Dio un sorbo a su taza de café recién servido, sentado en una cómoda silla de ese pequeño restaurante; saboreando su dulce cappuccino, justo como a él le gustaba.
Mas ahí no se encontraba solo por deleitarse con los capuchinos de ese lugar. El estaba ahí para verlo, admirarle, quizás dirigirle uno que otro saludo pero sobretodo; desearle y amarlo ,aunque el no fuera consciente de esto, sintiendo esto como llevaba más de dos meses haciéndolo.
Si, de eso se trataba, venia a ese pequeño restaurante con la intención de verlo, y de poder fantasear con que algún día podría hablarle e invitarlo a salir, pero era a la final de cada intento quedaba con el mismo pensamiento... solo era un sueño.
No tenia las agallas para ofrecerle una cita, a pesar de tener ya sus 26 años y de haber tenido muchas parejas no sabía porque con él no se atrevía y eso que hace un mes que desde hace un mes quería intentarlo.
-Creo que ya vi porque vienes aquí tan seguido- Dejo su suculento café sobre la mesa, para ver a su querido hermano sentarse justo enfrente de él-Tiene pinta de extranjero...
-¿Cómo me conseguiste?
-Sabes que siempre tengo sincronización contigo- Kanon, mi hermano, rompió en carcajadas ante su mal chiste, los dos somos gemelos y como sabrán muchos gemelos tienen cierta "sincronización" mental entre si - Jeje, bueno ya, te conseguí gracias a la tecnología y a los amigos comunes, Saguita.
Le dijo sacando su celular y moviéndolo de un lado a otro.
-Me llamo Saga- no le gustaba mucho ese diminutivo de su nombre- mi querido Kanonshiyus.
-Ah, ¿tenias que decir ese sobrenombre?
-Jajajaja- Su hermano odiaba ese sobrenombre, como no tenían idea, un pequeño trauma de una fanática de todo bachillerato.
Los dos se parecían mucho, en personalidad la cosa variaba pero físicamente la gente se sorprendia al verlos; misma altura, físico, color de piel, forma de la cara y hasta los mismos dientes.
Solamente en dos cosas variaban;
Sus ojos, los de Kanon tendían mas a los de su padre, que eran de color más verde marino mientras los de Saga eran como los del abuelo; de un verde sereno, como unas esmeraldas. Mas su forma de mirar, normalmente la de Saga era seria mientras la de su hermano menor era picara.
Lo otro eran sus cabellos, en su color, Kanon lo tenia un poco mas claro al azul indigo de los cabellos de Saga .
-¿Quién te dijo que estaba aquí?
-Milo y Shura me dieron la dirección y.... también me dijeron que viera al mesonero de tus desdichas jeje, supongo que es aquel que te dije- La sonrisa picara de su hermano y sus ojos fijos en un punto detrás de el le hicieron girarse, encontrándose con el "francesito" recientemente mencionado como mésonero.
Sin querer, Saga se le quedo otra vez viendo mientras el chico atendía los pedidos de una vieja señora con mucha atención, sonriendo de vez en cuando a esta misma.
Llevaba sus sedosos cabellos aguamarina amarrados a una coleta dejando mas a la vista la nívea piel de su cabello, y vestido con una chemise blanca y pantalón negro, que enmarcaba bien su figura delgada, pero no ignorable pues tenía su parte "resaltante".
-Entonces no me equivoque... Saga , seguro llevas viniendo aquí mas de dos meses y ni siquiera le has preguntado como se llama.
-Se llama Camus y también sabe mi nombre - contesto un poco molesto, su hermano seguro lo molestaría por su tan poca vista timidez- Y si hablo un poco con el...
-aja, ¿ para cuándo le vas a pedir su número de teléfono? Saga... Saguita, ¿ te pone nervioso verdad? Entonces Milo tiene razón...
-El no me....!! ¡ese Milo! Euh.... Yo... pasa que....- trataba de articular pero su lengua estaba atorada.
-¿ no que no? Jajjaj
-Kanon ¿ a que viniste?- Su cejo se frunció y miro molesto a su hermano, molesto también porque seguro Milo , si no fue Shura, le soltó toda la sopa con extras y todo sobre lo que les había contado sobre el chico mesonero.
