“Me está agarrando las manos… No consigo liberarme… Siento su aliento sobre mi cara… Le miro a sus celestes ojos… Acerca su boca a la mía… Me besa, pero quiero escapar…Sigue besándome… Quizás deba dejarme llevar… Una de sus manos me suelta y baja por mi pecho… Su tacto hace que deje de forcejear para liberarme… Mi respiración se entorpece cada vez más, mientras su mano sigue bajando…”
- ¡Espera! – grité jadeando. Mire a mí alrededor, esperando encontrar algo relacionado con lo que acababa de pasar.-… Ha sido un sueño… solamente un sueño…
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- Daisuke… Daisuke… ¡Daisuke!
- ¡Ah! Misaki, ¿decías algo?
- Estás muy raro hoy, ¿te ha pasado algo?
- Esto…- “no le puedo contar lo del sueño de anoche”- nada, tranquila, solo estoy algo distraído- le dije sonriéndole.
- Bueno, voy al baño volveré enseguida- dijo yéndose
Por fin un poco de tranquilidad. No es que me moleste que Misaki me hable, pero después del sueño de anoche necesito relajarme un poco.
- ¡Daisuke!- dijeron dos voces a mi espalda
- ¡Ah! Hola chicas- dije con la misma sonrisa que le acababa de dirigir a Misaki.
Eran dos de mis amigas, Miu y Hiyori. Misaki, Hiyori y Miu son tres de mis mejores amigas, me suelen apoyar en todo lo que quiero hacer y son muy simpáticas. Las tres son más bajas que yo, Misaki es morena y tiene el pelo rizado y los ojos marrones, Miu también es morena pero tiene el pelo liso y los ojos marrones verdosos; y Hiyori tiene el pelo liso negro y los ojos marrones. Solemos salir mucho a pasear por Tokio.
- ¿Dónde está Misaki?- me preguntó Miu
- Fue al baño, no creo que tarde mucho.
De repente, la puerta de la clase se abrió. Entró un chico rubio de mi altura, Hikaru. Todas las chicas de la clase se giraron hacia él, mirándolo como si estuvieran hipnotizadas. Bueno todas lasaunque me costó creerlo al principio. Al pasar por mi lado, me miró con sus ojos celestes en los que siempre pierdo la noción del tiempo y me sonrió, como hace siempre con todos. Yo intenté responder con otra sonrisa, pero mi boca no consiguió moverse. Solo conseguí hacer un pequeño y tímido saludo con la mano. Hikaru siguió hacia donde estaban sus amigos.
- Daisuke, ¿otra vez te has quedado embobado mirando a Hikaru?- dijo una voz.
Era Hina, otra amiga mía. Ella era algo más alta que Hiyori, Miu y Misaki, pero seguía siendo más baja que yo.
- No sé por qué lo dices, Hina- dije intentando que mi voz sonara lo más convincente posible, pero no pude evitar sonrojarme- Deben de ser imaginaciones tuyas.
- ¡Ya se! –era Misaki, ya había vuelto- Ya sé por qué estás tan raro. Has vuelto a soñar con Hikaru.
- Ee…esto…- me sonrojé aun más.
- Lo sabía, cuéntanoslo- dijo Misaki, con cara de pervertida, la misma cara que tenían Hiyori, Miu y Hina.
- ¡Siéntense y dejen de hablar, empieza la clase!
A mis amigas no les quedó más remedio que sentarse en sus mesas y prestar atención a la clase de historia que acababa de empezar. Yo me en la punta de atrás de la clase con Hina.
El profesor daba su clase con normalidad, pero yo no conseguía concentrarme en las guerras de las que él hablaba. No podía evitar fijarme en cada momento de Hikaru, que estaba varios pupitres por delante. Hina se dio cuenta de que no prestaba atención y la clase y me sacó del estado de hipnosis al que estaba siendo sometido.
La clase acabó sin que volviera a quedarme mirando a Hikaru, cosa que agradecí porque la clase era muy complicada. Seguidamente tuvimos matemáticas. En esta clase no pude resistirme como en la anterior. La voz de la profesora ni se oía en mi mundo de fantasía, y ni siquiera Hina me consiguió sacar hasta que acabó la clase. Solo faltaban dos horas para tener el descanso, y lo necesitaba urgentemente para distraerme. Las horas que faltaban pasaron sin que yo me diera cuenta, pero por fin llegó el tan esperado descanso.
- Daisuke, tienes que olvidarte de él, sabes que no él gustan los chicos- me decía Hina mientras salíamos.
- Lo sé- dijo sin hacerle mucho caso, ya que Hikaru acababa de pasar por delante y me había vuelto a hipnotizar.
- A ti solo se te ocurre- dijo suspirando- mira que enamorarte de un chico
- Soy así, no tengo la culpa- dije riendo
Salimos al pasillo donde las demás nos estaban esperando.
- Siempre sois los últimos, os ponéis a hablar y os quedáis solos- dijo Miu irritada
- Tranquila, Miu. No tienes por qué ponerte así.- Dije sonriendo
Nos pusimos a pasear por los pasillos del instituto, sin un rumbo, solo para ver pasar el tiempo. No tardaron en acordarse del sueño que no pudieron saber a primera hora, así que no me quedó más remedio que contárselo. Al principio todas dijeron que les parecía asqueroso, pero después empezaron a decir cómo les gustaría que fuese mi próximo sueño. Son así, no tienen la culpa.
Tras esta conversación, se acabó el tiempo de descanso y volvimos al aula. Solo faltaban dos horas, y volvería a mi casa, mi mundo de paz y tranquilidad, sin hipnosis alguna que me distraiga.El tiempo volvió a pasar rápidamente como antes, ya solo faltaban quince minutos y se acabaría este día.
- Bueno,- dijo la profesora de Literatura- quiero que para mañana me hagáis un trabajo por parejas, sobre la literatura en el Romanticismo.- hubo murmullos por toda la clase, la idea de hacer un trabajo en una tarde no les gustaba, pero la profesora siguió- Y como no hay tiempo para que elijáis con quien os pondréis, haré yo las parejas.
- Pero…- iba a decir un alumno, pero fue cortado
- No hay peros- dijo bruscamente, y empezó a hacer parejas. La profesora de Literatura, la señorita Aiko, era la única persona, aparte de mis amigas que sabía lo que siento por Hikaru.- Daisuke, irás con…- me miró a los ojos y me sonrió. Supe enseguida lo que iba a decir- …Hikaru.
Dicho esto, sentí como algunas miradas asesinas por parte de algunas chicas de la clase se clavaban en mi, mientras oía la risa tonta de Hina y miraba a Hikaru, que parecía aliviado porque no le tocaba hacer el trabajo con alguna de sus locas seguidoras. La señorita Aiko me miraba con la misma sonrisa que puso antes de decir el nombre de mi pareja para el trabajo. Y yo que pensaba tener una tarde tranquila.