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Sturm Und Drang por Sabaku No Inocenzu

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Notas del fanfic:

ara ara,muchas gracias por pasar y bienvenido a Sturm Und Drang :3 este es mi primer fanfic y se lo dedico desde ya a mi mejor amiga y autora favorita Rincabot,ojala te guste!!ara,veremos que tan bien me va eh?por cierto,puede que algun autor me recuerde por Inocencia n3n okey,sientate como y donde gustes,y disfruta del fic y,como diri Rincabot,ENJOY!!

Notas del capitulo: Este capitulo me lo dedico a mi porque estoy algo nerviosita ñ.ñ Inicia la travesia del saqueador,diviertete!!
Sturm Und Drang

Capitulo 1; Saqueador

Ruinas, misterios, trampas, tesoros, tiempo. De todo esto es de lo que se halla plagada la vida de un saqueador de tumbas. Seres humanos con la suficiente destreza he inteligencia para hallar las ruinas, desentrañar los misterios, superar las múltiples trampas, hacerse con los tesoros y aun, ganar el tiempo suficiente para escapar de la muerte. Mas son muy pocos los que logran evadirle de forma autentica.

Dentro de la espesura de una inmensa selva, en alguna parte de Guatemala, unas enormes runas se alzaban de forma imponente y perturbadora en el centro del terreno. Dicha arquitectura, a pesar de haber sufrido el paso del tiempo, no se resignaba del todo ni a las décadas ni a los siglos que caían sobre ella; poseía una altura inmensa, por lo cual la única forma humanamente posible de ingresar era subir los cientos de escalones pertenecientes a una gran gradería de piedra. Además, debido a la altura de la construcción, ver el interior era prácticamente imposible desde el suelo selvático.

Los rayos de la brillante luna llena, se abrieron paso a través de una nube y cayeron de lleno sobre la imponente construcción, iluminando a través del techo derruido la cámara principal, un simple cuarto de piedra grisácea, con algunas pinturas antiguas en sus paredes y un pequeño altar de roca, sobre el cual resaltaba el grabado de un sol. Aunque lo mas destacable no fuera todo esto sino, la presencia de alguien.

-Veamos…-la mano del desconocido busco de forma entusiasta  en una pequeña cartera un objeto en particular. –Dyanna!-canturreo alegremente, a la vez que observaba en su mano izquierda el articulo; se trataba de una placa metálica dorada, con la forma de lo que parecía ser un sol. El dorso que en esos momentos se exhibía frente a los ojos del extraño era totalmente lizo, pero al reverso  se marcaban sobre la superficie unos puntos, semejantes a la escritura braille, distribuidos al azar.

Su mirada vago curiosa por el habitáculo en que se hallaba, hasta posarse en el rincón mas próximo a el. Avanzo hacia dicho sitio y, tras arrodillarse, examino detenidamente lo que parecía ser un dibujo, un arte rupestre de igual diseño y tamaño que su pieza en cuestión.

Una vez mas su mano busco en la carterita hasta sacar una herramienta similar a una fina aguja de tejer, y un pincel.  Inmediatamente comenzó a rasgar el dibujo, demostrando que no era precisamente eso, sino una hendidura, un grabado cubierto de polvo. Una vez que lo limpió con el pincel, introdujo la figura metálica dentro de esta y se puso de pie.

En aquel momento, en el centro de la cámara frente al altar, una sección del piso se corrió de su lugar, dejando a la vista una gran puerta trampa. Dentro de esta, una escalera de piedra se perdía en la oscuridad.

El forastero descendió por el hueco al creer vislumbrar un ápice de luz.

Al  descender por la escalinata y cruzar un largo pasillo, se encontró con una cámara un poco mas grande que la anterior, pero esta vez muy bien iluminada, permitiendo así que su propia figura quedara al descubierto.

Calzaba unos gruesos borcegos de color negro, de apariencia pesada y resistente. Sus pantalones, también del mismo color, se ajustaban a sus piernas develando una figura delgada, aunque firme y fuerte. Cubriendo su pecho había una musculosa abierta, de tono marrón oscuro, ocultando apenas la piel fría y pálida, similar a la porcelana difícil de encontrar. Su rostro, oculto en gran parte por el fino cabello negro cual cortina de noche y seda, dejaba ver en los labios algo apretados una expresión curvada en una sonrisa sádica, casi desvergonzada. Y aun así, lo que mas resaltaba de su singular aspecto, eran sus ojos; dos orbes afiladas, ambas de un tono ambarino brillante, rotas en un golpe directo y centrado por la hendija oscura y felina, cual pupila de gato o serpiente.