Mejor se buscaba otros amigos que no conocieran a Kanon.
-Hmmm nada- el menor acariciaba su mentón y giraba sus ojos de forma ironica, a lo que su hermano se terminaba el cappuccino.-Bueno si, tengo que irme por causas de trabajo a Australia por tiempo indeterminado dentro de una semana y te quería visitar.
Alzo su ceja confundido, y cuando iba a preguntarle algo apareció la razón de la mitad de las ganancias de ese restaurante; Camus.
-¿Puedo servirle en algo, señor?- el chico de verdad era bello, pensó Kanon, y entonces este mismo sonrió pícaro no sin antes mirar a su hermano con ésa mirada
A lo que el otro se removió incomodo en su asiento , pensando lo peor.
-"no sera capaz de...."
-Pues... ¿No te han dicho que haces que el restaurante se vea mejor con tu presencia?; seguro no es la primera vez que te lo dicen, - Inmediatamente el chico se sonrojo y desvió la mirada nervioso de aquel hombre tan guapo que lo aludía de esa manera pero correspondiendo la sonrisa a Kanon, matando de rabia y cierta tristeza a Saga que no le importaría en ese momento quedarse sin gemelo.
-En... En realidad si es la primera vez, señor.
-Me alegro en ser el primero, por favor tráeme un jugo de fresas- dijo y le guiño un ojo, el chico sonrió un poco nervioso y con una leve mirada a Saga tomo la taza vacía para irse.
-¡Au! ¿Por qué hiciste eso?- se quejaba Kanon al sentir como le pisaban el pie- no pareces el Saga que conozco- dijo dramáticamente a lo que el aludido giraba los ojos.
-Porque te encanta molestarme.
-Hey, el chico podrá gustarte , mas tu no haces nada...-Bien si era cierto, igual quería matarlo-...Ahhh ¿te acueeeerdas, cuando en bachillerato hacíamos competencia de quien se quedaba primero con fulanita, o fulanito? No seria mal momento para recordar... aunque creo que ganaría, tienes dos meses aquí y nada.- Proponía Kanon, refiriéndose al muchacho.
Lo pensó unos momentos, no seria mala idea, al parecer su cobardía era mucha con ese francés y no haría nada hasta que viera que fuera necesario.
Hubiera seguido pensando en la un tanto ridícula propuesta pero su celular repico y el tuvo que contestar, antes de que terminara la llamada Camus dejaba el jugo de Kanon sobre la mesa... Y fue entonces cuando decidió, y después de unos minutos de cortar la llamada le dijo a su gemelo:
-Solo quiero saber algo, ¿Por qué el interés?
-Para molestarte y por que ...- dio un sorbo a su jugo y sonrio pícaramente a su hermano- no seria malo que se pasara por mi casa un rato, digo yo jeje... pero entonces ¿Qué dices?
-... No, creo que no- su hermano lo miro con cara de "eres un aburrido" y el solo se alzo de hombros asi que levantándose de su asiento y poniéndose la chaqueta del traje gris moderno que portaba le dijo-Me tengo que ir, me llamaron del trabajo.
- Se, se... me dejas area libre hermanito.
-¿no lo hacias nada mas para molestarme?
-como se nota que no me escuchas... - E iba a agregar el otro detalle final pero el chico apareció por una de las mesas vecinas y no quería arruinarla, pero para su sorpresa Saga llamo a Camus.
-¿Si?
-Me tengo que ir, y como sé que mi hermano no seria capaz de pagarme un simple cappuccino..
-Hey, no me arruines la reputación con el chico... después no querrá salir conmigo- Una risita nerviosa por parte del menor fue suficiente como para que Saga se sintiera frustrado gracias a su hermano.
-... No creo que él sea asi- fue lo único que atino a decir, seguro su consciencia lo reprimiría toda la tarde por haber perdido la oportunidad de aunque sea poder conversar pero una pequeña intercepción de miradas mar y esmeralda fue suficiente para mantener a Saga un poco mas contento.
-bueno.... ¿y tu porque te vas?
-... aquí tienes, esto es por el cappuccino y el jugo de fresas, el resto quédatelo- le dijo ignorando la pregunta de su hermano y dándole a Camus un billete de diez euros, cuando lo que debía pagar era , redondeando, cinco euros.
