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Amor de Problemas por Mitsuki_neko_huchiha

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Notas del capitulo:

Este es la primera vez que escribo un fanfic en este lugar, asi que decidi escribir este de una de mis parejas favoritas >W<. aun no se si va a morir alguien, pero de todas formas pondre la advertencia.

 

-Negocios-

 

 

 

-¡no papa, por favor!- Lloraba el pequeño niño albino que mientras un hombre parecido a él lo jalaba a la fuerza al interior de un edificio no muy lindo, se veía viejo, en el interior había mujeres, mujeres de todo tipo, algunas vestían vestidos cortos, otras largos, holgados o ceñidos, con brillos, obscuros, se veían hermosas, muy hermosas pero no felices, la mayoría no. Algunas miraron indignadas al hombre que se atrevía a meter ahí a un niño tan hermoso, otras más se reían mientras decían en vos baja "tenemos un nuevo integrante"

 

 

-¡¡¡cállate de una vez, por fin serás útil para algo!!!- le grito jalándolo violentamente al interior de una habitación, dentro de esta se encontraba un hombre de una edad mayor sentado frente a un viejo escritorio junto a una mujer de cabellos negros y ojos azules que vestía un vestido corto de color rojo apasionado y labios de un tinte rosa pálido de mirada triste que se ilumino de inmediato al ver a la bella criatura.

 

 

-papa...por favor...yo te quiero- le decía con dificultad el pequeño albino ya que el agrio llanto le apretaba la garganta, su padre lo tiro al piso haciendo que cayera de rodillas frente al otro hombre, este lo miro con una sonrisa casi maniaca, le agradaba la nueva mercancía que le acababan de entregar.

 

 

-Con esto tu deuda esta saldada- le hizo una seña a la mujer que rápidamente levanto al niño del paso y lo saco de lo que era un intento de oficina. El niño miro atrás mientras unas finas lagrimas caían por sus blancas y puras mejillas, su padre ahora salía de aquel edificio dejándolo solo en un lugar que no conocía.

 

 

Caminaron por un obscuro pasillo, ahora donde solo había mujeres había también hombres que abrazaban a una o más mujeres de la manera más grosera posible, noto como algunas entraban a las puertas que había a lo largo de todo el pasillo. En la última, en la más remota puerta de aquel sucio pasillo entraron, dentro de la habitación había solamente una cama, un armario, una mesa con una lámpara y un tocador con un espejo, la habitación se veía levemente elegante. Lo llevo a la cama donde lo sentó, tratando de que se tranquilizara.

 

 

-¿Cuántos años tienes?- le pregunto con una voz maternal, el pequeño la miro con desconfianza y miedo en sus hermosos ojos de color gris.

 

 

-Diez años- La mujer se entristeció, acaricio los cabellos blancos del niño, le miro. La inocente criatura de  verdad no sabía en el lugar donde se encontraba, sintió lastima por él, y se encontraba ahí por culpa de el hombre que no merecía ser llamado padre por nadie, un hombre con el vicio de las apuestas.

 

 

-Y ¿Cuál es tu nombre pequeño?-

 

 

-Nate River, señora-

 

 

-Bien, ahora será Near, ¿te gusta?-

 

 

-¿Near?...sí, me gusta- le sonrió de la manera más tierna posible. La mujer se agacho hasta quedar  a su altura, puso sus manos en sus hombros.

 

 

-Yo soy  Dayanara- lo rodeo con sus brazos de  una  manera   protectora recostándolo en su   pecho. -De ahora en adelante YO me haré cargo de ti- con sus manos limpio las lagrimas de la suave cara de Near, quien le sonrió. La puerta se abrió de golpe justo cuando la mujer depositaba sus labios rosados sobre la frente de Near, los dos miraron al hombre que había entrado de esa manera tan violenta.

 

 

-Hey tu enano, escucha bien, tu ya no eres libre, ahora me sirves a mí y tu cuerpo será de los clientes que vengan a este lugar, podrás odiarlos y a mí también, pero nosotros no somos los culpables- le dijo al pequeño que se había ocultado tras la mujer de cabellos negros -El único culpable aquí es tu padre- empujo a la mujer logrando que cayera al piso, Near se asusto mas, retrocedió hasta toparse con la pared, aquel hombre lo tomo del cuello, tratando de asfixiarlo, el niño con sus pequeñas y débiles manitas trato de zafar vanamente su garganta del hombre que la aprisionaba.

