Unos inoportunos y persistentes rayos lo obligaban a voltearse, esa molesta luz que libera el sol cuando ya es de mañana o tarde siempre le pareció fastidiosa, justo cuando lograba conciliar el sueño el entrometido día lo sorprendía. Aquella noche se le había vuelto una de las más difíciles al intentar vencer el insomnio, al intentar espantar sin éxito el nombre Ichigo de su mente, recordando a cada rato esa última conversación que habían tenido.
-¡Maldita sea! –rugió levantándose al fin luego de dar muchas vueltas en la cama sólo para intentar dormir. Sin siquiera asearse o cambiarse de ropa se dirigió a la cocina arrastrando los pies, rascándose la cabeza con fastidio. Inmediatamente buscó lo necesario para prepararse un café bien caliente y cargado, a la vez que llenaba una pava con agua. Mientras aguardaba a que el agua hirviera decidió espiar el cuarto en donde descansaba su hermano, golpeó antes de entreabrir la puerta, pero al no obtener respuesta, entró sin vacilar.
-¡Aniki!, querido Eiri –gritaba Tatsuha de sorpresa, sorprendiendo al rubio que se volteó rápidamente.
-¿Dónde estuviste?, ¿recién llegas?
-Sí, es que la noche se había vuelto muy agradable, no te imaginas lo bien que la pasé… por lo visto tú también te mantuviste despierto –exclamó preocupado Tatsuha, observando las notorias ojeras de Yuki al igual que su estado general no tan agradable- ¿qué anduviste haciendo?
-Nada, sólo es que no pude dormir –respondió mientras volvía a la cocina- espero que no hayas estado haciendo cosas indebidas.
-Ah, no seas pesado, aprovecho de que no estoy con el fastidioso de oto-san y… ¿tú me regañas?, déjame disfrutar esta corta libertad aniki –imploró con ojitos llorosos- aún debo conocer a mi amado Ryuichi Sakuma.
-¡Bien!, pero no molestes, no me siento del todo bien –preparó el café y se sentó en el negro sofá.
-No te preocupes, me iré a descansar ya que estoy muy, pero muy agotado –bostezó exageradamente y luego se internó en su habitación- hazme acordar que tengo que hablar contigo en cuanto despierte, ¡es algo importante! –y cerró la puerta apenas acabó de gritar.
-Seguro se trata de una estupidez –tomó un poco de su desayuno sintiéndose algo relajado, comenzando a acomodarse sobre el sofá hasta obtener una pose grata. Y tan sólo al pasar unos segundos su mente empezó a divagar, de nuevo esos pensamientos, otra vez caer en esa molesta nube de recientes recuerdos, ¡todo se repetía!, era como volver al día anterior… todo era lo mismo. Los ojos topacios volvieron a aguarse, tal y como el día anterior, la sensación en su pecho reapareció, tal y como el día anterior. Temía por él mismo, temía a las sensaciones que lo estaban engañando al parecer. Algo le preocupaba, algo le atormentaba.
-¿Soy especial para ella?, ¿soy importante para alguien? –se levantó repentinamente con intenciones de despejar su mente. Era algo imposible que Eiri Uesugi, ese hombre de personalidad tan cerrada, fría y distante, empiece a sentir esas cosas por culpa de una niña a la cual ni conocía, simplemente… era imposible.
Comenzó a caminar por el living, por la cocina, por los pasillos, buscando algo que no sabía qué era precisamente, hasta que llegó a su cuarto y miró directamente a la cómoda. Aún estaba su bolso medio abierto, se sentó sobre la cama desecha, las sábanas arrugadas caían hasta sus tobillos, miró fijamente el bolso, y ya cansado de esa actitud infantil, lo abrió y sacó su laptop de allí.
