En aquella noche en la que solo alumbraba la luna, aquella noche en la que no había estrellas, aquella noche que poseía una hermosa luna para ofrecerle a todos aquellos enamorados, aquella luna a la que se le llama romántica, ya que siempre cuando esta se encontraba las parejas demostraban su amor en esa noche dejando a la luna como testigo de aquel pasional amor que emanaban.
Un joven pelirrojo se encontraba yacía en el césped afuera de su casa, con sus ya frías manos sosteniendo un papel el cual se encontraba ya arrugado de tantas veces haber sido tomado por aquellas manos. Con sus piernas flectadas para poder sostenerse bien ya que no poseía nada como respaldo más que el frío viento que rodeaba todo su cuerpo para hacerle sentir compañía, al menos una compañía.
Aquel papel no era nada menos que una carta, escrita con lápiz de tinta con una letra no muy clara para cualquier vista, pero claramente entendible para aquel pelirrojo, la carta ya se encontraba mojada y con parte de la tinta corrida, lo cual hacía más difícil su lectura. Era una hoja rosada, pero no de un rosado fuerte sino que de uno débil que demostraba la ternura y sentimiento que poseía aquella carta.
-Akira…-susurró el pelirrojo a la soledad de aquella noche, mientras una fría gota salía de su ojo derecho rodeando el rostro de aquel chico para luego llegar al mentón y caer sobre el papel que sostenía el pelirrojo.- siempre…¿siempre estaremos juntos?...esto es solo una prueba de nuestro amor ¿cierto?-artículo antes de caer en un profundo llanto.
Ahora, mientras colocaba su cabeza sobre sus piernas flectadas, comenzó a recordar todos aquellos momentos que pasó junto a su rubio, como la vez cuando se conocieron, como cuando el rubio le entregó aquella carta camino a su casa y después de la entrega se fue corriendo chocando con un árbol para luego ser socorrido por el pelirrojo, al recordar aquello una delicada pero sutil sonrisa se formó en su rostro.
-Ojala… volvamos a estar juntos…-recostó su espalda en el césped sin soltar aquella carta de sus manos, para comenzar a observar la luna, la cual ya había sido testigo de las muchas veces que ellos se demostraron su hermoso amor.
Por aquel cielo despejado pasó una veloz luz blanca y destellante que obligó al pelirrojo cerrar sus ojos, decidió suponer que aquello era una estrella, una estrella… ¿fugaz?, él no creía en eso, es decir, si creía en que existían era obvio por algo la había visto hace unos dos segundos, en lo que no creía era en la magia que podrían tener estas, de la cual su amigo Yuu siempre le hablaba, que aquellas cumplían deseos…él ahora necesitaba un deseo así que no dudo ni un segundo más en pedir aquel deseo.
-Desearía que estuviéramos juntos por una noche más…-susurró cerrando sus ojos y juntando las palmas de sus manos en señal de petición, para acercar lentamente aquellas manos a su boca aún sin abrir sus ojos.
Se incorporó, espero un segundo…nada. Dos segundos…nada otra vez. Cinco segundos…nada. Un minuto…y nada. Bueno nadie dijo que el deseo se cumpliría instantáneamente, Yuu nunca le habló de ello, ahora era cuando se arrepentía de siempre ignorar a su amigo cuando le hablaba sobre estos temas tan banales según el pelirrojo.
-Soy ridículo…-dijo y sin esperar más se incorporo por completo de su posición, tomando la carta entre sus manos, para observarla por última vez sonriendo con ternura por todas las emociones que le provocaba aquella simple nota, para luego guardarla en uno de los bolsillos de su pantalón, introduciendo cada mano en el bolsillo del lado correspondiente de su chaqueta, para salir de allí.
Abrió la puerta de su casa sintiendo un escalofrío recorrer toda su espina dorsal, decidió apurarse en cerrar ya que siempre que sentía de aquella sensación algo paranormal ocurriría, ya le había tocado varias veces presenciar la aparición de su fallecido violador y en aquellos momentos siempre estaba siendo apoyado por el amor de Akira, pero ahora que él se había ido…
-Akira…-susurró después de haber subido las escaleras a toda velocidad para llegar a la habitación matrimonial que compartía con su rubio, encontrándose curiosamente con su rubio, el cual observaba desde laz ventana hacia fuera.