-Pero...
-Tranquilo no hay problema.
-Gracias.
-No hay de que... Y... Me voy porque tengo que tratar de resolver un caso de acusación de robo- Camus ya se había retirado, y ahora solo quedaban ellos dos.
-Llamame cuando salgas para vernos mañana , yo me quedare otro poco- Sabia porque Kanon se quería quedar, y en un cierto momento llego a no importarle; pues su parte "deprimente" le decía que dejara las cosas asi...
***
Cansado tiro su maletín al mueble y camino hasta su habitación en ese mediano apartamento que había alquilado hace poco allí en Athenas.
Aflojo su corbata y se la quito haciendo unos movimientos con su cuello para relajarse un poco de la posición de estar inclinado viendo documentos, o de estar en la computadora durante horas como un maniaco. Se sentó en su cama mientras su mano acariciaba su nuca y cuello, suspiro pensando sobre su familia. Tenia meses que no visitaba a sus padres en Roma, tal vez lo haría ese año ¿Cómo estarían? De seguro su primo Mu los visitaría con frecuencia, después de que se quedo viviendo con un italiano, para desgracia de sus tíos que lo querían con otra persona mas normal ya que se decía que era parte de la mafia de Italia pero a sus padres no les importaba esos detalles mientras su sobrino fuera feliz.
Sonrió de medio lado agradecido de tener unos padres tan comprensivos; Kanon y el podían ser asesinos en serie, traficantes de drogas, estafadores o lo que sea pero sus padres siempre estarían allí con una sonrisa para ellos...
Pensó en sus amigos, lo locos que estaban y tambien que lo iban a poner loco a él junto con su trabajo...
Despues, por alguna razón salió a relucir Camus cuando pensó en su vida amorosa.
Aun se preguntaba como podía gustarle tanto una persona con la cual apenas había cambiado simplemente unos saludos y una que otra frase. Pensaba en el al menos tres veces al día, y hoy, había pensando mas de lo necesario después de que hubiera dejado a su gemelo solo en el restaurante.
Sentía hasta miedo de perderlo, sin siquiera ser un simple amigo, ¿ qué rayos le pasaba? Su ineficiencia en el trabajo ese día también se podía acotar a tanto pensar en él, en que tal vez se había fijado en Kanon y su picara actitud, mas atrayente que la de el, según lo que él pensaba.
Últimamente se estaba agravando de mas en mas como una enfermedad terminal.
Recordaba con claridad la primera vez que lo vio aquel dia que paro de casualidad en ese restaurante mientras estudiaba un caso importante, y al verlo.... Uf, fue como descubrir al mundo en él.
Esa mirada, esa sonrisa, esa actitud... ah, ahí va otro suspiro mas, tenia que ser realista...
Quizás el francés ni siquiera lo veía y no era para el, o viceversa... quizás tan solo debía quedar contemplándole y listo.
Estaba mal... ¿Cómo le podía doler el corazón por alguien que apenas conocía? ¿podía ser verdad que con tan solo una mirada se haya enamorado? ¿Cómo se podía querer a alguien tan solo con verlo por primera vez?
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Por fin Viernes, dios bendiga los viernes y fines de semana.... Aunque bueno, tal vez se le había pasado que dos días - Viernes no lo tomaba en cuenta-eran insuficientes para descansar.
Pero que se hace ¿ se tiene que ser agradecido no?
En fin, había llegado por fin al buffet de abogados donde trabajaba después de haber charlado un rato con Kanon en el restaurante durante la hora del almuerzo; pero lamentablemente se tuvo que aguantar como su hermano coqueteaba y reía en conjunto con Camus para su pesar, haciendo que se pusiera de mal humor, podrán imaginarse la molestia de que tu hermano al parecer vaya por buen camino con la persona que te gusta.
Se dirigió de una vez a su escritorio de trabajo, donde tenia como vecinos a los chismosos de Milo y Shura.
-¿hablaste con Kanon?
-Si-afirmo- por cierto, ¿ustedes no pueden guardarse un secreto o les pica la lengua para hacerlo?- se dirigió a los dos con impaciencia .