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-Ah… espero que este día sea mejor que el de ayer –suspiró sonriente Shuichi, mirando su reflejo en el espejo y empezando a hacer muecas para mirar desde todos los ángulos su propio rostro- creo que me hará bien salir un rato, ¡disculparme con Hiro antes!, pero primero… -a través del espejo observó su computadora- tal vez Yuki esté conectado, ya son la 1, creo que hice mal al faltar a clases y dormir tanto, ¡pero bueno! –con un corto trote llegó hasta la computadora, arrimó una silla y tomó asiento- debo aclarar ese error de Hiro, no quiero que Yuki piense tonterías de mí –y otra vez, tal y como estuvo haciendo los días anteriores, se conectó al Chat con su ya acostumbrado nombre de usuario… y otra vez la alegría al ver a ese hombre conectado. Titubeó por unos momentos, tenía que pensar qué iba a decir.
-Buenas tardes Ichigo –escribió algo emocionado el escritor, al fin sus dudas serían aclaradas.
-Hola Yuki, tanto tiempo.
-Si sólo fueron unas horas.
-Bueno… para mí fue mucho –se sonrojó un poco cuando acabó de escribir aquello, pero no debía empezar a coquetear… ¿coquetear?
-Hum, al parecer no eres una persona muy ocupada, que extraño que no estés en el colegio.
-Es que me dormí, aunque en realidad no dormí absolutamente nada.
-Ya veo, ¿y qué es lo que hacías que no podías dormir?
-Bueno, pensaba en muchas cosas… en que pronto me graduaré y todavía no tengo decidido qué hacer, en los últimos exámenes, en Hiro, en un trabajo que pronto debo empezar a buscar, pero más que nada…
-¿Qué?
Dudó, suspiró, se quemó el cerebro pensando en si estaba bien o no lo que iba a hacer.
-Aprovecharé este día, estoy de muy buen humor y siento que debo sincerarme con Yuki.
-Pensé mucho en ti… pensé en esa estúpida declaración que te hice.
-Eso de que soñaste conmigo.
-Exacto, siento mucho haber dicho eso, pero fue como un impulso… además es cierto, ¡pero sólo fue un sueño!, la mente es tramposa.
-No importa, fue mi culpa por haber preguntado eso, no era de mi incumbencia- se relajó totalmente, por fin esa duda se había desvanecido, en verdad esa chica había soñado con él y hasta pensaba en él. No pudo evitarlo, las palpitaciones en su pecho aumentaron, sentía que era importante para otra persona que no fueran sus familiares molestos. Pero aún debía aclarar una duda, ¿quién era en realidad Ichigo?
-Aunque debo admitir que al haber dicho que me besaban por primera vez debió ser tentador el hecho de saber quién lo hizo, bah… esas cosas me pasan a mí, que soy chusma –rió más que alegre, todo se solucionó tan fácilmente, Yuki era muy comprensible y tolerante al parecer del pelirosa, y eso lo hizo contentar aún más.
-Dime Ichigo, esa foto que me enviaste, ¿es falsa? –soltó repentinamente.
-¡Mierda!, ¡¿por qué la alegría me dura sólo medio segundo?!
-No, soy yo.
-¿De verdad?
-Si –miró la imagen de su hermana y sonrió melancólico, le estaba mintiendo a la persona que amaba.
-Bueno, confío en ti.
-Aún no le creo, es tan simple saber si miente o no… creo que una cita sería muy apropiado.
-Si…
-¿Qué te parece si cuando vuelvo de Nueva York nos conocemos?
-Emm…
-¡¿Y ahora que hago?!, ¿por qué quiere una cita?-pensó y pensó, de nuevo y poco más le salía humo de la cabeza- quizá para cuando vuelva de Nueva York ya le haya dicho que soy hombre, no puedo enviar a Maiko a encontrarse con Yuki, eso no estaría bien –miró con preocupación hacia todos lados- tampoco puedo disfrazarme de mujer.
-¿Ya lo pensaste?, creo que quieres aceptar y no te animas, después de todo por algo estuviste despierto toda la noche… pensando en mi.
