Sin Culpa
La marcha del reloj no se detiene y sé que moriré, pero no tengo miedo, al fin me siento en paz. Como puedo ser tan frio? Como puedo ser tan cruel? se preguntaran. Asesine a un hombre a sangre fría sin el más mínimo remordimiento. Estoy condenado a muerte por ese crimen y aun si no cargo conmigo; ni en mi corazón, ningún remordimiento. Saben por qué?
Yo era un chico normal, un joven fértil con sueños e ilusiones. Soñaba con casarme y tener hijos, mis padres me dieron mucho cariño y me trataron como el más preciado de sus tesoros dándome una educación esmerada, pero criándome en una burbuja de cristal básicamente. Por eso nunca dude del mundo y por lo tanto nunca estuve preparado para su crueldad o más bien para la crueldad y la lasividad de algunos hombres.
Era un joven sumamente bello. O al menos eso dicen todos, mi largo cabello es negro, mis ojos son de color miel, mi piel clara y sin un solo bello, mis miembros armoniosos y ni muy largos ni muy pequeño todos decían que era el joven fértil más hermoso del pueblo.
Lamentablemente al hijo del rey también se lo parecí. Le ofreció dinero a mis padres a cambio de meterse en mi lecho pero mis padres se negaron. Por eso el muy maldito aprovecho una salida mía al pozo a buscar agua y me secuestro, abuso de mi hasta cansarse, robándome mi virginidad de una manera horrible y ignorando mis ruegos y mi llanto, y cuando se canso me entrego a sus tres amigos, luego se marcho dejándome ahí tirado y semi muerto. Un anciano que en su momento fue fértil como yo, un viejo ermitaño, me salvo y me curo, evito que me suicidara y para vivir me dio una buena razón, la venganza.
Jure vengarme y matarlos a todos y cada uno, y así lo hice y para eso use mi belleza. Me fui del lado de aquel amable anciano que me había ayudado y sabiendo que no podía regresar a mi hogar y hacer a mi familia soportar la vergüenza de lo que me habían hecho, decidí dejar que siguieran creyendo que había muerto y decidí vengarme. Primero seduje a un guardia, pobre tonto después de la segunda vez de compartir el lecho, hacia todo lo que yo quería, así hice que violara a aquellos tres chicos uno a uno y en momentos diferentes de las formas más crueles, luego que les cortara sus miembros se los metiera en sus propios anos y que los dejara morir desangrados por las heridas causadas al contarle a sangre fría sus penes. Fue la venganza que mas disfrute. Pero aun faltaba la principal la del príncipe. A él, a él lo quería matar con mis propias manos. Convencí a ese pobre tonto que tanto me ayudo en mi venganza contra los tres amigos del príncipe que me hiciera entrar al palacio. Me ayudo a entrar como un sirviente, así que fingiendo llevarle un vaso de té al príncipe eche droga en él y se lo lleve. Ese maldito bastardo ni siquiera me reconoció, yo había perdido toda importancia para el después de que de mi consiguió lo que quería, aunque en esos dos meses que había vivido con el viejo y en los otros tres que me costó llevar a cabo mi venganza había cambiado, había perdido la expresión inocente e infantil que me caracterizaba, mi melena antes largas lucia horriblemente corta y la ropa ocultaba mi alguna vez hermoso cuerpo envidia de muchos y maldición mía.
Bebió el te sin dedicarme tan siquiera una mirada, después de todo un príncipe jamás se fijaría en un sirviente y cuando termino callo inconsciente. Lo arrastré a la cama a la que lo ate y cerré la habitación con llave, conmigo tenía todo lo que quería, una hora después más o menos el príncipe despertó y entonces comenzó mi venganza. Le había tapado la boca con un pañuelo, así que sin ningún cuidado tome una vela encendida de gran tamaño y se la acerque al ano, provocándole quemaduras además de un gran dolor, quería que sintiera el dolor de ser violado siendo virgen. Luego comencé a hacerle cortes en el cuerpo con un cuchillo que traía conmigo, cortes estratégicos dolorosos pero a la misma vez no letales, aquel marrano lloraba como el cerdo cobarde que era. Luego le saque la vela e introduje en su ano un candelabro asiéndolo sangrar y desgarrándolo. Y por ultimo ya satisfecho le recordé quien era yo y cortándole su miembro se lo introduje en el ano y lo deje morirse desangrado, mientras permanecía sentado a su lado en la cama viéndolo morir, sintiéndome por fin libre de lo que me había sucedido.
Y ahí me quede hasta que se dieron cuenta de que la habitación del príncipe estaba cerrada, y ahí me quede sentado hasta que llegaron los guardias rompiendo la puerta, ahí con una dulce sonrisa permanecí mientras se daban cuenta de todo y me arrestaban.
La muerte inmediata, fue la sentencia del dolido rey por la cruel muerte que yo le había infligido a su hijo, me di por satisfecho podrían haberme violado y hecho mil cosas horribles antes de matarme, pero el rey quería que muriera inmediatamente. Por eso estaba tan tranquilo, no temo la muerte después de todo yo morí el día que ese jodido bastardo me violo y luego me entrego a sus amigos como un mero objeto, que bien muertos estaban ahora igual que el.
Pero no todo sería tan fácil, ni tan sencillo, aunque yo no lo supiera, el príncipe consorte callo muy enfermo a causa de la muerte de su hijo que lo descorazonó y la ejecución fue postergada, el rey quería estar cuando me mataran, pero su consorte era primero, lamentablemente su consorte no sobrevivió y murió dos meses después que su hijo el príncipe. El rey me culpaba de todo, así que quería verme morir lo antes posible y mando a que me sacaran esa misma tarde para la ejecución. Había permanecido dos meses encerrado en el calabozo más oscuro, donde el sol nunca llegaba. Al salir de esa celda volvía a ser el mismo joven hermoso que fui una vez, mi pelo nuevamente largo, caía hasta la mitad de mi espalda, mi piel extremadamente pálida por la falta de sol hacia resaltar mis ojos miel y mi cuerpo delgado por la falta de alimentación. A pesar del tiempo que llevaba sin un baño y la ropa gastada todos los guardias quedaron sin aliento al sacarme de la celda y cuando el rey me vio, susurro.
-No lo puedo creer, ahora entiendo el actuar de mi hijo, una belleza como tu haría perder la cabeza a cualquiera.
-Su hijo era un cerdo.
Le escupí sin miedo después de todo iba a morir. El rey sonrió con malicia nunca espere lo que esa sonrisa significaría. Nunca pensé que de haber sido la víctima de una noche de su hijo me volvería la victima de su padre todas las noches. Pero él... a él también encontrare la forma de matarlo como mate a su hijo, lo juro.
Fin