- No estoy seguro…
- ¿Seguro…? ¿Sobre que?. Ya te he dicho que te preocupas demasiado.
-¡¿Pero que quieres que haga si tengo esto metido todo el día en la cabeza?¡
- Simplemente deja de pensar en ello; lo hecho, hecho está. ¿O acaso te arrepientes de lo que ha pasado?
- No… Es solo que...
- Mmm... no me sonó a un “no” muy convencido…
- No… no es eso; es solo que… no estoy seguro…
- Valga la redundancia… ¿No estas seguro sobre que?
- Sobre nosotros…
- Mas bien creo que tienes miedo.
- ¿Miedo, miedo de que? ¿Por qué lo dices?
- ¿Hace cuanto tiempo nos conocemos?
- Casi 7 años
- Exacto, solo por eso sé que tienes miedo, pero es el tipo de miedo que sientes cuando enfrentas algo que no conoces. Es como el tipo de miedo que sientes cuando miras hacia el frente y no vez nada, que puedas asegurarte que llegaras a algún lugar.
- ¿Te puedes explicar mejor?
- ¿Qué sientes por mi?
- ¿Por qué siempre me tienes que contestar con una pregunta?
- Lo mismo acabas de hacer
- No es lo mismo, no tiene nada que ver una cosa con la otra, tu pregunta no responde a la mía.
- De hecho si.
- ¡Te encanta molestarme!
- Jeje de hecho si… Te ves gracioso, tus ojos se abren más, se vuelve más aguda tu voz, tu cuello se tensa y tienes esa cara de enfado que tanto me gusta.
- Ok ok. Bueno entonces dime ¿Qué es lo que sientes TÚ por MÍ?
- Siento muchas cosas por ti, pero en resumidas cuentas… te amo… ¡Quita esa cara de estúpido, por favor!, ahora viene la parte linda de la explicación y tú con tu jeta de imbécil.
- Es que me sorprendió…
- Jeje, eso me encanta de ti, eres tan ingenuo.
- Y estoy completamente lleno de defectos.
- Por eso te amo, porque no eres perfecto, porque manejas fatal, pero te encanta sentir el viento en tu cara, porque te duermes al estudiar, pero no duermes por acabar de leer un libro, porque te encantan las fresas, pero nunca dudarías en regalarle una a alguien, porque cuando volteas a verme, tus ojos se hacen suaves y dulces, pero te amo mas cada vez que dices mi nombre, porque haces que todos mis pensamientos desaparezcan y sonría. Y se que tienes miedo de quererme como yo te quiero, pero recuerda que el amor es como un libro, si es malo, no buscas la hora de que acabe, pero si es muy bueno, por mas que quieras, no te gustaría llegar al final y sabes que a mi me encanta leer.
- A veces eres muy extraño.
- Jaja, después de casi un año saliendo, no era la respuesta que esperaba, pero al menos es una. Tengo hambre, voy a asaltar tu refrigerador.
- Jeje, en la parte de abajo hay un poco de pizza.
- ¿Dónde está?, no la veo…
- Busca bien esta en un plato blanco… (Susurro) No estoy seguro de querer seguir leyendo… me da miedo terminar… pero no me da miedo amarte…
- ¿Qué dijiste?
- Nada, no te voy a repetir las cosas mil veces.