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Ponta de Pomelo por Kurenai Mido

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Notas del capitulo:

Me tarde un mes...no tengo perdon de la Diosa Yaoi; ademas acabo de volver de vacaciones... en fin, no me odien mucho y disfruten este nuevo capitulo.

Ootori evito cruzarse con su senpai al terminar las practicas, y Shishido se molesto un poco por eso, ya que el si quería verlo y hablarle. No tuvo mas remedio que ir con Yuushi y Mukahi (los tres estaban en la misma clase), algo decaído, cosa que la Dirty Pair no pudo dejar de notar. Yuushi se sentó a su izquierda y Mukahi a su derecha, y entre los dos trataron de averiguar que le pasaba al moreno de Hyoutei. Ryou no tenía la menor intención de decirles por que estaba así, pero no hacia falta: los otros lo adivinaron.

 

-¿Atobe se enojo contigo y con Ootori, verdad?- empezó Mukahi.

 

-Y como Ootori es más joven seguro no pudo darse su lugar- siguió Yuushi.

 

-Y tu habrás tenido que defenderlo- completo el pelicereza.

 

-¿Pueden callarse los dos?- finalizo Ryou enojado- yo no me meto en sus vidas, no se metan en la mía.

 

-Grosero, solo queríamos ayudar- protesto Mukahi.

 

Como el profesor llego ya no pudieron seguir la charla, pero lo observaban mucho. Yuushi noto que, en vez de tomar apuntes de la clase, Ryou dibujaba corazoncitos en el borde de la hoja, junto con unas lindas letras C. ¿A eso se reduciría todo, a estar enamorado de Choutarou? Yuushi lo podía creer fácilmente: al fin y al cabo, el y Mukahi nunca se habían dicho nada hasta una semana atrás, cuando se confesaron amor en un día tormentoso…

 

A la hora del almuerzo, Atobe obligo al equipo a sentarse todos juntos para discursearlos acerca de la importancia de vencer a Seigaku y Yamabuki en los próximos partidos. Shishido no dejo de mirar a Ootori, que estaba sentado enfrente suyo, pero el menor no quiso devolverle la mirada para no delatarse. Seguía recordando ese abrazo que lo había sacudido hasta lo más profundo del alma, y tenía muchas ganas de repetir la experiencia, pero ese hecho le daba vergüenza. Tímido como era, ni recordó que había sido Shishido el primero en empezar a coquetear, cuando le dio un beso en la mejilla… momento… ¡Si, Ryou había empezado! ¿Entonces por que era él el que corría la vista?

 

-¡Ootori, presta atención!- exclamo Atobe desde el otro lado de la mesa.

 

-Oh… lo siento, Atobe-senpai.

 

Shishido le dirigió una mirada fulminante a Atobe por haber retado al menor  delante de todos, pero al capitán no le importó. No iba a dejar que le faltaran el respeto y le arrojaran latas de Ponta a la cabeza, y pronto se darían cuenta de lo peligroso que era meterse con Keigo Atobe (jaja, re malvado).

 

No bien termino el almuerzo Shishido siguió a Ootori y en cuanto pudo lo arrastro al baño. Tras asegurarse que estaban solos lo encaró.

 

-¿Por qué estás escapándote de mi, Choutarou?- pregunto en tono acusador.

 

-¿Escapando? ¿A que se refiere, Ryou-senpai?

 

-No te burles de mi, pequeño, te pedí mil veces que me llamaras Ryou, ¿Por qué no lo haces?

 

-No me burlo, es solo que no entiendo a donde quieres llegar…

 

-¿A dónde quiero llegar?- repitió Shishido haciéndose el pensativo. Se acerco a Ootori velozmente y le puso una mano en la cintura, viendo como enrojecía por completo en un segundo. –Quiero llegar hasta ti, mi querido Ootori.

 

-Ahora eres tu el que se burla de mi, Ryou- balbuceo el menor.

 

-No, nada de eso. Es que no te das cuenta…- susurro Shishido en el oído de su kohai- ¿no te das cuenta que todo lo que quiero es estar contigo, y que no soporto que me esquives?

 

Ootori no podía resistirse mas a las palabras suaves del mayor, puesto que era todo lo que quería oír de el. Se aflojo un poco y Shishido le paso el otro brazo por al cintura, abrazándolo fuerte y dejando que se recostara sobre su pecho. El corazón le latía a dos mil por hora, hasta que Ryou le levanto un pco la cara.

 

-Tienes unos ojos realmente bonitos, ¿sabias, Choutarou?

 

-Gra… gracias, Ryou-sen…

 

-Shh, no lo digas- lo callo poniéndole un dedo sobre los labios- por lo visto será muy difícil hacer que te olvides de llamarme senpai. Es una pena, porque yo no quiero que nos tratemos tan formalmente.