-Pensé que no llegarías Taka…-susurró el rubio dándose vuelta topándose con la cara de su novio el cual tenía un semblante que expresaba por sobre todas las cosas un gran temor ante lo que observaba ahora.
-¿Co-Cómo?...-dijo alejándose paso a paso de su novio que se acercaba cada vez más a él, esto era imposible… acaso ¿esto era obra de aquel deseo que le pidió a la estrella?, simplemente aún no lo creía ya que su novio había muerto hace ya dos semanas.
-Puede que no lo creas, pero a veces esas estrellitas sí funcionan…-le dijo a su pelirrojo que tiritaba de terror al observar a su novio acariciarle con su mano el rostro-no tienes por qué tenerme miedo Taka… yo soy el mismo… no e cambiado- dijo triste observando a su novio el cual no dudo en comenzar a llorar.
-Akira…-se acercó más y más a su novio para abrazarlo, dudaba de esto, creía que todo esto era un producto de su imaginación, una mala broma que le jugó su cerebro en este momento, pero increíblemente fue capas de abrazarle, lo podía sentir, no podía ser un producto de su imaginación. Observó a su rubio el cual le sonreía correspondiéndole el abrazo.
-Es solo por una noche…y cuando haya echo eso, me iré-dijo lo último con clara tristeza observando a su hermoso pelirrojo.
-Si es así, aprovecharé al máximo este momento…-observó a los ojos a su rubio, para después lanzarse hambrientamente a los labios de su novio el cual le respondió gustoso a aquel beso, abriendo su boca para que la del pelirrojo se pueda adentrar comenzando una guerra chocando y entrelazando sus lenguas, desplazando las lenguas por las cavidades de cada uno, pero teniendo que separarse por culpa de que los pulmones del pelirrojo necesitaban del oxígeno.
-Akira te e extrañado demasiado… no sé como soportaré el tiempo que queda-susurró bajando lentamente su cabeza observando el piso sintiendo como el sonrojo llegaba a sus mejillas dándole un insoportable pero dulce ardor.
-no tendrás que esperar mucho- dijo el rubio demasiado bajo por lo que el menor no le escuchó, además el pelirrojo se encontraba ya en una labor “halar a su novio hacia la cama”.
-sé que es un poco osado, pero necesito sentirte dentro mío Akira…-dijo tirando a su novio sobre la cama para caer el encima de este, sacándole velozmente la corbata para luego sacar la camisa.
-Taka…-este definitivamente no era su Taka…su Taka siempre había sido el pasivo no el calentón por así decirle, siempre había sido el que necesitaba tener momentos románticos o como él le decía el tiempo que se tendría que brindar cada pareja durante un cierto tiempo para mantener la relación a flote, pero esto no quería decir tener sexo como Akira siempre pensaba, esto quería decir tener momentos románticos.
Ni cuenta se dio el rubio cuando ya había sido arrebatado de su camisa y menos de que su hermoso pelirrojo estaba en las mismas condiciones, ¿él le saco la ropa? La respuesta es no, el menor se saco la ropa solo ante la desesperación de que su preciado rubio esté perdido en sus pensamientos, es que al parecer el rubio no entendía que estaría solo una noche con él, aquello pensaba el pelirrojo, pero al rubio no le importaba tanto esto porque ya estarían juntos… después de todo el vino a buscarlo…
-¡Mierda Akira despierta! No hay mucho tiempo…-dijo lo último con un tono demasiado triste el cual conmovió a su rubio, el cual no le quería decir aquello..-¿cuánto tiempo te dieron?-preguntó realmente triste al darse cuenta de que no era después de “hacerlo” que su rubio se iría, sería… por el tiempo que le dieron a este.
