Me lo dijo una galleta
gaaXnaru
Las galletas son deliciosas, siempre son bienvenidas a nuestro estómago y paladar. La adivinación es divertida, te da una idea de que esperar a veces parece una adivinanza que la vida te resuelve, otras parece una adivinanza que usa el sentido figurado para referirse a tu vida.
Las galletas de la suerte, son más complejas. Son deliciosas y mientras degustas su curioso y sutil sabor dulce, deleitas tu curiosidad sobre los hechos venideros con la suerte que te predicen. Dicen proverbios que ese aplican a tu vida, consejos, adivinan tus cualidades… ¡eso es divertido!
Solo hay una cosa mala en cuanto a la adivinación y las galletas: el costo. Galleta de la suerte: un ryu con veinte centavos adicionales a tu cuenta en el restaurant de comida china de la zona. Galleta de la suerte (del mismo tipo, sabor, y/o productor y repartida por los mismos distribuidores de galletas de la suerte) que se vende en la tienda de la esquina: cinco ryus. ¿Y a cuánto las compran ambos? Las consiguen a trece centavos la galleta individual, pero como la compran al mayoreo, las galletas les cuestan treinta centavos el paquete de veinticinco piezas.
Pero vale la pena, a todos nos gustan las galletas de la suerte...
-¡Me estresan ‘ttebayo!- Claro que puedo equivocarme.
1. La victima de Afrodita, tirana cruel y despiadada.
En el caso de Naruto, ninguna galleta dela suerte le daba un buen resultado.”Prefiero comerlas a hacerles caso” La primera vez que dijo eso fue cuando se comió una a los seis años, diciendo que “la inteligencia sin control te deja desnudo” Y no estudió para ningún examen en todo ese periodo por miedo a terminar en calzones en frente de la clase. La siguiente decía: “Cosas son amores, pero no buenas razones” esta vez decidió hacer lo contrario a lo que dijera la galleta, pero… habría sido más sensato asistir a la escuela que visitar a su abuelita Tsunade el mismo día en que se aplicaba su examen final de composición clásica.
Ahora el rubio de ojos tan azules como el mismísimo cielo se encontraba con un mensaje diferente a los ue había recibido antes a lo largo de su vida:
“El verdadero amor pronto te encontrará”
El amor… ese mensaje seguro que estaba ligado a la temporada Valentina que azotaba la escuela esa semana. El viernes finalmente sería “El día del Consumismo” “El gran complot de floristas y chocolateros” “La temporada de rebajas de las tiendas de regalos” “El día de las cursilerías” también conocido formalmente como el día del amor y la amistad: día de San Valentín.
Una temporada en la que se hacen preparativos en la escuela, en clase de cocina se hacen chocolates, en arte aún alusivo al amor, los grupos de amigos se organizan para llevar a cabo intercambios, se dejan cartas en el buzón, inclusive hacen apuestas de quien va a recibir más cosas, parece la navidad de novios y amigos.
Pero no para Naruto. Él era el único que, en todos los dieciséis años de su vida, no había recibido nada. De alguien que no fuera de su familia. Inclusive esperaba en día de blanco por las personas a las que regaló chocolates… pero nunca llegaron. Claro, las ocasiones en el jardín de infantes no contaban, fue casi una tarea que valía el 10% de la calificación final, llevar un corazón de chocolate para cambiarlo con alguien, así había conocido a quien fue su mejor amigo hasta la secundaria: Sasuke Uchiha pero…
Ahora estaba solo, Sasuke fue enviado a estudiar en el extranjero junto con su hermano, así que el pequeño Naruto estaba totalmente solo en la escuela preparatoria. Sin amigos, sin amores, él y el triste silencio de quien esta solo; aunque siempre llegaba una esperanza a medio hacer el intento de alegrarle el día: “Es solo una festividad vacía y superficial que se basa en el capitalismo”
2. Eros es un mito, las adivinas están locas.
Bueno, festividad vacía y superficial o no, debía ayudar a decorar la escuela para el festival de corazones. Rogaba a Dios por que no sonara la alarma. Que sirviera de pretexto para levantarse tarde, perder el primer autobús de la estación, y encontrar al simpático vendedor del puesto ambulante de ramen, pedirle un gran tazón, o dos o tres, nos necesarios para regresar a casa con dolor de estomago y aparentar enfermedad y faltar el resto de la semana. Pero para su desgracia, el destino lo azotó con un fuerte tsunami y lo hizo despertarse temprano y llegar veinte minutos antes a la escuela. (Malditaa ley de Murphy)
Se le asignó la tarea de instalar el puesto de bodas [N/A: como en una quermes]. Bien, era un cambio de ambiente, es decir, lo demás era rojo y ese interior era blanco, no había rosas rojas y rosadas como en el resto de las decoraciones, si no un pacífico ambiente de nardos y rosas blancas.
