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Del otro lado del mantel por Aome1565

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Notas del capitulo:

Se me ocurrió jugando con una primita por entre los manteles y sábanas colgados en el patio :3

La historia parece uno de esos cuentitos para antes de ir a dormir.. lean (:

 

 

 

 

Del otro lado del mantel

 

 

 

Era el típico día otoñal perfecto. No hacía frío ni calor, en el cielo celeste apenas había nubes que parecían de algodón y las veredas habían amanecido cubiertas por colchones de hojas secas.

Eran las 9 de la mañana de un domingo, nada ni nadie había en las calles y el lugar parecía de película.

Santiago estaba despierto desde hace bastante, sentado en la cama, con la ventana cerrada, oyendo cómo en la cocina había ya cierto movimiento, como el principio de la actividad en un hormiguero.

Pero es que no era para menos.

La cosa iba así: desde que él tenía memoria, en la casa vecina a la suya había una familia con la que compartían hasta los almuerzos los domingos. Cierto día, hace unos 5 años, más o menos en la época de la crisis económica de la que nadie se salvaba, esa familia tuvo que partir hacia el interior. Ahora regresaban con la intención de quedarse, y qué mejor bienvenida que un almuerzo como los de hacía mucho tiempo.

No obstante los nervios, el nudo en el estómago y la oposición de ganas en Santiago no se debían sólo a eso, sino a que también con dicha familia llegaba ese nena que ya no era para nada un nene y que había sido su vecino desde que tenía conciencia, su mejor amigo desde su más inocente infancia, su cómplice desde que aprendió lo que era una travesura, y su amor platónico en aquella adolescencia en que se separaron.

Ahora regresaba y no sabía cómo iba a mirarlo a los ojos todavía recordando aquel beso en el garaje vacío de su casa un minuto antes de que eso se convirtiera en lo último que hicieran juntos.

-Boludo, desper... ¿qué hacés ahí y no estás ayudando en la cocina si ya estás despierto? -preguntó casi gritando el hermano mayor de quien todavía estaba en la cama.

-Pasa que... no me siento bien.

-Al menos salí de acá que no da que todavía sigas en la cama. -Gastón salió del cuarto dejando la puerta abierta.

 

A eso de las 11 la mesa estaba puesta, el agua para los ravioles empezaba a hervir y todos en esa casa estaban sentados en el living, tomándose un merecido descanso después de pasarse toda la mañana preparando el almuerzo para que salga perfecto.

Al rato se oyó en la silenciosa calle del mediodía es frenar de un auto, el mismo frenar del mismo auto de hace tantos años.

La bienvenida fue con tanta euforia que los recién llegados quedaron algo aturdidos, aunque sin borrar esa nostalgia que todo aquello les producía y la alegría del momento.

Pero nadie notó que los ojos color miel de uno de los chicos que había cruzado el umbral de la puerta de la casa buscaba algo, alguien...

 

El almuerzo fue de lo más ameno, recordando y entretejiendo recuerdos. Santiago, sentado cercano a la cabecera de la mesa más próxima a la puerta de la cocina, tenía a Lucas sentado a su lado, el causante de esos retorcijones de estómago y la falta de apetito. Y más nervioso se ponía, y sus mejillas más se sonrojaban cada vez que alguien mencionaba una a una las travesuras de las que él y ese a su lado eran protagonistas.

Su mente, mientras tanto, se interrogaba si Lucas aún recordaría aquel beso...

 

-Santi, vos que no hiciste nada juntá la mesa, por favor -pidió la madre del susodicho mientras todos se ponían de pie para continuar la charla en el living.

-Yo te ayudo. -Oyó una voz suave y dulce a su lado.

-Puedo solo, gracias... -trató de responder no tan escuetamente, aunque sin poder evitarlo. Se sentía de los más extraño, desde que lo había visto entrar, muchísimo más alto desde la última vez, con esos ojos miel seguramente buscándolo, no pudo no re-enamorarse y querer que los dejasen solos, pero ahora que tenía la oportunidad un miedo a algo raro se apoderaba de él.

El temblar de sus manos era incontenible, y sumado a su torpeza natural terminó tirando una jarra de agua.

-Voy a ponerlo a secar. -Y con esa excusa tironeó del mantel y salió con él al inmenso patio trasero, donde lo colgó en una de las sogas para la ropa. Se quedó detrás de la tela que ondeaba levemente, tal vez escondiéndose, intentando evitar esos ojos que constantemente buscaban los suyos, posiblemente tratando de ver en ellos la respuesta que él mismo no se atrevía a darle.

Ensimismado y con el corazón en la boca no notó esa figura que translucía a través del mantel.

-¿Qué pasa?.. O sea, estuviste huyendo de mí desde que entré; me di cuenta, ¿sabés?.. No sé, tal vez estés nervioso como yo y te preguntes también lo mismo, pero como que no da que estemos escapando en vez de decir ¿todavía te acordás del beso? -Lucas corrió el mantel y "descubrió" el escondite del más bajo, o tal vez sólo se escondió con él. -Es más, ¿todavía me darías otro?

Y sin esperar respuesta se adueñó de los labios de santiago, besándolo con ganas, sintiendo como el mismo se aferraba a él y respondía a ese beso por el que habían estado esperando. Al mirarse a los ojos los sacudió un escalofrío que hacía mucho no sentían y que pasaba sólo cuando estaban así de juntos. Se sonrieron y volvieron a besarse, escondidos del otro lado del mantel.

 

 

 

Notas finales:

Vieron que parece un cuentito? :3

Me dejan un review? (=


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