-hasta las 2:30…-dijo avergonzado evitando la mirada de su novio ya que sabía que eran aproximadamente las dos con diez minutos de la madrugada y él conocía bien a su hermoso pelirrojo y sabía que era un poco..
-… ¡Akira son las 2:15!-comenzó con sus ataques el pelirrojo ante lo que el rubio quiso cambiar de lugares dejando al menor sobre la cama y el encima de este para comenzar a besarle suavemente sus labios para después comenzar a hacer un camino de besos a lo largo del cuello deteniéndose para iniciar a lamer todo el cuello haciendo unas pequeñas succiones que por consecuencia dejaban unas marcas rojizas.
Siguió bajando besando por sus hombros hasta llegar a uno de sus pezones el cual lamió con sumo placer obteniendo como respuesta unas hermosas melodías de su acompañante, quien se encontraba con sus ojos cerrados y con un gran rubor en sus mejillas, con sus manos arriba de su cabeza las cuales eran atadas por así decirle por la mano derecha de su rubio.
No se cansó de hacerle caricias a aquel pezón hasta obtener la respuesta que le gustaba, decidió que este ya había sido muy atendido por lo que decidió cambiar al otro para hacerle el mismo tratamiento que le hizo a este.
-Ahmmm… Aki…chan..-logró articular el pequeño quien era cuidadosamente atendido por el mayor, que ahora se encontraba lamiendo alrededor del pezón de su amante dejando pequeñas y suaves mordidas en aquella tetilla.
Siguió bajando hasta llegar a su ombligo el cual comenzó a lamer por los bordes para luego seguir con su lengua cada detalle que tenía este y después imitando el acto sexual con su lengua y el ombligo, metiendo la lengua suavemente en el ombligo haciendo círculos dentro de este para después empezar a meter rápidamente la lengua en aquel agujero, recibiendo su amada respuesta los gemidos de su menor.
Mientras seguía lamiendo el ombligo le comenzaba a sacar el pantalón a su pequeño luego soltar las manos de su pelirrojo para con las dos manos bajar rápidamente el boxer el cual dio a ver la gran erección que poseía el menor, pedía escandalosamente ser socorrida por los labios del mayor así que este no dudo en posar sus labios sobre la punta de la erección y comenzar a soplar suavemente.
-Aki-Akira… no es tiempo para eso…-dijo con dificultad el pelirrojo mientras le sacaba los pantalones a su novio haciendo que este se aleje de su sexo- te quiero dentro ya… se nos van a ir los minutos…-susurró con tristeza.
-Esta bien…- dicho esto puso tres dedos en la boca de su menor y a la vez se sacaba dificultosamente su boxer, el menor vio que su rubio necesitaba ayuda en aquello así que no dudo en ayudarle a bajar aquella innecesaria prenda.
-Gracias...-
Colocó el primer dedo en la entrada del pelirrojo y comenzó a moverlo circularmente ayudando a que aquella entrada se abriera más obteniendo gemidos de su amante, introdujo el segundo dedo obteniendo un grito de su pequeño el cual fue cesando cuando inició con los movimientos circulares, ya no aguantaba más necesitaba estar dentro de su pelirrojo por lo que rápidamente puso su tercer dedo en la entrada moviéndolo ágilmente haciendo que su pelirrojo se acostumbrara.
-Aquí voy…-depositó un beso en la frente del menor.
Sacó lentamente los dedos de la entrada, agarrando con su mano derecha su erección y posarla en la entrada recibiendo un sonoro gemido de su amante, decidió no esperar más y abrió paso a su gran erección, iniciando primero unas cortas y suaves embestidas.
-Más…rápido…-articuló el menor y su novio no dudo en obedecerle a aquella tentadora petición, comenzando con las largas y rápidas embestidas moviendo aquella cama a la misma velocidad que ellos actuaban.
-Te….a-amo-comenzó a dar embestidas más fuertes y más rápidas, ya aproximándose al clímax.
-Yo…también m-mi amor…-dijo el pelirrojo corriendose manchando aquellos dos vientres.
