ¡oh!, su mente, esa le estaba torturando de una manera imposible, hacia que las palabras del pelirrojo dieran vueltas y vueltas en su cabeza, le acosaba por cosas que no hizo en su ignorancia... y... no había que hacer, el pasado existía y no se podía cambiar, no podía cambiar los horrores vividos por Gaara... y en verdad le pesaba ese hecho.

Su cabeza seguía sin comprender, solo contemplaba aquella hermosa cabellera negra y brillante que estaba justo a un lado de su rostro, sentía aquel cuerpo que le abrazaba con una tremenda fuerza, y él... él solo abría sus ojos desconectado de la realidad, analizando la situación... no havia ninguna forma en que aquello que le paso a él le afectara de alguna manera al ojinegro.... bueno, bien sabia de sobra que Lee solía sobreactuar... pero esto era diferente... se sentía diferente... como si... le sobrecogiera, como si lo librara con aquella prensa, sin importar lo contradictorio que se escuchara.

-... Lo... lo siento... lo siento mucho Gaara-kun... - termino diciendo en un sollozo.

Y eso fue suficiente, la palabra que liberaba la total iluminación en su razón... no había nada que pensar... solo era claro, Lee le comprendía, Lee podía sentir lo que fue el dolor que siempre escondió... pero no tenia sentido, eso no tenia de ninguna manera sentido, ¿qué clase de persona era?... ¿seria de verdad? ¿seria un ser humano?... no lo sabia con exactitud, pero le hacia muy feliz tener alguien así a su lado, era tan cálido.

Cerro lentamente sus oscurecidos y delicados párpados, respondiendo por fin aquel abrazo, unas serie de pensamientos se agolparon en su cabeza de una vez. Curiosamente no causaron ninguna alteración de ningún tipo, lo cual era realmente extraño... de hecho desde que llego a casa de Lee no havia tenido ni una sola, lo cual era bueno, muy bueno.

Al corresponder ese abrazo lo hizo levemente, sin imprimir mucha fuerza... y ahí se encontraban ambos, inconscientes del extremo amor que sentían uno por el otro. Unas solitarias lagrimas corrieron sobre las mejillas del pelirrojo, no pudieron ser detenidas... no recordaba haber llorado antes por eso, ni una lagrima había sido consiente de el sufrimiento que alguna vez sintió, y ahora le hacia llorar aquel tierno muchacho que podía afirmar, lo adoraba, lo cuidaba como si fuera de un cristal muy delgado y fino, como si siempre que lo quisiera tocar se pusiera unos guantes de seda, y realmente le hacia el ser mas dichoso del mundo solo gracias a su existencia. Curiosamente esto no tenia nada que ver con el hecho de que lo hubiera sacado de aquel infierno.

Así abrazados duraron unos cuantos minutos, la noche todavía seguía en su pleno esplendor, las estrellas seguían titilando en el oscurecido cielo, no había luna, así que lo único que rompía la total penumbra de la noche eran aquellos pequeños y brillantes astros; las copas de los árboles apenas se movían, se podría decir que el ambiente se encontraba “normal”, solo había una cosa fuera de lo común, eran solo aquellos dos que a duras penas se podían distinguir sus siluetas entre cortinas tras el ventanal de una gigantesca mansión ocupada solo por ellos, nadie mas, absolutamente nadie.

Tras un suspiro Lee se separo lentamente de Gaara; ya había cesado un poco su llanto, pero aún así seguía sin levantar su rostro y con su mano derecha se seco al instante los restos de lagrimas, ese camino triste que todas debían recorrer, pero que nunca llevan al mismo destino. El empeine de su mano quedo casi en su totalidad humedecido y con su voz quebrada levanto su rostro, un poco apenado por haberse soltado llorando de esa manera frente a Gaara, pues el siempre había querido verse fuerte ante el, pero esta vez termino siendo imposible, pero es que realmente la tristeza que le había embargado era sumamente grande, de hecho, al saber que eso había sido la vida de Gaara... hubiera preferido pasar él por todo ese dolor que aquel hermoso ojiverde.

Lee, aun con los ojos un poco enrojecidos por el llanto miro al pelirrojo frente a el.

Gaara, tras un ligero titubeo levanto el rostro y sus ojos chocaron con los oscuros del otro.

- Gaara-san- se escucho de entre los labios de Rock Lee- ...siento mucho lo que te paso.... en verdad...pudiese dar lo que fuera por que no hubieras pasado por eso...-

Para cuando termino de decir la ultima palabra su rostro comenzó a cambiar a una expresión muy determinada denotando una fortaleza inquebrantable.

