“Donde diablos lo habré dejado….” Pensaba Yuki. Había revuelto todo su departamento buscando un libro. Quería hacer una cita en su nueva novela de un poema que hace algunos meses había leído. Pero por azares del destino, aunque había dejado su preciado libro muy guardado en un cajón con llave, este había desaparecido. Se preguntaba si lo habría sacado en algún momento y no lo recordaba. De todas formas, ¿Cómo diablos podía perderse un libro en un departamento…?
Estaba por tirar la toalla cuando se le ocurrió buscar en su habitación. Tal vez lo había dejado en su velador….. Voló hasta allí y reviso detalladamente el mueble. Nada. Colérico y con ganas de patear lo primero que se cruzara se tiro en la cama. Pronto vendría Mizuki a buscar el manuscrito y el quería darle el texto…..
Se le ocurrió que tal vez Shuichi lo había guardado. El mocoso sabia bien que el adoraba los libros y si les pasaba algo se enfurecía tanto que daba miedo. Revisó su velador y debajo de unos cuantos papeles y libretas de su koi encontró su preciado libro. Suspiro aliviado y recorrió las hojas, sentado en la cama. Encontró el poema, tomo un trozo de papel de una libreta de Shuichi y lo coloco entre las hojas en que se encontraba el escrito. Seguido lo dejo sobre la cama. Ahora solo tenia que esperar que Mizuki llegara.
Fue entonces que reparo en el cajón abierto. Se extraño. Shuichi generalmente cerraba con llave la gaveta de su velador y guardaba estas recelosamente de su vista….. Sin embargo, esta vez no estaba cerrado….
Yuki se acerco al mueble como queriendo hacerse el tonto, mirando por la ventana. Finalmente se convenció a si mismo de que no estaba mal lo que hacia y metió sus manos curiosas al interior. Saco todos los papeles, cuadernos, fotografías, lápices y chucherías de Shuichi y los coloco sobre la cama. Ah, Shuichi nunca iba a saberlo, además, ¡no era justo que se anduviera con secretos! Luego decía que era él el mentiroso….. Yuki pensaba todo esto para acallar su propia culpa.
Empezó a registrar y se dio cuenta de que la gran mayoría de las cosas eran trozos o completas canciones de Bad Luck. Otro tanto eran de Nittle Grasper, escritas a mano y autografiadas por los integrantes de esta. Había también muchas fotografías, de él y Shuichi, de Shuichi y su familia, de Shuichi y sus compañeros de trabajo, de Shuichi y Ryuichi Sakuma. Tuvo deseos de romper esa última, pero se contuvo. Encontró una agenda con una larga lista de números telefónicos y su MSN. Paso las hojas rápidamente en busca de algo interesante, cuando una hoja de papel diferente al diseño del cuaderno cayó sobre su regazo. Era de color celeste y tenia pequeños adornos blancos alrededor. Yuki tiro la agenda a un lado y tomo el papel. Lo desdoblo y comenzó a leer.
Shuichi:
Cuando me dijiste que te ibas de gira, me sentí un tanto triste. Se que muchas veces no te lo digo abiertamente, pero tu lo sabes, ¿verdad? Después de todo, serán muchos, muchos meses separados….. Al menos tengo un consuelo. Por las tardes, cuando me sienta solo, tendré un recuerdo tuyo: tu cuerpo desnudo sobre mis sabanas, con los ojos entrecerrados y la respiración agitada. Tu mano y la mía tomadas. Tu cuerpo y el mío aun unidos, luego de hacer el amor…….
Voy a recordar con ternura como de vez en cuando los rayos plateados de la luna daban sobre tu piel, perlada de sudor. En esos momentos te veías como un ángel, como un ser demasiado bello para este mundo. Alguien casi fantasmal…… fantasmalmente adorable. Se que añorare besar tus labios todo este tiempo en que estaremos separados, pero tu sonrisa, tus largas charlas sobre las cosas que hiciste en NG, tu hiperactividad y tu encanto quedaran en mi, y serán de gran ayuda…..
