Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

THE POWER OF GOOD BYE por Gasper_Van_Garret

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Quebrado, desdichado, corrupto y apasionado, por la perfección era en lo que me había convertido, luego de mucho tiempo de no saber el quien, ni el porque de la vida solitaria que llevaba, ¿acaso yo mismo había decidido casarme con la soledad, o el destino marca cuando uno debe ser feliz, y hasta ese momento solo puedes aguardar en el rincón mas oscuro de tu vida?

Siempre me ice la misma pregunta, ¿Por qué solo hubo una persona en mi vida, a quien quise?, ¿Por qué no logre alcanzar la felicidad nuevamente?. Nunca pude tocar con mis frágiles deditos, lo que quería, y todos a mí alrededor siempre lo lograban, a pesar de todo, ellos veían felicidad en el vaso medio lleno, y para mi, la negatividad a arrojarme al precipicio, me obligaba a quedarme parado en la orilla del acantilado, mientras ellos encontraban al final lo que tanto anhelaban. ¿Acaso el no poder amar como ellos lo hacían prejuzga que debamos quedarnos solos?, el no amar como en la vida se nos ha enseñado, es una cuestión para reprocharte, y saber que tienes que ser infeliz, mas allá de cualquier posibilidad, por no haber acatado, lo que se dijo que era lo correcto, para ser una persona de bien.

Por favor, a mi a esta edad esas cosas, esos reproches o moralmente hablando, amar a una persona dependiendo de si es hombre o mujer, es algo que me tiene sin cuidado, pero parece que aunque me considere sobre todos los comentarios, cada vez que mis ojos se cruzan en el camino de una mirada perdida que posada en la mía me hace saber que quiere mas que una amistad conmigo, me hace dudar en que dirán los que miran a mi alrededor. Si, se que parece que diera vuelta en el sentido contrario cuando voy encaminando una frase coherente, pero alguna ves se preguntaron, ¿Cuándo los comentarios de los demás van a dejar de influenciar en su felicidad?, y si tuviera que darles una respuesta desde mi punto de vista, creo que por mas que uno se considere frió y duro como una roca, a diferencia de ellas tenemos oídos y corazón para dañar, y es algo que nadie de los que largan sus palabras, como puñales sabe entender, que el dolor no proviene del comentario, sino de creer que mi vida no esta bien, que ellos se agarran de mis errores para comentar, o injuriar, y me lleva a pensar, ¿que estaré haciendo mal?. Por mas que nadie es perfecto, el amor nos hace cada vez mas imperfectos, y nos gusta creer que esa imperfección es la causa de la felicidad, la causa de poder gritar a los cuatro vientos, el cuanto amas a alguien.

Paso a relatar, lo que pretendo que sea una apología de una pregunta que nunca necesito respuesta.

Siempre, trate de ser el alumno, el hijo, el hermano ejemplar, siempre queriendo ser mejor para no defraudar a nadie, para que todos se sintieran orgullosos de lo que había logrado, que pudieran mirarme con respeto, o por lómenos que no tuvieran nada que reprocharme, y esa era mi forma de vida, algo de lo que no me aburría, ya que me gustaba hacer las cosas bien, como se debían, dejando los sentimientos, por un lado y avocándome a lo que me concernía en el momento. Ya que para mi la palabra amor, siempre significo, cualquier cosa menos lo que en si debía ser, ya que siempre creí, que enamorarse te volvía estupido, ciego, frente a la razón, débil frente a las decisiones, corruptible frente a la verdad, y totalmente vulnerable, frente al daño ajeno, y es algo que siempre voy a seguir sosteniendo, por mas que la araña halla caído en su propia trampa sabe que debe de levantarse y aprender de sus propios errores y tejer nuevamente sus hilos para que los errores queden en el pasado, y eso es algo que supe hacer muy bien frente a mi vida, mentirme y perjurar que nada pasaba, borrando, cualquier pena, con una gran sonrisa que nadie supiera desaprobar, o contrariar, y siempre el que los demás no se sintieran desilusionados era mi mayor orgullo, hasta el día que la sombra de tu figura abarco, toda la visión de mi mirada, dejándome arrodillado frente a ti.

Y aun hoy me sigo preguntando porque alguien invento el amor, el cariño, por alguien, mas, acaso nadie aprendió de Elena de Troya, acaso nadie fue capaz de darse cuenta que sublevarse al cariño, era un pecado, que decir te quiero, podía romper tu corazón, como tantos testimonio dados, que destruyeron una nación, frente a un ser distante, que parecía sentir y no sentir.