Él pelirrojo vio como la silueta de su rubio comenzaba a hacerse transparente pudiendo observarlo a él pero también a los muebles que había detrás de él aquello le asustó, el separarse de nuevo de la persona que más amaba, aquello era injusto ¿por qué a ellos? ¿por qué justo la noche en la que le demostraban su inmenso amor a aquella luna llena?.
Sintió como un líquido apareció en su entrada… estaba contento creía que aún podría tener aquel jugoso néctar de su rubio pero aquel líquido comenzaba a desaparecer al mismo tiempo que desaparecía su dueño, el cual posó una mano en la mejilla de su pelirrojo.
-Te amo… no lo olvides…-dijo el rubio ante lo cual el pelirrojo asintió y trato de imitar el gesto del mayor hacia él posando su mano derecha en la mejilla izquierda del rubio, pero él no esperaba que iba a ocurrir algo contrario, su mano atravesó a su rubio dejando que aquella mano cayera sobre su propio vientre ante lo que su amante sonrió.
-Ya es imposible ello Taka…mira- imitó aquel acto de su pelirrojo mostrando que el podía atravesar a su pequeño.-es que… ya se está acabando el tiempo…-dijo mientras desaparecía más.-siento no haber podido tener nuestro tiempo romántico…
-No importa mi amor… estuvimos juntos aunque sea un poco de esta noche…y eso era lo que más deseaba…- el rubio sonrió y poso sus labios sobre los de su pequeño dejando el último beso…- Te amo…-articuló el pelirrojo pero su rubio ya no se encontraba…
Así estuvo… por unos minutos observando la nada misma quedando en la misma posición en la que se quedo, no tenía ganas de ponerse a dormir y hacer como si nada hubiera pasado, no podía actuar así….acababa de perder por segunda vez a su rubio ¿Cómo no pudo retenerlo? Pensaba el pelirrojo.
Bajo su mirada flectando sus piernas para después esconder su cabeza entre ellas, con sus brazos rodeando sus piernas para después caer en un amargo llanto… su rubio se había ido ahora ¿Qué haría él?, él mismo había dicho que no viviría sin su novio, pero a la vez… le prometió a su novio no hacer ninguna estupidez.
En el umbral de la puerta se encontraba el rubio observando aquella triste imagen de su amado llorando sobre su cama, suponía que lloraba porque él se había ido, pero no ¿él estaba aquí! Aún seguía con su hermoso pelirrojo solo que este no lo notaba. Y el hecho de que no lo notara le dolía inmensamente al rubio, pero más le dolía el hecho de ser él el culpable de que su pequeño se encuentre llorando. ¿Por qué no me puedes ver? Pensaba el rubio.
-Akira…-susurró el pelirrojo.
-¿Qué pasa Taka?- dijo el rubio encontrándose frente a su pelirrojo haciéndole una caricia en la mejilla pero… al hacer la caricia se dio cuenta de que su pelirrojo…no lo veía.
-Vuelve…no me dejes solo…-
-No lo estás…yo estoy aquí amor..- articuló el mayor abrazando a su triste pelirrojo en aquella noche desierta frente a aquella luna llena que había sido testigo de cómo se amaron y de cómo el destino los separó.
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-Me quedé dormido…-dijo el pelirrojo a la nada misma, abriendo lentamente sus ojos observando toda la habitación y percatándose de un detalle, él se encontraba recostado en la cama y cubrido por las sábanas… pero.. ¿Cómo? Si él estaba seguro que se durmió sin..-Akira…-susurró feliz a fin de cuentas su amado no le había abandonado del todo…
-bueno ya es hora de levantarse…hoy Shima me tiene que ir a acompañar a dejarte flores amor, así que me arreglaré hermoso para ti-se levantó de la cama y fue camino a la ducha en la cual se demoró unos cuantos minutos pero no demasiados, saliendo de la ducha para vestirse rápidamente pero sin descuidarse, ya que su amigo ya se encontraba entrando a la casa.
