Cap4: EL SECUESTRO DEL KAZEKAGE
Tenían que moverse rápido; por ahora no había tiempo.
Ya después disiparían sus dudas, los miembros del equipo hebi
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POV´SHUKAKU
“No entiendo al mocoso, primero con las ideas de proteger a su aldea y su gente, luego eso de formar lazos con las demás personas, de relacionarse con los otros más allá del miedo, odio y muerte. Cuando lo escuche hablar de eso con su hermano, creí que se había vuelto loco, incluso llegue a reírme.
Me equivoque, en verdad se lo tomo muy en serio.
-todo es culpa del ninja ruidoso- se quejo, aunque muy en el fondo estaba feliz
Siendo el demonio que era, no llegaba a comprender del todo la nueva actitud del pelirrojo. Pero ahora tenia un algo, que no lograba identificar; hasta cierto punto me recordaba al hiperactivo rubio.
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[Unas horas antes de la boda]
-“Ahhh ese mocoso quiere volverme loco o que???- gritaba furioso el ichibi, su cola se movía agresivamente, no entendía la actitud de su portador.
Estaba a punto de casarse con un completo desconocido, siendo que el ya amaba a otra persona, no era que le agradara esa perspectiva.
Por dios era un demonio, y no cualquiera, era el gran ichibi del desierto, -Que bajo he caído- murmuro acongojado, era verdad sentía celos, de qué?... De que alguien más estuviera en la vida del pelirrojo
–suficiente tengo con soportar a los locos de sus hermanos
Las reflexiones del perro mapache fueron interrumpidas por la intromisión de la persona que menos deseaba ver; el causante de todas sus desgracias… el hijo del señor feudal, Takao.
-No me fio de este sujeto- murmuro para sí mismo, y confirmando sus sospechas tuvo que presenciar la mas inaudita situación…
-Maldita sea ¿ahora qué hago?...-se cuestiono cabreado, no tenía mucho tiempo ese sujeto estaba a punto de violar a su contenedor.
Cuando estaba a punto de arrancarse la cola de frustración, apareció su salvación. Uchiha Sasuke había rescatado al pelirrojo y no solo eso, sino que declaro abiertamente que se lo llevaría lejos.-Parece que las cosas mejoran –sonrió un poco – o se pondrán peor? qué más da, mi trasero está a salvo. Bien Uchiha confiare en ti, pero ponle una mano en sima al mocoso, y te castro
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-Después de todo, ese mortal tiene la delicadeza de dejar inconsciente al pelirrojito…-se reía el ichibi, podría haber detenido perfectamente al moreno –sería muy molesto tener que ver como hace las cosas a su “estilo” el mocoso… humanos
El perro mapache se recostó en el piso de la mente de Gaara, tenia sueño, mucho sueño…-Te encargo al mocoso Uchiha, si algo le pasa ya conocerás el poder del gran Shukaku- sin decir más se sumió en un bien re confortable sueño.
FIN DEL PO´V
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El cálido viento del desierto soplaba suavemente llevándose consigo algunos granos de arena, el gran océano de arena se veía inmenso ante los ojos del mortal, la sombra era casi nula al igual que su flora y fauna; el calor era insoportable y la extensión del terreno hacia desorientar fácilmente al viajero, solo aquellos que conocían el lugar podían tener posibilidad alguna de sobrevivir.
Entre las dunas se podían vislumbrar las siluetas de cuatro viajeros, eran como un espejismo en el medio del desierto, sus piernas se movían velozmente aunque la arena les dificultaba el paso haciéndoles ir a una velocidad menor. Al frente de esta caravana iba un joven de cabellos negruzcos y ojos tan oscuros como el ébano, su piel era blanca como la porcelana; en sus brazos cargaba a un muchacho de cabellos rojo sangre, una piel aun más blanca que la del primero, sus ojos estaban cerrados, pero sus parpados y el contorno de sus ojos estaban delineados por una marcadas ojeras; esto sumado a los finos rasgos de su rostro y la falta de cejas le daban un aspecto irreal, como el de un sueño o un espejismo.