Saluda de mi parte a Hiroshi. Muchas veces me disgusto su cercanía contigo, pero a medida que lo fui conociendo, descubrí la gran persona que es. Se que te cuidara, porque de lo contrario se las vera conmigo. Le agradezco de todas las que te ha salvado….en especial de que el idiota rubio con el que pasas la mayor parte del tiempo no te dañe por llegar tarde……
¿Vas a extrañarme, Shuichi? Espero que si…… Se que me amas tanto como yo a ti. Sabes que somos el uno para el otro. Algún día podremos estar juntos en paz, sin que nada ni nadie nos lo impida……
Cuídate mucho y piensa en mí. Nos veremos luego.
Tu neko-chan. (Como te gusta llamarme, aunque creo que eso te viene más a ti….)
Yuki termino de leer, doblo la carta y se la metió al bolsillo. Tomo todas las chucherías que había sobre la cama y las registró cuidadosamente. Encontró otros tres papeles mas, celestes y con adornos blancos por las orillas. Tomo todos y se los guardo en el bolsillo. Seguido guardo todo lo otro en el velador y se levanto, tomando su libro de la cama. Se dirigió a su estudio, donde se sentó sobre su silla de cuero. Se mantuvo en la misma posición, inclinado hacia delante, con las manos juntas sobre las rodillas y la mirada baja durante un buen rato. No sabía exactamente que tenia que hacer. El dolor, tan fuerte como una patada en el estomago le tenia nublado el pensamiento. Lentamente extrajo todos los papeles de su bolsillo y los coloco sobre la mesa. Leyó uno por uno, todos con la misma caligrafía, todos colmados de palabras amorosas, todos llenos de noches apasionantes, todos firmados por el tal neko-chan. Recordó con horror esos días en shu-chan llegaba tarde a casa. En que supuestamente, “K-san” le daba trabajos nocturnos. Dios, y el se las había tragado todas. Se sintió el idiota más grande del mundo.
Hundió la cara entre sus manos y se resistió a lo que por instinto, sus ojos querían hacer. Acaricio el puente de su nariz y respiro profundo. Más fuerte incluso que la rabia, que el resentimiento, era la angustia. Durante mucho tiempo había pensado que por fin podía dejar de sufrir por amor. Su relación actual le parecía más solida de lo que jamás se hubiese imaginado. En ese preciso instante el mundo que había construido se cayó al piso y nuevamente quedo solo.
Yuki se coloco el abrigo y tomo las llaves. Las cartas de color celeste yacían nuevamente en sus bolsillos. Cerrando con un portazo, Yuki salió del departamento.
-¡Tadaima! Yuki, ya llegue! ¡Yuki!
Shuichi esperaba encontrar a su amante en el sofá. Ese día era el plazo de entrega, lo que significaba que Yuki estaría relajado, feliz y mas accesible que de costumbre, pues no tendría trabajo hasta en un buen tiempo más. No verlo donde quería no lo desanimo. Corrió como un ave inquieta y feliz hacia su estudio, tocando la puerta antes de entrar. Pero tampoco lo encontró.
Luego de diez minutos Shuichi se convenció de que su koi no estaba en casa. Eso si lo desanimo. Se sentó en el sofá y miro el reloj. K lo había mantenido hasta muy tarde, ya eran las ocho de la noche……. Se sentía hambriento y tenía sueño, pero quería esperar a que su Yuki llegara para cenar juntos. Prendió la televisión y puso MTV, pero al cabo de unos minutos, el sueño lo venció y se durmió profundamente.
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El rechinar de la puerta lo despertó. Se sintió perdido, las luces estaban apagadas y no veía nada más que la televisión, y lo que esta lograba iluminar en un campo de dos metros alrededor. Percibió los pasos que se acercaban. Presa del pánico se levanto de golpe y encendió la luz, haciendo que Yuki y el cerraran unos instantes los ojos, acostumbrándolos poco a poco a la luminosidad del cuarto. Shu suspiro aliviado al ver a su koi. Se acerco lentamente.