-...- las facciones de Gaara habían delineado un delicado sentimiento, donde combinaba la tristeza, la ternura, la felicidad, la duda...

- Gaara-san... te prometo... no, te juro que yo te protegeré con mi vida, no importa que pace, que digas o que hagas, yo nunca te dejar solo. Yo... yo te quiero demasiado- En sus mejillas se entinto un sonrojo y sus palabras parecían no querer salir, como si temieran ser desechadas en vano. Lee tomo una de las manos de Gaara y la levanto con ambas suyas en el aire, acercándola un poco a su rostro- solo... por favor, confía en mi, se que no te decepcionare... sé que es muy osado pedir esto, pero en verdad pedes estar seguro de que primero puede destruirse el mundo antes de que yo siquiera piense hacerte algún mal-

- Lee... yo... no se..- En su palidecido rostro se comenzaron a marcar en sus mejillas tintes ligeramente rojizos, es que, parecía que sus rostros comenzaban a acercarse lenta e inconscientemente, y así de lento, constante e inevitable.- sabes que yo también te quiero, pero... no merezco que me trates así... no lo mereces porque..-

- Gaara san, déjame decidir que es lo que merezco y que no, además, no tienes idea lo mucho que me alegra saber que me quieres de alguna manera.- sus rostros seguían acercándose, Lee soltó lentamente la mano del pelirrojo, liberadas así para poder rozar la piel de porcelana frente a él con la punta de sus dígitos, los ojos de ambos se hallaban entrecerrados, ya la calidez del aliento del otro se comenzaba a sentir chocando contra él- yo... ya ni siquiera podría concebir la existencia sin ti... Gaara-san...- su voz ya tiempo aras se havia convertido en pastosa, muy, pero muy baja y pausada, prácticamente en un susurro; ambos labios se humedecían mutuamente con el aliento, entreabiertos y con la respiración dificultosa- yo... yo te...- y las palabras desaparecieron abruptamente, en sus mentes ya no había cabida para una sola vocal, solo podría concentrarse en el irreal chico frente a el, que por el solo hecho de saberse en esa situación, concebía que sus sentimientos eran, sino iguales, muy similares.

Mientras dominaban milímetro a milímetro el espacio, creyeron que el mundo real los había olvidado, que habían sido exiliados del suelo... y a punto del roce entre aquellos húmedos y tibios labios...

*riiiiiiiiing*

.... la realidad

... es difícil escapar de ella

Lee nomás el escuchar el molesto sonidito apretó sus ojos y labios, frunciendo un tanto su entrecejo. Tomando definitivamente a ambos por sorpresa.

Gaara apenas reacciono con un parpadeo.

*riiiiiiiiing*

El pelinegro abrió sus ojos y sin chocar con los de el otro unió sus frentes completamente derrotado.

-“ ¿por qué en este preciso instante?”- medito frustrado el ojinegro.

*riiiiiiiiing*

Gaara no separo un instante la vista del perturbado empresario frente a el. Mientras tanto Lee, en movimientos sumamente lentos le dio un tierno beso en su frente.

*riiiiiiiiiing*

De la manera mas suave y tierna posible, como siempre se dirigía al pelirrojo, Lee, le dijo directamente al oído:

- Ya ve a descansar, el día ha sido largo; y mañana también lo será- concluyo alejándose lentamente, no sin antes acariciar dulcemente el cabello revuelto del pelirrojo.

Mientras tanto el mencionado seguía ni separar su claro y casi fantasmal mirar del otro, paresia seguir en otro mundo, completamente perdido.

*riiiiiiiiiiing*

- ¡Que!- contesto al fin su teléfono sacándolo abruptamente de su bolsillo y poniéndose de pie viendo a la nada -... si, interrumpes...¡si, si, estoy bien!, ¿qué paso?... aja... ¿entonces ya quedo arreglado eso?... ¿qué papeleo?... ¡ha! Lo tengo aquí... pero no se necesita nada mas entonces... aja... esta bien, si, si, en este mismo instante te los mando por el fax... oye espera, espera... ¿no crees que esto me lo pudiste haber dicho en la mañana? Ya es pasada la medianoche ¿sabes?...¿inoportuno?, ¡claro que si!- soto un suspiro- que si, en un segundo se lo mando..., entonces, si no hay algún otro inconveniente, hasta mañana.. si... esta bien, gracias, adiós.- y concluyo por fin.

