Repentinamente pareció formarse un tumulto en la puerta y un mal presentimiento le hizo mirar, entre ansioso y temeroso, en derredor como si recién fuese consiente del peligro que corría y ya, la figura semioculta en el oscuro rincón, no le pareció tan interesante. Como una forradme dejar de sentirse tan culpable y un tanto incomodo al volver a subir a un escenario y poner en practica sus dotes de buen camarógrafo, que por cierto consistía esa vez en una mini cámara oculta en una piedra de color negro en forma de ópalo que colgaba de su cuello. Fue así como descubrió la mirada sobre su persona que no dejaba de perder detalle de cada uno de sus movimientos que comenzaron siendo tensos y torpes para luego convertirse en seguros y sensuales.
Se había pasado el cuarto de hora intentando darle un rostro a esa mirada que ya empezaba a incomodarlo.
Entonces el tumulto se trasformó en una pelea y antes de que pudiera darse cuenta, todos corrían en busca de una salida, varios disparos resonaron desde diferentes direcciones y Naruto recordó con claridad estremecedora como terminan dichas peleas.
Sorpresivamente, en el espacio de tiempo en que se quedó como congelado sin saber que hacer, uno de los de seguridad fue lanzado hacia la tarima con una fea herida en la frente que no dejaba de manar sangre. Su primer impulso fue agacharse y verificar su estado pero antes de siquiera llegar a tocarlo, una mano pálida y sudorosa le jaló con tanta fuerza que calló de bruces sobre el cuerpo inconsciente a sus pies.
-Ven conmigo, haré una fiesta privada-
De lo primero que fue consiente fue de que esa voz le había hecho helar la sangre y un frío parecido al aliento de la muerte, se le extendió desde el agarre de su mano hasta desparramarse por todo su cuerpo y dejarlo como embotado entre el miedo y la necesidad de echar a correr.
Ere él, lo supo sin necesidad de presentaciones banales e insustanciales que terminarían por ser tan falsa como su misma sonrisa que intentaba esconder una mueca cruel y despiadada que ya brillaba en el destello sádico de sus ojos, y su mano que no dejaba de sudar denotaba su emoción al estar ante una nueva presa.
Era su boleto de entrada justo al alcance de la mano, un simple asentamiento, una respuesta positiva, tan solo una sonrisa y ya su vida estaría de lleno entre la vida y la muerte. Es mas, quizás el tipo quisiera llevárselo a la fuerza entre el bullicio y botellas volando, nadie notaria que luchaba por su vida, por escapar de las garras de la muerte.
Estaba por contestar, cuando el sonido enérgico de una voz que maldecía le hizo palidecer aun más si podía. ``Quietos todos, putos maricones de mierda ´´
No lo pensó dos veces y con un enérgico jalón se liberó del agarre, rodó sobre sí mismo y echó a correr tras el escenario. No se detuvo ni cuando escuchó la voz maldiciente del hombre y los pasos apresurados en su captura, abrió la puerta de emergencia de una patada y la lluvia torrencial de noviembre le hizo mirar en todas direcciones, notablemente desorientado pero dispuesto a seguir corriendo. No supo como bajó las escaleras sin romperse el cuello y menos como encontró el auto entre el corre, corre, de gente en todas direcciones. Lo que si supo es que solo fue encender el coche y echarse a la calle como alma que lleva el diablo, con un solo pensamiento que se repetía como letanía ``Sasuke lo sabe, él sabe donde estaba ´´
Media hora después respiró hondo pero aun así la sensación de querer salir por patas, le parecía tan atractiva. Pero no podía, no teniendo que velar por Haru. No si querría enfrentar a Sasuke, aunque las cosa no estuvieran saliendo como las había previsto pero era un comienzo, solo que quizás el Uchiha querría matarlo. Tomó nota mental, Debía dejar de usar esa expresión.
Aparcó y encaminándose hacia el ascensor, se frotó los brazos en busca de darse calor, pero por dentro se sentía tan frío como si el solo contacto de aquel hombre le hubiese enfriado el alma.
No tuvo si que utilizar su llave, y escuchando el sonido de la TV, caminó de puntillas hasta el dormitorio y casi se muere de espanto al ver la figura de Sasuke acostado en la cama con la vista fija en su persona.
-Sasuke-
Esa mirada intimidaba y la tensión era latente en la fina línea de sus labios pero Naruto no podía enfrentarlo así, se sentía en inferioridad de condiciones ante la siempre impoluta perfección, y el estando como un pollo mojado, con simplemente la camiseta de malla y los mini short de cuero que casi le impedían caminar con normalidad, gracias a kami que el abrigo le cubría lo suficiente pero no lo bastante para no dejar ver las altas botas.