-Yuki, ¿Por qué llegas a estas horas? ¡Es medianoche!- grito, consultando el reloj en la pared- ¿Dónde te habías metido?
-Y tienes el descaro….-susurro, sin el ánimo de ser escuchado. Pero Shuichi lo hizo y mostro una mueca molesta.
-¿Descaro…..? ¿Qué me preocupe donde estas se llama descaro?
-Déjame en paz, criajo imbécil. No estoy de humor para tus idioteces- y evitó al pelirrosa, pasando junto a él y yendo hacia su estudio. Shuichi hizo una mueca dolida, pero luego de oler algo en el aire cambió su expresión a una sorprendida.
-……..¿Estas borracho?
-¿Y que si lo estoy? ¿Te importa?- El rubio dio la vuelta desafiante. Sin embargo, tambaleo peligrosamente. En su estado actual no se sentía muy seguro de pie. Cayó en un sofá y sostuvo su cabeza, intentando detener el mareo.
-Yuki, te he dicho que no bebas tanto…-un poco menos alterado, Shuichi se acerco a su koibito. De alguna forma verlo así lo ponía triste. Llego junto a él y suavemente se sentó en sus piernas, tomando su cabeza y besándolo tiernamente. Poco a poco, Yuki correspondió el beso y ambos acabaron besándose y tocándose como si no hubiera nada más importante que eso. Yuki lo tomo de la cintura y lo tumbo en el piso, lugar donde empezó a quitarle la ropa de forma brusca.
-Yuki, ahh…. mas lento….
-¿Para que? ¿Acaso a el le decías que fuese mas lento?-
-¿A…..a el?..... Yuki, detente……..
-No voy a hacerlo. ¡Quédate quieto de una puta vez! Y sujeto sus brazos con una sola mano. Mordió su cuello bruscamente, lo que saco un alarido al cantante. Presa del pánico forcejeo para librarse, pero el agarre de su koi era muy fuerte. Cuando Yuki intento masturbarlo a la fuerza, Shuichi le dio una patada en todo el estomago que lo dejo sin aire. Se zafo y se alejo del cuerpo doblado de dolor de su koi, con lágrimas en los ojos y en sus mejillas.
-¡Yuki, lo siento! ¡No quería pero….!
-………… Aléjate de mí.
-No….¡no Yuki! ¡No quería, pero estas actuando raro…!- Shuichi se acerco con un poco de miedo al rubio, quien aun sujetaba su estomago, arrodillado en el piso y con la cabeza gacha. Lentamente la levanto. Al estar mas cerca, Shuichi pudo notar que tenía los ojos rojos y un tanto hinchados. Y su mirada…… Shuichi quería morirse. Yuki nunca lo había mirado con tanto odio.
-…Yu...Yuki… ¿Qué te pasa? ¿Daijobu?
-Je…..¿Conmigo no quieres sexo, verdad? ¡Pero a el te le habrías de piernas para que te la metiera, perra!
Shuichi tuvo unos cuantos minutos de confusión. Su cabeza no lograba procesar del todo esas palabras. Pero sus ojos si. Sin entenderlo bien, Shuichi ya lloraba desesperado.
Yuki estaba de pie, respirando agitadamente. No había querido decir eso…. pero ya no sabía si la persona que tenia al frente era de confianza. Vio a Shuichi levantarse y tambalear. Tuvo el impulso de ir y sujetarlo, pero no lo hizo. Joder, a pesar de todo aun lo amaba.
-¡De que……de que diablos estas hablando! ¡Porque me hablas así!- y se acerco a encararlo.
-¡Y lo niegas! ¡Deja de mentir! ¡No eres mas que……!- y mordió su boca, desviando la mirada.
-¡No tengo idea de que hablas! ¡Estas loco!- y lloro mas fuerte.
-¿Ah, si? – y le mostro una sonrisa sarcástica- ¿esto es mentira, shu-chan?
Y saco de su bolsillo una carta celeste.
