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FAMILIA por Felina

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Notas del capitulo: ADVERTENCIA: Lemon

 CAPÍTULO 2. DESEO

 

Ruki bajó al restauran del hotel, y el único que estaba esperando ahí era Kai. Cosa que le sorprendió un poco, aunque no del todo, después de todo, suele ser el más puntual para todo.

 

- buenos días, dejaste a Aoi en la ducha?... – el pelirrojo se sentó a lado de su amigo, quien tomaba un café, supone espera a que todos estén reunidos para desayunar decentemente.

 

- podría decirse… - respondió con esa sonrisa tan usual en él, tan transparente, pero el pelirrojo alzó una ceja en interrogación… - dormí en la habitación que Uruha se había autoasignado…

 

……flashbacks……..

 

- bueno, tenemos tres habitaciones a nuestra disposición… - comenzó el líder de la banda, con las llaves en una mano… - Reita, tú y Ruki pueden dormir en una… - sonrisa adorable… - Aoi y Uruha e…

 

- yo quiero dormir solo, porque este baka es muy loco para dormir… - el castaño tomó una de las llaves que tenía el morocho en la mano y sin decir más se encaminó por el pasillo donde se encuentran las habitaciones para ellos.

 

Aoi alzó los hombros cuando Kai le miró como preguntando si algo había pasado con Uru. Luego Reita y Ruki simplemente había buscado su alcoba e ignorado el acontecimiento, después de todo con Uruha nunca se sabía, podía llegar a tener unos arranques que… bueno, lo hacían parecer más una chica que un chico.

 

Kai y Aoi se dispusieron a dormir, dejaron sus cosas por ahí en la habitación, se colocaron el pijama, se metieron a la cama cada uno en un extremo, y cuando ya sentían que entraban en el mundo de los sueños… los golpes llamando a la puerta los sacaron abruptamente de la primera fase del sueño.

 

El morocho se levantó con los ojos semicerrados y al abrir la puerta se encontró con un Uruha con cara de espanto.

 

- asustan en mi alcoba, me quedaré aquí con ustedes… - y sin esperar comentario alguno por parte del morocho, el castaño entró a la habitación y se metió a la cama, dejando espacio suficiente para Kai, pero…

 

- descuida, yo iré a dormir allá… - y dejándolos solos, el líder salió rumbo a la otra recámara. Realmente no le había extrañado, aunque los pretextos del castaño eran cada vez más absurdos. Eso, y que fuera el mismo Uruha quien intentaba no pasar tiempo con el pelinegro pero terminaba volviendo a él. Sería todo más sencillo si simplemente aceptaran que se quieren.

 

……..flashback…….

 

- oh, entonces… - Ruki luchó porque no se formara una escena bastante yaoi en su mente, pero… fue demasiado tarde… -

 

- eh, Ruki?...

 

- mh?...

 

- te ves muy contento hoy, me alegra volver a ver tu mirada con ese brillo… -

 

El pelirrojo se sonrojó realmente por nada, es decir, no era como que Kai le hubiera dicho que lo veía así por causa de haber dormido con el rubio, o que le preguntara si era agradable despertar sobre su calido pecho, ni que… bueno, mejor parar o aquello podría ser malinterpretado, o sea, no es como que el bajista le guste, cierto? Es solo que se siente seguro con él después de que lo salvara aquel día en el bar. Eso, es solo agradecimiento y admiración, nada cursi y gay de por medio.

 

- buenos días… - saludó Uruha con una sonrisa de oreja a oreja, a ojos del morocho se notaba a kilómetros de distancia lo bien que le hacía a ese par estar juntos…

 

- buenos días… - correspondieron Ruki y Kai…

 

- Yuu, no vas a saludar, maleducado…. – y es que el pelinegro había llegado directo a tomarse la taza de café que acababa de servirse.

 

- estoy cansado, Shima… - y cuando ese par se hablaba así significaba solo un par de cosas… o estaban peleados por alguna tontería… o… habían hecho ESO y Aoi había llevado las de perder con un Uruha insaciable pidiendo más y más.

