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Ponta de Pomelo por Kurenai Mido

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Notas del capitulo: Kyaaaaaaa cada vez actualizo mas rapido, vieron? Aca esta el cap 9 de este hermoso fic de la Silver Pair.
Shishido estaba acostado sobre el banco de piedra con desparpajo, pero no por holgazán, sino porque tenia el cuerpo entumecido y adolorido. Ootori se acercó a el y notó con horror que le habían dado una paliza.

-¡Ryou, que te pasó! ¡Estás…!

-¿Me veo muy mal?- balbuceó el moreno.

-Tengo que llevarte a la enfermería- apenas lo tocó este pegó un grito- ¡lo siento, lo siento! Tendré que llamar a alguien, Ryou, no te muevas… ¿pero quien te hizo esto?

-Ay Ootori… por lo menos encontraste mi gorra, que bueno…

-Estás shockeado y no me entiendes- se lamentó Ootori- iré por ayuda ahora mismo.

Ootori regresó corriendo a las canchas e interceptó a Atobe, que había terminado su partido y se dirigía al bebedero a refrescarse un poco. En cuanto le contó Atobe mandó llamar a Kabaji, y los tres regresaron por Ryou, seguido de todos los que habían escuchado. El moreno no se había movido ni un centímetro de su lugar, pero su respiración se había alterado un poquito.

-Kabaji, levántalo con cuidado y llévalo a la enfermería- instruyó Atobe a su compañero.

Ryou hizo una mueca de dolor, pero resistió heroicamente todo el camino. Mientras la enfermera de Hyoutei se ocupaba de el, un lloroso Ootori era consolado por sus amigos, incluyendo a Jirou, cuyo enojo había desaparecido como por arte de magia ante el dolor del kohai.

-Voy a vengarme de quien sea que le haya hecho esto- juró con voz débil.

-Me gustaría saber quien fue la bestia que entró a nuestro club y le hizo esto a Shishido- preguntó Yuushi preocupado- y porque se arriesgó a que lo encontraran. Ootori, ¿no sabes si alguien le tiene bronca?

-No, nadie, ¿quien querría hacerle esto a Ryou? Hasta ayer a la noche todo estaba perfecto, todo.

-Bueno, ahora lo sabremos- terció Mukahi.

Unos momentos después la enfermera salió y autorizó a dos personas a pasar junto al paciente, tras asegurarle que no tenia ninguna lesión grave. Atobe entró, como capitán del equipo, y Ootori, naturalmente. El moreno tenia la cabeza apoyada contra una almohada, y le sonrió con ternura a su novio.

-¡Ryou, mi amor!- exclamó Ootori feliz. El peliplata se acercó corriendo a el y le estampó un beso en la boca, sin importarle que Atobe los viera. …ste ignoró eso y se enfocó en el asunto principal.

-Shishido, ¿quien te hizo esto?- el moreno trató de evadir la respuesta, pero el capitán no se lo permitió- si pudo entrar en nuestro club y golpear a uno de nuestros jugadores, tengo que saber quien fue. Dímelo.

-Todo esto es una confusión- gimoteó Ryou- ayer pensó que me había estado burlando de el y se enfadó, y encima después a la noche, cuando Ootori y yo lo vimos salir del parque…

-¿Ryou, quieres decir que fue el?- exclamó Ootori horrorizado.

-Akutsu, si. Ese chico es muy vengativo. ¿Recuerdas como nos miraba al salir de la cafetería? No le gustó nada porque pensó que lo estábamos espiando a el y a su novio. Creo que después tuvo una pelea en el parque con esos tipos que vimos, se puso más furioso y nos vio a nosotros, así que debió creer que lo estábamos siguiendo.

-¿Akutsu tiene novio?- preguntó Atobe sin poder creer lo que oía.

-¿Y si creía eso por que no te golpeó anoche? ¿Para que esperar deliberadamente hasta hoy? ¡Que desgraciado, debería matarlo!

-¿Tu? Vamos, Ootori, no digas ridiculeces- se burló Atobe- tu no le ganarías a Akutsu en una pelea ni aunque el tuviera los ojos cerrados. Si lo intentas, lo próximo que oiremos de ti es que estás en el hospital.

-No le hables así a Choutarou- exigió Ryou.

-Atobe senpai, no podemos dejar que esto se quede así- dijo Ootori mientras le acariciaba el cabello a su novio herido- Mukahi tiene razón, ese tipo es un delincuente.

-Claro que haremos algo, pero no hace falta que nos rebajemos a su nivel.