“Shuichi, ¿Cuántas veces nos corrimos anoche? Eres increíble, jamás pensé que pudieses hacer tales cosas con la boca…… generalmente eres tu el que mas orgasmos consigues, pero creo que anoche quedamos iguales….. Eres delicioso”
Shuichi abrió los ojos como platos, entreabriendo su boca de sorpresa. Yuki sonrió. Esa expresión solo podía confirmar lo que ya sabía. Y el dolor nuevamente brotaba por sus venas, como si lo llenara completamente. Quería llorar, pero no iba a hacerlo.
-Espera, esta es aun mejor- y saco otro papel- “creo que no todo el mundo hace el amor a medio día. Estoy feliz de haberte sacado del trabajo. Que bueno que Hiroshi nos encubrió con el rubio ese. Quisiera poder recorrer tu piel cada momento del día, Shuichi”
El nombrado gimió de dolor con las palabras dichas. Yuki saco todos los papeles de sus bolsillos y los tiro a los pies de Shuichi, sintiéndose incapaz de leerle algo más. Aunque se mostrara bien, recordar cada una de las cosas escritas en esas cartas le dolía más que una golpiza.
-Ahí están…..todas las cartas que guardabas de tu amante…¿le escribías tu también, shu-chan?
El pelirrosa no respondió. Se agacho sin mirarlo y cogió una carta. La leyó y la arrugo en su mano.
-Estuviste buscando entre mis cosas…….
-¡Que importa eso ahora, joder!
Shuichi metió una mano en su bolsillo. Saco un papel doblado en cuatro. Abrió este y enseguida aliso todo lo que pudo la carta arrugada.
-Mira.
-¿Qué diablos quieres que..?
-¡Solo mira, maldición!
Yuki recibió ambos papeles y los hojeo. No quiso leer la carta. Solo se limito a ver el otro papel, contenía unos cuantos versos de lo que parecía una canción.
-¿Qué es esto? ¿Una estúpida canción? ¿Crees que con eso…?
-Compara las letras.
Esas palabras cayeron como balde de agua fría a Yuki. Un poco temeroso comparo ambos papeles. Eran idénticas las letras, las palabras…..
-Ambas las escribí yo.- y se agacho al piso, recogiendo el resto de los papeles- Todas….¡todas las escribí yo!- y se las lanzo a Yuki, quien las recogió y comparo con cada una la letra. Iguales.
-Que……..
-¿Quieres saber porque? – Shuichi lloraba nuevamente- Hay una carta que habla de una gira, ¿No es cierto? ¿Qué hiciste tú cuando te dije que me iba de gira? ¡Te encerraste a escribir, ni siquiera me deseaste suerte, no hubo un te extrañare, un abrazo, nada! ¡Y siempre es así contigo! ¡Cuando mas deseo que seas afectuoso, que digas algo que me anime, me ignoras, bastardo! ¡Tu patético amante ha tenido que sostenerse a base de cartas falsas, porque su pareja no es capaz de siquiera decir un te quiero de vez en cuando!
Llorando a mares, pero manteniéndose firme, Shuichi respiro agitado, mirando a su amante directamente a los ojos. Yuki se mantenía sin expresión alguna. Pero por dentro empezaba a dudar.
-Si al menos….si al menos hubieses confiado un poco en mi…… ¡Si me hubieses preguntado primero a mi que eran esas cartas, en lugar de acusarme de adulterio sin tener pruebas suficientes! ¡Ni siquiera te diste cuenta de que era mi letra!
-pero estabas fantaseando con alguien…… ¿a quien le escribiste las cartas?
-no entiendes…… no quieres entender…… si las lees, si dejas de pensar solo en ti y en tu dolor, entonces te vas a dar cuenta que el que las escribe se supone eres tu….. ¡Lo de los orgasmos fue la otra noche! ¡Espere recibir de ti esas palabras, pero nunca las dijiste! ¡Me esforcé para complacerte y al final no recibí ni un mísero “bien”!