Cerro los ojos y tras un largo y profundo suspiro los abrió de nuevo para ver la quieta figura del mismo chico que lo estuvo escuchando durante toda aquella peculiar conversación. Cierto era que él nunca contestaba de esa manera cuando le hablaban, consideraba hacer eso una falta de educación, pero que suerte la suya, no pudo evitar sentir coraje ante aquella situación.... esta bien, lo que estuvo a punto de pasar con Gaara fue totalmente espontáneo, y la verdad hubiese dado lo que fuera porque eso hubiese ocurrido hasta el final... pero no. En cambio solo le quedaba la esperanza de que en algún futuro cercano, pudiese tener una oportunidad para confesarle al chico lo que en verdad sentía, pero hasta entonces... solo soñar.

Después de mirarle largamente soltó de nuevo un suspiro cansado y le sonrió tiernamente.

-... la verdad no me querían para nada muy importante, no te preocupes, solo tengo que enviar un papel y ya... este día eh descansado muy poco y no recordaba lo cansadas que resultaban ser las visitas de mis amigos...vamos a dormir, ¿vale?- termino soltando.

Y para la total extrañeza de Lee, Gaara se puso de pie, lentamente como siempre, y le tomo suave y titubeantemente de la mano, esto claro, no sin provocan un escandaloso sonrojo en ambos, que mientras uno no cabía de la sorpresa y felicidad, el otro ni siquiera le miraba al rostro y su pena no encontraba donde esconderla.

-... Vamos pues...- solo dijo, y no necesito mas para que el pelinegro le siguiera de camino a su habitación. Mas que alegre por la situación, ni siquiera sentía que tocaba el suelo al caminar, eran raras.. rarísimas las veces en que Gaara le hacia algo como eso. Pero para su desgracia los segundos volaron a velocidades estratosfericas, y en un santiamén ya se encontraba frente a la puerta de su habitación.

-Entonces... hasta mañana Gaara-san, que duermas bien- ninguno de los dos se movía para nada, pero era obvio que ninguno de los dos se podía sacar ese “casi” suceso de la cabeza... y se notaba al encontrarse con sus mejillas rojizas en sus rostros.

-si... buenos noches- Dijo solamente el pelirrojo y se introdujo en su habitación casi el mismo tiempo que Lee.

---

Se encontraba sentado sobre su cama, pensando. Repasando todo lo sucedido en ese día, definitivamente habían sido muchas cosas... de hecho había sido tal combinación que no sabría definir que clase de día fue, porque por un lado Lee le había defendido y rescatado del rubio aquel, además que los sucesos de momentos antes no hacían menos que alegrarle como hacia mucho no pasaba; pero por otro lado, habían llegado toda aquella sarta de chicos fastidiosos amigos de Lee a echarle a perder el día... y además, aquel horrible encuentro con el amigo de Lee, aquel rubio que le intento hacer... bueno... intento hacerlo cumplir sus funciones.

Y mas que nada aquel ultimo pensamiento lo dejo confundido...

-“ porque si sabe de donde vengo y para que sirvo... ¿por qué sigue sin intentar nada?”- termino inundando su mente aquel pensamiento... ya varias veces le había explicado las razones por las que no le intentaría hacer nada... pero... era difícil asegurarlo, talvez solo por ahora. Talvez solo esperaba que se acostumbrara para que al final no fuera tan doloroso... ¿pero eso quería decir que al final seria lo mismo?... Esta bien... agradecía todo el trato, y el cariño tan inmenso que sentía.... pero es que no estaba seguro que fuera real, tenia un miedo tan poderoso a que aquello fuere solo un triste sueño en el que pronto despertaría.

Sus pensamientos comenzaron a divagar, a enredarse... y de repente apareció un rostro, entre sombras... ahí se encontraba su padre diciéndole... no, ahora gritándole que nadie lo escucharía, que nadie le haría caso, repitiendo una y otra vez que esto no es lo que merecía, que su vida debió haber sido quedándose con el gigantesco hombre de cabello blanco... Jiraiya... y ahí apareció, ahora él se encontraba en sus pensamientos... ahora este le decía con una voz burlona que su destino no debió haber cambiado, que hasta Naruto lo había viso “¿por qué tu no?” decía, ... y tenia razón... ¿porque había pensado estúpidamente que eso podía cambiar?...y Jiraiya seguía hablando... ahora con una carcajada entre dientes solo repetía una y otra vez “no te preocupes, no te voy a hacer daño, no te preocupes, no te voy a hacer daño, no te preocupes, no te voy a hacer daño” como la primera vez que lo había visto, le decía lo mismo... y no se callaba... pero de repente... la voz comenzó a cambiar... y el rostro también, se había transformado en el rostro de Lee... su cara era la misma, al igual que su voz, pero... seguía repitiendo esas palabras sin parar, ahora con ese rostro apacible que siempre le acompañaba.