-Je, no te dejaré pasar esta, por mentirosa o mentiroso, porque aún no sé lo que eres, te obligaré a que nos encontremos, veremos si aceptas.
-¡No es cierto!, ¡no pensé toda la noche en ti!
-Ah, cierto… la escuela, el trabajo, tu amiguito, me imagino cuanto le habrás dedicado a ellos por la noche… déjame pensar.
-¿Y tú que sabes?, ¡no seas presumido!
-Bien, haré las estadísticas para confirmártelo: graduación y exámenes 0.5 %, trabajo 0%, futuro 0% ya que no abandonaste tu sueño tal y como afirmaste, Hiro 0.5%
-¡No sabes nada!
-Claro que sé… Yuki 90%
-¡Deja de presumir!, ¿crees que pensé únicamente en ti?, mi vida no gira a tu alrededor.
-No estoy afirmando eso, pero si, anoche pensaste únicamente en mí.
-¡Qué tonto eres!, ¡además eres malo!
-Dime algo más… ¿cómo besaba en tu sueño? –no sabía por qué, pero le encantaba hacer enojar a esa niña.
-¡Yuki!, no me lo recuerdes por favor, me apena mucho.
-No te preocupes, verás que un beso real es mucho mejor.
-No me digas –escribió con sarcasmo, sacando la lengua.
-Bueno, dejemos eso, ¿aceptas o no la cita?
-Uh… la cita, ya lo había olvidado –dijo tontamente, la conversación de hacía unos segundos lo había puesto de un mejor humor todavía- como quisiera que estuviera Hiro ahora.
-Está bien, acepto, pero de todas maneras dijiste que vendrías para la graduación.
-Lo sé, la cita será unos días después… no falta mucho para que conozca a la verdadera Ichigo.
-¿Qué quieres decir?
-Sé muy bien que no eres la de la foto.
-¿Q-qué?, ¿cómo se dio cuenta?
-¿Por qué dices eso Yuki?
-No nací ayer pequeña, tranquilamente notó cuando me mientes o no, ni siquiera estoy seguro de si eres hombre o mujer.
-¡Pero!
-Conviene que no sigas, sólo logras delatarte cada vez más.
-¿Y qué sucedería si soy hombre?
-Vaya, así que eres hombre.
-¡No afirmes todo lo que digo!, lo único que digo es que imagines eso, ya que dudas tanto de mí.
-Bien, creo que no pasaría nada, no es un pecado que seas hombre.
-¡Que no lo afirmes!
-Está bien, no te enfades, confío en ti.
-¡Así que un chico!, eso si que era algo que no me esperaba, pero es tan predecible y transparente, al hacer esa absurda pregunta dejo bien en claro que no es mujer… vamos a asegurarnos igual –murmuró burlonamente, apoyando las yemas de los dedos sobre las teclas.
-No me enfadé…
-Además no creo que un chico vaya a elegir ese color de letra, es algo extraño, ¿no crees?
-¿Qué tiene de malo el color rosa?
-Nada, sólo digo que sería raro para un chico.
-No le veo lo raro –escribió ofendido- todos los colores pueden ser usados por cualquier persona.
-Seguro… ¿y ese nick entonces?, si fueras chico si que sería raro que te nombres así.
-¿Por qué?
-Bueno… la frutilla no necesariamente representa lo masculino, es muy de niña, ¿no te parece?
-¡No!, yo creo que a un hombre le pueden gustar las frutillas, tal vez es un fanatico de ellas y por eso le rinde honor.
-¿Rendir honor? –escribió y se cuestionó incrédulo el rubio, haciendo una graciosa mueca que denotaba asombro.
-¡Si!, ¿me dirás que no es lindo que un chico huela a frutillas?, ¡quizás utiliza shampoo de frutilla y su cabello huele bien rico y frutal!, ¡quizás usa perfume de frutilla y su cuello huele rico y fresco!, ¡quizás usa pasta dental de frutilla y su aliento huele rico y bien singular!
