El día esperado llego más rápido de lo que quería, ya que su presencia había sido requerida como príncipe y no como soldado, tuvo que cambiar su atuendo, así que antes de bajar del carruaje, los sirvientes le pusieron el traje que su tío había mandado para la ocasión, cuando observo las ropas noto el parecido con las del Maoh original, su tío tenía cada idea, ya que estuvo listo y que el carruaje llego a la entrada principal, tomo en cuenta de lo que hacía las palabras de su tío, “si no quieres, no importa si nos vamos a guerra”, sonrió, era hora de enfrentar la verdad, cuando el carruaje se detuvo bajo de el, sus cabellos bailaban con el viento, sus ojos verdes brillaron de emoción al presenciar de nuevo ese palacio, Dorcas se acerco a él, sería quien lo condujera hasta el Maoh, todo parecía igual, para él no había cambiado nada en aquel lugar, quizá había más inventos de Anissinia, pero era todo, Dorcas sonriendo le cedió el paso, ya había llegado a su mayor miedo, desde ahí pudo captar tres miradas que lo recorrían de arriba abajo con mucha intensidad, volteo al ver “Hermosos Wolfram” rodeando el trono, sus ojos captaron los de Murata quien le hizo un guiño, después vio a su hermano Gwendal, y por último sus ojos se cruzaron con unos castaños que eran los que le miraban más intensamente lo que provoco que recordará el beso, sus mejillas se tiñeron de rojo, salió de su ensoñación al escuchar como un soldado le presentaba.
-Wolfram Von Bielefeld, príncipe de las Tierras Bielefeld, presente por petición del Maoh.
Como le habían inculcado, se hincó quedando frente al trono, con voz calmada pronunció.
-He venido desde nuestras tierras lo más pronto posible su majestad, ¿en qué puedo ayudar?
Todo paso muy rápido, de repente fue puesto de pie por una fuerza ajena, un brazo paso alrededor de su cintura, otra mano sujeto su nuca y unos labios se apoderaron de los suyos. No podía moverse, sus ojos se percataron de un cabello negro y la imagen de Murata apareció en su mente, así que se preparo para darle un buen golpe en el estómago, cuando un tirón lo separo de esos labios, Konrad lo abrazaba mientras que el Gran Sabio se interponía entre ellos y Yuuri.
-Ustedes no tienen derecho a intervenir.
-No creo que esa sea la manera de recibirlo su majestad.
-Sir Weller tiene razón, al menos le debes una explicación ¿no crees?
-Cierto, ven Wolfram hablemos a solas, no quiero más interrupciones por hoy.
El Maoh le tomo una de sus manos y le incitó a caminar, tan sorprendido estaba que no opuso resistencia, el beso de ese debilucho lo tenía perplejo, ¿cuándo aprendió a besar?, llegaron a una pequeña habitación la cual el Maoh cerro con llave.
-Escucha… Wolf, yo…
-¿En qué pensabas?
-Los ojos de Konrad y Murata no se apartaban de tu cuerpo, sus miradas casi te devoraban, eso me molesto ya que lo único que quiero es que estés a mi lado.
-¿Sólo por eso?
-Sí.
-Eres un idiota, estás muy equivocado si crees que por eso estaré a tu lado, no soy un objeto que decides poseer cuando alguien más lo quiere, si eso es todo lo que me tiene que decir, me retiró, su majestad.
Demonios y no literalmente, se supone que con eso notaría sus celos ¿por qué lo hacía más complicado?, al ver que Wolfram se acercaba a la puerta le empujo en contra de ella para evitar que saliera.
-Me gustas, sé que no vas a creerme tan fácilmente después de rechazarte por la estúpida razón de que eres un chico, pero me he dado cuenta de que eso no me importa, me gustas, te quiero a ti Wolfram, por quien eres, por tu persona, el Gran Sabio me dijo una vez que yo era la Luna buscando la luz del Sol, en ese momento no quise verlo, pero ahora sí, tú eres mi sol Wolfram, sin ti no puedo brillas, por favor, regresa a mi lado, no me dejes solo.
-Que tierno Yuuri, ¿qué contestas a eso Von Bielefeld?