Nadie nunca me dijo, que mirarte a los ojos podía llegar a producir algo tan extraño, dentro de mi, algo que no podía entender a mis quince años de edad, yo que me creía suficientemente maduro como para afrontar cualquier situación de mi vida, y tu tuviste que aparecer con tu aire de chico, bueno y lindo que se llevaba el mundo por delante, queriendo poder conmigo, queriendo con tu falsa inocencia, hacerme sentir culpable de lo que tu voz dentro de mi despertaba, y de una u otra manera me deje convencer por tus mentiras, creyendo en tu falsa bondad, en tu desdichada cara de niño, lindo, y puro, de la cual me hiciste ferviente, orador. Y creo que hasta el día de hoy, no puedo entender, como la valentía de saber que tu a tu lado tenias a alguien, y yo era tal vez un poquito importante dentro de tu mente, me levaron a enamorarme de ti, escondiéndome tras los libros, para poder esquivar tu mirada falsa, al saber que te observaba desde atrás, y te encantaba tanto crearme falsas ilusiones, a sabiendas que tu estabas ya con alguien, hace años.

Te deleitabas, sabiendo que me perdía y me hundía cada vez mas, en la oscuridad, de tu amor, y fui muy caprichoso, al creer que algún día podría volar a tu lado, que tu me dirías te quiero, entre líneas nunca nombradas, tu siempre fuiste un gran actor, y aunque siempre lo supe, no fui capaz de rendirme, a tanto a esfuerzo, y gritártelo a la cara, y solo me dejaba llevar por el viento al sentir tu aroma.

Levántate, levántate, me gritaba en silencio, una y otra vez y me cacheteaba inconcientemente, tratando de hacerme reaccionar, pero tu eras mas fuerte, sobre todo lo que había construido, para mi vida, ni siquiera podía componer una melodía en el piano que tu nombre saltaba cada tras tecla, que sonaba, su desdicha, ¿porque en cada melodía, tu voz dulce debía de aparecer?, me había convertido, en un orador, de tu nombre, cada día peor, cada día me olvidaba de siquiera comer, por pensar en ti, por ver que me iba a poner sobre mi frágil cuerpo, para verte desde un banco contiguo en el colegio, algo que seguramente para ti era de mera importancia, ya que tu te levantabas y así te ibas al colegio, con los cabellos aplastados tanto dormir, y para mi eras tan bello, como arreglado, para una fiesta, tenias ese encanto personal, que te hacia único, frente a cualquier persona, y te gustaba, disfrutabas, verme en las clases de gimnasia, perdido, mirándote, mientras mi equipo, perdía por mi culpa, ya que la pelota siempre seguía de largo, al tocarme recepcionar. Y yo me perdía en tu mirada y tú con una mueca de risa, te deleitabas, verme avergonzarme frente a mis compañeros de equipo.

Pero el tiempo iba pasando demasiado rápido, y todo seguía en un mero juego, que me había destruido, ya todo por dentro, solo quería gritar al aire que te amaba, pero tu, no querías nada de eso, para ti era suficiente saber que alguien de verdad te amaba, que alguien por ti sufría, sin siquiera saber que quien te acompañaba en ese tiempo a tu lado, estaba jugando con los sentimientos, que tu creías poseer, junto a ella. Ella estaba jugando el mismo juego contigo, pero a tus espaldas, era libre para hacer, de su vida, una lujuria tras tu ceguera, de amor. Estabas viviendo, lo mismo que tu me hacías a mi, solo que tu creías saberlo, y yo lo sabia, y el tiempo concluía y ni siquiera podía decirte que te amaba, porque tu no querías que lo hiciera, para ti era una vergüenza sentir eso por alguien de tu mismo sexo, por uno de tus compañeros, que tal vez pudiera hacerte feliz, pero en tus ideas, eso era algo totalmente descabellado. Y creer en que era posible, fue una de las grandes mentiras, para mi corazón, porque me lo creía, y tu, si tengo que ser completamente sincero, no tenias ninguna culpa, de que te amara, porque en ti, nunca te mentiste, fuiste completamente sincero, al decirte que para ti solo era mas que un simple juego, el que aya provocado que me enamorara, era solo cuestión de tiempo, y un gran error en mi.