-Admito que si eso es así sería muy sensual, me encantaría que el cuello de alguien joven huela a frutillas, sería lo más delicioso poder besarlo o morderlo –sonrió triunfantemente, esperando una respuesta pronta aunque sabía que eso no sería así.
-Estos niños se toman todo en serio…
Los cabellos de todo su cuerpo de erizaron, un gesto de pánico simulado se formó en el rostro del estudiante bien acompañado de su ya normal sonrojo que cada vez era más evidente. Observó su perfume de frutillas, al igual que su shampoo, sobre la cómoda, olió su ropa impregnada de ese aroma tan único. En ese momento creyó que era la única persona en el mundo que olía todo el tiempo a esa fruta tan exquisita, bueno… tal vez era el único chico en el mundo que olía así.
-¡No puedes decir esas cosas!
-¿Cómo que no puedo?, ¿por qué?
-Bueno… ¡porque es indebido!
-Eso no es cierto, además creo que deberías agradecerme, ahora sabes que cuando nos veamos te conviene oler a frutillas, si lo que quieres es que te bese el cuello.
-¡Yuki!, ¡mira las cosas que dices!
-¿Qué tiene?, igual con lo que escribiste antes me diste a creer que ya usas perfume y shampoo con ese aroma… y que no eres una chica.
-¡¿Este tipo tiene la bola de cristal o qué?!
-Está bien Yuki, piensa lo que quieras, ya no me importa.
-¿De verdad?
-¡De verdad!, ¡que fastidioso estás hoy!
-Y tú que chillón, con razón decidiste hacerte pasar por mujer, pega más con tu personalidad.
-Pero que fastidioso… -iba a seguir escribiendo, pero las voces de Hiro y Maiko lo interrumpieron. Estiró el cuello para intentar oír algo.
-A esa hora y mañana será la cita, te encontrarás con él a las…
-¿Qué?, ¿Maiko tiene una cita?... al parecer Hiro planeó eso, ¿no será qué? –se volteó hacia la computadora.
-Lo siento Yuki, surgió algo y debo irme –escribió abruptamente.
-No hay problema niño, acordaremos luego lo de nuestra cita –Shuichi sonrió tiernamente.
-Está bien, seguiremos luego ¿no?
-Seguro, nos vemos.
-¡Chao!
Como era normal, se desconectaron al mismo tiempo.
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-Bueno… asunto resuelto. Esa Ichigo resulta ser hombre –un profundo suspiro salió de entre sus labios- y al parecer si soy alguien importante para él –otro suspiro- pero ahora podré dormir tranquilo al menos- miró el reloj a la vez que tomaba un cigarrillo de una mesita próxima, por lo visto había estado un largo tiempo chateando, y como esa conversación le había subido el ánimo, decidió ir a ducharse y salir a dar una vuelta después.
Estuvo durante unas horas en el baño, recostado tranquilamente, su cabeza reposaba relajadamente sobre el borde de la bañera al igual que sus manos; un nuevo cigarrillo se mantenía firme entre sus labios, desprendiendo un humo insistente que se desvanecía apenas ascendía, esos ojos dorados observaban aquello con atención, pero su mente se ocupaba de otras cosas. Sus ganas de ir a dar una vuelta se esfumaron, quería estar relajado y lo había logrado, además debía aprovechar que su alocado hermano se encontraba dormido, así que el departamento era sinónimo de paz absoluta.
Permaneció un rato mas allí, el humo del cigarrillo había cesado hace tiempo, el vapor del agua ya no estaba ni empañaba los vidrios, la temperatura del agua y de su cuerpo habían descendido. Levantó una pierna y observó los dedos ya muy arrugados, notó que era hora de salir. Se secó el frío cuerpo y luego se envolvió en una bata pesada y abrigada, apenas salió se topó con su hermano que parecía un zombie.