-Hum… a ver a ver…- murmuró por lo bajo, caminando en dirección al centro del gran cuarto. La mirada viperina recorrió detenidamente el lugar, buscando descifrar posibles peligros o trucos.

Aquel lugar, lucia sus paredes en un tono marrón claro, rozando el naranja de los ladrillos. Una guarda hecha con el símbolo de la placa del sol surcaba las cuatro paredes, siendo a su vez cuatro puertas de roca maciza su único impedimento. La iluminación provenía  de cuatro hundimientos en cada esquina, llenos de lo que parecía ser agua, y a través de los cuales filtraba una fuerte cantidad de luz.

El pelinegro camino lentamente hasta el centro, ignorando por completo la gran representación del sol que había en el suelo.

-Pero que… !! -  después de sentir su peso, dicha marca se hundió levemente, provocando a su vez que las cuatro puertas se abrieran, dejando al descubierto cuatro cadáveres momificados. Estos, aunque parezca imposible, abrieron sus bocas produciendo un sonido hueco, seguido de un quejido agudo y lastimero, totalmente inhumano.

-Perfecto, lo que me faltaba- se quejo el moreno, a la vez que sacaba de las pistoleras en sus caderas un par de armas, más bien unas metralletas pequeñas.

Las cuatro criaturas comenzaron a moverse con torpeza, rodeando al intruso con la clara intención de matarlo. El corazón del único ser vivo allí latió con violencia, llenando su sangre de adrenalina. Su respiración agitada, no podía normalizarse por mucho que lo intentara, mas su estado no se debía al temor, sino a la ansiedad. Aquel deseo atrevido que le resecaba la garganta, despertando al demonio de lo perverso que anidaba en su pecho. Solo la sangre enemiga calmaba su sed. Y el hambre de poder no podía ser aplacada con simples blancos de madera. Necesitaba la música de ese gemido que precedía el disparo.

Sin embargo, su fortuna nunca apoyo sus deseos.

-Que mierda… ! – gatillo una y otra vez sus armas, obteniendo como respuesta un simple ‘’click’’  -Que lo parió, mira que quedarme sin balas ahora…- bufo molesto, al tiempo que enfundaba las susodichas y se preparaba para la pelea cuerpo a cuerpo.

-Veamos que tienen- rápidamente puso sus palmas en el suelo y barrio con la pierna derecha al cadáver que se acercaba por ese flanco, para después erguirse y darle unos cuantos golpes en el pecho al que se aproximaba por la izquierda. El último mencionado calló, mas el primero, arrastrándose, se abrazo a sus piernas y logro derribarlo. El tercer enemigo lo sujeto fuertemente de los hombros, reduciendo su movilidad a cero. Y, finalmente el cuarto, acercando su rostro al del ojiambar, abrió su boca de par en par, enseñando una innumerable cantidad de gusanos,  escorpiones y otros insectos varios avitando aquella cavidad podrida.

Supo que era su fin, al ver emerger de entre todas aquellas criaturas una araña sumamente grande, de color negro. Su corazón se encogió de golpe, haciéndole entender que aquel era el inminente final de sus días. Cerró los ojos, a la espera de la mordida final que lo ahogaría en veneno, mientras contaba los segundos; uno, dos, antes de que contara tres  un fuerte estruendo lo trajo a la realidad, y, para su sorpresa, ante su vista se hallaba su antiguo verdugo con la cabeza totalmente destrozada.

Seguido de aquel, tres estallidos más resonaron en la estancia, dando como resultado que los cadáveres cayeran al suelo hechos pedazos.

-No debiste adelantárteme, Orochimaru…- habló una voz grave y pausada.

-Tú…-el mencionado se puso de pie rápidamente y se dirigió a la silueta que se hallaba oculta en las sombras.

Tan pronto estuvo de pie frente al invasor, lo sujetó por el cuello de sus ropas, atrayéndolo con violencia hacia su propio cuerpo para exponerlo a la luz. Su mirada dorada y llena de rencor, colisiono con los impresionantes ojos aquí del contrario.

Continuara…

Notas finales:

¡¡Riot!!


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