Hace 5 años… – susurro el castaño mientras guardaba unos archivos dentro de su escritorio y se marchaba a casa.
Su vida había dado un giro impresionante, al separarse del amor de su vida y dejarlo marchar sin volver a saber jamás del él, había dejado una gran brecha en su pecho. Muy bien sabia que la desaparición de Joey él mismo la había provocado por su egoísmo y falta de mostrar interés por cosas más triviales, aunque dentro de esas cosas triviales estuviera el hacer un poco más feliz a su rubio, pero como es el CEO más importante de Japón el pensar que tenerlo y poseerlo tantas veces como quisiera demostraba su amor; pero que equivocaba estaba al saber que esa discusión lo había alejado de por vida de ese indomable cachorro de cabellos dorados
//////////////////////////////////////Flashback///////////////////////////////////////////
- No le pidas peras al olmo Wheeler porque de eso jamás vas a encontrar conmigo – gritaba mientras golpeaba la espalda del rubio con la pared mas cercana a su habitación
- Es tan difícil dejar de pensar como un CEO con tu propia pareja- gritaba el rubio mientras intentaba zafarse del agarre del castaño el cual le estaba empezando a molestar para respirar
- Yo hago lo que se me venga en gana Wheeler – acoto el castaño mientras lanzaba a Joey contra la cama y se posaba encima suyo con demasiada fuerza, haciendo que el rubio tratará del golpearlo para poderse salir del agarre
Al tratar Seto de mantener a Joey debajo de él, no sintió como el rubio empezó a palidecer por la presión de sus piernas sobre su pecho ya que no le dejaban respirar, el agarre se hizo mas débil en las manos del rubio, y el castaño al darse cuenta intento retirarse.
- ¡¡¡Joey!!! ¡¡¡Joey!!! – lo llamaba agitado mientras intentaba de que respirara nuevamente, ya que lo había dejado de hacer, su pálido rostro y sus labios violáceos cobraron vida nuevamente, mientras por medio de la tos que se había apoderado de su garganta respiraba de nuevo.
- Aléjate de mi Kaiba –pedía el rubio mientras se tomaba el torso con su brazos tratando de mitigar el dolor que se había instalado en sus adoloridas costillas
- Cachorro…yo… - pidió el castaño, pero un fuerte golpe en su quijada lo había sacado de orbita y mandado a dar fuertemente contra el suelo
Su hermano lo miraba como energúmeno, mientras intentaba ayuda a poner en píe al adolorido rubio que el cual se tomaba todavía sus costillas por el dolor
- ¡¡¡Que intentabas Seto!!! ¡¡¡Matarlo!!! … ¡¡¡es la única manera en que te sientes el superior!!! – rugió el azabache mientras salía con Joey de la habitación
Esa noche se la paso en la misma posición en la que había quedado después del golpe, su cerebro estaba procesando todo lo que había sucedido, un simple reclamo había hecho que toda su relación de 5 años se hubiera ido por la borda. Pues sin saber y con la ayuda de Mokuba el rubio había dejado su casa hasta el sol de hoy.
/////////////////////////////////Fin del Flash Back////////////////////////////////////////
El auto había llegado a la mansión, el viaje había sido rápido, pues la mayoría del recorrido se había pasado pensando en el rubio de sus sueños, al abrir la puerta una morena de cabellos castaños y ojos verdes y con una protuberante barriga mostrando su estado salio a su encuentro, dejó un beso frió y sin vida en sus labios y se dispuso a ir a su estudio a encerrarse como lo hacía desde hacía 5 años. Helena era la hija de unos de los CEO más importantes de Norteamérica con la cual había contraído nupcias para que su imperio llegará hasta la tierra del tío Sam, era un matrimonio frío y monótono el cual lo mantenía atado por la criatura que venía en camino.
Su hermano se había casado con una de sus compañeras de preparatoria y manejaba la parte de Kaiba Corp. En EEUU, pero jamás le devolvió la palabra desde aquel día, su relación se había vuelto netamente laboral y él no hizo nada para volverla a restaurar, pero el encuentro entre ellos dos se debería hacer en menos de 3 días pues la fusión de la parte americana con la japonesa era un total hecho jurídico.
Apagó su portátil y decidió salir a comer algo pues no lo había hecho en todo el día, pero su cabeza le decía que debía entrar a la antigua habitación de su hermano, al ingresar notó que su nana mantenía esa habitación impecable como si su dueño habitará en ella, recorrió todos los estantes donde descansaba la amada colección de autos de su hermanito, pero parecía que la dejo de amar en el momento en que se fue de su hogar, al recorrer el librero notó un álbum muy especial, y si no estaba mal, era el artbook en donde Joey guardaba sus fotografías.
