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Sturm Und Drang por Sabaku No Inocenzu

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Notas del capitulo:

Holitas!!!vayan tomando sus lugares que comienza la funcion n.n y el que trajo dulces invite!!

Capitulo: Dedicado a Rincabot, por haber respondido correctamente a la pregunta de Julio Cortazar. n.n bien por ti Rincabot-sama!! por cierto, la respuesta a la otra pregunta era Edgar Allan Poe *.* mi favorito

Efectivamente, casa tomada!!

Capitulo 4; Arqueólogo

 

-¿Qué trajo esta vez? -susurró con voz serena y parsimoniosa.

-Pues… -Hidan vaciló unos momentos en si acercarse o no. La música algo lúgubre de 'E nomine' invadía el ambiente, acentuando el aura extraña del mismo.

-Nisan, no voy a morderte, acércate -habló el desconocido, riendo un poco entre dientes. El albino se decidió por fin a armarse de valor y se dirigió a su hermano, el cual detuvo la música. Apagó el monitor que estaba utilizando y encendió una lámpara de su escritorio.

-Las tomó de su viaje a las runas de Tikal -explicó el mayor, entregándole el sobre con las fotografías. Al haber una fuente de luz, Hidan pudo ver perfectamente a su hermano; al igual que él, llevaba unos zapatos y pantalones negros, contrastando con su guardapolvo blanco, arremangado hasta los codos y unos bolígrafos en el bolsillo izquierdo del pecho. Su cabello, de un brillante gris ceniza, estaba fuertemente apresado por una liga de color azul. A través de los cristales de marco negro, se develaban los orbes ónixs de su propietario, oscuros y a la vez iluminados, reluciendo con un aire de particular serenidad en conjunto al rosado de su piel.

-Veamos… -examinó unas pocas, para luego dedicarle a su hermano una mirada directa.

-Nisan, yo también quiero ver -reclamó el aludido, haciendo morritos.

-Luego te las doy.

-Kabuto nisan!

-… -el peligris no emitió reacción alguna, tan solo se dedicó a clavar su vista cual puñal en la mirada violácea. Y, para su gusto, el mayor se fue de la sala pisando fuerte y murmurando improperios.

-Y se supone que yo soy el menor -rió Kabuto, negando con la cabeza para luego fijar sus ojos negros en los trabajos de Gaara- No es extraño que sean tan buenas, ese Sabaku tiene fama… -decía por lo bajo, renegándose un poco al pensar en aquel chico y principalmente, en su compañero de "trabajo". El saqueador Orochimaru, "Basilisco Orochimaru", "Ángel de las Runas", "Ladrón Serpiente", "Demonio de las Trampas", así y así, miles de apodos y sobrenombres. Aquel hombre renombrado entre todas  las familias adineradas, que en su afán caprichoso y materialista de poseer algún objeto histórico sin importar de que se tratase, le contrataban para ello cayendo fácilmente en las replicas baratas, por lo cual el hábil ladrón se hacia con la pieza en cuestión y su valor monetario.

 

Y lo más doloroso para él, un joven arqueólogo de aquel pequeño museo, era ver como en las galerías del edificio se lucían obras simples y sin valor, entre que los grandes retazos de la historia se encontraban seguramente acumulando polvo en la mansión de aquel anciano. Sí, anciano, ya que pese a que jamás le había visto, un hombre que había robado tantos tesoros y aún seguía con vida de seguro sería un viejo amargado y sin vergüenza, huraño ante la idea de presentarse en los medios.

Más entre que sus ideas divagaban en torno a un ser decrepito y degenerado, una de las fotografías lo trajo a la realidad debido a que no era precisamente un retrato arqueológico. Era la foto de un hombre joven sentado cómodamente en un sillón, tras un escritorio amplio de lustrada madera negra. Pese a que no se veían sus piernas, su torso estaba desnudo, enseñando casi sin pudor los bien formados músculos, combinados con una piel tersa y nívea.

  

Los largos cabellos negros se lucían cual alas de cuervo en la noche, siendo su luz los ojos de oro de aquel ser. Y para colmo, aquel rostro de facciones jóvenes y sensuales, estaba tintado por un leve rubor unido a una expresión inocente, mezclándose para que no fuera ignorada la frondosa rosa roja que el muchacho mantenía cerca de su pecho.

Kabuto quedo en trance viendo la imagen, imitando con su rostro perfectamente la expresión de "bobo" con la que solía catalogar a su hermano Hidan, escapando de su estupor cuando una pobre paloma se estrelló contra uno de los ventanales. El peligris solo observó el cristal entre sorprendido y avergonzado, pensando en como aquella fotografía le había arrancado completamente del mundo.