 

- buenos días… - ahora el rubio se unía a la mesa, Kai inmediatamente pidió el menú del desayuno… -

 

- buenos días, mi querido amigo Reita… - el castaño saludó efusivamente, sonriendo con cierta coquetería (muy natural en él, por cierto) y dando palmaditas en el hombro de su amigo, que había terminado a lado de él, quedando en medio considerando que del otro lado se encontraba el pelirrojo.

 

Aoi frunció el ceño ante su acción, pero no fue el único, porque Ruki también se había sentido molesto por ello. No que fuera gran cosa, es decir… son los mejores amigos! Un momento, si ellos son los mejores amigos (porque Reita lo ha dicho abiertamente ante las cámaras) él qué pasa a ser, solo su amigo? Y porqué sigue teniendo esos debrayes mentales, porqué sintió una punzada en el estómago cuando escuchó ese “querido” en labios de Uruha, porque le molestó esa sonrisa, si él como los demás saben que el castaño le sonríe así hasta a la pared, bueno no, eso fue un poco exagerado, aunque, cuando está pasado de copas… como sea, el caso es que a la mente de Ruki llegó una palabra en especifico: celoso.

 

- mierda!... – soltó el pelirrojo entre dientes, atrayendo la atención de sus amigos.

 

- sucede algo malo, Ruki?... – preguntó el líder, aunque los ojos de los cuatro estaban sobre él.

 

- eh?... no, no… es solo que… acabo de recordar que… no es importante… - e intentó sonreír para calmar el ambiente, sin haber podido encontrar una excusa, porque la mirada preocupada del bajista le tenía hipnotizado… -

 

Y sus compañeros no tuvieron más opción que hacerle caso, después de todo Ruki sigue un poco extraño, si bien se le ve mejor, de vez en cuando aún tiene esas reacciones inexplicables que ya ni se molestan en cuestionar porque siempre reciben la misma respuesta.

 

Terminando el desayuno se fueron a las locaciones del concierto para tener un ensayo general y ultimar cualquier detalle. Aoi maldijo por lo bajo cuando Uruha hizo lo que tanto adoraba, acercarse al vocalista de manera sugestiva mientras toca la guitarra, y él normalmente le imitaba y terminaban por hacer fanservice (incluso en los ensayos? Eso ya es demasiado, pero claro, pretexto de por medio, “para que todo salga bien”) pero ese día no estaba por los ánimos, y no porque no haya tenido una noche de pasión desenfrenada con su “amigo”, sino por lo que ello implicaba y porque había terminado por sentirse como un objeto para el castaño…

 

………..flashback……

 

- no se te ocurrió algo mejor que decir… - el pelinegro cuestionó juguetón, porque apenas Kai había salido por la puerta, el castaño ya le estaba acariciando la entrepierna…

 

- calla, tengo ganas… - y sin más atacó sus labios en medio de la oscuridad de la habitación, besándolo con necesidad, colocándose en el acto sobre su cuerpo.

 

El pelinegro comenzó a gemir porque las manos expertas del castaño se filtraron bajo la parte superior de su pijama y comenzó a acariciar sus pectorales y a jugar con sus tetillas sin dejar de besar apasionadamente sus labios. Y sintió cómo esas mismas manos bajaron hasta colarse bajo el pantalón de su pijama y se apoderaban de su erección, acariciando de arriba a abajo, arrancándole sonoros gemidos que se medio ahogaban entre besos o quedaban truncados cuando se mordía el labio.

 

Aoi no se quedó quieto y aprovechando que Uruha estaba a horcajadas sobre sus caderas, participó llevando sus propias manos a la erección de su amante, le bajó el pantalón del pijama junto con el boxer y comenzó con el mismo ritmo que el castaño imponía en su entrepierna.

