=O-BSESSION=
Akel ke yo ame no es igual igual no es el ke olvide por olvido te eh provokado una obsession, obsessionado de un ser ke no es yo, yo no puedo ser libre si tu no me dejas ser… a kien ame olvidame…
Aoi miraba la tele completamente embobado por una película de suspenso, el protagonista típico psicópata asesino, solo ke perseguía obsesionadamente a un viejo amor matando a mujeres en el camino creyendo ke eran ella . Claro ke Aoi odiaba las películas de terror, de hecho las creía estúpidas y una perdida de tiempo…pero esta no lo soltaba y a escondidas, mientras ke un castano secretamente hacia algo por igual dentro del bano, miraba la película con especulaciones formándose en su mente, mordiéndose las unas, los labios, sosteniendo el control nerviosamente por si Uruha salía en cualquier momento.
Un rechineo de una puerta le erizo cada bello de su piel, sosteniendo la respiración al ver algo irse asomando por la abertura. Similar a la manera como salía Uruha del bano haciendo el menor ruido posible. Los ojos del pelinegro aumentaban en tamaño al ver el asesino acercarse a su victima kien ignoraba la presencia de ese ser detrás de ella. Unos pies descalzos recorrían la alfombra en puntitas acercándose a un pelinegro con la vista fija enfrente, comiéndose casi su mano al suspenso ke le llenaba su mente y ayudaba a correr su corazón. En eso, el psicópata alza un cuchillo en la sombra de ella y pronuncia en una voz lastimera “Eileen” la mujer dando un grito ahogado al voltear y ver al hombre con su depredadora y escalofriante mirada sobre ella…”Tu no eres Eillen” y el cuchillo vino sobre ella rápidamente. Al tiempo ke la muchacha grita horríficamente, el cuchillo traspasándole una y otra ves, y Aoi encogiéndose a la sangre ke salpicaba la pantalla, Uruha le brinco encima por detrás del sillón arrancando un grito del mismo pelinegro. Este por reaccion jalo a Uruha y lo tiro al suelo frente a el, tirándose junto con el ,cayéndole arriba y prosiguió a agarrarle ambos brazos firmemente. Una carcajada tras un quejido doloroso lo despertó de la irrealidad en la ke vivía hace momentos al darse cuenta a kien sostenía debajo , riéndose sin vergüenza de el en su cara. Estaba por maldecirlo y recordarle a su madre cuando algo lo de tuvo …
Ke no Uruha era castano?..kien era este debajo de el?
“Uruha…ke …ke hiciste?” Una mano cogió una de las hebras pelirrojas, acariciando la suavidad de ello.
Uruha había disminuido sus carcajadas a una risilla. “Te gusta?” el ahora pelirojo lo miraba con un brillo en sus ojos, moviendo lo ke podía sus pies ke vestían unas pantuflas de conejito, esperando un satisfactorio si.
“No” dijo Aoi molesto al recordar el susto ke le hubiera provokado un infarto hace unos minutos. Toda alegría cayo de la cara de Uruha al escucharlo y ver al pelinegro sentarse derecho aun montado sobre el y enseguida buscar su cajetilla de cigarros por arriba de la mesa del centro.
“No?” Uruha se sentaba por igual con sus piernas aun presas bajo las caderas del otro, buscando la mirada del otro con la cara de a punto -de -hacer -un -berrinche de Uruha. Aoi coloco calmadamente un cigarro en sus labios y estaba apunto de prenderlo cuando Uruha agarro sus testículos con nada de gentileza ni intenciones de excitarlo, provokando ke cayera el cigarro de los labios de Aoi al dar un grito al aire y encogerse al mismo tiempo ke intentaba kitar la mano del pelirrojo de ahí desesperadamente. “Uruha! Ke chingados?!”
El rostro de Uruha paso por ser a uno de indignado, soltando su agarre de los testículos de Aoi y lo empujo de el parándose para irse a la cozina.
“Pudiste haber sido mas suave con ellos!” Aoi se sobaba con el dolor aun reflejado en su rostro. Solo se escuchaba un trasteo y el sonido de pantuflas siendo arrastradas por el piso. El pelinegro suspiro sabiendo ke Uruha se había indignado con el y esperaba ke fuera detrás de el. Y fue lo ke hizo. Se paro y se dirigió a la cozina donde un joven pelirrojo se servia en un tazon, cereal del duende verde, llevando algunos arkoiris a su boca en el proceso. Aoi fue hasta su lado, rodeando su cintura con un brazo mientras con la otra mano retiraba el cabello de su cuello y aproximaba sus labios a besar de su nuca. Uruha intento esconder una sonrisilla, entrecerrando enseguida su mirada al sentir algo añadido a ese beso: su lengua.
“Aoi”
“Mm?”
“Kieres saber como lo hacen los pelirrojos?” Aoi detuvo sus besos , Uruha girando dentro de su abrazo, para darle la cara junto con una mirada provokativa y unos labios seductores ke acercaba tentadoramente a su rostro.
Aoi sonrio, su mirada tornando deseosa. Ambos cerraron distancia, el pelinegro pudiendo probar el sabor dulce de un arcoíris. Aoi ya había encontrado su olla de oro sintiéndose mas ke afortunado. …
-x-
Uruha despertó al sonido acampanado de su celular, levantando su cabeza del desnudo y cálido pecho de Aoi kien yacia en un sueno profundo, y busco somnoliento el brillo del celular por la oscura habitación. Se levanto al insistido sonar de ello, caminando desnudamente por la habitación. Una lucecita azul salía de entre unas prendas arriba del peinador ke sostenía un grande espejo. Lo recogió y vio ke tenia un mensaje de un numero desconocido…
‘Feliz Dia de San Valentin amor…
Un año…’
-Mika-kun-
Uruha miro extrañado la pantalla , sacado de si, releyendo el mensaje con sus labios en silencio. De reojo vio algo reflejado en el espejo, girando de completo a el. Su corazón se detuvo al ver apenas un rostro demas en la habitación,cercas de la cama donde recostaba Aoi y giro de inmediato con una descarga de adrenalina en su sistema al confirmar ke en verdad había alguien mas en esa habitación aunque no lo podía ver bien por la densa oscuridad si se apreciaba algo y el ruido ke hacia al moverse lo asusto de sobremanera dejando caer el celular. “Aoi!!” grito al correr a ciegas donde pensaba ke había una lámpara, batallando en prenderla bajo su desespero.