-Debe ser de Gaara-kun…- se dijo a si mismo, acercando la imagen a su rostro casi pegada a su nariz, frunciendo el ceño- Aunque… no sabia que fuera fotógrafo pornográfico- luego de golpe, la oculto dentro de su agenda , sonrojándose notoriamente.- Debo trabajar!!-

Mientras tanto, cuando Gaara regresó a casa, no se sorprendió mucho de oír el traqueteo continuo de las metralletas de Orochimaru, mas si del motivo de esto.

-¡Orochimaru! –el Sabaku siguió el sonido de los disparos y vió como su compañero perseguía y atacaba a lo que reconoció como un pequeño hurón de pelaje grisáceo. El animalito se ocultaba a duras penas bajo los sillones de la sala, los cuales eran inmediatamente destruidos ante la balacera.

-¡Maldito animal! –el mayor gritaba a pleno pulmón, persiguiendo a su victima sin detenerse.

-¿¡Se puede saber que haces!? –gritó Gaara, intentando alcanzar al ojidorado, quien corría rumbo a la cocina.

-Esa alimaña vino con nosotros desde Tikal, estoy seguro –silbó amenazadoramente, cambiando los cargadores y moviéndose sigilosamente cual serpiente muy cerca del suelo, manteniendo en alto las armas.

El pequeño animalillo por su parte, estaba oculto dentro de un mueble, entre varias ollas y elementos de cocina, temblando aterrado al sentir como aquel "depredador" le acechaba.

-Para ya, Orochi -pidió Gaara, entrando en la cocina y tomando del frutero de la mesa una manzana- Ven aquí -le pidió al mayor, quien se acercó desconfiado.

-Hum…-Murmuró por lo bajo y se limitó a gruñir suavemente al ver como el menor extendía sus manos pidiéndole las metrallas, las cuales cedió de mala gana.

-Ahora observa -le dijo, tocándose la punta de la nariz con el dedo índice. Seguidamente, tomó un cuchillo y cortó un trocito de la fruta, dejándolo cerca de la puerta del mueble donde se había escondido el animal, y esperó. Antes de que pasara el tiempo que el había supuesto, el pequeño abandonó su escondite, olisqueando el aire y viendo con ojitos brillosos el alimento a su disposición.

-Anda, no te pasara nada -le apremió el pelirrojo.

Moviendo alegremente sus pequeñas orejitas, el hurón corrió y comenzó a comer el pedazo de manzana.

-Creí que no te gustaban las plagas -gruñó el mayor, viendo molesto a su invitado no deseado.

-Te recuerdo que vivo contigo -comentó Gaara, acercándose al hurón y ofreciéndole otro trozo de fruta- Y aunque te lo mereces, no tengo intenciones de exterminarte.

-¡Ja, no podrías hacerlo aunque quisieras!

-Claro, claro -habló el ojiaqua, moviendo su mano despreocupadamente.- Yo no puedo contigo, pero, ¿Una miserable arañita te paraliza no?

-Será que esa miserable arañita es mejor que tú.

-Jeje,  Hasta se ve en tu cara- se burlo el chico.

-¿Que?

-¡Que eres un zoofilico! -pese a decir cosas que sonaran algo crueles, por dentro el Sabaku no dejaba de reírse, hasta que vió como el moreno saltaba cual fiera pretendiendo atraparlo. Mas el menor, sin mucho esfuerzo, esquivó la embestida logrando que Orochimaru callera al suelo boca abajo, permitiéndole aprovechar la oportunidad para sentarse sobre su espalda y sujetarle las muñecas. El pequeño animalito había huido nuevamente, para ocultarse bajo una olla.

-Bájate, Jodido mapache! -rugió el de abajo, sintiendo el suelo frío contra su pecho y vientre aún descubiertos.

-Creí que te gustaban los animales -ronroneó Gaara, pese a que por dentro se reía sin parar al ver como su amigo forcejeaba nervioso para liberarse. Aún divertido de tenerlo tan sometido, apoyó su torso contra la tibia espalda, emitiendo un suave suspiro.

 

-Bá… bájate -murmuró tenso, respirando con dificultad a causa del peso cálido sobre sus hombros.

-La falta de costumbre es tu peor enemigo, ¿O no? -le susurró el Sabaku, meditando su siguiente jugada, hasta que el sonido de algo metálico golpeando el suelo llamó violentamente su atención.

En el umbral de entrada a la cocina, una muchacha de cortos cabellos negros, piel blanca y bonitos ojos oscuros, les veía con sorpresa. Llevaba puestos una falda negra por encima de las rodillas, una camisa blanca de mangas cortas y un delantal rosa pastel. Dada la expresión petrificada y la posición de sus manos, era fácil adivinar que la bandeja que se hallaba a sus pies se le había caído, mas bien la habría soltado.