Detrás de ellos corría un joven de imponente tamaño, de cortos cabellos color naranja, su expresión era serena pero en ningún momento perdía de vista al moreno que iba al frente; detrás de él iba un muchacho y una muchacha; el joven tenía el cabello azul celeste, su piel era muy blanca portaba una gran sonrisa que dejaba a la vista unos puntiagudos dientes, sus turquesas no se despegaban de su líder o mejor dicho de las piernas del pelirrojo las cuales colgaban al viento…
-“Tiene una piernas muy blancas- pensaba pícaramente- y bien torneadas, como será el resto jeje”
La muchacha no despegaba los ojos del pelinegro tenía una mueca de molestia en el rostro, no estaba nada contenta con la noticia de que el pelirrojo los acompañaría y mucho menos que le moreno le cargara –“para eso está Juugo”-pensaba agriamente, sus ojos centellaban furiosos, no bastaba con el nuevo integrante de Hebi, no… tenía que estar cerca del albino el cual no dejaba de sonreír de forma morbosa. –“A saber que se estará imaginando”
Ajeno a todo esto, el pelinegro observaba el terreno esperando vislumbrar la frontera de Suna con el país del fuego; estaba más que seguro de que los shinobis de la arena no tardarían en darles alcance, después de todo ellos conocían mejor el terreno y estaban habituados al hostil clima. No había tiempo que perder, no podía darse el lujo de que los alcanzaran, si bien una confrontación no sería un problema mayor para él y su equipo, perdería valioso tiempo cosa a la que no estaba dispuesto.
-“Eres mío, lo fuiste desde el instante en que nos enfrentamos- reflexionaba observando la faz del pálido ninja –tu eres el único que ha despierta en mi estas sensaciones, y lo único que no estoy dispuesto a perder”
La forma posesiva en que miraba al muchacho no paso desapercibida por el mayor, tenía varias conjeturas en mente pero hasta el momento nada seguro; una idea asalto sus pensamientos, y si…
-“Bueno, tal vez esté equivocado- pensaba el peli naranja, tratando inútilmente de restarle importancia al asunto –pero si tengo razón lo más seguro es que muera calcinado”
Era una posibilidad no muy lejana de la realidad, el morocho era demasiado temperamental, ellos habían experimentado en cuerpo propio que tan volátil podía llegar a ser el carácter de su líder; en especial Suiguetsu quien no aprendía de sus propios errores, pero el poco sentido de supervivencia del alvino era otra cuestión.
- Sasuke, llevamos varias horas corriendo- remarco los acontecimientos resientes, captando la atención del Uchiha –Llevas todo este tiempo cargando al muchacho, déjame ayudarte
Aquel amable, e inesperado ofrecimiento extraño al moreno; no era normal que Juugo se prestara voluntariamente y mucho menos que comenzara una charla. Algo tramaba, inspecciono su rostro buscando algún indicio de treta; pero el mayor solo mostraba un semblante ameno y tranquilo, nada que lo inculpara.
Suspiro resignado, era cierto llevaba horas cargando con el inconsciente kasekage un descanso no le vendría mal; aunque realmente no estaba nada cansado, es mas ni si quiera se encontraba fatigado; puede que fuera la adrenalina o la simple satisfacción de tener en sus manos aquello que por tanto tiempo había anhelado, pero sentía que tenia la fuerza suficiente como para destruir una nación.
Volvió su mirada al fino rostro del pelirrojo, mostraba un semblante tranquilo e incluso se podía distinguir la ligera curvatura de sus labios, que asemejaba a una sonrisa.
Estaba por negar amablemente –cosa extraña en el- la oferta del peli naranja; pero fue abruptamente interrumpido por el alvino: -NO, Sasuke si alguien va a cargar a esta preciosidad soy yo
La azulina mirada del espadachín se paseo por todo el cuerpo del menor, deteniéndose en las blancas pierdas; soltó una risita muy semejante a las de Kakashi cuando lee su librito anaranjado. Aquella acción disgusto de sobre manera al peli negro quien sujeto contra su pecho el frágil cuerpo.