 

 

-Yo soy Duck, tu jefe- lo soltó y dio un leve gemido producto de la falta de aire y levanto la cabeza para mirarlo -Yo que tu sería bueno, seria sumiso y me prepararía para perder mi virginidad- una carcajada salió de la boca del anciano, el albino lo único que hizo cuando él salió fue correr hacia la mujer y ayudarla a levantarse.

 

 

-Está bien señorita Dayanara- le dijo ahora aferrándose a la cintura de la mujer buscando protección, tratando de creer que lo que le había dicho ese hombre le había dicho era solo una mentira.

 

 

-Claro Near...pero lo que Duck dijo no es una mentira, esta vida no es fácil, ni linda- le acaricio los sedosos cabellos, nada en ese lugar era un juego para niños, mucho menos para alguien tan inocente como él. -Solo haz lo que te piden y no te harán daño...o por lo menos no tanto- lo abrazo una última vez antes de salir de la habitación, dejándolo solo nuevamente. Paso no más de una hora cuando un hombre entro.

 

 

Le quito la camisa a la fuerza pero entonces recordó "solo haz lo que te pidan y no te harán daño". Solo cerro sus ojos, sintió como cada una de las prendas que vestía le eran prácticamente arrancadas, trato de no llorar, después sintió una terrible dolor en la parte baja de su espalda, ese dolor no se fue y con cada movimiento, cada envestida que era recibida dolía mas y mas, pero para su suerte todo termino rápido, con una substancia viscosa en su interior, el hombre se levanto y se vistió y salió de la habitación dejando a Near con una sensación de impotencia, por fin las lagrimas salieron de sus ojos, pero trataba de contenerse, lloro en silencio hasta quedarse dormido. Pronto la bella mujer entro de nuevo. Lo cubrió con las sabanas y le acaricio una de sus mejillas.

 

 

-Buenas noches- le dio un beso en la mejilla, apago la lámpara y se fue, a continuar con su horrible trabajo.

 

 

 

 

 

 

El albino abrió los ojos, pronto todo iba a comenzar, cuánto tiempo llevaba ahí, ¿seis años? Ya casi iban a ser siete, con el tiempo se había acostumbrado a estar con todo tipo de hombres, algunos buenos, otros no tanto. El era como la estrella de ese burdel. El precio por acostarse con él era bastante alto por eso no siempre tenía trabajo, pero aun no le agradaba ser usado como un simple objeto de placer. Los primeros días fueron horribles, saber que perdía su dignidad con cualquier persona, nunca pensó que podría odiar a alguien como odiaba a su padre. Salió de la cama y fue al armario, saco una camisa de manga larga de color blanco y unos jeans azules. Salió, aquel viejo y horrible edificio ya no existía, ahora todo se veía mucho mejor, más grande y espacioso. Las habitaciones se habían ampliado y remodelado, al igual que todo lo que había dentro de ella. Fue a una de las puertas del ahora ancho pasillo, donde toco un par de veces y recibió el permiso para entrar.

 

 

-Buenos días, Señorita Dayanara- la mujer lo miro, en los seis años no había cambiado mucho, y de cierta manera la mujer se veía mejor que cuando la conoció, llevaba un vestido azul con brillantes, largo. Su cabellos llevaba un listón del mismo color que su vestido mientras eran recogidos en una coleta de lado, cubriéndole el hombro izquierdo.

 

 

-Buenos días Near, ¿Dormiste bien?- le dijo con una sonrisa, Near asintió con la cabeza, estar con Dayanara le agradaba. Ella fue como la madre que nunca tuvo. Ambos salieron de la habitación, Deán tenía algo que decirles.

 

 

Deán era un joven, era el único hijo de Duck, pero a diferencia del anciano, era mucho más noble y comprensible, trataba bien a todos sin excepción. Era 4 año más grande que Near y se habían conocido cuando aun eran unos niños. Aunque también tenía sus defectos, tenía una obsesión por las mujeres y el dinero. Fue idea de él que Near fuera el de más alto costo y también la remodelación del edificio.