Terminó rápidamente, agradeció a quien fuera que lo estuviera escuchando en algún lugar del universo el dejarle alejarse de ese empalagoso y triste ambiente, cuando algo llamó su atención. Una tienda que desentonaba con los colores de las decoraciones, hecha con lienzos violeta con adornos dorados en su contorno, no resistió la curiosidad y entro, topándose con una mesa con una esfera de cristal, y libro I Ching, un péndulo de radiestesia, unos palitos con runas, y unas cartas del tarot.-¿Viniste a saber de tu destino o solo a curiosear mi equipo?- El rubio se giro bruscamente, evidentemente esa voz le sorprendió. Se encontró con una chica de cabello castaño, no más alta que él, con intensos ojos negros y piel morena, traía puesto un sombrero puntiagudo y una capa negra, del primer grato: Hator Black.
-No ’ttebayo, yo solo…
-Sentiste curiosidad y entraste a ver por que este sitio desentona con los colores que tiene la escuela en este momento-le interrumpió la aludida como si lo hubiera leído, sacándole un gesto de espanto al rubio con cara de kisune.
-Si… de hecho así es… pero como lo…- comenzaba a decir cuando la chica le interrumpió nuevamente-¡Por que puedo ver el futuro! JAJAJA- comenzó a reír con potente coz como loca, acción que interrumpió al ver la expresión del rubio- además que ya me lo dijeron como nueve veces, pero esto es una tienda de adivinación, ¿no? ¿Qué esperas? ¡Roma asiento! Pronto sabrás el resultado de la moneda del amor- El ojiazul asintió débilmente, y se sentó frente a ella en el escritorio Observaba como pasaba suavemente sus manos sobre la esfera de cristal mientras él se preguntaba por qué estaba ahí.
-El destino ha preparado una sorpresa para ti este día…-decía aún con lo ojos cerrados.
-Si te refieres a que nadie me va a dar nada, no te preocupes, estoy acostumbrado…
-Es mucho más que eso, Eros pronto te ha de encontrar él…- comenzaba a decir muy filosófica y misteriosamente, como toda una adivina profesional
-¿Eros? ¿Quién es ese tal Eros?- Preguntó ingenuo el chico kitsune
-El Dios que trae el amor a los mortales, conocido como Cupido…
-¿Y eso que significa ‘tebayo? ¿Qué el tipo en pañales del puesto número 3 me va a perseguir con una flecha y un arco?- en ese momento la cabeza de Naruto sintió como si un proyectil chocaba contra su cabeza.
- ¡No es eso, baka! Es una analogía, no te lo tomes tan literal. Quiere decir que…
“El verdadero amor pronto te encontrará”
Al oír esas palabras, los ojos del kitsune se abrieron de par en par.
-No es la primera vez que escuchas esto ¿verdad?-el rubio asintió – …¿Dónde fue?
-Fue una galleta… de la suerte
-Tu destino comenzó a escribirse a partir de una pieza de misterio y deleite… es un destino que la fruta profetizó pronto se hará una realidad…-No era una fruta era una galleta…
-¡¡Ya sé que era una galleta!! El punto es, que lo que anuncia ocurrirá. Préstame tu mano.-el chico obedeció- Mh… ¡ajá! Tu mano tampoco miente, tu línea del amor indica un cambio próximo.
Encontrar el amor, el verdadero amor. Eros llegará. Eros es un mito, no existe tal cosa como un ser altruista que repare el amor entre los seres humanos indiscriminadamente. Ni siquiera un dardo de amistad le ha tocado a él en todo este tiempo, y no es fácil permanecer cinco años son ver a tu mejor amigo.