-Nadie lo tocara, entendido- el sharingan brillo aterradoramente, dando énfasis de que la paciencia del moreno estaba en sus límites –Si alguno de ustedes osa ponerle una mano encima, se las verá conmigo
Ninguno de los presentes se atrevió a decir algo más –En marcha
Hebi retomo su camino, sumidos en el más profundo silencio, aunque cada uno trataba de analizar todo lo recién ocurrido.
-“Sasuke-kun no entiendo porque tenemos que llevar al pelirrojo, que te ocurre, desde que llegamos a Suna has actuado de extraño”-la mente de Karin trataba de resolver el enigma del reciente comportamiento del Uchiha
-“no es justo, porque tienes que cargarlo tú, yo quiero cargarlo –chillaba mentalmente el peliazul –bueno ya abra mas oportunidades de acercármele kukuku, ah que abra de cenar? Ojala que comamos algo en un alguna aldea, ah ya no soporta la basura que cocina Karin”- bueno la mente del albino era otra cuestión
-“Parece que no me equivocaba… le gusta el muchacho- concluyo el más grande sin dejar de ver al Uchiha- pero no entiendo porque debíamos secuestrarlo? Tendré que averiguar eso”-
-“Esos idiotas, como se atrevió ese bastardo a verte de esa forma…ya me las pagar”- cabe destacar que el sharingan seguía presente y el una aura asesina le rodeaba
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El rubito no podría estar más desconcertado, se suponía que había ido para llevarse a Gaara consigo, pero al llegar a la habitación del pelirrojo escucho unos extraños sonidos que provenían de dicha habitación; sus ojos se abrieron grandemente. La habitación era un total caos, los muebles estaban volcados, las cortinas estaban hechas jirones, las sabanas de la cama estaban revueltas y en el suelo yacía algunas ropas y el cuerpo semidesnudo de un castaño.
-Q…que paso?- pregunto a la nada, mientras se acercaba a levantar al muchacho
-agggg…-se quejo el muchacho mientras era incorporado
-Que ocurrió- le pregunto tratando de asimilar la situación, cuando cayó en cuenta de algo de suma importancia –donde está Gaara?
-Ahhh- gruño el joven feudal mientras se tocaba la parte lesionada –Ese bastardo se lo llevo
-¿NANI?... Como que se lo llevaron…-el desconcierto dio paso a la angustia y preocupación
–Contesta ttebayo… ¿Quién se llevo a Gaara?
-Fue un Uchiha- los ojos del kitsune se abrieron como platos, temía escuchar ese nombre –Sasuke Uchiha
El rubio se levanto de golpe, sus azules pupilas se tiñeron de rojo sangre, las marcas de sus mejillas se pronunciaron aun mas, los blancos caninos se asomaron por las hendiduras de sus labios; el manto del zorro demoniaco cubrió el cuerpo del moreno, cuatro de las nueve colas estaban fuera
-Dime…- la voz del ninja rubio sonaba distinta, era profunda y atemorizante, todo lo contrario a la que tenía anteriormente.- Quien eres
Tenía miedo, mucho miedo, ese muchacho había cambiado en un abrir y cerrar de ojos –So… soy…Ta..kao
-El hijo del señor feudal?- pregunto el demonio zorro
-S… si- el castaño temblaba, nunca había tenido tanto miedo
-Bien, te diré algo- se acerco al feudal, el cual solo retrocedió- Espero que sepas hacerme caso porque si no… te matare
Aquella simple advertencia basto para hacer entender al muchacho que su vida estaba en inminente peligro –Un cobarde como tú no puede tener a Gaara… es mío ¿entiendes?
-Si… si entiendo- contesto al borde del desmayo
-Bien, mas te vale que vayas avisar a los demás, diles: que Sasuke Uchiha a secuestrado al kasekage
-H… hai- salió corriendo de la habitación, no fuera a ser que el demonio cambiara de opinión
-De acuerdo Uchiha, el juego acaba de empezar- sonrió maliciosamente. Las cosas se pondrán interesantes a partir de este momento…
CONTINUARA…