 Pero cuando se ama el final se presiente, se nota un frío, en el aire, un vacío tan triste, que te carcome, el alma, como en un film se adivina la escena, ese ultimo momento, que te va destruyendo pedazo por pedazo, sientes como tu cuerpo va cayendo al suelo, al verlo alejarse a lo lejos, sabiendo que tal vez el te ame, y que ya las posibilidades se te están esfumando de las mano, y por mas que quieras, no puedes hacer nada, porque su sola mirada inquisidora te lo advierte, que solo te avergonzaras delante de todos, si dices algo que no debes, y el miedo, a la humillación publica, te detiene, y te paraliza en el lugar al verlo, alejarse cada vez mas.

Y no pude conmigo mismo, no pude retener tanto dolor, y desentendimiento, en mi cuerpo, aun sus imágenes besándose dentro de un bar. Donde estábamos todo el curso, y mirándome a mi, el se regocijaba al observarme mientras otra persona era dueña de sus labios, y sabia que yo daría lo que fuera por estar en su lugar, y que me destruía por dentro al verlo, de esa forma, pero a el lo seducía verme la carita demacrada, al tratar de beber mas y mas, para que la vista se me nublara y no pudiera recordar en mi mente aquella imagen, pero nunca podía olvidarlo, al despertar a la mañana siguiente.

Y hasta el día de hoy no pude entender lo que lo llevo a maltratarme psicológicamente de esa manera tan humillante, dejándome inconsciente el ultimo día de cursado, desmayado, en el patio, del colegio, donde recuerdo haber golpeado mi cabeza, contra el duro suelo, y ver tu mirada lejana, aproximarse, cada vez mas, hacia donde yo estaba hasta perder el conocimiento.

Estuve tres meses internado, en un sanatorio, tratado por un grupo terapéutico, y nutricionistas, que decían que estaba enfermo de algo, que pesar cuarenta quilos, no era algo normal, y al mirarme al espejo me di cuenta que no parecía el mismo chico, al que aspiraba al entrar al primer año de secundaria, no entendía como había estado apunto de desaparecer literalmente, por alguien que no me amaba, como no había podido darme cuenta de el daño que me había echo, por alcanzar una espina tan grande, enterrándomela cada vez mas, en mi corazón, pero aun sabiendo que estuve tan mal, por tanto tiempo, en una camilla en el hospital, el no fue capaz de ir a verme, ni de mandar saludos, o acaso preguntar por mi, para el yo deje de existir, el ultimo día de cursado, y aunque sabia que no estaba bien, y seguramente era por su culpa, decidió apartarse aun mas, y hacer oídos sordos a mis gritos de auxilio, y hoy te estoy agradecido de eso, ya que me enseñaste que enamorarse no sirve, reafirmaste, todo lo que creía sobre esa sucia palabra de cuatro letras, y que solo desdicha te trae, al flaquear tus ideales frente a una persona, al entregarle tu corazón confiando en que lo acogerá con cariño, pero por el contrario, te entierra un puñal poco a poco sin piedad.

Y esa misma, mañana que salí de la clínica casi recuperado, decidí no volver sobre viejos pasos, ni senderos conocidos, y le pedí a papa, que me mandara a estudiar al extranjero, que si de verdad me quería que me mandara lo mas lejos de este lugar. Y así lo hizo, esa misma, noche, me fui a vivir, a la casa de verano de mi familia, en EE.UU., y allí me instale, quemando en la gran chimenea, los recuerdos que tenia de mi vida, tratando de hacer borrón y cuenta nueva, y dejar todo el pasado en el olvido, y como ultimo paso, te llame, por teléfono, y con el ultimo aliento de amor, que pudiera quedarme en el corazón, me declare frente a tu silencio ensordecedor, te dije cuanto te amaba, y cuanto daño me habías provocado, que nunca me había enamorado, y que tu habías sido el primero, que creía que me podría hacer feliz, y aun no volvería a creer,  pero ya era tarde para todo, para cualquier arrepentimiento, y solo alcance a oír el dulce perdón de tu voz, tras cortar, la llamada, y lanzando el teléfono, al fuego ardiente de la chimenea, pude ver como empezaba a derretirse, y tu numero, en la pantalla apareció, y el sonido, de la llamada entrante, empezaba a escurrirse, sintiéndose cada vez mas deformado, y asqueroso, como el mismo, odio que mi corazón guardaba para con el.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).