Desde la muerte de Akira entre todos los amigos se han turnado para ir ciertos días a vigilar al pelirrojo ya que imaginaban que por aquel golpe que le jugó el destino su amigo se debe encontrar de lo más vulnerable.
-Ruki ya llegué…-decía el castaño claro abriendo la puerta de la habitación de este-wow te doy un diez- dijo riendo observando al pelirrojo de arriba abajo, quien reía avergonzadamente.
-¿Vamos?-
-ok- dijo sonriendo el pelirrojo tomando las rosas que se encontraban sobre un mueble de su pieza partiendo camino hacia su destino.
Cuando salieron ambos de la casa el castaño obligó al menor de que vallan en auto por el frío que hacía, ya estaba llegando el invierno a Kanagawa y era de los inviernos más fríos que podría haber…
-llegamos-dijo con una sonrisa el castaño, estacionando su auto frente al cementerio, recibiendo de respuesta una sonrisa de su amigo.
Emprendieron camino al cementerio encontrándose con distintos tipos de tumbas las cuales el castaño miraba asombrado por los distintos tipos que habían, lo cual al pelirrojo no le sorprendía ya que el castaño había entrado solo una vez a aquel cementerio.
-Te traje rosas amor- sonrió melancólicamente el pelirrojo tras haber llegado hace unos minutos allí.
Colocó las rosas en el frasco que se encontraba dejando al lado de la placa donde decía Suzuki Akira, se arrodilló y acercó su mano a su boca dejando en esta un tierno beso para después posar la mano sobra aquella lápida.
Después de haber pasado unos minutos en los cuales el castaño y el pelirrojo oraron pidiendo que cuiden a Akira, el castaño decidió ir a buscar las flores que torpemente se le quedaron en el auto haciendo sonreír a su amigo pelirrojo quien se sentó al lado de la lápida en espera de su amigo.
-Akira…- sonrió el pelirrojo
-No, no, estúpido no haremos de eso… será nuestro momento romántico ahora, renté una película muy buena- susurraba el pelirrojo a aquel viento frío que le envolvía.
-¡Te dije que no! vamos abrázame...cariño…-hablaba el pelirrojo a la soledad que le rodeaba, sostenía una sonrisa que poco a poco fue convirtiéndose en una mueca de tristeza-¿por qué?...-susurró observando el suelo mientras pequeñas pero firmes gotas caían de sus ojos.
Poco a poco levantó la vista pero sólo podía observar un paisaje blanco, ya no estaban las tumbas ni los autos, ni nada…solo estaba el sentado en la nada…observó hacia todas partes desesperadamente ¿Qué le estaba pasando? ¿El destino le quería jugar otra broma pesada?, acercó su mano para poder observarla y esta se encontraba transparente…un escalofrío le recorrió la espina dorsal.
-Vamos…-aquella voz… levantó su vista para encontrarse con los ojos de su amado quien le extendía una mano la cual no dudo en tomar. Ahora estaba agradecido del destino ya que este los volvió a unir.
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-¿Por qué?- decía el castaño mientras lágrimas caían de sus ojos y era consolado por su pelinegro.-todo esto es mi culpa…
-No es tu culpa…- articuló el castaño oscuro que se encontraba junto a ellos observando aquella…
-Claro amor que no es tu culpa, tú solo fuiste a buscar flores…-decía mientras acariciaba la cabeza de su castaño claro.
-No debí haberle dejado solo…me arrepiento, debí haberle obligado a que viniera junto a mí y haberle puesto mi abrigo…-decía mientras se sentaba frente a aquella lápida…
-Shima ya ha pasado un mes desde aquello…- susurraba el castaño oscuro obteniendo como respuesta a sus dos amigos mirando hacia el suelo.-bueno, estoy seguro de que ahora está mejor…junto a su rubio…-dijo colocando las flores sobre la lápida.
Que descanse en paz Matsumoto Takanori
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En aquella nada se podía ver a un pequeño pelirrojo que sostenía fuertemente la mano de su rubio mientras se daban un tierno beso demostrando todo su amor que ni la muerte pudo separar.
-Te amo Akira…-
Fin <3