Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lemuria, el regreso por susan black

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: bueno, para los que leyeron esta historia y no les gusto su final, pues aqui la continuacion de esta historia y espero que queden satisfechas con esta nueva entrega, que demorar, pero saldra, bye!
 

Susan Black presenta:

Lemuria, el regreso

 

Capitulo 1: El regreso de Lemuria.

 

 

5 años después...

 

Un muchacho fornido, de gruesa espalda, piernas largas, oscuros cabellos y ojos negros y furiosos, nublados por un éxtasis efímero que en esos momentos producía la pelea a puños en la cual estaba sumido...

 

Todo había comenzado hace ya 5 años, cuando la muerte de su hermano mayor marco su vida y la de su familia. El vio morir a su hermano frente a sus propios ojos, trauma que aun no superaba y todo era culpa de ese maldito monstruo que había llegado a su vida sin siquiera pedírselo y que no solo se había llevado su corazón, si no, también la vida de su hermano y la destrucción de su familia.

 

El tipo al que golpeaba cayo al suelo inconciente y sangrando copiosamente por nariz y boca, frente a su semblante sombrío. No era su culpa después de todo, el tipo había comenzado la pelea sabiendo de quien se trataba, sabiendo que desde que había entrado al instituto, era él al que mas temían, era él el que mandaba sobre toda la escuela manteniendo un régimen terrorífico.

 

Se acerco a su mochila, la recogió y se la echo al hombro mientras que con el dorso de su mano se limpiaba la sangre que brotaba del labio roto. Camino por la vereda de la calle hacia su casa, a unas cuantas cuadras de su escuela, estaba cabreado, no por las continuas peleas que protagonizaba, no, estaba aburrido de no poder quitarse de una vez ese fuego de furia que tenia en su pecho, era odio, odiaba a la persona que una vez amo y no por ser la culpable de la muerte de su hermano mayor, no...la odiaba por haberlo abandonado, por no regresar a su lado y por mantener muy en el fondo de su corazón la esperanza de volverlo a ver, de que volviese a su lado, a por él...se odiaba a si mismo.

 

Era una tarde oscura, de seguro Susan estaría preocupada por él, se suponía que hace 3 horas habían terminado sus clases. Paro un momento al notar algo en el cielo, la luna estaba en el firmamento rojizo mientras que el sol aun no se ocultaba del todo en el horizonte, parecía que el tiempo se hubiese detenido...era una sensación extraña, las calles comúnmente transitadas y bulliciosas se encontraba vacías y silenciosas...

 

-           Que sensación mas molesta-Se quejo William.

 

Se apresuro a llegar a su casa y el silencio golpeo su rostro como de costumbre, pero esta vez era un silencio tenso, era molesto. Serró la puerta tras de si y camino hacia la escalera, pero al pasar por el living se detuvo en seco, acababa de ver algo que no se lo creía aun viéndolo. Alguien de largos cabellos plateados, ropaje blanco puro y aura blanca y brillante se encontraba parado frente a una muy seria Susan, que se encontraba sentada en un sillón.

 

-           ¿Qué esta ocurriendo aquí?-Pregunto William entrando violentamente dentro del lugar, asustando un poco a la chica.

-           Lan...-Musito el ser de cabellos plateados mirándole con sus ojos de color plata liquida.

-           ¡¡No me llames así!!-Grito William enfureciendo.-   ¿Quién eres? ¿De donde haz salido?-Gruño acercándose al hombre que poseía su misma estatura.

-           Soy Lyr, el rey del país de Armonía y padre de Lemuria-Respondió Lyr.

-           ¿Padre de Lemuria?-Repitió William asombrado.

-           Necesito vuestra ayuda, sobretodo tuya, Lan...no...William-Dijo Lyr mirando a William muy seriamente.

-           ¿Por qué?-Pregunto William cortante.

-           La condición de nuestro mundo es desastrosa, mi esposa Dahna a sido consumida por la maldad y se ha revelado en nuestra contra dominando a las demás razas mágicas...ha utilizado para esto a Lemuria y al demonio Luzbel...-Explico Lyr con tristeza.