 

Cuando ya ambos estaban a tope, Uruha apartó sus manos e instó al pelinegro a hacer lo mismo, cambiaron de posición quedando él bajo el cuerpo del pelinegro, abrió sus piernas y las enroscó en la cintura de Aoi, y el pelinegro podría jurar que vio el fulgor de la pasión ardiendo en los ojos del castaño en medio de las penumbras casi totales de la habitación. Pero todo quedó en el olvido cuando sus dedos fueron apresados en la boca de su amante al tiempo que movía sus caderas haciendo que su erección chocara contra la entrada de éste. Una vez humectados con su saliva, los liberó y de inmediato el pelinegro condujo uno a su pasaje para dilatarlo, no mucho tiempo después había conseguido su objetivo y notaba que los gemidos del castaño ya eran solo de gozo. Retiró sus dedos y acercó su hombría para penetrarlo de una sola embestida, como al castaño le gustaba. Uruha ahogó un grito de dolor, porque aunque hubiera sido preparado, la erección del pelinegro siempre lograba abrir más sus paredes íntimas y eso dolía… pero era un dolor placentero que lo arropaba cuando las estocadas se sucedían en su interior con un vaivén acompasado. Y los gemidos en ambos se hacían más roncos e intermitentes, y la temperatura era una caldera de pasión, y sus cuerpos se unían en un ritmo casi salvaje cuando la excitación los iba arrastrando más y más cerca del orgasmo. Ese momento culmen de explosión que los hacía temblar y derramarse, el pelinegro en el interior del castaño, y éste bañando sus torsos.

 

Aoi estaba cada vez más convencido de que cada entrega con Uruha era una muestra fidedigna de un sentimiento compartido, porque es la segunda vez que lo hacen sin alcohol de por medio. Pero no se atrevía a hablar claramente con el castaño, porque como aquella primera vez, Uruha simplemente salió de la cama para limpiarse y se volvió a acostar para dormir, sin dirigirle la palabra, sin darse un beso más… sin nada…

 

Y se repitió por la mañana cuando el castaño se metió con él en la ducha y le hizo el mejor sexo oral de su vida… pero eso solamente… sexo, tal como lo dijera el castaño con su voz sensual…

 

- nada como empezar el día así, no? Aunque nuestra noche de sexo fue espléndida, no hay nadie como tú para hacerlo... – y eso había conseguido hacer hervir su sangre, pero no había dicho nada, porque de hacer o decir lo que quería, hubiera terminado a los golpes con el castaño y a parecer una novia ofendida. Y él es el hombre en dado caso!

 

………flashbacks………

 

Al final el tiempo se les fue entre arreglos y conversaciones triviales, y la hora del concierto estaba próxima, los cinco estaban en camerinos alistando sus vestimentas y maquillaje. Aoi tratando de ignorar las sexys y largas piernas de Uruha.

 

- mierda! Que más da que sea solo sexo… - pensaba mientras veía al castaño acomodar sus mechones lacios frente al espejo, con su cuerpo ligeramente apoyado sobre el mueble, su trasero invitándolo a pecar otra vez… - genial me calentaré justo antes del concierto, perfecto, maldito Uruha tan bello y sensual tenías que ser…

 

Ruki bromeaba con Reita acerca de lo mal que combinaba su bandita en la nariz esa noche…

 

- pero si es un color neutro… - replicaba el rubio siguiéndole la corriente… -

 

- el púrpura no es un color neutro, Akira… - escuchado su nombre venir desde esos labios suaves era una autentica melodía para sus oídos, sobre todo si iba acompañado de un pucherito… como le gustaría que lo besara así, plenamente consciente de hacerlo, y no solo entre sueños… - hey, Reita baka, estás ahí… - el pelirrojo movía una de sus manos al frente de su rostro, se había quedado tildado solo mirándolo…

 

- Kai, lindo de mi vida!!!... – fueron interrumpidos por la peculiar voz de cierto vocalista excéntrico que entró feliz de la vida directo a asfixiar al líder con un abrazo recibido con una sonrisa dulce en boca de Kai, a pesar de que otro poco y lo deja realmente sin aire.