El azabache no emitió sonido alguno pero su mirada le recorrió de pies a cabeza, juzgándolo y teniendo una opinión y conclusión precipitada. Pero Naruto no hablaría de que hacia en aquel lugar, no esa noche, no con Sasuke.
Se dirigió hacia el baño y quitándose el abrigo, se miró al espejo, notando como una mancha de sangre se había esparcido sobre la ropa y manchado la piel. No era suya, sino del tipo con una brecha en la frente. Recordó como se hubo ensuciado y se estremeció de solo recordar a aquel hombre. ``He perdido la oportunidad ´´
Se la quitó con cierto asco y antes de quitar los cierres laterales del short, sintió el tacto de las manos de Sasuke impidiéndoselo. Dio un respingo y miró el espejo en busca de la expresión del Uchiha, ojos negros destellando peligrosamente con el rojo de la furia. Pero solo su mirada demostraba sus emociones, porque aún estando en frente suyo no perdía los estribos. No le extrañaba el que fuese tan silencioso, ya que el estaba lo suficiente alterado como para siquiera saber donde tenia la cabeza.
-Tenemos que hablar-susurró ahogadamente al sentir como empujaba levemente su cuerpo contra el lavamanos e introducía una pierna entre las suyas. Hacia tanto que no se comportaba así que el simple contacto lo encendía.
-No estas vestido precisamente para eso-
El aliento le erizó la piel y su cuerpo se arqueó en búsqueda de más contacto, no fue hasta sentir como comenzaba a quitar ambos cierres con manos ávidas y posesivas cuando su mente logró captar en totalidad sus palabras.
-No-se apartó y frunció el seño al notar la pujante erección contra la excitante tela, Sasuke lo dejó alejarse y sólo observó como Naruto se quitaba las botas subiendo un pie sobre el lavado, pero aun sus ojos destellaban ira-Tenemos que hablar, Sasuke-
-No hay nada que decir-le tomó por sorpresa alzándolo por las caderas y metiéndose con él en la ducha, poniéndolo de cara a la pared, le escuchó maldecir y quejarse cuando al agua fría le empapó sin previo aviso-Apastas a alcohol-siseó apretándose contra él y terminando por quitarle la ultima prenda, descubriendo que no tenia ropa interior, masculló una maldición y procedió a quitarse el cinturón y la correa.
El simple sonido del cierre y la acción brusca del mayor que buscaba someterlo, le dio miedo, verdadero miedo.
-Sasuke, no, tenemos que hablar-hizo fuerza con los brazos para liberarse o al menos quitarse el peso de encima que le impedía respirar.
-¡¡Te dije que te calles!!-la orden enérgica y airada solo espoleó el carácter tozudo del Uzumaki que sintiéndose violentado, pataleó y protestó hasta que en un ataque de ira el azabache le estampó rudamente la cabeza contra la pared retorciéndole los brazos tras la nuca, en tanto con la otra mano tanteaba en busca de algún frasco.
-¡¡No!!-exclamó asustado por lo que le fuese a hacer, bien sabia que cuando el Uchiha estaba furioso, actuaba sin pensar ni medir las consecuencias-¡¡No lo hagas, Sasuke, así no¡¡-sentía como un nudo asfixiante, que nada tenia que ver con que su pecho fuera aplastado contra la pared, se le formaba desde el estomago, concentrándose le en la garganta.
Quería gritar de furia y frustración, el ser doblegado de esa forma no era más que una retorcida manera del Uchiha por poner de manifiesto quien mandaba, a quien le pertenecía. Era como un niño caprichoso que odiaba que tocaran sus juguetes y no desaprovechaba la oportunidad de marcarlo como suyo.
-¡¡Cállate!!-esa vez su voz fue un sonido ronco desde el fondo de su garganta, ennublinado por la sensación de sentir como su pene se abría paso con ayuda del jabón liquido, demasiado ansioso como para esperar, empujó con fuerza desmedida apretando sin consideración el agarre en los brazos del otro.
Naruto sólo apretaba los dientes, negándose a emitir sonido alguno, esperando que todo eso terminara cuanto antes y que no fuese una de esas veces en que su orgasmo tardaba hasta media y una hora. Lo sentía entrar y salir, embistiendo furiosamente con la sola idea de calmar así su ira, podía escuchar su respiración trabajosa en la nuca y los dientes apretándolo el cuello donde seguro ya manaba sangre. Igual que de entre sus piernas, porque eso tibio que se deslizaba hasta el piso no era más que su propia sangre unido al pre semen del azabache.