Al escuchar esa voz ambos voltearon, un mini Shinou los observaba sentado en una mesa con una sonrisa traviesa.
-¿Desde cuándo estás aquí? –Cuestionó el Maoh
-Desde antes de que entraran.
-¡¿Cómo?!
-No es mi culpa que hayan entrado sin avisar, aunque debo admitir que no hubiera deseado estar en otro lugar. Creó que eres muy infantil Yuuri, es bueno que quiera a Von Bielefeld a tu lado, pero dime ¿cómo vas a demostrarle que es verdad?
-¿Qué dices?
-Bueno, no creo que duerman juntos por un tiempo, así que no podrá notar como te retuerces en la cama y clamas su presencia una y otra vez por las noches, así que debes pensar en otra forma ¿no?
Las mejillas de los chicos se sonrojaron para Wolfram saber que Yuuri hacía eso era nuevo, ¿significaba que Greta ya no dormía con él?, la mirada de Yuuri recorriéndolo lo hizo regresar a la realidad.
-Quiero otra oportunidad para conquistarle, dame la pauta para conocerte mejor y enamorarme de ti, déjame forjarte una idea diferente de mí, no quiere que me sigas viendo como un debilucho…
-Difícil, realmente difícil si te has tardado tanto en notar lo que sientes por él.
-Es difícil, pero no me rendiré.
-No eres el único que lo hará.
-Pelearé por él.
-¿Tú que dices Von Bielefeld?
-¿Yo?
-Pues sí, se supone que Yuuri está hablando contigo. Así que decidirás entre Murata, Konrad y Yuuri.
-¿Qué?, ¿decidir?
-Por favor niño, no vas a decirme que sus intentos de conquista no lo has notado ¿o sí?
-Quizá del Gran Sabio, pero mi hermano…
-¿De Sir Weller no?, o vamos, no creerás que el beso fue un accidente ¿verdad?
-Sí fue un… ¿cómo sabes lo del beso?
-No entremos en cosas que no explicaré, lo importante es que sé que paso.
-¿Un beso?, ¿Konrad te beso?
-Claro que lo beso, no iba a quedarse de brazos cruzados ahora que tenía semejante oportunidad, no es estúpido, Sir Weller es de aquellos hombres que consiguen lo que quieren de paso a paso, es como dicen los humanos “lento pero seguro”
-Eso es…
-¿Perturbador?, son hermanos.
-¿Y?, el amor no tiene límites y para ser exacto medios hermanos, además si las lenguas platican bien, en el pasado tú sentías algo por él ¿no, Von Bielefeld?
-Konrad siempre ha sido mi persona favorita, pero ene se entonces…
-Julia ocupaba un sitio muy importante en su corazón, pero no él tuyo, ahora tienes la oportunidad de aprovecharlo o puedes caer en los brazos del Gran Sabio, te la pasas bien con él ¿no?
-Es agradable, muy diferente de ellos dos…
-Una buena opción y en la cama….
-¡BASTA!, ¡CÁLLATE SHINOU! –El Maoh estaba a punto de enfadarse, su apariencia empezaba a demostrarlo –estoy consciente de que tienes opciones y no soy el único que busca tu corazón, pero quiero ser quien se lo quede, ha pasado mucho tiempo desde que estoy esperando tenerte en mis brazos, puedo esperar un poco más, no podrás olvidarte de mí o ignorarme, me convertiré en tu sombra de ser necesario ¡te lo juro! –se acercó a Wolfram, lo beso rudamente y salió de la habitación.
-¿Por qué? –Pregunto Wolfram.
-Quiero que sean felices.
-¿Y si Yuuri es mi felicidad?
-¿Y si es Konrad o Ken?, ja, sus nombres empiezan con la misma letra.
-Eso no importa.
-Lo que importa es quien se esfuerce más, ¿y?
-¿Qué?
-¿No te gustaría saber cómo es Konrad en la cama?, debe de ser genial, con esa carita de tierno que se carga... –un portazo le corto la frase –Vaya que se lo imagino.
-¿Crees que esta bien someterlo a tanta presión? –El Gran Sabio preguntaba por la ventana.
-Era hora de que se diera cuenta de cómo dos personas babean por él, además, ni me importa, yo sólo quiero divertirme.
-No puedo contigo.