Eran años muy tranquilos para los seres que habitaban la tierra entre la multitud de la raza humana, la cual no notaba nada extraño ni mucho menos que estos seres extraños caminaban a su lado sin que ellos se percatasen.
Un mundo que poseía un supremo Rey, la máxima autoridad era un vampiro, quien era muy conocido por su sangre fría e omnipotente a la hora de tomar decisiones, no había nadie que se opusiera a el, el gran Rey Kerberos Von Boriel, hijo único del Rey
anterior, por ende el único heredero al trono.
Vivian en un palacio muy tranquilo en donde habían nacido tres niños, los cuales todos habían nacido en distintos años y por ende tenían edades diferentes, el mayor en aquellos años tenia diez años y su nombre era Kael Von Boriel, el que le seguía era Kira Von Boriel y tenia dos años menos que el primero y el ultimo era Aki Von Boriel el cual tenia cinco años.
Los años pasaron y Kael tenia 15 y su padre era mas estricto con el, por ser el mayor y el que debería dar ejemplo a sus otros dos hermanos, Kael tenia una madre diferente la cual ya no estaba a su lado, Aki vivía en su mundo, no se daba cuenta de nada de lo que ocurriera en el castillo, Kael sentía mas apego por el y le dio mas amor que nunca protegiéndole en todo momento.
Aki era un chico muy travieso quizás su oscuro destino hacia que se metiera en mas problemas que los demás, colocaba ortigas en los pantalones de los sirvientes del palacio, se metía a la alcoba de su padre en la que había un retrato muy antiguo de la madre de Kael, cuando su padre se enteraba de que alguien andaba asiendo maldades dentro del palacio, mandaba a llamar a los tres hijos, cosa que estos acudían ante su presencia inmediatamente.
Kerberos empezaba a preguntarle a los tres si sabían algo del tema que habían reclamado los sirvientes, siendo siempre Kira el que apuntaba a Aki como el culpable de todas las tonterías que pasaban en el lugar, Kael golpeaba el brazo de Kira para que se callara, pero este no hacia caso a su hermano mayor y le contaba lo que había visto a su padre, por lo que Aki vivía castigado, siendo encerrado en el calabozo por varios días, Kael siempre a escondidas le llevaba alimento y por ende lo acompañaba para que no se sintiera solo.
Los años seguían avanzando sin tregua, el hermano mayor Kael siempre andaba siguiendo a su hermano menor Aki, para que no hiciera tonterías y fuera castigado nuevamente como siempre lo hacia su padre, por lo que vivía reprendiéndolo como si fuera su padre, siempre lo hacia con mucho amor, aunque Kael no podía negar que las travesuras de Aki le causaban gracia, disfrutándolas tanto como su querido hermano menor.
Kira era mas diferente que los otros dos, no se acercaba mucho a sus hermanos, no compartían casi nada con ellos, ya que desde pequeño era muy callado, siendo el primero en traicionar su hermandad, así que siempre andaba solo y por lo general casi nunca estaba en casa, le gustaba salir por los alrededores, perdiéndose días enteros del palacio, donde al final nadie nunca sabia donde se metía, ya que era un chico muy reservado y no tenia amigos, era un real solitario de la vida, amaba a sus hermanos pero nunca lo demostraba.
En esos años en el que el tiempo no respetaba a nadie y seguía avanzando sin tregua, Kael empezó a notar la rabia que sentía Kira por su hermano menor, pensando que lo mas probable es que este atentara contra la vida de Aki algún día, empezó a prestarle mas atención en silencio sin que el se diera cuenta de ello, sin dejar a su hermano pequeño solo en ningún momento, para no dejar que Kira tuviera oportunidad de asesinarlo, por alguna razón que el desconocía completamente.
Aki adoraba con todo su corazón a su hermano mayor Kael, lo veía como alguien maravilloso, pero sobretodo era como el padre que nunca tuvo, cuando no estaba cerca de su hermano, se sentía vacío y muy desolado por lo que no dormía hasta que este llegase al palacio, muchas veces Aki se quedaba dormido en la entrada principal en donde las heladas que corrían en la noche lo congelaban por completo. Cuando Kael llegaba a casa y lo veía en la entrada con lagrimas cristalinas en los ojos, totalmente dormido a la intemperie, el mayor corría a tomarlo para cobijarlo en su pecho llevándolo a su habitación para que dormir junto a el, cuando se recostaba a su lado, el menor por cosa de instinto se abrazaba a su cuerpo, como si supiera que el que estaba a su lado era su querido hermano el cual nunca lo dejaba solo.