-Buenos di… buenas tardes –exclamó Yuki al ver la cara destruida de Tatsuha- parece que de verdad estuvo agradable anoche, estabas muy lúcido cuando llegaste.
-Si… cuando llegué… -y rápidamente se internó en el baño.
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Lentamente abrió la puerta para no hacer ruido, bien agachado siguió las voces de Maiko y Hiro hasta que dio con la habitación de su madre, le sorprendió mucho que estuviesen allí. Se apoyó contra la puerta cerrada, haciendo fuerza por mantener pegada su oreja a la dura madera.
-Y eso es lo que harás, ¿entendiste? –escuchó que su amigo decía.
-Pero, ¿tienes una foto o algo?
-Estaba muy apurado por lo que no pude pedirle que se describa al menos, de todas maneras lo reconoceremos, él ya sabe quien eres aparte.
-Si, es cierto, entonces mañana a las cinco de la tarde.
-Pasaré a buscarte, claro que no te dejaré ir sola, no sabemos bien quién es ese Yuki.
El asombro de Shuichi creció aún más.
-¿Maiko tendrá una cita con Yuki?, pero si él… ¿lo habrán engañado?
-Todo sea por ayudar a mi onii-chan –se alejó corriendo en puntas de pie al sentir que los dos que conversaban se acercaban.
-¿Dónde está ahora?
-Está dormido aún, tuvo una fea noche creo.
-Ok, dile que por favor me llame en cuanto despierte, necesito hablar con él.
-Bien, le diré, gracias por avisarme sobre esto.
-No, gracias a ti Maiko, sin ti no podría llevar a cabo este plan… bueno, debo irme, déjale saludos a Shu.
-Seguro, hasta mañana Hiro –y escuchó como ahora ambos se alejaban.
-¿Qué está pasando?, ¿cómo que Maiko se verá con Yuki?, eso no… -se tapó la boca para no empezar a sollozar- si recién hoy tenía intenciones de que no encontremos, ¿cómo es posible que esa cita exista? –se quedó pensando unos segundos- bien, ¡eso ya no importa!, debo dejar de estar llorando, mañana iré a esa cita a espiarlos y sabré que es lo que Hiro y Maiko quieren lograr, y de paso sabré que tiene que ver en esto Yuki.
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-Aniki, necesito hablar contigo.
-En ese estado no creo que digas cosas coherentes.
-Es algo importante, es sobre mi viaje Eiri, sabes que mañana me voy a casa –susurró apenado- y no pude conocer a mi amado Ryuichi Sakuma.
-¿Qué quieres decirme?
-Mañana tengo una cita en el centro comercial con una chica que conocí ayer, pero a las seis ya debo viajar… ¿podrías ir a buscarme a las cinco al centro?, es que si no, no llegó a tiempo y ¡perderé mi vuelo! Pero tú tienes auto y…
-¿Es sólo eso? –interrumpió molesto el escritor.
-Si, te estaría esperando en la puerta.
-Sabía que era una estupidez, te iré a buscar, no te hagas problemas.
-¿De verdad?, pensé que no querrías.
-Con tal de deshacerme de ti lo antes posible…
-Oh, pero que aniki más cruel –dijo simulando tristeza, pero en realidad muy sorprendido por lo fácil que le resultó convencer a su hermano- dime Eiri, ¿no planeas tener una cita con esa chica del Chat?
-¿Por qué sales con eso ahora?
-No sé… sólo responde.
-No, no me interesa esa mocosa, es más, no chatearé más –mintió obviamente.
-¿Eh?, ¿por qué?
-Porque es una estupidez, y no quiero tener una cita con una tonta adolescente.
-Mmm… eso lo veremos aniki, veremos que dices mañana cuando te encuentres con ella –murmuró bien bajito para que su hermano no lo escuche.
-¿Qué andas balbuceando tonto?
-Nada, nada, solamente es que creo que no deberías andar hablando así de ella… nunca sabes cuando te la puedes encontrar.