Después de un largo viaje Uruha y Aoi llegaron a su destino felices y descansados, ya que pudieron dormir unas largas y placenteras horas.
Más tarde se trasladaron al hotel donde se hospedarían durante la semana, pidieron la correspondiente habitación y también una rica cena para deleitar sus paladares, luego se marcharon.
En la Habitación 214.
Aoi se encontraba desempacando algunas prendas, cuando escucho el sonar del timbre, indicio de que su apetito fuera saciado. Abrió la puerta, y recibió una enorme bandeja más los distintos aperitivos, mientras tanto Uruha se encontraba en la recamara alistándose, Aoi preparaba todo el lugar románticamente como le gusta a él, decía que la mirada brillosa de Uru era como ver miles de estrellitas, por eso decoraba aquellos rincones, pero algo le llamaba la atención la tardanza de Uruha, el sabía muy bien que no era puntual pero tampoco era la gran tardanza, así que dejo de lado los arreglos y se disponía a pasar, llamando a Uruha desde la puerta que daba a la recamara:
Uruha, amor vamos la cena ya esta preparada. –Insistía Aoi.
Vamos Uru, tengo hambre. –Volvía a insistir, ¿Qué tanto haces? –Preguntaba, pero no encontraba respuesta lo cual preocupo más aún.
Voy a pasar, sea lo que estés haciendo déjalo. –Y lentamente fue abriendo la puerta.
Visión de AOI: sus ojos negros recorrían en cámara lenta la figura de quien delante de ellos se presentaba, unos zapatos blancos con largas ligas blancas y brillosas las cuales se perdían debajo de una falda del mismo color con algunos adornos y una chaqueta con botones redondos también blancos y llegando a la parte de arriba un pequeño sombrerito con una Cruz Roja resaltaba ante la mirada era una enfermera, Aoi se quedó sorprendido.
En realidad era Uruha, quien movía de lado a lado sus caderas y pronunciaba.
Y dígame que le sucede a mi paciente el día de hoy, ¿En que lo puedo ayudar? –Decía Uruha con una voz seductora, mientras desabrochaba el primer botón de aquella chaqueta.
Aoi siguió con el juego, en realidad ya poco le importaba la comida que le esperaba para ello tendría tiempo, pero no esperaría más por aquel suculento postre.
Mmm…me siento con algunos dolores, sebe?...le comento que he tenido muchas ganas de SEXO. –Entonó, mientras Uruha agarraba una de sus manos y lo dirigía para sentarlo en la cama, quedando de pie enfrente de Aoi, luego comenzó a moverse sensualmente dando así como pequeño bailecitos para seducir y excitar aún más, lo cual obviamente lograba y por demás está que muy buen trabajo hacia.
¿Y algo más le anda doliendo? –Pregunto Uruha, mientras desabrochaba su tercer botón de esa chaqueta blanca.
Etto…eh, eh comenzado a sentir un pequeño dolor en mi zona baja, ¿Me podría ayudar? –Dijo y señaló el bulto que le había causado esos bailes sensuales.
La mirada de Uruha se situó en aquella parte y bajando lentamente hasta quedar de rodillas en frente, con una mano empujo hacia atrás el cuerpo de Aoi, desabrocho el cinturón, bajo el cierre del pantalón y con ellos se llevo el bóxer que apretaba el miembro ya erecto para luego acercar sus carnosos formados labios y sopló suavemente, produciendo en Aoi un gemido de alto placer por esa acción realizada. Los orgasmos que Aoi tenía eran más que una locura, su respiración se entre cortaba y aumentaba, porque ya Uruha había comenzado su trabajo con sus labios, subía y bajaba de manera lenta y pausada, algunas veces eran rápidas, otras bruscas y fuertes. El contacto de estos mismo producía en el cuerpo de Aoi una sensación de calor, energía, adrenalina, ya comenzaba por sentir aquella particular electricidad que baja rápidamente a su miembro, para luego ser libre y derramarse dentro de la pequeña cavidad de Uruha, el cual trago y relamió cada parte de la extensión del miembro.
Aoi estaba sonrojado, nunca pensó que Uru fuera tan gauchito no paraba de pensar en todo lo que su cuerpo pudo sentir, de cualquier forma tendría que devolverle el favor a su pareja, así que se incorporó y atrayendo el cuerpo de Uruha lo situó encima del suyo, con sus manos Aoi recorría desde las piernas puestas a cada lado, avanzaba y se encontraba con la cola para apretarla haciendo presión entre los dos miembros que se rozaban, Aoi comenzaba por subir la falda con una de sus manos, mientras que con la otra desabrochaba los botones restantes para así ver el pecho frágil de Uruha.
Dulces y ahogados gemidos inundaban la habitación, excitación desprendían sus cuerpos, calor brotaba entre más aumentaba la respiración de aquellos seres amándose, besos llenos de pasión quemaban cada uno de sus labios, sus lenguas se encontraban en batalla por la dominación del territorio, y los miembro erectos bailaban entremedio de sus cuerpos.