Un poco dudoso su expresión se torno menos tensa. Deseaba que todo lo que decía Shuichi fuera verdad. Pero aun, aun quedaban dudas……
-Ahí….ahí nombra a un rubio que…
-Es K-san.
-¿Y porque no sale mi nombre al final? Siempre firma “neko-chan”
En ese punto Shuichi se sonrojo. Bajo la mirada y junto sus manos nervioso.
-….Es que….así…..así te digo cuando no estas escuchando…….
Yuki lo acompaño y se sonrojo también. Bajo la mirada y miro largamente sus pies. No sabía que tenía que decirle ahora. Después de todo, no se había portado precisamente como un caballero con el mocoso. Estaba feliz de que todo fuese un enredo, de que su Shuichi si fuese solo suyo, de que ya no le dolieran esas cartas porque…..
No. Lo de las cartas aun le dolía. Por su culpa Shuichi tenia que animarse el mismo…… incluso el lo encontró triste. Ahora su estomago se revolvió de remordimiento.
Yuki se acerco lentamente a Shuichi.
-Shu…..Shu-chan, yo……
-Por favor, quiero estar solo. Vete a dormir.
Eso no se lo había esperado.
-Lo siento, pero si encuentras una carta así, no te pones a pensar quien la escribió…..yo solo la vi y……..
-Ya se, siempre actúas contra mi sin pensar en el daño que me haces- y esquivo a su amante, tal como el lo había echo una hora antes.- voy al baño, dormiré en el sofá esta noche.
Y mientras lo veía caminar tan frágil, Yuki acabo de sentirse la basura mas grande del planeta por haber echo sufrir otra vez a quien mas quería.
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No sabia con exactitud cuanto tiempo llevaba en el baño, sentado en el piso y apoyado en la puerta. Pero no quería salir y ver la cara de Yuki. Se pondría a llorar y eso ya lo estaba aburriendo. Prefería calmar el solo su angustia y así, mañana por la mañana, podrían hablar mas tranquilamente, sin sentimientos indiscretos de por medio. Sabia que no podía enojarse mucho con Yuki, porque a pesar de todas las cosas que había echo, lo amaba con locura y le perdonaba los errores. Después de todo, era un ser humano.
Sintió deslizarse algo en el piso. Miro en todas direcciones y apoyo una mano en el piso para levantarse. Fue entonces que sintió un papel bajo su piel. Lo tomo y vio que se trataba de una hoja de oficio doblada en dos, seguramente deslizada por debajo de la puerta. La abrió y comenzó a leer:
Shuichi:
Lamento ser tan idiota. Tan impulsivo, tan bruto, tan egoísta, tan rencoroso, tan…..tan todo. Perdón, perdón, perdón, por favor perdóname. Lo siento. Pero cuando me imagine que alguien mas que yo podía estar disfrutando de ti… (Y no solo hablo del sexo) Quise buscar a ese malnacido y partirle la cara a puñetazos hasta matarlo. Me contuve y preferí salir a olvidarme de todo. Pretendía no volver al departamento, irme por ahí…… pero no pude. A las once y media me encontré volviendo involuntariamente a casa. Quería verte. Quería pedirte una explicación. Quería incluso pedirte que me mintieras y dijeras que solo era imaginación mía, que lo que esas cartas decían no eran nada mas que falsedades. Estoy feliz de que si fuese mentira. Pero eso no es justo para ti. No quise decir eso…. nunca quiero hacerte daño….. Pero las cosas pasan y ya, no puedo hacer nada. Es solo que….. Me sentí tan celoso….. Joder, con lo que cuesta escribir además esto….por favor, perdóname, prometo no volver a hacer esto de nuevo….. no es que no confié en ti… pero a veces las emociones te ciegan, y yo no quise ver nada mas por mi propio dolor…… maldición, me siento un tonto. ¿Por qué siempre peleamos por cosas así? lo siento, por favor, sal de ahí y déjame disculparme, déjame remediar en algo mis palabras….. No voy a poder dormir si no sales, ¿quieres que me desvele pensando en ti? si, probablemente…… pero yo no quiero esperar….. Shu-chan, por favor…..