-Gaa… Gaara-kun ¿Qué le hace a… Orochimaru-sama?... -tartamudeó la chica, a la vez que se llevaba las manos al pecho y sus mejillas se coloraban.

-Shizu…

-¡Shizune, Gaara intenta abusar de mi! -chilló el ojidorado, viendo a la muchacha con una expresión dulcemente atemorizada, incluyendo unos ojitos llorosos.

-¡Eso es mentira! -gritó Gaara, cuyo rostro competía coloridamente con sus cabellos. El moreno aprovechó la oportunidad y corrió a los brazos de Shizune.

-Intentaba pervertirme… -lloró fingiendo vergüenza, mientras ella lo abrazaba cual madre a su hijo.

-Gaara-kun, no estoy en contra del yaoi y lo sabes -habló calmadamente, esbozando una sonrisa. Lógico, si Shizune tenia gusto por algo, era el yaoi, shonen ai y por supuesto, proteger al "bebe basilisco" del "mapachito malvado".- Pero te lo he dicho miles de veces, no fuerces a Orochi-chan, todo a su tiempo-

-¡Y yo ya te he dicho miles de veces que…!

-¡Es demasiado impaciente! -gritó el mayor de pronto, ocultando su rostro en el hombro de la morena- Sólo quiere tomarme… Tomar… Mi cuerpo… -murmuró cual si fuera un niño pequeño, dejando a su protectora totalmente cautivada.

Para este momento, el Sabaku no cabía en sí de la rabia. De nuevo la serpiente se hacia pasar por un indefenso corderito, obteniendo así fácilmente el apoyo de la sirvienta de la casa y por supuesto, haciéndole quedar como un pervertido despiadado y ninfómano. Aunque no todo estaba en su contra.

-¿Que es eso? -pregunto Shizune, viendo al huroncito salir de su escondite y trepar por la pierna del pelirrojo hasta su hombro.

-Parece ser que vino con nosotros desde Tikal -respondió el chico, tomando al animalillo en sus brazos y apegando su naricita a la de este- Shizune-chan, ¿Puedo quedarme con él?

-¿¡Que dices!? -soltó Orochimaru al instante, abandonando su pose de niño bueno y volviendo a sisear- Ni hablar, ya contigo tengo la alimaña que necesito y aun me sobra-

-¡Ah, pero si es muy lindo! -comentó la pelinegra, acariciando al pequeño y rindiéndose por completo a la mirada tierna y desprotegida que este le dedicaba.

-¿Puedo quedármelo verdad Shizuuu? -rogó el del Kanji.

-Claro, entre más mejor -sonrió la ojinegra.

-Pues yo no lo quiero -gruñó el pelinegro, viendo al hurón como si así pudiese desaparecerlo de allí.

-Orochimaru, a ti nadie te quiere -razonó Gaara, hiriéndole más de lo necesario.

Ante esto, el saqueador no pronunció palabra, simplemente y tras bajar la vista, se retiró.

-Gaara-kun… Él… -la morena observó con melancolía al mayor hasta que este  desapareció.

-…-

Orochimaru recorrió la mansión de forma parsimoniosa hasta llegar a su cuarto. Una gran habitación de suelo de madera y paredes carmín suave. El fuego de una bella chimenea iluminaba cándidamente el diván y la cama de dosel y cubierta roja, mezclándose con la fantástica luz nocturna que ingresaba a través de un hermoso ventanal, tras el cual se hallaba un amplio balcón.

Aún con aire agotado, buscó en el armario de roble una camisa o algo que vestir, desviando su vista hacia el fuego ardiente. Aquel elemento bello e implacable que le hechizaba, y que le provocaba preguntarse que se sentiría arder bajo tan infinito calor.

 

Suspiro cansado, dejándose caer sobre la mullida cama y sin haber tomado prenda alguna.

-Que mas da que esté así en mi propio cuarto… -se decía a si mismo, acomodándose sobre su costado y posando sus labios sobre el dorso de su mano. Sus parpados se cerraron finalizando con una visión de la luna opacada por nubes oscuras sobre el cielo nocturno.

Aquella noche habría tormenta.

Aquella noche sin luna, dos cartas idénticas fueron abandonadas en dos lugares distintos.

Una bella mansión, y un modesto apartamento.

  

Continuará…

Notas finales:

Pregunta para ti; que animal mitologico fue nombrado varias veces en este capitulo? animo animo!! participen a ver quien gana!! ^0^ espero que todos se esten divirtiendo muchisimo!!

Por cieto gente, quiero que voten por algo: alguien quiere que aparezca Sasuke??Y Naruto? por favor dejen sus votos chiii?? que estoy pensando seriamente incluirlos!!^w^


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