Gaara ya desde hace unos momentos ya se encontraba con sus manos en la cabeza y sus ojos apretados, intentando que todo aquello se alejase, pero solo el ver y escuchar la voz de Lee abrió los ojos de golpe....

-¿Eso que quiere decir?”- pensó- “el también me dijo exactamente esas palabras el mismo día que le encontré, y me prometió que no me haría daño... ¿eso quiere decir que es igual?... ¿va a pasar lo mismo que con aquel horrible hombre?... pero se suponía que con Lee es diferente...”-

Mientras mas le daba vueltas mas se confundía, intentaba por momentos decirse que era un idiota y que dejara de pensar en esas cosas, pero era tan incontrolable, porque aunque no lo quisiera su mente seguía con esa avalancha de pensamientos, de palabras, de sensaciones, de caras....

---

Después de varias dificultades con el fax por fin pudo enviar el documento, donde solo lo que tenia que hacer era firmarlo... solo por eso havia perdido la mas hermosa y esperada, no, única oportunidad de acercarse de esa manera a pelirrojo, le daba pena con solo pensar en lo que pudo haber pasado... con solo imaginarse hundiendo sus dedos entre aquella selva de fuego, ahogándose entre aquellos labios que aunque lo tuviera a metros de distancia le cortaban la respiración... ese chico si que le hacia hacer y pensar cosas que nunca imagina pasaría por cu cabeza, y ahí le tenia a un lado, con solo una puerta de distancia para poder siquiera verle... pero el mismo no se permitiría un acto tan deliberado. Tras un respiro profundo por fin desistió de todo pensamiento y dejo que solo uno llenara su cabeza:

Dormir

Tanto sueño tenia que le importo muy poco el no haberse puesto una pijama, así simplemente con la camisa negra que traía desde la tarde y sus pantalones de mezclilla se lanzo a la acomodada cama dispuesto a dormir.

Apenas cerro sus ojos cuando escucho unos leves toque en su puerta, y aunque sabia de quien se trataba, siempre prefería abrir la entrada por si mismo. Rápidamente se puso de pie, y así descalzo se dirigió para abrir.

Ahí se encontraba Gaara, de pie, él tampoco había hecho mucho cambio para acostarse, pues se había quedado con sus pantalones obscuros, pero cambio su camisa café por una guinda algo justa que combinaba perfectamente con su cabello.

Sin querer poner mucha atención a el aspecto del mismo... porque ya sabia que terminaría embobado, solo se digno a decir:

- Gaara-san, ¿qué paso?... ¡pasa, pasa!..hehehehe, pensé que ya dormías... ¡aaah! Pero tu ya habías descasado en la tarde verdad, creo que lo...- Gaara ya se encontraba dentro la habitación, ambos de pie, y Lee seguía hablándole... de hecho ni se había dado cuenta del momento en el que se perdió de la platica...

Bueno... honestamente no le interesaba mucho esta vez.

Con su mirar clavado en los ojos de Lee le hizo callar por unos segundos, los cuales sin duda aprovecho para lanzarse sin titubeo alguno sobre sus labios, para atraparlos de una vez por todas entre los suyos en un profundo e inesperado beso.

Lee por su parte estaba que no se la creía, la sorpresa había sido demasiada, pero aún con todo, no paso mucho para que ese beso fuera respondido con igual o mas cariño impregnado.

Tras unos segundos aquel tierno beso tuvo que romperse. Ambos se miraban a los ojos con un afecto expresado, tal, que no se podría sustituir con palabras, era imposible; ambas respiraciones se entrecortaban un poco.

Eso había bastado para aclarar todo pensamiento en Gaara... eso no podía sentirse con alguien que no ame en verdad, eso era imposible que fuera una mentira, además, había aclarado todo sentimiento en su ser, porque ahora si, sin titubeo ni duda alguna podía afirmar que lo que sentía por Lee era nada mas ni nada menos que amor... simple y puro... pero mas que nada... correspondido.

Sin decir una palabra y aun con el éxtasis del momento , Lee tomo con ambas manos los lados del rostro del joven frente a él y le plantó otro beso, pero este fue muchísimo mejor que el primero, pues en este se plasmaba desde el principio el sentimiento sin toda aquella sorpresa inicial del primero; ambos mantenían sus ojos cerrados en un intento de sentir mas puramente al otro. Gaara queriendo que eso no terminara pasó ambos brazos por sobre el cuello del mas alto esta vez abriendo un poco mas su boca, esperando que en aquella cavidad entrara la lengua del otro; honestamente no tenia mucha en esto de los besos, de hecho era prácticamente nula, pero ya con él las inhibiciones parecían desaparecer.