-           ¿Y que tiene que ver eso conmigo? Es tu problema no el mió, ve y ruégale a tu creador que interceda por vosotros-

-           El no puede hacerlo, su reencarnación le ha sellado profundamente dentro de él, por culpa de tu hermana-Contesto Lyr con impotencia.

-           Que Susan le haya dejado por haber asesinado a nuestro hermano es o mínimo que se merecía ese asesino-Dijo William enfadado.

-           ¡Nuestro creador no es un asesino! ¡Retira ese agravio!-Exclamo Lyr exaltado.

-           ¡No! ¡Tu hijo y ese maldito son los responsables de la muerte de Eidan, es vuestra culpa! Ahora solo asuman las consecuencias de vuestros actos-Gruño William cabreado. Lyr no contesto, se quedo callado mirando a William con el ceño fruncido.

-           Pues si no me ayudan, acabaréis muertos...-Comento Lyr.

-           ¿Qué estas diciendo?-Pregunto William.

-           Dahna les mando a matar...le encomendó como misión a Lemuria el encontrar a la actual reencarnación de Lemures, llevarlo a nuestro mundo y asesinar a la familia del asesino de Lemures, ustedes...-Explico Lyr serio.

-           ¡Oh, por Dios!-Exclamo Susan tapándose la boca mientras unas lagrimas caían de sus ojos.

-           Entonces... ¿para que nos quieres a nosotros?-Pregunto William.

-           Lemuria no puede matarlos, si lo hace desequilibrara por completo nuestro mundo y este se destruirá...-Respondió Lyr angustiado.

-           No me interesa-Contesto William inexpresivo.

-           Por favor, William, él aun te ama solo tu puedes detenerlo, te lo ruego...-Suplico Lyr colocándose de rodillas.

-           No lo haré-

-           Te lo suplico, William, no permitas que Lemuria...-

-           Pero, si nosotros morimos, nos reencarnaremos nuevamente, ¿no?-Pregunto William interesado.

-           Si, pero Dahna a creado unos aparatos con los cuales de extrae la presencia mágica desvinculando por completo a la reencarnación con su anterior vida y si eso pasa, vosotros no podréis reencarnaros en este mundo nuevamente-Explico Lyr.

-           William...quizás eso sea peligroso para nosotros...-Comento Susan preocupada.

-           No puedo detener a Lemuria, soy una reencarnación, si utilizo mis poderes mágicos me consumo por dentro y moriré, tal como Eidan-

-           Tomen...-Dijo Lyr sacando de su bolsillo derecho unos colgantes con unas piedras en forma de gota, todas de color azul profundo. En su mano había cinco de ellas.-   Los cree para ustedes, si los llevan puestos podrán utilizar la magia de su reencarnación sin despertarla siquiera y sin que su vida se consuma, deben encontrar a las otras reencarnaciones antes que Lemuria y entregarles estas piedras, para que así puedan defenderse de él-Añadió.

-           ¿Quieres decir que tendré que encontrar a las reencarnaciones de Eidan y los otros?-Pregunto William con molestia.

-           Así es, esa será tu misión...William-Respondió Lyr.

-           ¡¿Y te crees con derecho a encomendarme misiones?!-Gruño William enfadado.

-           William tranquilízate, por favor-Pidió Susan preocupada.

-           Piensa esto, William: si haces esta misión, podrás reencontrarte con Eidan y tu madre-Dijo Lyr seriamente. William le miro inexpresivo.

-           Pero también me encontrare con Lemuria...-Comento William apretando su piedra.

-           Eso será inevitable-Contesto Lyr.

-           Perfecto...le haré pagar por todo lo que causo-Sonrió William malvadamente. Lyr se sorprendió al verlo sonreír de esa manera, no era bueno.

-           Toma, este aparato hallara residuos de magia a kilómetros de distancia, con esto podrás encontrar mas rápidamente a las reencarnaciones-Dijo Lyr entregándole unas gafas oscuras de apariencia muy simple.

