-¿Y cómo te fue ayer con Yuki? -dijo a modo de saludo un pelirrojo.
-Ah, buen día Hiro-chan... ¡me fue muy bien!, incluso me ayudó a resolver un problema.
-¿Si?, ¿y qué problema?
-Uno que debo tratar con un tal Hiroshi Nakano -exclamó con un toque de seriedad, tomándolo del brazo- debo hablar contigo urgentemente- Hiro quedó algo sorprendido, ¿qué puede ser tan importante como para poner serio a Shuichi? Simplemente asintió sonriendo, después de todo era un asunto urgente.
Entraron al aula con desgano, era lunes desgraciadamente, y ambos tenían los ánimos por el piso.
Shuichi se la pasó todo el fin de semana pensando en qué decirle a su amigo, qué palabras correctas usar, cómo se comportaría incluso... era un tema importante para tratar, se trataba de su mejor amigo, su único verdadero amigo, a quien le confía todo secrete, con el que compartió momentos geniales desde que comenzaron el colegio, también en la infancia.
Estuvo angustiado durante todo el horario escolar, temiendo una respuesta "mala" de su compañero, pensando en lo peor... en que se iría a estudiar muy lejos de él, dejándolo solo, abandonando los sueños que habían mantenido durante un largo tiempo, desolando sus anhelos de ser artista, de ser reconocido por todo Japón y muy famoso en el mundo.
-¿Y de qué querías hablar? -esa voz tranquila que muchas veces lo ayudó a seguir lo despertó de sus nostálgicos pensamientos, no disimuló su gesto de tristeza al ver a su amigo. Le indicó que se acerque con la mano, sin atreverse a mirarlo a los ojos. Sencillamente se quedó callado, aún cabizbajo, jugando con el cierre de su mochila, los nervios lo enloquecían... ¿qué haré si te vas Hiro...?
-Hiro, es muy importante lo que necesito preguntarte, por eso te pido que por favor me respondas definitivamente... dime que esta es la respuesta final... -se llevó las manos al rostro enrojecido, aguantando las ganas de llorar, debía mantenerse firme y tratar aquel tema. Sintió como una mano reposaba sobre su cabeza y acariciaba sus cabellos.
-Tranquilo Shuichi, dime ¿qué sucede? -le sonrió levemente, conocía bien a su amigo y sabía cual era el asunto que lo ponía tan mal.
-¿T-te iras... si o no? -lo miró con los ojos ya muy rojos e hinchados, suplicándole con la mirada que la respuesta sea una negativa.
-Ya sabes que sí Shuichi, en cuanto acabe este año me iré a estudiar Medicina.
-P-pero...
-Ya lo decidí, además es algo que también desea mi madre.
-N-no, te estás engañando Hiro, ¡y lo sabes! Tu madre es quien te está obligando a que te vayas, ella quiere que seas doctor, ¡no tú! Tú quieres ser guitarrista de la banda que formamos, ser famoso y tener millones de fans... ese es nuestro sueño...
-Ya está todo dicho y decidido, el próximo año me iré... sabes que nada puedo hacer -contestó melancólico, aguantando las lágrimas y evitando el nudo que se había formado en su garganta.
-¿No puedes hablar con ella?
-Lo siento Shu...ya planeó todo, incluso mi futuro. No vale la pena que sigas con este comportamiento... no llores -lo abrazó posesivamente, dejando que Shuichi descargue toda su tristeza en él, sin dejar de llorar y sollozar- de sobra sabes que no estarás solo, vendré a visitarte en las vacaciones, podemos chatear y hablar por teléfono.
-No es lo mismo...estaré solo, eres el único amigo que tengo -hablaba con voz apagada debido a que aún seguía refugiado en el pecho de su compañero- ¿qué se supone que haga?