En esos momentos entró Sakaki y los chicos cortaron abruptamente su dialogo sobre vendettas. Atobe y Ootori salieron con los demás y les contaron, y éstos coincidieron en que había que hacer algo.

-Hay que denunciarlo a la policía- propuso Mukahi alegremente.

-Cerecita, eso no serviría (los que lo oyeron ahogaron una risita). Sale al día siguiente y los próximos seriamos nosotros.

-Págale con la misma moneda, Ootori- sugirió Atobe- manda dar una paliza al tal Dan.

-¿Cómo se le ocurre, senpai?- el peliplata estaba escandalizado- ¡Yo nunca haría algo así!

-¿Y si en vez de pegarle hablas con el?- sugirió Jirou. Todos lo miraron.- Si, hablar con Dan. Si de verdad es la pareja de Akutsu, tal vez el pueda hacer algo al respecto.
-No se, Jirou-senpai. ¿Crees que yo podría convencer al niño para que le ponga un freno a Jin?

-Se me ocurre; parece ser una buena persona, si alguien puede es el.

Ootori se quedó pensando en eso el resto del día. Los padres de Ryou lo fueron a buscar para que descansara en su casa y el peliplata se quedó algo triste, sobre todo al tener que practicar solo. Atobe se compadeció de el y lo dejó salir un ratito antes, obteniendo un abrazo de gratitud por parte de su kohai. Jirou, que en esos momentos hablaba con la Dirty, los vio y se sintió extrañamente dolido, no le gustó lo que vio y se fue lo más lejos posible de ellos. Yuushi esbozó una misteriosa sonrisa, como si supiera algo que los demás no.

Ootori avanzó por la calle pensando en alguna cosa que pudiera llevarle a Ryou para alegrarlo; acertó a pasar por una florería nocturna, y lo encandiló un ramo de preciosas rosas negras, entremezcladas artísticamente con un helecho verde claro. Se lo llevó (a pesar que le costó el doble de lo que pensaba gastar), y tocó el timbre en la casa de Ryou con el corazón palpitante. Lo atendió la madre, una señora de aspecto muy vivaz que no hizo ninguna pregunta acerca del ramo enorme, y lo hizo pasar directamente a la habitación de Ryou.
-¿Quién es?- preguntó el moreno cuando sintió que llamaban a la puerta.

-Soy yo, Ryou-senpai. ¿Puedo pasar?

-Si te tardas más de cinco segundos te mato- contestó este alegremente. Ootori entró y lo vio recostado sobre su cama, entre almohadas mullidas. Cerró la puerta y se sentó al lado suyo, mirándolo con adoración.

-Para ti- dijo, entregándole el ramo. Ryou acercó su nariz para oler el perfume fragante.

-¡Choutarou, son hermosas! ¡Muchas gracias!

Ootori se inclinó despacito y lo besó, con muchísimo cuidado para no lastimarlo, pero en cambio fue el moreno el que le mordió el labio y lo atrajo hacia si para acariciarle la espalda, revolverle el pelo y aflojarlo todo. Por fin el esfuerzo fue excesivo y tuvo que soltarlo. El menor volvió a sentarse a su lado y le agarró una mano, mientras con la otra colocaba las flores en el regazo del moreno.

-Pensé que te alegrarían un poco y las traje.

-Eres el chico más kawaii del mundo, Choutarou. Soy muy afortunado de tenerte.- Ootori se sonrojó.

-¿Y como estás ahora? ¿Qué estuviste haciendo desde que te trajeron tus padres?

-Dormí gran parte de la tarde, porque sinceramente me duele todo el cuerpo y no me quedaban fuerzas para hacer nada.

-¿Ya comiste, o te traigo algo?

-Gracias por preocuparte, lindo, pero comí hace un rato. Ahora quiero que vengas acá y me abraces bien fuerte y me cuentes que hiciste tu solito todo el día.

-Fue horrible estar sin ti, Shishido-san, fue lo peor. No me pude concentrar en ninguna clase, ni tampoco en las prácticas. De hecho, Atobe me dejó salir antes porque ya no me aguantaba las ganas de verte y saber como estabas.- Ryou alzó un poquito la cabeza para besarlo suavemente.- Por cierto, mi amor, ¿que dijo el doctor de tu estado? ¿Vas a estar bien, verdad?

-Claro que si, no tengo nada grave. Ese tipo pega fuerte pero sabe cuando detenerse. Aunque, bueno, no podré ir a las practicas al menos por una semana, tal vez dos, porque no estoy en condiciones de hacer ningún esfuerzo físico.