-           Interesante-Musito William colocándolas, en cuanto lo hizo, estas reaccionaron y frente a sus ojos aparecieron letras extrañas que de alguna manera lograba entender.

-           Te lo suplico, William, no permitas que Lemuria se haga con alguna de las reencarnaciones, podría ser muy peligroso...-

-           Si, eso es todo. ¡Lárgate!-Mando William dándole la espalda. Lyr frunció el ceño y desapareció atravesando una pared invisible.

-           Otra vez estuviste peleando-Susurro Susan con cansancio.

-           No es mi culpa, ellos vienen a mi en busca de pelea-Contesto William mirando a Susan a través de las gafas, notando el aura que la rodeaba de un color celeste pálido.- Vaya, esto realmente funciona-Sonrió divertido.

-           No juegues con eso-Pidió Susan.

-           No me digas lo que tengo que hacer-Gruño William molesto.

-           ¿Te sirvo algo de comer?-Pregunto Susan.

-           Está bien-Acepto William quitándose las gafas.

 

William vio alejarse a Susan hacia la cocina, su relación había empeorado por los años, a veces eso le hacia sentirse culpable, pero Susan también tenia la culpa por enamorarse de ese maldito asesino creador del mundo al que pertenecían sus anteriores vidas, todos eran culpables de asesinar a Eidan, incluso él.

 

La joven tenia el cabello largo y sus ojos emanaban una profunda tristeza, había madurado de golpe con la muerte de Eidan, ya no era la misma niña de hace cinco años. Había llorado mucho cuando se había enterado de lo que había ocurrido. Y claro esta, había terminado toda relación con el chico que era la reencarnación de Agadir, Joshua.

Había ingresado a la universidad y ahora s preocupaba de sus estudios y de la familia, por lo cual, seguramente no se dedicaría a la absurda misión que Lyr les había encomendado. Ya tenia 21 años y desde que había roto relación con Joshua, jamás había tenido un novio, y él lo sabia perfectamente, ella aun amaba a Joshua y le era fiel incluso sin estar con él. Era una tonta.

-           Toma, quédate con uno de estos, podrías necesitarlo-Dijo William parándose de la mesa mientras dejaba uno de los colgantes frente a Susan, la cual le había acompañado en la mesa.

-           Gracias-Contesto Susan tomándolo con tristeza.-    William...no pelees contra Lemuria, tú le amas...aun-

-           ¡Yo no lo amo! ¡Lo odio! Que no te das cuenta que con su llegada a nuestro mundo todo se desencadenó y Eidan murió al final-Grito William enfurecido.

-           ¡No fue su culpa, William! Deja de culparlo, te hará daño cuando le veas-

-           No, si yo le hago daño antes a él-Contesto William y salio del comedor.

-           William...-Musito Susan entristecida.

 

Al día siguiente...

 

-           Me voy-Anuncio William antes de serrar la puerta tras de si. Camino hacia su escuela a paso firme, con el colgante sobre su camisa que estaba fuera de su pantalón, y sobre esta un saco negro con la insignia de la escuela, una escuela solo para chicos.

 

Para ser aun escuela solo para chicos, en ella él era bastante popular y respetado, muchos le temían, sobre todo los de cursos inferiores, pues a sus diecisiete años y su último curso en la escuela, él era el único que la dominaba por completo. Era un pandillero muy conocido por los profesores, que incluso no eran capaces de sancionarlo si lo pillaban haciendo algo malo, pues temían por su propia integridad. Él hacia y deshacía en aquella escuela, si quería asistía a clases, si quería no lo hacia, el se mandaba solo.

 

Y a pesar de eso, era bastante inteligente, pues aunque faltase a clases, si solo se conseguía las notas de aquel día, podía mantener sus notas siempre en un primer lugar sin que nadie se atreviera a destronarlo.

 

Esta vez decidió asistir a clases, por lo cual al entrar a su salón más de alguno le quedo mirando asombrado y en cuanto él pasaba se corrían saliéndose de su camino, llego hasta su escritorio, el último de la última fila al lado de la ventana y se sentó colocando los pies sobre la mesa.