-Sí que eres tonto, no digas esas cosas. Una persona como tú jamás está solo, ahora tranquilízate un poco -se separó un poco del menor y limpió su rostro con paciencia- es algo que debía suceder, no puedes reaccionar así siempre que algo no te agrada, trata de aceptar las cosas y encararlas como el hombre que eres.
-Entonces sí te irás después de todo... -un simple suspiro salió de Hiro.
-¿Esto es en lo que te ayudó Yuki?
-Mmm... s-si... el me dio el consejo de hablar contigo, dijo además que si no te quedabas era porque no te interesaba la banda.
-Sin duda no entiende nada, opinar así como así.
-Pero Hiro... siento que tiene un poco de razón, sólo te empeñas en seguir el capricho de tu madre y no tus sueños.
-¿Empezarás de nuevo? -el pelirosa negó rápidamente- entonces ya aclaré tu duda, esa es mi respuesta definitiva... me voy...
-Hiro, te voy a extrañar.
-Yo también tonto... pero recuerda, no estarás solo de ninguna forma -volvieron a abrazarse, y Shuichi empezó a llorar otra vez.
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-Tadaima... -tiró la mochila sobre una silla mientras se zafaba el nudo de la corbata- ¿hay alguien? -pero una nota pegada en la heladera respondió a su pregunta.
"Nos fuimos de Shopping, te traeremos algo.
Hay comida en el horno
¡Besos! Maiko y mamá"
Sonrió ante lo que leyó e instintivamente se dirigió a horno, pero al no encontrar algo de su agrado simplemente se empeñó en comer frutas. Mientras tanto pensaba en lo ocurrido hacía unos minutos, esa conversación con Hiro le había caído muy mal, se sentía terriblemente angustiado sintiendo nuevas ganas de llorar.
-Hiro baka... ¿será como Yuki dice? ¿En verdad no le importará la banda? -y en ese momento recordó a la persona que el dio el consejo, y sabía que Yuki le había pedido que le cuente sobre la conversación que tendría con su compañero... si, tal y como había pensado mucho antes, utilizar aquello como excusa para poder chatear con su nuevo "amigo".
Corrió hasta su habitación, en un segundo encendió la computadora y de a poco el monitor empezaba a alumbrarse, mientras esperaba a que todo termine de cargarse decidió quitarse el uniforme y vestir algo más cómodo: una simple remera y un short era más que suficiente. Se sentó ansioso frente a la pantalla, arrodillándose sobre la silla y empezando a teclear un "ichigo" en un espacio en blanco de una página que mantenía guardada en una sección aparte. Esperó emocionado a que aparezca el nombre Yuki en la lista de usuarios de Chat... durante un largo e interminable lapso de tiempo se entretuvo haciendo otras cosas, aprovecho para continuar comiendo, escuchó algunas canciones de su banda favorita... pero aún no aparecía Yuki.
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-Y esa es la esencia de mi última novela... aunque cada uno puede interpretarla como quiera -de esa manera acababa otra conferencia que lo mantenía muy ocupado en aquel país- adiós -cortadamente abandonó su asiento frente a unos micrófonos, encendiendo un cigarrillo con desesperación mientras se dirigía a la salida del edificio. Se subió a su auto y realizó un corto viaje hasta llegar al hotel en donde se hospedaba. Inmediatamente se echó sobre la cama, mirando de reojo su laptop y recordando a cierta chica que tenía un asunto que tratar con un tal Hiro. Pesadamente se levantó y tomó su fiel compañera para luego echarse de nuevo, encendió el aparato y abrió la página de Chat, donde rápidamente se conectó ya que reconoció a un usuario.
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-Ah! Yuki se conectó, menos mal que decidí esperar... -presuroso escribió un enorme "¡La ri hoooooo Yuki!"
-Hola ichigo...
-¿Cómo has estado Yuki? -se sentía más que feliz por estar chateando con ese hombre, como si hubiese olvidado su angustia.
-Como siempre, ¿y tú? ¿Ya hablaste con tu amigo? -que poco duró su alegría, de nuevo se sentía triste.