Y claro que la rosada lengua del mayor no se hizo espera demasiado, profundizando aun mas el beso; aquellas lenguas parecían danzar, explorándose una boca a la otra. Era todo eso tan nuevo. Sin siquiera premeditarlo la temperatura de sus cuerpos se comenzó a elevar, ese simple beso ya no era suficiente.

El ojinegro introdujo ambas manos entre el rojizo cabello de Gaara, es que aquella anhelada sensación era tan hermosa, que no quería que terminara, de hecho quería sentirla mas, quería mas aire para sus pulmones.

Cortaron un segundo ese segundo contacto pero solo para agarrar mas aire y sumergirse en otro beso mas apasionado, mas profundo, mas desesperado; y así lo hicieron, ahora ambos con las manos ocupadas explorando el cuerpo del otro, esta ves, aunque muy necesitadas, algo tímidas y dudosas mientras exploraban pecho, abdomen y espalda. Por la intensidad de aquellas acciones y el sentimiento en general, todo lo que les rodeaba, Gaara no pudo aguantarlo mas y de su boca comenzaron a salir pequeños y tímidos gemidos que, para su fortuna, eran claramente escuchados por su acompañante quien los degustaba extasiado, deseoso de escuchar mas de ellos.

Las circunstancias se dieron a la perfección, la temperatura aumentaba por segundo, y aquellos jóvenes amantes no parecían querer parar; apenas se exploraban por primera vez y no deseaban terminar con las cosas a medias.

Y como consecuencia totalmente inevitable ambos se dejaron caer sobre el suave colchón que se encontraba cerca de ellos.

Gaara totalmente entregado a la sensación cerraba sus ojos mientras entreabría sus labios, en cambio Lee ya había pasado a degustar el sabor del pálido cuello del ojiverde, que por cierto, hacia ruiditos extraños cuando le saboreaba y al mismo tiempo tocaba bajo su playera, generalmente cuando rozaba su pálido pecho, o jugaba con sus estimulados pezones. Sin pensarla mucho Gaara se deshacía uno por uno, los botones de la oscura camisa de el chico sobre él, y aunque se le miraba excelentemente bien, probablemente se miraría muchísimo mejor sin ella.

Lee se incorporo un poco quedando de rodillas sobre el colchón para poder quitarse por completo la camisa y aventarla para cualquier dirección, mientras esto no separo ni un segundo el contacto visual con el ojiverde quien le miraba en total ensoñación, esa imagen de un Lee semi-desnudo era demasiado para él; ambos solo pudieron sonreír con un poco de sonrojo en sus rostros, nomás el pensar lo que pasaría; y como si no hubiese sido suficiente esta situación, la cordura de Lee era muy débil cuando lo ponían frente a una sonrisa regalada por Gaara. Como prueba de el deseo que tenia Gaara por Lee, y perdiendo por mucho la paciencia también se incorporo un poco para pasar sus brazos sobre el cuello del otro y jalarlo, obligándolo a recostare junto con él de nuevo.

De nuevo se entregaron a otro húmedo y profundo beso, totalmente adictos a esa sensación que les otorgaba.

Con necesidad de avanzar en el momento; Gaara poso una de sus manos donde la entrepierna de Lee, se encontraba infringiendo un poco de presión y causando inevitablemente un sonoro gemido entre los labios de Lee. Gaara no pudo menos que esbozar una pequeña, pero bastante picara sonrisa.

De golpe Lee abrió en totalidad sus ojos, viendo con una expresión casi de miedo a Gaara, quien solo se limito a sorprenderse por tal acción. Aun con aquel gesto en el rostro el mayor se alejo súbitamente, apenas cayendo en cuenta de que es lo que estaba pasando, o a que iba a suceder.

- G... Gaara-san... ¿qué estamos haciendo?- musito con un tono nervioso y a la vez preocupado, ya estaba de pie sobre el suelo.

-... creo que es bastante obvio- dijo quedando por completo sentado sobre el colchón un poco confundido por la situación.

-no... no, no, no, no- dijo un totalmente un totalmente perturbado Lee – esto no puede pasar, al menos no ahora... todavía no- recogió su camisa del suelo y comenzó a ponérsela rápidamente-

-... Lee-

-no, ¡no!... Gaara-san, no podemos, no debemos- parecía que el nerviosismo estaba en aumento. Se suponía que él no haría esto... el se había dicho a si mismo que no se dejaría llevar por una situación así, sabia que si algo pasaba podría hacerle mas daño.

-Lee, no pasa nada- dijo tratando de tranquilizar al otro sintiendo que un poco de esa tensión le comenzaba a afectar.

-... lo siento, en verdad lo sino mucho... esto no debió pasar-

Gaara ya se comenzaba a exasperar, Lee parecía no escucharle, además de que se estaba tratando como si hubiera hecho lo peor del mundo.