 

La puerta se abrió y en el salón entraron 2 personas tras el profesor de turno. Su mirada fue rápidamente dirigida a ellos sin poder creerlo, ósea, se esperaba topar con él, pero no tan luego y menos en un lugar como ese.

 

Un rubio de cabello platinado, que juraría tuviese los cabellos color plata, era alto y delgado, a su lado, un pelirrojo mas alto que el rubio, que aparentaba mas edad que el otro, tenia cara de chico rebelde ni siquiera mitigada por su forma de vestir, pues su uniforme era un total desastre, muy al contrario del rubio que estaba ordenadamente vestido.

 

William se percato que el rubio le miraba y sostuvo su mirada desafiante hasta que el profesor llamo su atención.

 

-           Estos chicos llegaron de una escuela extranjera, se han buenos con ellos. Sus nombres son Jeremy Figg y Luzbel Figg, son primos, por eso su miso apellido. Todas las preguntas que deseen hacerles se las hacen cuando termine mi clase. Ahora vayan a sentarse ustedes dos-Mando el profesor de matemáticas.  -        Bien, ¿en donde quedamos? ¿Alguien sabe?-Pregunto el hombre, que era bastante joven.

 

Uno de los alumnos levanto la mano y le respondió al profesor. Mientras tanto, Jeremy se sentaba justo en el banco de al lado de William, toda la fila de al fondo estaba totalmente desocupada a excepción de William. Esto molesto claramente a William, Luzbel se sentó al lado de Jeremy y miro de reojo a William.

 

-           Hola-Sonrió Jeremy mirando a William. Esto llamo la atención de varios alumnos que se encontraban en las filas de adelante.

-           Hola-Contesto fríamente William y miro por la ventana durante toda la clase, para así ignorar a Lemuria, que le miraba insistentemente.

 

Para el recreo, gracias a que los compañeros de clase abarrotaron a Lemuria y a Luzbel con preguntas, William pudo escaparse de él. Después de esa primera clase, no volvió al salón y se quedo en la azotea durmiendo.

 

-           Vaya, el líder tenia razón...chicos nuevos en el salón A, habrá que darles la bienvenida-Dijo un chico entrando en el salón de William, en donde Lemuria y Luzbel nuevamente estaban atrapados con sus compañeros, estos se dispersaron rápidamente cuando vieron entrar al tipo este y con un grupo de cuatro chicos, todos del ultimo año de la escuela.-                  Bien, chicos nuevos, nos mandaron a buscarlos para darles una acogedora bienvenida de parte de nuestro querido líder, no opongan resistencia si no desean salir lastimados-

 

Luzbel se paro de su silla al escucharlos, pero Lemuria le lanzo una mirada de advertencia. Ambos siguieron al grupo hasta la parte de atrás del gimnasio de la escuela, donde los chicos comenzaron a golpearlos sin motivo alguno.

 

-           ¡No, Luzbel! No lo hagas-Mando Lemuria cuando el pelirrojo enfurecido intento evocar su magia, pero Lemuria no quería que mal utilizaran en el mundo de los humanos, por lo cual, eso limitaba a Luzbel y lo enfurecía aun mas, de solo seguir las ordenes de aquel enano.

 

Lemuria cayó al suelo semi conciente, con la su nariz y su labio inferior sangrando. Escucho pasos y pudo ver como los pies de los chicos que le habían dado una paliza se alejaban abriendo el camino a la persona que caminaba hacia ellos. Solo podía ver los zapatos de aquella persona, la cual boto un cigarrillo a medio consumir y lo apago pisándolo, para luego, con la punta de zapato, levantar el rostro de Lemuria, lo que vio, dejo impactado a Lemuria tanto que no pestañaba de la impresión.

 

-           Creo que te han dado una linda bienvenida de mi parte, Lemuria-Sonrió William divertido.

-           ¡Maldito!-Gruño Luzbel enfadado, estaba de rodillas tomándose el estomago.

-           William...-Sollozo Lemuria entristecido.

-           Bienvenido a mi mundo, Lemuria-Sonrió William.

 

Continuara...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).