-Si... pero no sucedió lo que esperaba, me dijo que definitivamente se marcha apenas acaba este año.
-Ya veo, pero bien por él si es una decisión bien tomada.
-Ese es el problema Yuki, Hiro se va sólo porque su madre lo desea, está siguiendo su capricho para no sentir que la defrauda... a cambio abandona sus sueños, y me abandona también...
-Entonces no es más que un idiota, mira que seguir el capricho de una vieja.
-Pero... es su madre
-¿Y? creo que tu amigo ya es lo suficientemente grandecito como para hacer lo que su madre le dice, más si se trata de algo tan importante como el futuro... ¿tiene tu edad verdad?
-Es un año mayor que yo, pero él es tan bueno, ¿entiendes lo que hace? Se está sacrificando por los deseos de su madre.
-Tú no entiendes, ese chico acabará con una frustración enorme que no lo dejará en paz nunca, ni hablar del odio que sentirá por su madre.
-Pero nada puedo hacer, ya tomó esa decisión.
-Entonces ahí acaba todo... ¿quiere decir que también acaban tus sueños?
-Hace exactamente una hora se derrumbaron, ahora no sé qué hacer, además de que me abandona y mis deseos se arruinan por completo...
-Bueno, ¿no estás exagerando un poco?
-¡Dije que jamás reemplazaría a Hiro! No es lo mismo sin él...
-¿Y no puedes seguirlo?
-Ya consideré eso, también me es imposible -un extenso momento en que ninguno escribía se presentó, pero una actitud inusual de Yuki hizo que ese "silencio" desaparezca.
-Lo siento por ti y tu amigo... en verdad...
-Gracias Yuki, aunque ahora trataré de no recordar todo este lío, quiero disfrutar las últimas semanas del año junto a Hiro, olvidando que se marcha dentro de poco.
-¿Estás llorando...?
-Si... y perdona si te digo esto... pero lo que más deseo en este momento es un abrazo, necesito estar con alguien ahora que no sea Hiro, por eso digo que cuando se vaya ¿con quién me quedaré? Hiro es el que siempre me acompaña y consuela... y de ahora en más cuando esté triste o necesite a alguien, él no estará conmigo. No puedo evitar seguir llorando, no puedo...
Yuki sintió una profunda tristeza dentro de él, se sentía nuevamente identificado con esa joven, con esa soledad que la agobiaba y preocupaba.
-No seas baka, no estás sola, ¿qué hay de tu familia?
-No es lo mismo, ¿entiendes lo que digo?
-Claro -se imaginó a la chica sola, llorando en su cuarto desconsoladamente por su amigo, por sus sueños rotos y su futuro derrumbado, eso hizo que creciera más angustia en él... ¿qué me está sucediendo?
-Lo siento Yuki, te traje estos problemas a ti, que ni siquiera estás involucrado, peor debo agradecerte también, gracias a tu consejo sé exactamente qué es lo que sucederá.
-Muchas cosas pueden cambiar de aquí a unas semanas, ten un poco de esperanza al menos.
-¿Para qué? Lo mejor es que me dé cuenta de todo, de que sepa que no estaré para siempre con Hiro... que estaré solo...
-Deja de decir eso...
-¿Por qué? Si es cierto...
-No, no lo es.
-A ver, entonces dime a quién le importo, a quién le interesa que esté llorando en este momento... dime una persona que no me abandonará... ¿quién será capaz de eso...?
El rubio apartó un cigarrillo de su boca y se concentró en lo que escribiría, necesitaba calmar a esa niña, pero debía admitir que le importaba lo que le sucedía.
-Yo... no te dejaré sola... estaré en todo momento que me necesites...
Unos ojos amatistas se abrieron como platos al leer esas palabras, limpió su cara suavemente y no evitó para nada sonreír complacido... y mucho menos, dejar que un notable rubor se apodere de su rostro.