Los años seguían avanzando y Kael conoció en las afueras del palacio a un joven vampiro que pertenecía a los vampiros rebeldes mas peligrosos del mundo, sin importarle se convirtió en su mejor amigo, era como si fueran hermanos de sangre, creyendo el uno en el otro sin que en palacio se enteraran de esta relación tan cercana que ambos tenían, ciertamente el padre consideraba a ese clan de vampiros unos traidores para su nación, sabiendo que si los encontraban les darían muerte inmediata a toda esa putrefacción de vampiros corrompidos que solo servían para traer caos al resto de los demás seres incluso para el resto de los vampiros de clase alta.
Siempre se veían encontraban en el jardín trasero del escondite de los vampiros mas impíos del mundo, dándose la mano con grandes sonrisas en sus labios corrían por el lugar, no contaban con que había otro chico que les observaba a diario en las penumbras de una habitación en una ventana fría por naturaleza, mirando el goce de ambos jóvenes que Vivian felices sin preocuparse de lo que pasara a su alrededor, su corazón sentía ira al verlos, cada vez se pudría mas por dentro por la envidia, por la soledad que ellos le ayudaban a fomentar en su triste corazón, llevándolo a pensar que debía de acabar con toda la belleza del mundo entero, para que así sintieran lo que el sentía, por horas sus ojos se impregnaban en la esencia de Kael que era como un ángel radiante que gozaba de un espíritu puro y sin pensamientos oscuros, era tan deseable para los ojos de este chico que ocultaba su esencia, que solo observaba cada uno de sus movimientos, sin querer saber que se había enamorado de el, seguía manchando su mente de las imágenes mas perturbadoras que pudiese imaginar una persona en sus cabales, queriendo destrozar al otro joven para dejar el camino libre sin que nadie le molestara.
Era tan grande el lazo que había formado Kael con aquel vampiro de nombre Dorian que sentía que no podía vivir sin el, habían hecho planes de que se Irian de sus respectivos hogares para empezar una nueva vida donde los demás no los molestaran nunca mas, aquellos jóvenes sin decirse nada entre ellos, se habían enamorado perdidamente, Dorian sabia que su clan era muy estricto con eso de abandonarlos para irse en busca de una nueva vida donde encontrara la paz y el amor que nunca tuvo, los años a este chico le habían enseñado a ser uno de los mejores asesinos, pero no contó con que uno de sus camaradas, el mas temible de todos los asesinos entre ellos, acabaría con ese sueño suyo.
Una noche el líder del clan mando a llamar a Radamanthys de Wyvenr para encargarle como era de costumbre uno de los tantos trabajos sucios que solía hacer, este se veía un ser siniestro ante todos haciendo que el resto le respetase de forma temida, ya que no querían morir a manos de semejante monstruo, esa noche frente al líder quien le acompañaba a su lado era Dorian quien le entregaba la información a Radamanthys para que hiciera su trabajo, pero este estaba mas activo de lo normal y se paro con el pecho erguido frente a ellos.
Radamanthys: lo siento pero ya me canse de hacer sus entupidos trabajos…prefiero entretenerme cortando sus cabezas y tal ves algún día hasta me lo agradezcan…yo no obedezco a nadie…solo deseo ver sangre por que es lo único que me satisface por completo – tomando una espada del mostrador del salón para ponerse en posición de batalla.
Radius: como te atreves a decirme tales insolencias a mi…el hombre que te a criado desde que naciste cuando estabas tirado en un basurero apunto de morir…ahora me mataras por un capricho tuyo ¡bastardo¡…eres un mal agradecido y por ello te matare – sacando su espada de baina que estaba en su cintura para atacarle.
Dorian: deberíamos calmarnos esto no nos llevara a ningún sitio…debemos deshacernos de nuestros enemigos y no matarnos entre nosotros – nervioso ante el hecho.
Radamanthys: yo no tengo camaradas…soy un ser solitario y no me agrada la compañía…por eso los matare a todos y me marchare a donde se me antoje después.
Las palabras ya no eran suficiente para detener al chico de sangre fría por naturaleza, el líder de un solo grito estruendoso mando a llamar a todos los demás miembros para que ayudaran a darle muerte al joven rebelde, al cabo de un momento estaban todos rodeando al susodicho menos Dorian que seguía observando desde una distancia prudente para no salir herido, buscando el momento para escapar de una ves por todas del núcleo de clan que no le dejaba ser libre.