-Jeje... lo siento, pero teníamos que hacerlo, le pedimos que te ayudara con lo del chico.- le dijo su pelinegro amigo apoyándose en su escritorio, a lo que Milo se acercaba en la silla de su computadora.
-¿Qué Kanon me ayude? ¡¡Lo que está planeando es llevárselo a su casa antes de que yo pueda pedirle una cita!!, y saben que no van a ir precisamente a ver tele.- Su cejo se frunció. En realidad no lo pudo evitar ya que estaba muy claro en las cosas que decía y también por la frustración de pensar en estas ideas de nuevo.- ¿Qué pretenden?
-sí ... bueno creo que no lo pensaste Shura.- acuso Milo.
-Todo está pensado mi pequeño saltamontes...- hablo el español en un tono demasiado "relax"
-¿te estás juntando mucho con el novio de Aioria verdad?-
-...-silencio.
-Como me lo suponía.- decía ironico el moreno, ese rubio si que sabia influenciar a las personas...
- Hey, me gustaría que me dijeran o me explicaran que pretenden- Su par de amigos lo vieron por unos minutos sin decir nada del tema en realidad parecía que hubieran tenido un lapsus mental del tema, hasta que uno de ellos reacciono:
-Ah si- sacudió la cabeza el peliazul, mientras se sentaba en la silla con el pecho y piernas hacia el respaldo- a ver empecemos, ahora crees en el amor a primera vista, y rechazas las chicas y chicos que te vienen como boomerangs , no eres el Saga que conoci ¿Qué hiciste con él?.- Shura carcajeo ante el comentario de Milo, el solo alzo su ceja derecha con impaciencia, cuando no tenían nada que hacer en el trabajo hablaban así.
-primero: yo no he dicho nada de amor a primera vista- no en voz alta por lo menos- y segundo: Por el hecho de que no haya tenido relaciones con Ariadna no quiere decir que esté mal.
-¿ que tiene de malo ella?- preguntaron al unisonó los dos.
-Vamos, tampoco soy tan desesperado como para pasar por "una vía pública" como la mitad de la ciudad, incluyendo mujeres.- El par de amigos se miraron y se rieron a la par junto con Saga, que a lo poco se tranquilizo recordando que estaba molesto - jhm- carraspeo-¿Cuál es su problema con lo que haga con mi vida amorosa? Quiero decir, malo seria si todavía fuera virgen o algo así.- Hablaba a lo que se sentaba en su cómoda silla de trabajo mientras ojeaba unos papeles sobre un caso de demanda con ningún interés en especial.
-hmmm.... En eso tienes razón-pensó el atractivo peliazul mientras acariciaba su mentón, sin embargo Shura negó con su cabeza mientras se sentaba muy cómodamente en el escritorio del griego mayor y decía:
-Lo que es raro es que te comportes como quinceañera con su amor platónico al verlo- era cierto, muchas veces su razonamiento mental le había reclamado su propia actitud- no pareciera que tuvieras treinta añ...
-veinte y seis.
-lo mismo.
-¿es esto un buffete de abogados o un buffet de relaciones sociales?- Milo y Shura cambiaron radicalmente de posiciones al escuchar al jefe Dohko a sus espaldas.
Milo rodo como carro hasta su puesto de trabajo tal cual cobarde, pensó Shura quien se levanto del escritorio de Saga como resorte adquiriendo una posición casi militar.
-A tu puesto, Sánchez...
-Si, ¡señor!- y asi como ordeno, el español llego en un instante a su puesto de trabajo.
-A eso le llamo rapidez...- dijo Dohko para si mismo. Dohko era de los que dirigían aquel buffet de abogados mas aclamados de Grecia, y no era por ser presumido pero estaba muy bien para la edad que tenia.
Era el que mejor estaba parado entre los otros decrépitos socios, aparte de que era buenmozo; su madre era china y su padre era un europeo mestizo de los países sureños de Europa... Pero las combinaciones dieron como resultado a un bombón de tez morena como la arena, ojos verdes como el bosque y unos cabellos caoba hasta la nuca.
Prácticamente merecía el titulo del hombre del año o una buena compañía, pero bueno, él no es nuestro centro de atención.
-Nikopys, necesito que te quedes hasta mas tarde trabajando el caso del señor Roman.- La cara de Saga perdió todo tipo de expresión, lo que le acababan de decir significaba que tenia que quedarse hasta las ocho de la noche en el trabajo o mas, cuando normalmente salía a las seis de la tarde.