A Ootori le cayeron algunas lágrimas por el rostro, y se inclinó sobre su novio para comérselo a besos, tratando de olvidar su desagradable revelación. ¡Una semana! ¿Qué haría el una semana sin su Ryou? El morenito le pasó los brazos por la cintura y se entregó a sus atenciones.

-Que hermosa forma de confortarme, mi amor. A lo mejor hasta logras curarme…

Ootori empezó a lamerle la oreja mientras ingresaba sus manos debajo de la parte superior del pijama que llevaba Ryou. Este cerró los ojos y sonrió al sentir como su cuerpo era acariciado con delicadeza, y dejó escapar un pequeño gemido cuando Ootori le dio una lamida sugestiva a su cuello: eso lo volvía loco.

-Que bueno es saber que te gusta esto, Ryou-senpai, así puedo seguir haciéndotelo.

-Si…

El ramo cayó al suelo mientras los muchachos se abrazaban y rodaban sobre el colchón, tratando de darse un placer mutuo y calido. Poco a poco Ryou se fue sintiendo mejor, y aunque las fuerzas no le daban para hacer el amor abrazó a su novio como si fuera Osito. El peliplata entendió que necesitaba un poco de afecto y se acostó a su lado, acariciándole el pelo despacio, hasta que se quedó dormido. Tanteó el celular que llevaba en el bolsillo y pidió un taxi. Diez minutos después lo oyó llegar y se levanto en silencio.

-Hasta mañana, mi amor- dijo, dándole un beso en la mejilla. Recogió su bolso y bajó a las prisas. La madre de Ryou, que estaba en el vestíbulo, le dijo que el auto lo esperaba y le preguntó como había visto a su hijo. Ootori le informó que dormía placidamente y, por alguna razón, se imaginó que la señora sabía exactamente que es lo que habían estado haciendo en ese breve encuentro.

-Si se despierta y pregunta por ti, ¿Qué le digo?

-Que espero que se recupere pronto y que vendré a verlo mañana. (…)

Yuushi y Mukahi pasaron a buscar a Ootori por su casa para ir al colegio, y por el camino le preguntaron como pensaba hacer para hablar con Dan si tenia clases y practicas.

-Lo único que se me ocurre es pedirle permiso a Atobe para salir antes, pero…

-Olvídalo. Ayer porque era lógico que estuvieras shockeado por lo de Ryou te dejó ir, pero no tendrá esa bondad dos veces seguidas.

-Mukahi-senpai, es que sino se me hará tarde para visitar a Ryou, y se lo prometí.

-Con intentar no pierdes nada- lo consoló Oshitari- pero eso si, ten cuidado que Jirou no te vea pidiéndole favores a Atobe y abrazándolo porque se enfadará.

-Otra vez con lo mismo- se quejó Mukahi- tú sabes algo y no nos lo dices. ¿Por qué te haces el misterioso?

-Es que me da mucha risa que ninguno se de cuenta de lo que pasa. ¡Eh, no te enfades, cerecita!- exclamó el peliazul cuando su novio le soltó el brazo y se colgó del de Ootori. Mukahi le sacó la lengua y le dio vuelta la cara: su ego no resistía que lo ignoraran o lo dejaran de lado. Yuushi se le acercó y preguntó con un suspiro:

-¿Si les digo me hablas de nuevo, mi amor? Vamos, no seas malo… mira, hagamos esto: solo es una sospecha mía, pero hoy se darán cuenta porque. ¿Ryou vendrá a clases, Ootori? ¿No? Lastima, el también estaba intrigado.

Por suerte llegaron al mismo tiempo que Atobe, así que este no pudo reprocharles nada. Jirou ya estaba allí, durmiendo sobre las gradas (Yuushi se mordió el labio para tapar la sonrisa que se le salió al ver como el capitán se acercaba y lo despertaba con suavidad). Ootori decidió no perder tiempo y abordar a su senpai.

-¿Otra vez quieres salirte antes de tiempo? ¿Pero acaso yo no dejé bien en claro que haríamos un entrenamiento más riguroso? Lo siento, Ootori, irás a visitar a Ryou después que terminemos.

Como durante el resto del día Atobe fue inflexible, Ootori no tuvo mas remedio que llamar a Ryou durante el receso y avisarle que tal vez no llegaría a tiempo a su casa. El moreno se entristeció y le cortó. Aunque sabia que lo había hecho por la impotencia de tener que quedarse solo, al peliplata lo deprimió esa reacción.