-Gaara-san- dijo Lee ya mucho mas tranquilizado y sereno- el primer día que llegaste a esta casa yo te hice una promesa y la pienso cumplir- se mantuvo pensativo unos segundos- ... no pienso ser yo quien te haga daño -termino esbozando una tierna sonrisa, la cual no pareció sentar muy bien en Gaara.

-... Mira Lee- se puso de pie también- no seas ridículo ¿quieres?... no serias ni el primero, ni es segundo, ni el tercero, ni el décimo, ni veinteavo con el que tengo sexo, ¿esta bien?... por favor, no me salgas con tonterías- Esto le sentó totalmente de sorpresa al aludido.

-G-Gaara-san... lo que yo quiero decir...-

- ¡no!, ¡no me importa!- dijo interrumpiéndole, perecía que ya iniciaba uno de esos episodios -... ¡desde que llegue me tratas como una joya Lee!- dijo ya comunicándose a gritos... cosa muy extraña en Gaara.

-Gaara-san, es que para mi tu...- fue interrumpido de nuevo

-¡NO! ¡No seas estúpido Lee, yo no soy nada cercano!... no se que clase de persona eres... ¡demonios Lee!, ¡no se que pudiste haber visto algo en a persona con menos valor del universo!-

-... – Lee no encontraba que decir...bueno, si sabia, solo que no encontraba que palabras serian las correctas. Gaara... su querido Gaara estaba perdiendo el control-... Gaara-san...-

- ¡¡Y si lo fuera!! ...y ... y si yo fuera una joya... seria una que fue arrojada sin piedad a un río... que ya esta toda despostillada, inservible, sin valor, que la vida la ha llevado a convertirse en algo en que ni siquiera vale la pena agacharse a recoger... ¡¡LEE!! ¡¡eso es lo que soy!!- concluyo con lagrimas en los ojos, que ni siquiera había notificado que existían y con su respiración notoriamente agitada... pero en sus ojos... sus ojos se notaban turbios, inquietos... denotaban una extrema desestabilidad... y Lee lo noto.

Al instante el mayor tomo de los hombros suavemente al mas joven y de la forma mas suave que pudo le dijo:

- Tu sabes que para mi eres lo mas valioso en el mundo, Gaara-san, digan lo que digan, pienses lo que pienses, nunca perderás ese lugar, porque no me arrepiento de nada de lo que he hecho, y aunque lo de hoy no fue lo correcto, se que hubiese sido con amor y...-

Con un certero puñetazo en el rostro Gaara se encargo de hacer acallar cada una de las palabras en la boca de Lee, que por lo inesperado, callo inevitablemente el suelo.

El pelirrojo paso ambas manos a su cabeza y ya sus mirada se había convertido en algo en verdad indescifrable,

- ¡Cállate quieres, ya cállate por amor de dios, esas estupideces díselas a quien te crea! -

Lee apenas se levantaba un poco del suelo con la mano en su mejilla, realmente le había impregnado una gran fuerza y su sorpresa llegaba a limites interminables. Apenas dirigió su mirar al agresor quien seguía mirándole directamente a los ojos con un odio tal... aberración... ira... ira que se reflejaba tan clara, tan profunda, tan punzante que no hacia menos que aterrorizarle, bloqueando sus pensamientos sin siquiera saber que hacer. Pero mas que dolerle su acción, le confundía ¿cómo? ¿qué? ¿por qué? ...

Y sin embargo... silencio

... Solo el silencio reinaba en ese lugar, cortado por la respiración agitada del pelirrojo.

Con aquella acción Gaara había sentido electricidad, como si, su tensión y sufrimiento se liberaran... como si... con aquel golpe aminorara su carga, el dolor. Y comenzó a temblar, al menos sus manos lo hacían. Su visión se comenzó a opacar, sus latidos en un segundo se aceleraron de manera alarmante, su respiración era dificultosa, su misma mano en la que profirió el golpe hormigueaba, Lee comenzó a deformarse... a cambiar su rostro y cuerpo...

En su cabeza sentía tal presión... pero era definitivamente para enloquecerle, sentía que sus venas explotarían... pero el dolor era inhumano, los gritos de dolor se agolparon en su garganta.

Prácticamente sin pensarlo, como por pura inercia, sin conciencia alguna de sus pensamientos emitió un certero puntapié, que fue a parar justo en el estomago del joven sobre el suelo, haciéndole inevitablemente soltar un sonoro gemido de dolor y volver a dejar caer su humanidad sobre el suelo.

