Capitulo 1: fijando con cemento
Cualquier observador indiferente en Konoha diría que lo único que mantenía a Sasuke y a Naruto juntos; que los alejaba y unía a la vez, era la rivalidad. Pero según sus amigos era más que eso… mucho más que eso. Era la forma en que se trataban o la manera en que inconscientemente coqueteaban con el otro con un aparente e inocente doble sentido.
En el amplio claro cercano a un arroyo, Naruto frunció el ceño al encontrarse asimismo fijado brutalmente contra un árbol mientras Sasuke apretaba de forma deliciosa su cuerpo contra el de él. ¿Cuando una pelea de entrenamiento se transformo en algo similar a una dulce tortura? Un entrenamiento de lucha supuestamente debía ser movimientos de ataque y defensa de taijutsu y ninjutsu, una parte del entrenamiento para los ninjas y no esto, fuese lo que fuese que su oponente lo hiciese ser.
Sasuke observo dentro de esos desbastadores ojos azules, queriendo no perderse dentro de ellos cuando tenía misiones tan importantes.
“¿Por qué no lo dices?” respiro, sus labios sólo a centímetros del oído de Naruto.
“¿Decir qué?” fue la respuesta del rubio aun cuando sabía lo que Sasuke quería.
“Que me amas.”
La respuesta de Naruto fue el silencio y uno persistente. Él ya no era esa persona inocente de cuando tenía 12 años. Aprendió a evitar el dolor especialmente cuando dicho dolor estaba dirigido a su corazón.
“¿Por qué no?” escucho sisear a Sasuke. “Lo dijiste una vez, hace siete años atrás, cuando yo no tenía nada que dar.”
Ah cierto, la susurrada confesión durante su combate decisivo en el Valle del Fin.
“Es diferente ahora, Sasuke.” Naruto aparto la vista, su rostro ausente al igual que su voz.
“Sí, lo es, porque ahora tengo algo que ofrecerte.”
Escuchando eso, Naruto azoto su cabeza y miro airadamente al hombre frente a él. Se mofo, “los restos de Orochimaru e Itachi, entiendo.”
En vez de mofarse de vuelta, Sasuke estaba siendo humilde. “Te estoy entregando a mí mismo, Naruto. Sé que está roto pero podría ser remediado por tu amor.” Ahora tenía la atención de Naruto. Siempre la tenía y pretendía mantenerlo de esa forma. Continuo hablando, esperando que pudiese convencer a la única persona que quería en su vida. “No sólo eso, te estoy entregando algo que eh estado manteniendo oculto durante todos estos años bajo gruesas capas de hielo—mi corazón. Puedes hacer lo que quieras con él. Botarlo… quemarlo… romperlo. Lo que quieras.” Con esto, despreocupadamente encogió sus hombros como si estuviera completamente indiferente con aquello, pero sus ojos decían otra cosa y Naruto podía ver eso. “Todavía esta frío y apagado por la falta de uso durante todos estos años, pero no es algo que tu calor no pueda arreglar.” Entonces fijo su mirada en ese rostro que había perseguido sus sueños por dios sabe cuánto, y suavemente, como la caricia de una gentil briza, termino, “finalmente, pero no menos importante, te estoy dando mi nombre.”
Esa última oferta desintegro a Naruto de su temporal prisión que eran los ojos de Sasuke que para entonces se habían vuelto más negros que la noche. “Sasuke…” respiro, sin poder ser capaz de formar palabras en su mente. ¿Sasuke dijo lo que creía que estaba diciendo?
Leyendo la duda en la mente de Naruto, el ninja pelinegro lo confirmo, “si, te estoy pidiendo que te cases conmigo.”
Sasuke le estaba dando a Naruto las tres cosas por las que la población femenina de Konoha moriría. Se lo estaba ofreciendo a él y sólo a él. Hasta el final, la voz de Sasuke estuvo relajada pero sus ojos le estaban rogando que aceptara todo lo que había para él, todo lo que él era.
Dos pares de ojos se discordinaron. Abrazador negro sobre tormentoso azul. Abrazador azul sobre tormentoso negro. Sus miradas sostenian una cosa: Amor.
Te amo, canturrearon sus corazones.
Naruto libero sus manos del agarre de Sasuke el que se había aflojado hace un tiempo ya. Permitió que su mano peinara el suave cabello negro mientras que su otra mano tomaba la forma del rostro de Sasuke. Incapaz de atravesar el conglomerado de lágrimas que se habían atorado en su garganta, sólo logro decir el nombre de Sasuke.
Sólo fue dicho su nombre con una suave voz pero Sasuke sabía lo que significaba. Sonrió a la vez que el alivio lo inundaba. Sujeto a Naruto y hizo lo que ambos querían desde el regreso de Sasuke—lo beso.
Solos, ellos sólo podían ser lo que podían ser, pero juntos podían ser más.
Continuara…