 

- Miyavi-san, qué sorpresa verte… -

 

- qué, tienes concierto aquí, también… - preguntó el castaño con las manos en la cintura. Es que ese hombre a pesar de ser mayor que ellos es más niño que el propio Ruki y logra sacarlo de sus casillas porque llama demasiado la atención… ¡y ese es su papel!

 

- claro que no, yo solo vine a ver a mi Kai… - e importándole poco las pocas personas que estaban por ahí, o sea las maquillistas y algunos técnicos de sonido, el excéntrico besó la mejilla de un sonrojado morocho que siempre se sentía cohibido con él, porque es demasiado tierno con su persona, efusivo y simpático, tanto que comienza a creer en los rumores. Será que en verdad le gusta a Miyavi? Y porqué eso a él no le resulta incómodo, al contrario, le gusta esa sensación que se instala en su estómago.

 

- tu Kai?... – cuestionó divertido el manager, que se aparecía para indicarles que ya era hora de salir al escenario.

 

- sí, mío… verdad Kai-kun… - y lo estrechó atrapándolo por la cintura, friccionando suavemente su mejilla contra la del líder de la banda…

 

- bueno, fanservice en otro momento, ya tienen que salir… -

 

……………………….

 

Porqué se sentía extraño, como si algo faltara para sentirse contento, satisfecho y poder conciliar el sueño. Es decir, el concierto había resultado magnífico, las y los fans habían chillado como locos, habían coreado sus canciones, habían gritado como nunca cuando Uruha y Aoi lo rodearon y habían explotado de emoción (o había sido más su propia impresión) cuando Reita se les unió y ellos quedaron tan cerca que podría haberse pensado que se habían besado.

 

Era demasiada confusión, demasiado para soportarlo, tal vez era que faltó un vaso de cerveza con la celebración postconcierto, o era simplemente que aún circulaba demasiada adrenalina en su organismo. El bajista dormía tranquilamente a su lado, suerte que al día siguiente tenían día libre y después de vuelta a casa. Si es que no salía el manager con que se abrieron nuevas fechas. El pelirrojo abandonó la cama, buscó sus cigarrillos y salió al balcón a fumar, a ver si así se tranquilizaba. Pero después de tres cigarros seguía sintiéndose igual, algo faltaba… y su vista se iba en contra de su voluntad hacia la figura apenas visible del rubio. Suspiró y mirando al cielo se preguntó si aquello era amor, simple atracción pasajera o qué demonios le pasaba con Reita.

 

Y tal vez fue el humo del cigarro el que arrancó al sin nariz de su sueño, pero al abrir los ojos y percibir que el otro lado de la cama estaba vacío, espabiló de inmediato y apenas apartó las cobijas y puso un pie en el piso, pudo ver a Ruki recargado en el barandal del balcón con un cigarro en la mano y su vista perdida en el firmamento, la luna redonda y blanca de fondo, hacía de la escena algo verdaderamente hermoso.

 

- es tan malo amar a alguien de tu propio sexo?... – pensando en eso, el bajista llevó sus pasos hacia donde el vocalista… - Ruki?... – lo llamó con suavidad…

 

- Reita, te desperté?... – el bajista negó con la cabeza, se acercó a su amigo, pero no demasiado, y se quedó contemplando el cielo simplemente.

 

El pelirrojo se quedó mirándolo como embobado, realmente si se detenía a observar al rubio con detenimiento, es un chico muy atractivo, es alto (bueno, más que él) tiene buen cuerpo, se ejercita, es amable, es… bueno, es que es Akira, es… como el chico ideal de muchas… y también hace que sienta un novedoso calorcito en el estómago, y que su corazón lata más rápido…

 

- genial, solo esto me faltaba… - el vocalista apagó el cigarro y se mordió el labio, había pensamientos en su mente que no debería de tener… pero… el cuerpo suele actuar por cuenta propia cuando menos debe, o tal vez cuando más se desea algo.