Para ganar tiempo se fue con la ropa del club puesta hasta las inmediaciones del Club Yamabuki (no tengo ni idea de la distancia que hay entre las dos escuelas, pero a quien le importa). Tras esperar y mirar por todos los rincones los vio: Akutsu salía con el uniforme del colegio, llevando de la mano al pequeño Dan. Ootori tragó saliva. “Estoy muerto”, pensó. No le hacia ninguna gracia tener que enfrentarse a Akutsu, pero al recordar a su Ryou en cama adquirió el valor que le hacia falta. Salió de detrás de su árbol-escondite y se dejó ver por ellos.

-¿Tu?- preguntó Akutsu con frialdad- ¿Qué hace un Hyoutei en nuestro colegio?

-Yo… yo… (“oh señor, no me sale”) vine a hablar… con el- señaló a Dan.

-Pero si nosotros no nos conocemos- señaló Dan con una sonrisa tímida.

-Lárgate por donde viniste- ordenó Jin- no tienes nada que hablar con el.

Ootori se olvidó por completo de su plan diplomático y estalló.

-No me iré hasta que no le haya dicho a este pequeño en que compañías anda.

-¿Qué… como te atreves?- dijo Jin con voz amenazante.

-Tu golpeaste a Ryou en nuestro colegio- acusó directamente- eso fue algo deliberado y estúpido.

-Jin, ¿eso es cierto?- preguntó Dan con asombro. El mayor se había quedado paralizado.

-Dan, ese tonto nos estuvo siguiendo y no soporto que nadie se meta en mis asuntos…

-¡Eso no es cierto!- contradijo Ootori- ¡Ryou y yo estábamos paseando, simplemente, y tuvimos la pésima suerte de cruzarnos con ustedes! Por tu culpa ahora está en cama y no puede ir a la escuela ni jugar al tenis, ¿eso te alegra? Pequeño, si yo fuera tu me alejaba de el antes que seas el siguiente.

La mirada de Jin brilló de ira, de verdadera ira. Avanzó un paso.

-Si hay una persona a la que jamás lastimaría es a Dan. Nunca…- avanzó otro paso- nunca te atrevas a insinuar que yo le haría daño. No lo metas en esto.

-Si me pasa algo, mis amigos saben que vine a verlos- amenazó Ootori- así que no te me acerques más. Y si quieres un poco a tu amigo, piensa que tal te caería si alguien le diera una paliza.

-No me amenaces porque es lo último que haces en la vida- dijo Jin con furia.

-Por favor, basta, Jin- pidió Dan- Ootori-senpai, lo siento mucho por tu compañero.

-…l es mas para mí que un compañero- reveló Choutarou de súbito- es mi novio, es el hombre al que yo amo. Ahora debiera estar a su lado cuidándolo, pero no podía dejar que todo pasara como si nada, ¿me comprendes? – Pausa- Imagina que encuentras al amor de tu vida todo golpeado y maltrecho, ¿como te sentirías? ¿No querrías hacer justicia por el?

-Comprendo muy bien, Ootori-senpai. Si lo amas, es lógico que quieras ayudarlo como sea. Te prometo que esto no pasará una segunda vez, y te pido perdón.

-Gracias, pequeño- se acercó y le susurró al oído:- me parece que eres el único que puede reformarlo.

-Bueno, ya basta, no lo toques- interrumpió Jin molesto, apartando a Ootori de su Dan- no te voy a pedir perdón así que si es eso lo que buscas lárgate.

-Pero no sucederá de nuevo- repitió el menor- ¿Verdad, Jin?- el severo Akutsu lo miró a los ojos y cayó por completo en la trampa: cuando Dan le hablaba y lo miraba así el no podía resistirse, perdía la agresividad y el instinto, se idiotizaba. En esos momentos no era capaz de negarle nada.

-No- y añadió, como para salvar las apariencias:- pero no porque me lo pidan.

-¿No te lo dije, Dan?- exclamó Ootori sonriendo- eres el único que puede dominar a Akutsu.

-¿”Dominar”? ¿Eres idiota o solo quieres morir hoy?- antes que Jin se retractara de sus palabras y lo hiciera pedacitos, Ootori salió corriendo de allí hasta perder por completo de vista el Club de Tenis Yamabuki.
Notas finales: Bueno, realmente no es el argumento del siglo pero por lo menos a mi me gusta... el prox cap es el ultimo acerca de la Silver, con un rico escandalo condimentado con algo de lemon... y despues vienen los Extras (1 y 2) con las historias paralelas de la Dirty y la Sleepless. Sayounara!

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