“Quizá el amor, no es para mi” pensaba
3. Y el destino dijo… “Para llegar al corazón, el atajo va por el estómago”
No se dio cuenta cuanto duró realmente su platica con Hator, pero cuando salió de ahí, casi lo ahoga de la gran multitud que ahora estaba formada para entrar. “Supersticiosos” soltó a la nada, esa era su opinión solo eran rumores eso de que la niña de nuevo ingreso podía ver el futuro y modificarlo. Caminó por los jardines del terreno y se sentó a la sombra de un árbol ahí nadie vería su melancólico rostro. Hasta que…-¡Ay! lo siento… yo.- Tan repentino como en un sueño vio a un chico pelirrojo de ojos turquesa sobre él.-… estaba arriba del árbol y resbalé, jeje… soy un torpe…-en ese instante ambos pares de ojos te tono azulado se miraron fijamente. Parecía que el tiempo se había detenido para ellos, podrían pasar el resto de la eternidad así, mirando directamente al otro par de orbes azules que brillaban como estrellas. Sentía como sus sexos se rozaban y como su cuerpo era cubierto por el de su visitante.
-A… disculpa… debo irme… ya sabes… todos debemos ayudar con el festival… adiós…
A partir de ese incidente ninguno pudo dejar de pensar en el otro deseaban volverse a encontrar al menos cruzarse en uno de los puestos…
-Es inútil ‘ttebayo… suspiró el rubio resignándose a no encontrar al pelirrojo de ojos agua, regresó al gran árbol y se tumbó a descansar bajo su agradable sombra.
-¿Uzumaki, Naruto?-lo llamaron, se incorporó y miró a la adivina frente a él sin saber que esperar, miro que llevaba una enorme caja forrada de corazones rosas y rojos- una carta para ti-sonrió- … y si y fuera tu la abriría ahora mismo.
-El rubio no lo dudó un segundo y en cuanto ella se hubo alejado abrió el sobre. Un sobre que parecía tener algo muy grueso y pesado dentro, no decía mucho y no contenía mucho, solo un “te espero en la azotea” escrito sobre una galleta.
-Esto es un sueño, es la segunda vez que siento que la comida me habla…-No lo dudó dos veces, y se dirigió al lugar de encuentro.
En la cima de un edificio, un pelirrojo miraba hacia la inmensa masa de gente con la esperanza de encontrar un rubio con ojos azules. Cuando sintió que alguien le tocaba el hombro, se giró y vio a la misma adivina que se cruzó en su camino por la mañana al salir de los vestidores (el se ponía su disfraz para la venta de muñecos de felpa, y ella una capa con sombrero puntiagudo. Le pidió el gran favor de ayudarle a practicar su lectura de la mano)
-¿Sabaku no Gaara?-preguntó solo como formalidad
-Si, soy yo.
-Una carta para ti (dijo mientras le acercaba una cajita semi plana) yo en tu lugar no haría esperar a esa persona.-El pelirrojo dudó por un momento, pero finalmente lo abrió y de su interior extrajo una galleta que decía: “nos vemos en el árbol”
4. Eros existe
Corrió a toda velocidad hasta su destino donde se encontraba es apersona especial, a pesar de que aún no sabía su nombre… Estaba a punto de bajar las escaleras del tercer piso cuando de pronto…Se encontró con un par de ojos agua apenas dio un paso adelante…
Se acercaron y a la mitad de la scalera fue cuando hablaron finalmente
-Hola
-Hola
-Soy Naruto -. Ya lo sabía.Soy Gaara
-¿Enserio?
- TE veo desde que comencé a estudiar en esta escuela el periodo anterior.-No lo había notado…
Trató de eludir la mirada del pelirrojo por miedo a que su sonrojado y casi incandescente rostro fuese descubierto, cosa que no le preocupó después al sentir los labios del otro unirse a los suyos en un largo y tierno beso. Una vez que se separaron, notaron cada uno los rasgos del otro más a fondo: la piel bronceada del rubio, las marcas zorrunas en sus mejillas, las ojeras del pelirrojo, la leve sonrisa que ocultaba bajo su semblante serio. Fueron aumentando de tono, se abrazaron fuertemente y comenzaron a profundizar el beso.
Resistieron las ganas de continuar y partieron a la casa de Gaara inmediatamente. Pasaron las horas y luego de un rato demostrarse afecto físicamente, siguieron descubriendo cosas, como la marca negra del kyuubi en el ahora desnudo vientre del rubio, Gaara sonrio
-¿Que?
-Nada, me adivinaron la suerte esta mañana, y me dijeron que el zorro me guiaría al verdadero amor.
-Es gracioso, a mi me dijeron que el amor vendría a mi…-acarició la frente del pelirrojo y descubrió bajo los largos mechones escarlata un kanji…
“Realmente… el amor llegó a mi, Eros… existe…”
-Por cierto…Gracias por la galleta- dijeron ambos. Aunque sabían que el amor hizo su jugada mágica y las galletas no provenían de ninguno de los dos, quien sí lo había hecho era el amor.FIN