Toda señal de excitación había desaparecido de su cuerpo y su pene yacía flácido en tanto el otro no hacia más que empujara cada vez más rápido, mas hondo, más próximo al final.
Con un sonido ronco el Uchiha eyaculó dentro del rubio y este se vio liberado del agarre y libre del peso opresivo contra su espalda.
No se movió por un momento, demasiado incrédulo de lo que había pasado, o quizás demasiado culpable porque en cierta forma el tenía la culpa de la reacción del azabache. Pero no de su proceder y la desilusión de sensación de asco empañaba cualquier otra cosa.
Sasuke se apartó el pelo de la cara justo al tiempo que detenía una patada a uno de sus costados.
Naruto no lo pensó dos veces y apretando tozudamente los dientes para evitar el grito de dolor que la causaba cualquier movimiento, apoyando sus brazos en la pared, lanzó el otro pie que fue igualmente detenido y apresado. Pero el Uzumaki era temerario y no había llegado hasta donde estaba pensando las cosas dos veces o simplemnente acobardándose.
Sasuke le jaló por ambas piernas, girándole con agilidad bochornosa y dejando evidente su mayor fuerza, le miró en busca de la azul mirada.
Pero Naruto la ocultaba tras sus mechones y aprovechando que Sasuke le apresaba contra su pecho, le pegó un codazo y aprovechando el atontamiento del otro que al parecer no esperaba el golpe, le volvió a golpear pero esa vez contra los genitales.
Sasuke le soltó con un sonido adolorido y el Uzumaki, le propinó otro puntapié contra las costillas justo antes de salir corriendo de la ducha.
Eso de huir se estaba haciendo una mala costumbre.
No fue hasta dos horas después que Sasuke entraba en la habitación en penumbras de Haru y descubría la figura que vuelta un ovillo dormía en el sillón.
Naruto escuchó los pasos sobre la moqueta y inconscientemente se encogió al sentirle tan cerca que casi podía tocarlo.
Sasuke observó con detenimiento el movimiento nervioso de los parpados y las marcas en el mentón, barbilla y comisura de boca que le ocasionaron el golpe contra la pared. El sabor acido de la culpa le amargaba y aunque sabía que su forma de actuar había sido baja y cruel, tenia que tomar en cuenta que no dejó que Naruto se explicara y que había actuado impulsado por los celos y el sentimiento de impotencia al no poder eliminar esa parte del menor que nunca seria completamente suya. Esa libertad y deseos de ir y venir a su aire, la facilidad de hacer amigos y ganarse el amor de los demás.
No todo había sido malo, tenían a Haru, y por sobre todo sabia que Naruto nunca seria capaz de traicionarlo, porque lo amaba. …l mismo se lo había dicho, aunque hacia tanto no lo hacia pero, Sasuke podía sentirlo en las caricias y detalles, en su franca y azul mirada.
Entonces ¿Por qué había regresado a ese lugar que prometió no volver a pisar? Un peso de fuerza mayor, eso dictaba su conciencia, Naruto no era de los que rompían una promesa porque sí, no era como él, que prometido protegerlo y había abusado de el.
Quiso alargar una mano y al menos tocar esa dorada piel donde el se atrevió a magullar, pero no lo hizo porque sabía que no sería capaz de recibir el rechazo y la mirada que de seguro, sería dolida y desilusionada.
-Lo que pasó, no volverá a pasar-
Naruto escuchó sus palabras como la excusa o el perdón que nunca diría como se debe, y su corazón resquebrajado terminó por romperse ante la cruda realidad de que Sasuke nunca se abriría a el, y que cada año que pasaba se acercaba más a convertirse en un ser frío y sin sentimiento como el odiado de su padre.
Le escuchó salir silenciosamente luego de arropar al pequeño, al menos algo de mínima atención le había puesto esa noche y eso solo significaba que se sentía culpable por lo ocurrido. ``De algo sirvió ´´
Una fría resolución de instaló con tal perfección en su ser que todo su reprimido orgullo y espíritu se alzaron en busca de liberarse.
``Tendrás que aprender por las malas, aún a costa de que todo esto se termine y esta familia se desintegre ´´ ``Vas a aprender, como que me llamo Uzumaki Naruto ´´
Antes de caer en ese sueño agitado de los consternados de espíritu y heridos del corazón, su mirada tierna y amorosa fue para el pequeño que dormía ajeno a todo en la azulada cuna.
Bien era sabido que las personas más crueles y letales se formaban del dolor y el sufrimiento, eran aquellas que una vez fueron felices y les fue arrebatada esa felicidad.
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