Al tratar de abrirlo una hoja cayo al piso, al comenzar a leerla sus ojos se abrieron de manera desmesurada
- Acta de adopción número 154650… - leía el CEO con recelo- petición realizada por James y Martha O´neall, para adoptar el pequeño dado por Joey Wheeler en adopción el día 19 de octubre de 2004… - lo último jamás lo termino de leer pues un increíble nudo en la garganta se formó, su cerebro hacía ajustes rápidos para poder darse el mismo una razón creíble de porque Joey hubiera dado un hijo suyo en adopción.
Su respiración se hizo rápida, las cuentas estaban echas, no cabía duda de que ese día en el que Joey se fue de su vida llevaba a ese pequeño consigo, su furia se incremento y trato de desquitarse con todo lo que estuviera en frente suyo, al hacerlo cayó de rodillas contra el suelo y unas traicioneras lagrimas cayeron de sus ojos, se sentía la peor escoria que haya pisado la tierra, pues recordó que para dar en adopción necesitaba el consentimiento de su otro padre y al comprobar en la hoja Mokuba había firmado, y había aceptado que lo mejor para sus sobrinos era la adopción ¿ pero que fue lo que llevo a Joey a tomar esa decisión?. Y el único recurso para darse cuenta de lo sucedido era su hermano y para ello debía esperar 3 días.
Bajó al comedor y en ella lo esperaban su esposa con un semblante frío y pagado, si hacer ningún tipo de comentario se sentó en su sitio y se dispuso a comer
- Habrá algún problema de que mi hermano con su esposo vengan a quedarse en la mansión – decía sería mientras enfocaba la vista en los ojos de su marido
- No veo el porque … - dijo parco mientras seguía comiendo su cena
- Gracias, además solo será un día – dijo regía mientras salía escaleras arriba hasta su habitación
El castaño termino su cena y ahora estaba acostado en su cama mirando al cielorraso de la habitación, su corazón y mente aún no podían recuperarse de lo que había leído, pero por más de que tratará darle una respuesta lógica no la encontraba y sabía que la única persona que lo haría se demoraría en llegar.
Los tres días pasaron volando y ahora estaba frente a frente con su hermano, el cual le miraba fríamente
- ¿Quieres saber porque tu “perro” dio en adopción a tu hijo?- pregunto con prepotencia mientras unas ganas de golpear a su hermano habían surgido - ¿No crees que es demasiado tarde para hacerte esas preguntas?
- No, y deseo saber la verdad Mokuba y espero que no me la niegues – la ansiedad por saber todo estaba desbordada, y por eso mando a volar a todas las personas que estaban en ese momento en la sala de juntas.
Pero un sonido en la puerta hizo que la conversación se viera interrumpida. Pues de ella apareció el tormento rubio de Seto Kaiba, mucho mas cambiado, ahora era mas serio y maduro.
- Creo que lo que tienes que preguntar solo lo debo contestar yo ¿verdad? – hablo el rubio, mientras veía que el semblante de Seto cambio totalmente
- Creo que ya se conocen Seto… te presento al esposo de mi vicepresidente Joey Mccallister – dijo Mokuba mientras veía que el color de rostro del castaño cambiaba drásticamente
- ¿Mucho tiempo verdad Kaiba? – dijo socarrón mientras tomaba asiento despacio ya que su prominente vientre no le permitía hacerlo como en antaño
- Felicidades ... – fue lo único que se escucho de sus labios, ya que la impresión lo había mandado a su silla con una incredulidad que llegaba hasta las nubes
- Gracias, y a ti también debería felicitarte pronto serás padre y por lo que veo a Helena la hermana de mi esposo le queda un mes ¿no? –acomodo todas las cartas para que Kaiba no volviera hacer comentarios fuera de tono
- Si es verdad, pero esto no viene al tema que tengo que tratar contigo – dijo serio mientras enfocaba la mirada en los dorados del rubio el cual no se amedrentaba con dicha mirada
- ¿Porque? – fue lo único que dijo mientras esperaba la respuesta del rubio
- Hubieron muchos factores para tomar esa decisión Kaiba – respondió el rubio, tomo aire nuevamente y continuó- después de salir de la mansión no tenia a nadie a excepción de Mokuba para que me ayudará, cerraron el estudio y tuve que empezar a trabajar en algo nuevo, después de varios meses tuve una amenaza de aborto que me mando casi un mes completo al hospital, allí me di cuenta que Mokuba sobrevivía con lo poco que ganaba programando para una empresa de telecomunicaciones, me sentí acorralado y no quería volver a pedir nada tuyo, así que tome la decisión de darlos en adopción porque se que ellos se merecen algo mejor
- ¿“Darlos”? – pregunto aún asombrado tratando de asimilar lo que había acabado de escuchar