 

 

Caminaron hasta llegar a una oficina, se veía lujosa, un escritorio de vidrio, sillones, muchos sillones, había mujeres y una que otra señorita, cada una sentada en un sillón, solo quedaba uno de estos, donde se sentaron los dos que venían entrando. Una puertas opuesta a la otra se abrió dejando ver a un joven de cabellos negros de ojos color ámbar que vestía una camisa verde de mangas blancas y unos jeans negros. Se sentó frente al escritorio y le dijo buenos días a todas y a Near y comenzó a hablar, tenía una idea, una idea que le ayudaría a recibir más dinero y oportunidades de trabajo a mujeres "necesitadas"

 

 

-he pensado mucho en una ideas que tenía mi padre- se escucho un murmullo, Near y Dayanara se miraron, un presentimiento llego a Near, no sabía si considerarlo bueno o si debía considerarlo malo, se sentía una extraña sensación en esa oficina.

 

 

-En los últimos tres años han llegado más chicas- miro a algunas señoritas que se rieron y ruborizaron un poco. -Es por eso- continuo -Que he decidido que si algún cliente desea comprar a alguien se le será permitido- El murmullo se hizo mayor, algunas estaba felices y otras más se preocuparon, pues en ese lugar había romances, unos correspondidos y otros no, al punto de ser una verdadera obsesión. De entre todo lo que sucedió una mano se levanto. Todo callo y miraron a la mujer, Dayanara observaba decidida al joven dueño que le dio permiso de hablar.

 

 

-¿También incluyen a Near?- La pregunta sorprendió a todos, Near miro a la  mujer con aquellos enormes ojos grises. Para el Dayanara era una mujer valiente, desde que el llego ella había cumplido su promesa de protegerlo de quien fuera y lo que fuera y al parecer esta ocasión no iba a ser la excepción a esa promesa.

 

 

-Cualquiera va a ser incluido, aun que claro hay precios- eso alivio mucho a Dayanara, sonrió y acaricio la cabeza de Near como una madre lo haría, ella suponía que Near iba a ser el de mayor precio y por lo tanto si alguien lo compraba nada le iba a faltar. Lo que más le importaba era que nada le pasara y que fuera feliz, fue ahí donde el problema surgió, ¿Qué pasaría si la persona que compraba a Near no era buena?

 

 

-si no hay más preguntas se pueden retirar- Una a una se fueron levantando y saliendo de la oficina. Near camino por aquel pasillo hasta llegar a su habitación, del armario saco una camisa de color azul obscuro de manga larga que le quedaba más o menos hasta las rodillas, se sentó en la horilla de la cama. Todo estaba listo, desde pequeño, cuando llego a ese lugar siempre creyó que todo ahí era un negocio, donde el que pagaba mas era el que tenia mas privilegios hoy de nuevo lo había vuelto a comprobar, sabía que él era parte de ese sucio negocio.

 

 

Escucho que tocaban la puerta y dio el permiso para que entraran, era Dayanara, se veía un poco preocupada. Cerró la puerta tras de ella.

 

 

-Tienes un cliente- su voz sonó un poco insegura, el albino lo noto, pero no era el momento de preocuparse.

 

 

-Bien, déjalo entrar- la mujer salió por la puerta y unos cuantos segundos pasaron cuando un joven no mayor de los dieciocho años entro. Dejo completamente sorprendido a Near. Ese joven vestía completamente de negro, tenía cabellos rubios que le llegaban a la altura de la barbilla, tenía un fleco que le llegaba a la altura de los ojos permitiendo que fuera mucho más distinguible el color verde de estos. Un imperceptible sonrojo apareció en sus mejillas, no entendía la razón, era la primera vez que se sentía así.

 

 

Al darse cuenta de la mirada del otro sobre la de él se sonrojo mas, haciendo evidente el color rojo de sus mejillas, observo como sonrió y como se fue acercando mas y mas asta acariciar su mejilla, el joven  se arrodillo hasta quedar a su altura y poder besarlo, fue un beso casto, sin ningún sentimiento impuro en el. Se separaron inmediatamente, aunque Near no pudo ocultar su vergüenza, pronto el joven le dio otro beso, el cual fue correspondido, su boca sabia a chocolate y un toque de alcohol, nuevamente se separaron, entonces Near estiro sus delgados brazos y toco por accidente la cicatriz del rubio, aparto su mano enseguida y bajo la mirada. El joven rubio enseguida se acerco mas a él obligándolo a recostarse sobre la cama entre beso y beso.

 

 

 

---Continuara---

Notas finales: Solo falta su opinion para saber si devo seguirn escribiendo, Se aceptan insultos, criticas y buenos deceos. >w<

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