Solo por el simple hecho de ver aquella borrosa imagen frente a él le recorrió una sensación extraña de poder... algo que nunca había sentido, sus ojos aqua se abrieron al máximo.

En su mente aparecieron, en vez de la figura de Lee, se reflejaba la presencia de quines le había poseído, de quienes le habían hecho daño, de quienes le habían escupido... de quienes lo habían orillado... no, obligado a dejar su cuerpo ya si valor en esas sucias manos. Y como causa inevitable siguieron las patadas, cada vez con mas fuerza, con menos tiempo de diferencia una de otra. La cordura le abandonaba de nuevo... y lo peor fue que nuca lo notó.

Lee por su parte no tenia ni la mas mínima capacidad de reaccionar, el dolor ya era demasiado, y no podía hacer mas que hacer vanos intentos de cubrirse el cuerpo y rostro con ambos brazos para no sufrir mas daño, claro que a estas alturas el daño ya era demasiado significativo... pero parecía que la intensidad no bajaba ni por error... ni un segundo; manteniéndose en una pose casi fetal apretaba sus ojos, cuando de repente la ráfaga de patadas que le dejo totalmente entumecida la zona abdominal y sus brazos maltratados con raspones en toda la extensión, pararon; temerosamente dejo ver sus orbes azabache, en ellos solo se reflejo la oscuridad que sus brazos le proferían, ya habían sido aproximadamente veinte minutos de intenso maltrato... ya solo quería que parara, de hecho Lee no tenia la menor idea de que pasaba, de un segundo a otro Gaara había explotado

-“¿Yo cause esto?”- se inquirió entre sus difusos pensamientos, pero aun así, eran repetitivas las veces en que aparecía.

Entonces... el silencio, aterrorizante y penumbral. Una temblorosa mano se poso suavemente sobre uno de aquellos maltrechos brazos y la empujo para apartar ambos dejando ver así el rostro sumamente perturbado del confuso joven en el suelo.

Gaara se agacho lentamente, acercándose, Lee contemplaba aquel rostro sin ninguna expresión, de hecho, era frió, como una roca, su mirar se definía arcano, sus ojos seguían turbios, y le contemplaba con ellos muy abiertos, tenebrosamente fijos... inclino su cabeza, su respiración seguía siendo agitada y de la manera mas escalofriante se dibujo una larga sonrisa en sus labios...

Esa cara... el rostro de quien se encontraba en el suelo...

- ... papá- solo musito.

El pelinegro durante todo el proceso solo se quedo expectante, todo parecía haber parado por fin, hasta el mismo Gaara se había acercado, talvez para ayudarle... o para aclarar esa situación... pero esa mirada, ... esa sonrisa... Lee siempre se había jactado de que para el no existía nada mas único y hermoso que las sonrisas que Gaara regalaba, sentía que le llenaban, que la alegría le desbordaba al verlas... pero esta, esta única en especial no le gustaba en absoluto y auguraba algo que definitivamente no seria bueno... y... y aquellas palabras hicieron que sus ojos azabache se abrieran al máximo...

Gaara se había perdido...

Su cerebro no pudo procesar absolutamente nada mas, solo miraba con sus orbes de par en par al chico sobre él...

- ...G ... Gaar...-

Ni siquiera esa pequeña palabra pudo terminar porque un directo puñetazo se alojo otra vez en su delicado y fino rostro, dejando unas marcas que... a la larga, serian imborrables... Lee no pudo menos que soltar un quejido bastante sonoro... ya comenzaba a ver todo borroso y a sentirse mareado.

Un intenso puñetazo mas termino dando final a su conciencia, talvez había tenido algo que ver toda aquella confusión para terminar de agotar al pelinegro. Pero justo entes de irse en su totalidad, tosió un par de veces, prácticamente ni siquiera con aire en sus pulmones, y en ves de dar un poco de alivio causaba una opresión espantosa en el pecho del joven... y como inminente consecuencia...

Sangre...

Por su boca se expulso el viscoso liquido... pero aún mas que una afección... tuvo un impacto muchísimo mayor...

Aquella oscura y espesa sustancia, termino de golpe el trance del joven ojiverde, quien con solo verlo paro en seco cualquier acción... cualquier pensamiento... sus ojos seguían abiertos al máximo, pero ahora su mirar era diferente, de alguna manera lo era... sin mover ligeramente una facción... sin siquiera emitir un mínimo sonido. Alejo lentamente sus manos... los retuvo en el aire, a la altura de sus hombros por unos segundos para luego pasaros a su nuca.