Y el reloj apenas marcaba diez minutos para las cuatro.
-El caso es de urgencia es por eso que te lo....
-No se preocupe señor.- el jefe asintió y se retiro, mientras el gemelo recibía la mirada compareciente de sus amigos; lo peor que te podía pasar era que te pidieran que te quedaras hasta tarde un viernes y con tu hermano coqueteándole al chico que te gusta....
***
Estaba de mas decir que la oficina era un completo silencio, faltaba que pasara la bolita de paja para decir que estaba completamente vacía.
Pero no, el reloj marcaba las ocho y media y Saga Nikopys seguía allí, dando los últimos toques como para poder resolver aquel caso.
Pero el último toque, documento, pensamiento o lo que sea que faltara para terminar eso no afloraba en su cabeza, ya que la idea de que su hermano haya cumplido su plan para molestarle afloraba a cada minuto.
Y no señores, no era porque le dio por preocuparse, ni menos la crisis de los treinta... era porque había recibido un mensaje de parte de su hermano que decía "Misión cumplida hermanito" y no podía ser otra cosa más que "eso", así que completamente estresado froto sus sienes para intentar relajarse sintiendo una opresión en su pecho de preocupación ¿sería posible que lo haya logrado? No se lo queria imaginar ¡pero se lo imaginaba! una mano amigable en su hombro lo saco de sus pensamientos y una voz suave le susurro.
-Puedes irte Nikopys, creo que ya bastante has hecho- Tan solo miro unos segundos a Dohko para después levantarse de su asiento y ponerse la chaqueta del traje, saliendo de la oficina después de haber recogido sus cosas.
Lanzo un bostezo enorme, casi no traga una mosca, y salió del estacionamiento del edificio en su Hyundai Sonata, era un modelo de los años anteriores pero estaba ahorrando para comprarse otro.
Su casa quedaba a 15 minutos en carro, pero pasaron en un instante pues al estar estresado decidió deshaogarse un poco en el pedal de camino al apartamento.
Al llegar, se quito el chaleco del traje negro y aflojo un poco la corbata de color lila claro. Prendio la televisión y se puso a mirar el partido del Manchester United contra el Chelsea para distraer su mente del chico que siempre aparecia en sus pensamientos desde la primera vez que lo vio; Camus.
***
-¡ y goooooooool de Rooney colaborado por Cristiano Ronaldooooo!!! Que bello señores!, que gol!, que pase! Que jugadaaaa! Qué maestría la de estos jugadores..!
Gritaba el narrador del partido mientras el festejaba con unas palmadas pues ya faltaba solo un minuto para que se terminara el partido , si había logrado distraerlo, pero entonces el sonido del intercomunicador hizo que se distrajera y se dirigiera a este, el cual estaba equipado con una pantalla en la cual podias ver a la persona que tocaba el intercomunicador.
La boca casi se le fue abajo al ver a Camus allí parado esperando que le abrieran, ¡por todos los dioses de todas las mitologías habidas y por haber que se había imaginado mil y un situaciones menos esta!
Trago seco, y entonces miro que el frances ensenaba una agenda, la observo con detenimiento y descubrió que era la de su gemelo.
-"Es Camus... Kanon dejo esto en el restaurante"- se oyó la voz temblante del chico, afuera estaba lloviendo a cantaros.
-Ya te abro, sube al tercer piso primer apartamento a la derecha del ascensor
-"ok"
Solto un suspiro de puros nervios, y entonces trato de acomodarse ya que se dio cuenta de que estaba hecho un completo desastre. La camisa estaba un poco arrugada y sus cabellos tremendamente alborotados de tanto querer buscar una buena posición en el sofá al ver el partido de futbol.
Por mas que intento arreglarse ante de que sonara el timbre solo consiguió aligerar el desorden de sus cabello y poner la corbata un poco más "derecha", de resto estaba igual.
El corazón lo sentía en la boca saltando como si estuviera en un trampolín, ¿ven? Ahí estaba su actitud de quinceañera.
¡Vamos! Tenia que ponerse serio...
Una oportunidad que no podía desperdiciar por nada!!