Luego de unos minutos Radamanthys había matado a todos los sujetos que se interponían entre el, incluyendo al líder que lucho hasta el ultimo momento tratando de llevar su victoria al éxito pero que le fue imposible, su cabeza estaba unos cuantos metros de su cuerpo que aun daba movimientos de agonía por la parte que ya no estaba en su lugar, Dorian miro de forma pacifica a los ojos del otro joven de cabellos negros y ojos azul profundo que solo dejaban ver muerte en ellos, su piel era blanca como la nieve y sus manos sangrientas apretaban mas la espada en lo que se acercaba al otro joven con mirada fulminante, afirmándole que estos serian sus últimos momentos de vida que le quedaban.
Radamanthys: lastima que no podrás estar a su lado…no te dejare salir con vida de aquí…no quiero que nadie sea feliz…quiero que sufran lo mismo que yo…tendrá que conformarse con tu cabeza – sonrisa burlona eh imponente.
Dorian: tu…tu como sabes de el…que es lo que quieres de nosotros…acaso te gustaría quedarte con el…si es así yo no te lo permitiré – caminado hacia el pelinegro con su espada.
Radamanthys: se veían muy lindo juntos…pero no pensaron en que otros ojos le estaban observando constantemente…no te preocupes que no me interesa quedarme con el…lo único que quiero es matarte y que el sufra infinitamente.
Lucharon alrededor de una hora de constantes ataques, las heridas se hacían presentes en sus cuerpos, mas para Dorian que lejos estaba perdiendo contra el demonio de Radamanthys que no paraba de lanzarle una y otra ves ataques hasta que este cayo al suelo de golpe, dejando espacio libre para que este le cortara la cabeza al momento de su descuido, lo ultimo que hizo fue mirarlo a los ojos azulinos mostrándole su odio por ultima ves ante de morir en su lecho, Radamanthys con sonrisa triunfadora arrastro el cuerpo inerte hasta la puerta del salón, colgándolo como si fuera un trofeo por el cual sentirse alagado, camino hasta las afueras del recinto mirando por ultima ves lo que había quedado de el, levantando una mano y de un simple rose entre sus dedos, le prendió fuego volviéndolo todo el nada mas que cenizas, su mente divagaba en la perdición de lo oscuro emprendiendo marcha a un lugar donde nadie lo molestase con su presencia.
Horas mas tarde Kael había ido a visitar a escondidas al joven Dorian, pero se percato de la ola de humo que provenía desde la guarida donde el vivía, corriendo a toda prisa hasta llegar frente al lugar donde se encontró con todo hecho trizas, carbonizado, su mente estaba perturbada por la idea de ver muerto a su amado, los cuerpos en el suelo no eran identificables ya que el fuego había hecho su trabajo de carbonizarlos, cayo de rodillas frente a los cuerpos rompiendo a llorar a todo pulmón , al acto llegaron otros vampiros cercanos de la zona donde ayudaron a sacar los cuerpos para darle sepultura, Kael miraba cada cosa en el suelo, buscando a su joven enamorado hasta que llego a un cuerpo grisáceo que se asemejaba con aquel chico, sus manos se posaron sobre los restos, rozando lo que había quedado de su amado, lo único que logro salir de sus labio fue un grito de dolor y desesperación por su perdida de lo que mas amaba, los demás vampiros que se encontraban en el lugar solo atinaron a tomarle de sus brazos para llevarlo devuelta al castillo donde le esperaba su familia.
En esos días Kael solo dormía permanentemente en su habitación, basado en la mas profunda soledad por aquel incidente ocurrido, las lagrimas no cesaban en ningún momento el dolor era interminable, lo único que quería el peliplateado era morir junto a lo que ya no estaría mas sobre la tierra, que era su amor, pero sabia que debía reponerse a como de lugar por su hermano menor Aki que estaba muy preocupado, pegado junto a la puerta de su alcoba llorando de igual manera que el, pero no tuvo el valor para mirarle a los ojos, quedándose así incrustado en su habitación, dejando que pasaran mas días, hasta que sintió que Aki ya no estaba cerca, se preocupo mucho, levantándose se dirigió hasta la puerta para abrirla con desmán, camino hasta el salón donde estaba una de las sirvientas del castillo, se acerco un poco pidiéndole información a la mujer, que le dijo que había salido hasta uno de los cementerios de la cuidad por que había sucedido una tragedia, este al escuchar aquello, salio a toda velocidad hacia el
recinto, llegando a un viejo cementerio donde estaba Aki con las manos ensangrentadas, plasmado en el cuerpo que estaba tirado en el suelo, derramado desesperado gritos de dolor por la muerte de uno de los mejores empleados de la casa, fiel sirviente de los Von Boriel,
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español