“Uru..ha?”El pelinegro había saltado casi de la cama al escuchar alguien gritarle desde su sueno. Tentaba con su mano a ciegas al lado de el en la cama para encontrar en cuerpo de Uruha y en seguida el cuarto se ilumino revelando el rostro panikeado del pelirrojo en una eskina , buscando por la habitación con sus ojos atemorizados akella figura ke había visto hace segundos. La puerta estaba abierta…Uruha no recordaba haberla dejado abierta.
“Uruha” Aoi se levanto asustado por ver asi al pelirrojo. “Ke paso?? Ke tienes??”
“Aoi… alguien se metió a la casa.” Alcanso a murmurar bajo el tembladero de sus labios.
El pelinegro arrugo la frente girando su rostro hacia la puerta y de regreso a Uruha.”Porke lo dices?”
“Vi a alguien cuando me despertó mi celular.”
Aoi desarrugo la frente un momento pensando y volvió arrugarla preocupado volteando de nuevo hacia la puerta de la habitación dejando ver el pasillo completamente oscuro hasta la sala donde provenía una tenue luz azulada.
“Aoi-“
“Sssh” Aoi se kedo atento a un sonido ke podía escuchar a lo lejos. “Dejaste la tele prendida Uruha?”
Uruha sintio el miedo llenar cada rincón de su cuerpo. “…No.”
El pelinegro se retiro de inmediato hacia la cama donde recogió sus bóxers del suelo y vistió por igual una camisa blanca rápidamente. “Kedate aki” le ordeno serio.
“No, Aoi. Deberiamos de llamar a la policía.”
Pero Aoi le ignoro ya saliendo del cuarto hacia el pasillo encendiendo las luces en el camino. Uruha busco por el suelo sus bóxers y se apresuro a ir detrás de el. Pasaron la sala donde el televisor ensenaba un canal sin senal, buscando por la sala misma alguna senal del intruso. Fueron a la cozina entrando con precaucion, encendiéndola por igual, pero no encontraron nada fuera de lo normal. Uruha aprovecho a recojer un cuchillo, Aoi mirándolo extraño pero no le dijo nada si no prosiguió investigando el lugar. Kedaba el bano. La puerta estaba semi abierta. Uruha apretó el mango del cuchillo al momento ke Aoi abria la puerta. Encendio la luz y ilumino normalidad. Aoi suspiro.
“Seguro ke viste a alguien?”
“Como explicas el televisor?”
Aoi frunció los labios pensando y lo hizo a un lado caminando fuera del bano. “Las ventanas están cerradas,” decía el pelinegro con Uruha siguiéndolo. “Veremos si la puerta lo esta tambien.” Caminaron hacia la entrada y chekaron las cerraduras. “Cerradas.” Concluyo Aoi volteando ver a Uruha. Pero este además de seguir sumamente extrañado y aun asustado recordando la escena dentro de la habitación, seguía en duda.
“Tuviste un mal sueno Uruha.”
“El televisor.”
“Pude haber apretado el botón de alarma cuando me asustaste, programándola para ke prendiera a cierta hora o…”
Uruha lo miro atento, los nervios calcomiendo su interior. Aoi le brindo una sonrisilla. “Un espíritu ke viene a pedirte cuentas.” Y echo una risilla, haciendo ke Uruha se molestara y se marchara de regreso a la habitación.
“Aaa vamos Uruha, no te enojes, solo bromeaba.” El pelinegro le siguió detrás. “Yo soy el ke debería estar molesto por despertarme.”
Pero Uruha le ignoro metiéndose dentro de las sabanas, cubriéndose por completo. Aoi se metió por igual debajo de las frias sabanas, acercándose al cuerpo semidesnudo del pelirrojo y lo abrazo de su cintura. “Vamos Uru” pero este no le contesto. Aoi se separo de el, la sonrisilla de regreso a su rostro, poniéndose de pie para ir apagar la lámpara.
“No la apagues” la sonrisilla de Aoi se extendió sobre su rostro, girando su cara para ver a Uruha asomandose apenas por las sabanas con ojos ke rogaban por ke no lo hiciera. Aoi de maldad la apago desatando una serie de kejas y maldiciones de Uruha. “Te importa una madre! Si te digo no la apagues , es no la agues! En ke idioma te lo digo en chino lo entenderas?!”
Aoi lo ignoro riendo, recostándose de nuevo en la cama. Uruha al contrario se levanto echando humos, apresurándose a encontrar la lampara cuando el campaneo de su celular volvió a sonar. Uruha se detuvo en seco, girando su rostro al suelo donde brillaba de nuevo la luz azul de la pantalla. Prendio la lampara y se aproximo al celular, recojiendolo, viendo ke de nuevo tenie un mensaje….
Extranaba verte…amor. Divirtámonos como viejos tiempos en este dia tan especial para ti… Solos tu y yo.
-Mika-kun-
“Kien es?” pregunto Aoi sin molestarse en abrir los ojos, aunque por dentro le calcomian poco a poco los celos.
Uruha junto las cejas…mirando fijamente la pantalla. ”Nadie”
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