 

-¿Ah, no?- tragó saliva- ¿Y como… como quieres que nos tratemos de ahora en mas?

 

Shishido sonrió divertido ante tanta inocencia por parte de Ootori. ¿Es que realmente no se daba cuenta de todo lo que sentía por el? Si era así, tenia un largo camino que recorrer. Ryou deslizo su mano hacia la nuca del menor y lo acerco muy lentamente hacia el.- Quiero que seamos algo mas que amigos, Choutarou. Me gustas demasiado como para considerarte solo mi amigo.

 

Ootori sintió que le temblaban las piernas al oír eso, y al ver como Shishido se acercaba cada vez mas, con los labios entreabiertos. Cerró los ojos, con una ansiosa expectativa…

 

-¡Shishido, el profesor pregunta don…! ¡Oh!- exclamo Mukahi al ver la tierna escena que acababa de interrumpir. Ootori se puso el doble de rojo que antes, si eso era posible, soltó a Ryou farfullando un montón de incoherencias y por ultimo salio corriendo del baño, sumamente avergonzado.

 

-¿Ahora estas contento?- dijo Ryou furioso.

 

-Gomen, Ryou-san, ¿Cómo iba a saber que tu y…?- la mirada de Shishido hizo que Mukahi retrocediera dos pasos y saliera volando, antes que el moreno lo asesinara de pura rabia.

 

Durante la clase Ryou trato de mantenerse lo mas inexpresivo posible, pero no le salía: incluso había cambiado lugar con Yuushi para que no lo fastidiaran con sus miraditas cruzadas (ahora que los tortolitos se sentaban juntos se olvidaron de el), y aun así su cabeza seguía trabajando a doscientas revoluciones por segundo. ¿Por qué Mukahi tuvo que llegar cuando estaba a punto de darle su primer beso a Ootori? ¿Por que? Con lo bien que iba todo, y con lo tiernito que se estaba poniendo el kohai con su abrazo, hubiera sido como para comérselo ahí mismo… pero no, ahora tendría que esperar a la siguiente vez que pudiera encontrarlo solo. (…)

 

Pero la segunda vez podía estar mas lejos de lo que creía. Por alguna maléfica razón que solo el conocía, Atobe retuvo a Ootori con el toda la tarde, como compañero de dobles y también como asistente, ¡y a ver quien le decía que no! A Shishido no le gusto nada, y menos que lo obligaran a practicar con Kabaji. Con semejante guardaespaldas atrás suyo, ¿Cómo iba a escapar de la vigilancia de Atobe para encontrarse con su querido Choutarou?

 

Atobe (o como dice Ryoma, el rey de los monos) decidió que tenia tiempo para tomarse un refresco y se acerco a la maquina.

 

-¿Tu que dices, Ootori, Ponta de Pomelo o de Limón?

 

-A mi me gusta mas la de pomelo, pero creo que a usted le gustara más la de limón.- El capitán decidió obviar la ironía y saco una Ponta de Limón, tomando un trago como si fuera un modelo publicitario. Le convido a Ootori en el preciso momento en que Shishido estaba mirándolos, y obtuvo una profunda mirada de odio de éste.

 

“¿Así que Ryou esta celoso de mi, eh? Bueno, es obvio, soy tan hermoso que me doy celos hasta a mi mismo, así que ni hablar de el. Tal vez esto le enseñe una o dos cosas…”

 

Shishido fue juntando presión a lo largo de las horas, y Ootori una profunda ansiedad. Mientras se duchaba empezó a fantasear con un posible encuentro con Ryou, ya que le quedaba bastante claro que el otro tenia tantas ganas como el… al salir con paneas una toalla atada a la cintura se topo con el mismísimo Ryou de sus sueños, que tenia los ojos encendidos y el rostro transpirado. El mayor volvió a agarrarlo de la cintura y a apoyarlo contra la pared.

 

-Ryou-senpai, que agradable sorpresa…

 

-¿Ya te cansaste de andar tras Atobe, pequeño?- pregunto un poco enfadado.

 

-Sabes que no lo hice porque quisiera, pero Atobe es así… ¿Acaso te pusiste celoso?

 

-¡Claro que estoy celoso!- exclamo el moreno, mirando directo a esos infantiles ojos chocolate- no tienes nada que hacer al lado de ese engreído, no tienes porque dejar que te convide con Ponta… eso solo lo puedo hacer yo.

 

Ootori se sentía sumamente satisfecho de los celos de Shishido, y estiro una mano para acariciarle aquel cabello que tanto admiraba, sin importarle que lo estuviera tomando descaradamente por la cintura.

 

-Entonces, senpai… ¿Cómo arreglamos esto?