Su mirar ni siquiera se separaba de el chico en el suelo, al ver ese cuerpo... el impacto que recibió fue extremo. Nunca imagino ver a Lee en esa situación... y lo peor era que él se lo había hecho... sus manos coloreadas con rojo carmín lo confiaban, en su rostro antes sorprendido, se formo una mueca de dolor lacerante, profundo, inhumano. Su labio inferior comenzó a temblar levemente y sus ojos claros se volvieron cristalinos al estar completamente inundados.

Sin siquiera esperarlo Gaara vio como Lee se movía un poco en el suelo, soltando un ligero sonido de dolor de entre sus ya empalidecidos labios. Gaara el ver esto no pudo menos que soltar un lastimero sollozo antes de tapar su boca, manchando en el proceso sin querer una de sus mejillas con la sangre de Lee.

En este punto sus ojos ya demostraban un dolor excesivamente marcado.... confusión... temblorosamente acerco su mano para tocar a Lee, despertarle o lo que fuera, pero al estar a poco centímetros la regreso abruptamente... no sabia que hacer...

... Tenia miedo...

Las lagrimas ya corrían por su rostro, sin siquiera saber que hacer consigo mismo salido de aquella habitación, confundido, perdido. Prácticamente se tropezaba con sus pies, volteaba para todos lados, buscando alguna respuesta, algo que le ayudara con Lee... pero nada, aunque quisiera no podría encontrar nada que le ayudara.

Aun seguía sin creer que esto hubiese podido hacerle a él... a él, quien le había salvado ya mas veces que nadie en una vida entera, quien le había dado todo su amor, su corazón, quien le había hecho sentir aquel intenso sentimiento de igual manera... en que clase de idiota se había convertido.

-“ ... ¿¿y si ya no tiene remedio??”- pensaba sintiendo ese extraño dolor en su garganta, teniendo en cuenta que cada vez sus lagrimas eran mas gruesas, - ¿¿y si después de esto ya no siente lo mismo por mi??... ¿y si me odia?... ¿que voy a hacer si me abandona?”-. Seguía dando vueltas a sus pensamientos.

Desesperado se dirigía de nuevo a la habitación de Lee, cuando, por la velocidad y distracción tropezó directamente contra una de la sillas de madera del comedor, haciéndole caer al suelo junto con ella. Rápidamente Gaara se puso de pie sin tomar en cuenta el dolor de su mano derecha, con la que logro evitar por mucho que su cara diera contra el suelo, pero al levantarse noto algo sobre la mesa, ya estaba puesta, como de costumbre, con dos platos sobre ella, y dos tenedores, dos cucharas y... dos cuchillos... eran para cortar carne, y como siempre, Lee se había adelantado a los hechos para la mañana siguiente. Se quedo viendo aquel cubierto durante unos segundos... ¿seria lo que buscaba?... tomo el cuchillo entre sus rojizos dedos y seguía viéndolo, como buscándole algún sentido, algún significado, que sabia, tenía... y no tardo mucho en llegar.

Combinados su pensamientos, y si a estas alturas su mente pendía de un frágil hilo se dirigió a su propia habitación, mejor seria no regresar a la de Lee, probablemente ya lo odiaba, es mas, era mas que seguro que no lo quisiera ni ver, al menos en eso lo respetaría.

-“que clase de estúpido soy”-seguía pensando -“ talvez por eso no me dejaban estar nunca con alguien así... no merezco amar por lo mismo, siempre termino hiriendo; así con mis hermanos, con papá que alguna vez lo decepcione, y ahora Lee... al menos él no lo merecía... de hecho yo no merezco todo el cariño que me dio... soy un estúpido... no merezco siquiera vivir”-

Ya dentro de su cuarto se puso en una esquina aun con el brillante instrumento en mano. Sus lagrimas seguían corriendo, el dolor en su cara no se desdibujaba, al contrario, nomás de imaginar lo que haría, el sufrimiento se intensificaba.

-... Lee- dijo con voz quebrada y en un murmullo- maldigo el día en que te conocí... por... porque ese fue el peor día para ti... por favor.... espero que algún día me perdones... porque yo no podré hacerlo a mi mismo... yo solo quería... amor-
Notas finales: VAMOS DAYNA DILO DILO!!! SE K KIERES HACERLO!!! TE MUERES DE GANAS VAMOS DILO!!! SINO SEGURO TE AHOGAS!!! ><
ajum.... gueeeeeno... ahi esta .... ok.... sin muchos comentarios... soy una desdichada... y..... TT__TT.... mejor me callo..espero k les haya parecido bien.... digo, ia saben, problemas de ortografia... k se k avundaran xDD, cosas fera del personaje, o alguna cosa k les disguste, o les paresca k esta mal, por favor aganmela sabes, seran recibidos los comentarios con gusto! >0<
gracias por leer!!!

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