 

El punto es… que ahora se encontraba besando a Reita con demasiada tranquilidad, y se sentía bien que las manos del rubio se colocaran en su cintura y sus labios bailaran acompasados con los suyos. Y se sintió en una nube cuando la lengua de su “amigo” se coló en su boca e invitó a la suya a una danza más erótica.

 

Y cuando logró que sus sentidos percibieran otra vez más que solo caricias y besos, el pelirrojo ya estaba en la cama medio desnudo, con un Reita en sus mismas condiciones besando sus pectorales y descendiendo peligrosamente a su entrepierna. Y supo entonces que nunca antes había experimentado ese tipo de deseo, que ninguna mujer con quien estuvo antes le hice perderse en las sensaciones de tal modo que fuera como si el tiempo dejara de existir, ni tampoco nunca las caricias dejadas en su cuerpo le hacían suspirar como en ese instante.

 

Reita se deshizo del pantalón del pijama del pelirrojo y acarició su entrepierna por sobre el boxer, escuchando un gemido más sonoro venir de la garganta de Ruki, y se preguntó por un segundo si estaba bien que siguiera en eso, después de todo no tiene claro qué es lo siente el pelirrojo por él, pero… desea tanto recorrer cada palmo de su piel y memorizar cada recoveco de su cuerpo, que a menos que el propio Takanori se lo pida, él no parará.

 

Y fue así que cuando ambos se encontraron desnudos suspirando y gimiendo entre besos y caricias candentes, el menor supo que tenía ese otro deseo, el de ser poseído por el rubio, de sentirlo dentro, de saber si con él puede alcanzar un orgasmo y tocar el cielo con la punta de los dedos, de si eso que siente como corrientes eléctricas que magnetizan su ser de placer es solo sexo o un acto de amor.

 

Y por eso humectó los dedos del bajista con su boca, y lo instó con susurros a hacerlo suyo, a profanar ese estrecho pasaje con su virilidad. Reita no pudo negarse, porque es con lo que ha soñado por largo tiempo, y solo espera de verdad que eso no arruine la relación entre ellos, que no resulte que a la mañana siguiente ambos traten de hacer de cuenta que nada pasó, que la palabra “error” no salga de labios de su amante, que puedan llegar a más, que el pelirrojo le permita cuidar de él para siempre, de demostrarle cuánto le ama.

 

El vaivén de caderas comenzó cuando el vocalista susurró que estaba listo después de la dolorosa intromisión de Reita en su interior, y las primeras estocadas dejaban un vestigio de incomodidad, pero unos instantes después cada embestida era más placentera y su boca no paraba de suspirar, gemir y buscar los labios del bajista para besarse apasionadamente. Y el bajista sentía las paredes del pelirrojo aprisionar delicioso su miembro cada que entraba y salía de él, y era una delirante sensación de placer que esperaba experimentar más que solo esa noche.

 

Y mientras seguían sumidos en el placer de su entrega, estuvieron ajenos a una pequeña lucecilla dorada que se colaba por la ventana y se paseaba alrededor de ellos, y era imposible para ellos escuchar esa sonrisita de niño haciendo una travesura, o darse cuenta de esos brillos plateados que bañaron sus cuerpos cuando alcanzaron el éxtasis.

 

Ruki sentía su cuerpo temblar y las oleadas de placer recorrerlo de pies a cabeza, y se sentía inmensamente completo, había sido una experiencia única y verdaderamente gloriosa. Todavía podía sentir la calida esencia del mayor de los dos en su entrada, y su torso húmedo por su propia semilla, y sonrió feliz cuando sintió la lengua del rubio lamer ese rastro, y no pudo evitar imitar el gesto con Reita, saboreando su propia semilla en la sudada piel de su amante.

 

Y ya mañana podrán hablar de lo sucedido, y aclarar lo que ese encuentro los volvía ahora, porque en ese momento solo quería dormir… dormir abrazado otra vez a su cuerpo.

 

 

Continuará…………. 
Notas finales:

Espero que les haya gustado, mil gracias por los review y espero seguir recibiéndolos... procuraré darme tiempo de contestarlos...

 

Hasta el próximo capo... 


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