 

-Yo se como.

 

Shishido volvió a ponerle una mano en la nuca y a acercársele lentamente, hasta que toco esos labios tan hermosos con los suyos. Con el primer roce Ootori empezó a temblar, con el segundo lo enlazo por el cuello con ambos brazos, después abrió un poquito a boca para facilitar el beso…  era algo tan maravilloso que no se podía explicar, solo podía sentirlo y disfrutarlo. Shishido tenia ganas de perderse en ese beso para siempre, tanto que sin querer le mordió el labio inferior, haciéndolo soltar un quejido. Se separo y lo miro con ternura.

 

-Gomen, Choutarou, ¿te hice daño?

 

-Como se te ocurre- dijo el menor sonriente- un beso tuyo nunca me lastimaría.

 

Shishido le tomo el rostro con ambas manos y volvió a besarlo, esta vez con más fuerza, haciéndolo estremecerse de gusto. En cuanto pudo dejo que su lengua se abriera camino hasta la de Ootori, que lo recibió con mucho gusto e infantil entusiasmo. Comenzó a explorarle el interior de la boca, despacio para no asustarlo, pero al mismo tiempo dejándole en claro que no iba a soltarlo (al menos hasta que empezó a acabársele el aire).

 

-Besas muy bien, Ootori, muy bien, ¿alguna vez te lo habían dicho?

 

-No- musito el menor- por que nunca había besado a nadie.

 

-Ahhh… Entonces yo he sido tu primer beso… ¿te gusto? ¿O te decepcione?

 

-Nunca me decepcionarías- afirmo Ootori ruborizado- he estado esperando esto desde que te conocí.

 

-Eso significa que yo te gusto- no era una pregunta, era una afirmación.

 

-Si… si, me gustas mucho, Ryou-senpai, muchísimo, yo… ¡yo te amo!

 

-Ah, pequeño, eres tan dulce- dijo Ryou besándolo en la mejilla y acercándolo mucho a el- yo también te amo desde la primera vez, pero solo hasta ahora me animo a decírtelo.

 

-¿De veras? ¿De veras me amas, Ryou-senpai?- al verlo asentir con su sonrisa más seductora, Ootori se le tiro encima y le dio un beso profundo y muy poco inocente. Los dos empezaron a acariciarse con suavidad y, voy a ser sincera, el menor no opuso mucha resistencia cuando Ryou empezó a juguetear con la toalla que cubría su desnudez. De hecho, lo que los hizo separarse no fue el pudor sino un malicioso destello que venia de la ventana del vestuario. Ryou corrió a ver que era…

 

…y vio como Atobe desaparecía a lo lejos, corriendo con algo que parecía una filmadora en la mano. También vio como se detenía a hablar con Jirou.

 

-Ay carajo- musito Shishido, pálido- ese bastardo de Atobe estuvo aquí.

 

-¡Oh, Dios! ¿Nos vio, es eso?- pregunto Ootori igual de nervioso que el.

 

-Creo que es peor, me parece que nos filmo.- Al ver como el menor adquiría un pco saludable tinte blanco, Ryou asumió la responsabilidad por ambos.- Vístete pronto, primer que nada. Luego ya veremos como le quitamos la filmadora esa, antes que nos delate con todo el colegio.

 

-Creo que el capitán Atobe se esta vengando de nosotros.

 

-No me extrañaría nada, pero no te preocupes Ootori, no voy a dejar que nos humille ante nadie.

 

Ootori suspiro y fue a cambiarse, mientras Ryou pensaba a toda velocidad en alguna clase de plan para detener a Atobe. Mas que por el se preocupaba por Ootori, que era tan inocente y tan bueno que eso lo hacia muy sensible ante las criticas. De ningún modo dejaría que Ootori sufriera por esta situación. (…)

 

-Entonces, ¿entendiste todo, Jirou?

 

-Si, si, no soy…- bostezo- no soy tonto, dame esa filmadora de una vez.

 

-¿No ves como dormir tanto te daña las neuronas?- se quejo Atobe- tienes que esperar a que lleguen Shishido y Ootori y que ellos te vean guardar la filmadora en tu casillero del colegio.

 

-Esta bien- bostezo otra vez- pero no entiendo porque tanto problema. ¿Qué hicieron, una apuesta?

 -En realidad es mas bien una pequeña bromita- respondió Atobe con una amplia sonrisa.
Notas finales:

¿Y? ¿gusto o no? ¿Vieron q valia la pena esperar? ¿no? Bueno, dejenme reviews asi se q les parecio. Yo creo q Ootori se paso de tierno, por eso me gusta tanto...y ese malvado de Atobe, ¿q se traera entre manos?

Bueno, sera hasta la proxima vez...


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