En una astuta y ágil maniobra Aoi dejó el cuerpo de Uruha debajo del suyo, acto seguido se apoderaba del cuello dejando pequeñas marcas rojas, haciendo de ese su territorio conquistado, ahora examinaba el pecho pasando por encima uno de aquellos pezones, él sabe muy bien cual es el punto de explosión en Uruha y sencillamente lo probó, envolviendo en pura excitación a un completamente dominado Uruha por aquel conquistador, quien seguía con su recorrido llegando ahora hasta el abdomen y más bajó, deshaciéndose de la falda y el bóxer que cubría el miembro de Uruha, paso su mano por arriba para luego agarrarlo y masajearlo lentamente con pequeños movimientos envolventes, baja y subía; pequeños y pausados gemidos desprendía de los labios Uruha, porque ahora Aoi posaba sus labios para saborear aquel delicioso ser, con el miembro dentro de su cavidad y su lengua jugando dentro, masturbaba a Uruha quien ya comenzaba a sentir esa aclamada sensación que recorría el cuerpo para salir expulsada de su miembro y caer en la boca de Aoi, quien no solo relamió su boca, sino que compartió esa sustancia con Uruha en un largo y apasionado beso el cual necesitaban ambos.
Los chicos estaban cansados, rendidos y sus respiraciones alteradas, pero sus cuerpos querían más, eso era lo que deseaba Uruha tenerlo dentro, sentirlo hasta lo más profundo.
Por otra parte Aoi comenzaba a sentir calor, su miembro estaba despierto y las caricias que le proporcionaba Uruha por todo el cuerpo, eran un elemento que lo volvían loco, solo le faltaba la iniciativa que marcaría Uruha. Quien lo miraba con ojos de suplicas y pudo pronunciar:
AOI…aoi entra…entra en MÍ…ahora… -Decía Uruha en tono de excitación total.
Se volvieron a fundir en un largo beso, y con una mano Aoi agarraba su miembro mientras lo acercaba a la entrada sin preparación de uru, con la otra mano libre tomaba una de las piernas y la levantaba con sumo cuidado, presionó y entro en el cuerpo de Uruha, quien gimió más que nunca AAHHH…AAAHHH, AOI…DUELEEE, decía en gritos por el dolor causado, a lo que Aoi respondió con un beso para callarlo.
Poco a poco el dolor se hacia escaso y ahora se podría decir que uru disfrutaba de un verdadero placer, Aoi movía su cuerpo de abajo arriba y viceversa, haciendo grandes embestidas suaves al principio y rudas al final una tras otra, sentían placer disfrutaban, hacían el amor, caricias recorrían sus cuerpos y largos gemidos se brindaban al verse ojos con ojos, suaves besos algunos con pequeños gemidos otros con lucha de lenguas y algunos que solo dejaban entrar el aire.
Aoi sabía que el final estaba cerca así que se propuso hacer lo mejor hasta el fin, tomó con sus brazos el cuerpo recostado de Uruha y lo atrajo levantándolo hacia si, los dos ahora se encontraban cuerpo contra cuerpo en aquella cama, Uruha por su parte sabía que no todo tendría que ser trabajo de Aoi así que entro en movimiento, el miembro de Aoi salía y entraba en ese perfecto cuerpo, mientras uru hacia movimientos hacia arriba y abajo sobre las piernas de Aoi se sostenido con sus manos las cuales se aferraban, las penetraciones eran más profundas ahora en aquella posición y Aoi llegó al clímax total, no solo besaba y mordía el cuello de Uruha sino que sentía su miembro entre su abdomen y esa sensación no se podría asemejar a ninguna que antes pudo haber pasado, eran exquisitos esos cuerpos ahora se podría decir que eran uno sí uno solo, Aoi perdía el control por escuchar de la boca de uru los gemidos que resonaban en su oído y los besos que Uruha iba dejando en su cuello, claro uru también se divertía dejando marcas por doquier.
El cuerpo de aoi no aguanto más, el ritmo era muy elevado y así llegó a lo más profundo lo que hizo que Uruha se arqueara y tirase hacia atrás su espalda, esa envestida fue la que decidió dejar la semilla muy dentro de Uruha quien grito el nombre de AOI, por encima del cielo y por la parte de Aoi cayó encima del cuerpo ahora tendido de Uruha, quien tenía la respiración algo cortada y todavía llevaba en sí algo de placer, Aoi solo tuvo que mover en poco el cuerpo de Uruha, para así salir de él.
Un pequeño TE AMO, que se transformó en susurro dijo chau y los amantes se quedaron plenamente dormidos y abrazados.
Así es como disfrutaron del amor que brotaba aquella noche, y sus vacaciones sin dudas serian las mejores. Ya que el día entraba por la ventana de aquel lugar y decía buenos días a los tortolitos que remoloneaban por la cama, los planes para ese día era visitar la playa así que se alistaron y se pusieron en marcha.
En la PLAYA.
El sol era los mas brillante que vieron, hacia calor y se pusieron a tomar del mismo sol, ah eso si no falto el bronceador que Aoi le pasaba en la espalda a Uruha para protegerlo.
Mmmm… que bien se siente. –Decía relajado Uru.
Si, se siente bien creo que con todo el bronceador que te puse ni bronceado vas a estar… jajaj….-Dijo divertido Aoi y se puso de pie para ir a recoger una alquilada tabla de surf, eso sí hacía mucho que ya no realizaba aquellas aventuras y estas vacaciones no serian la excepción, y se marcho sin antes decirle a Uru.
FELICIES VACACIONES AMOR,
Y NO OLVIDES QUE ERES LOS MAS IMPORTANTE
TE AMO.