Rompí todas esas cartas. No vas a necesitarlas, nunca mas, te lo juro. Tal vez deberías guardar esta….. Esta si es verdadera. La escribí yo y es para que sepas que……
Te extraño en las giras, pienso en ti durante el día, (tampoco lo hago todo el día…) disfruto contigo las tardes, las noches, las mañanas, la hora que sea…..me encanta hacer el amor contigo. Sobre todo me encanta mirarte cuando estas agitado después de nuestros orgasmos, y con apenas aire en los pulmones, intentas balbucear un te amo, aferrándote a mi cuerpo como si temieras que me fuera……
Y lo más importante.
…….si quieres saberlo, tienes que salir y preguntarlo. No voy a decirlo dos veces.
Lo siento….. ¿Cuántas veces me harás decirlo? Sal y arreglemos todo……..
Yuki. (Neko-chan seria demasiado….)
Estrujo el papel contra su pecho y noto la sonrisa que, desde que empezó a leer la carta, tenia en los labios. Sintió ganas de reír, pero se contuvo. Se levanto silenciosamente y guardo cariñosamente la carta en uno de sus bolsillos, borrando su sonrisa antes de salir. Apenas abrió la puerta, la figura de su amante apareció en la pared contraria, con cara de preocupación.
-¿Qué era lo ultimo?- murmuro. Casi quería arrojársele encima al rubio, pero primero quería escuchar las dos palabras que tanto le gustaban…..
Yuki bajo la cabeza. Murmuro algo que fue imposible de escuchar para Shuichi.
-¿Qué?- y se acerco. Yuki volvió a murmurar algo. Tampoco logro entenderlo. Se acerco hasta quedar a centímetros de su cuerpo. Alzo su cuello intentando escucharlo.
-decía que iba a besarte- y de un solo movimiento poso su boca sobre la del menor, quitándole el oxigeno y alejándolo de la realidad. Shuichi correspondió los roces y caricias de la lengua de su koi con entusiasmo.
-Te amo….¿ya estas contento?-
Shuichi dio un gritito de alegría y beso repetidas veces su cuello.
-¡Si! Si estoy feliz…… Dilo otra vez.
-No abuses.
-Me debes una, Yuki.- Y le dio una mirada seria. Yuki suspiro resignado.
-Te amo….. Te amo y no quiero dejar de hacerlo….¿Ahora si estas conforme?- Y desvió la mirada, notoriamente avergonzado.
-Yo también te amo……. Ahora di, “Eres lo mas importante que tengo, Shu-chan”
-Te estas aprovechando….¡No puedo decir eso!
-¿Ehhhh? ¿Por qué no? ¡Yuki me ama, así que no va a costarle decir eso!
-¡No pienso decirlo! ¡Y no digas “Yuki me ama” tan triunfante!
-¿Porqueee…….? ¡Yuki me ama, me ama! ¿Acaso no es verdad?
-Cállate de una buena vez, te ves mejor con la boca cerrada-
-Yuki…..kisu….-y cerro los ojos, alzando su rostro.
Yuki no dudo ni un solo segundo y volvió a besarlo. Profundamente, gentilmente, cariñosamente. Fue un beso húmedo y prolongado.
Poco a poco el mayor guió a su amante a la habitación. Y mientras le hacia el amor, susurro miles de perdones, mezclados con palabras de afecto en su oído.
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Hiro tocó unos cuantos acordes para comprobar que estaba correctamente afinada. Los sonidos fueron limpios. Sonrió y acarició su siempre fiel guitarra.
Se distrajo cuando su mejor amigo ingreso -con su típico laliho- como un torbellino en el estudio.
-Hey, Shuichi, ¿Cómo te fue con tu “plan” de las cartas? ¿Conseguiste lo que querías de Yuki-san?
Shuichi paro de girar frente a él y le sonrió esplendorosamente, pinchándole la nariz con un dedo.
-Hi—mi—chuuuu…….
::Owari::