- Fueron dos Kaiba, una niña y un niño – respondió serio mientras miraba que del CEO que alguna vez conoció no quedaba nada, ya que su semblante cambio de una manera tal que parecía que se iba a romper de un momento a otro
La conversación en ese momento quedo en un silencio sepulcral, ya que el ceo le daba vueltas a todo lo que le acababan de decir, pero una pregunta surgió desde lo más recóndito de su pensamiento
- ¿Qué paso con la niña? – dijo serio mientras miraba a su hermano el cual aún permanecía sin moverse en la otra silla
- La dieron a una familia que vive en Munich – hablo el rubio mientras trataba de que las cosas siguieran calmas como hasta ahora, porque su corazón no aguantaba tantas emociones encontradas
- ¿Porque nunca me lo dijeron? – fue todo lo que pudo decir, ya que el nudo en su garganta se descargaba por medio del caudal de lagrimas que adornaban sus ojos
- No te lo merecías hermano – por primera vez hablo el azabache mientras enfocaba su mirada al rostro desencajado de su hermano - esos niños ahora tienen un mejor futuro, ¿que vida tendrían dos pequeños en donde sus padre parecía que llevaba mas un contrato de negocios que una misma relación? Por Dios Seto deja de pensar de una buena vez en tus sentimientos y siéntate a pensar en los de Joey ¿crees que fue fácil dejar a sus hijos con desconocidos? – concluyo el azabache mientras daba un fuerte portazo y salía de la habitación
Joey suspiró y se puso de pie acercándose lo más posible a la persona que alguna vez fue el amor de su vida
- Kaiba es mejor que sigas adelante, el único consuelo que tenemos ahora es que esos pequeños están en mejores manos- concluyo el rubio mientras salía de la oficina, pero el brazo del castaño le impidió la tarea
- ¿Me dejaste de amar? – pregunto seco pues quería sacarse ese maldito sentimiento que lo había mantenido vivo por 5 años
- Si, y lo único que siento por ti es un profundo afecto por haberme dado dos luces en mi vida, pero ahora esta Michael y este bebe, el cual me abrió una puerta y me permitió amar nuevamente – contesto mientras depositaba un beso en la mejilla húmeda del castaño - hazlo Seto ábrete y déjate amar te lo mereces - salió delicadamente de la habitación mientras era seguido por la mirada azulina del castaño a través del cristal, el cual se sorprendió al ver el rostro iluminado que había adquirido el rubio al ver a su esposo
Los días fueron pasando hasta que llegó hacer un mes, ahora era el flameante padre de una pequeña la cual llamaron Hikari, por medio de su esposa con la cual se había abierto después de la conversación con el rubio; se enteró de que Joey había tenido un pequeño el cual se llamo Sekai. Pero sentía que algo estaba todavía inconcluso por lo que puso a un investigador privado a saber el paradero de sus pequeños.
Ahora en sus manos reposaba un informe completo sobre Ian O´neall y Alicia Von Richthofen, eran los nombres que los padres adoptivos les habían dado a sus hijos desde el día de su nacimiento. Sonrió mientras veía correr a una rubia de ojos azules por todo la nieve que ahora cubría un parque de diversiones, mientras jalaba a un hombre de expresivos ojos azules y cabellos rubios, al igual que la mujer que venía acompañándolos, parecía que no podrían negar que esa pequeña era hija de ellos.
El frío se colaba por todo su cuerpo después de estar tanto tiempo expuesto al crudo invierno de Munich, pero se alegraba al ver que su pequeña estaba feliz con sus padres mientras la veía jugar con el mayor, pero su corazón se llenaba de tristeza al escuchar salir de sus labios tan ansiada palabra para el ¡Vater! (Padre en alemán).
Ahora se encontraba en el intenso calor de Miami EEUU portando un vestido de franela acorde para el calor que estaba soportando, miro hacía la playa y los reflejos del sol no le dejaban ver mucho a las personas que se encontraban dentro de mar, pero al tratar de caminar algo pequeño estrujo sus piernas.
- Sorry Sr. – habló un pequeño de vivos ojos azules y cabellos dorados, al que Seto reconoció y se guardo las ganas inmensas de abrazarlo
- It´s ok boy – contesto con un perfecto inglés, mientras el pequeño sonreía y salía corriendo hasta donde sus padres se encontraban esperándolo con una enorme sonrisa, que el pequeño contestaba de la misma manera.
Sabía que el destino hacía de sus cosas por muchos motivos, y el mismo se estaba construyendo su propio camino, como lo estaba haciendo el rubio que amó enormemente. Era hora de dejar sus cosas del pasado y empezar una nueva vida al lado de su esposa y de su hija, pero muy en el fondo sabía que esos pequeños eran lo mejor de si mismo.
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