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Sturm Und Drang por Sabaku No Inocenzu

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Notas del capitulo: Señoooras y señores! estoy viva!! XD seh, por poco, porque una de ustedes ha amenazado con matarme si no actualizaba ._. XD en fin, la version corta; un tio enfermo y universidad ¬¬ pero aqui no me gusta hablar de cosas feas XD tomen sus lugares! las que esten en un cyber comprense algo de comer, y quienes esten en casita denle volumen a la música, que empieza la fiesta!!

Capitulo dedicado a Cec-sama. Efectivamente, el Basilisco!!
Los rastros de la tormenta acontecida la noche anterior, aún perduraban en aquel nuevo día, tiñendo al cielo de su mañana de un tono plomizo y gris, de retazo otoñal.

-Kabuto Nissan, ¿estás despierto? -preguntaba un peliblanco de bata azul, entrando en una de las habitaciones del departamento que compartía con su hermano menor. Era un hogar modesto pero bonito, cálido en el invierno y fresco en el verano, decorado en su mayoría por libros y cuadros de tipo arqueológico, además de un bello piano de cola negro.

-Mmm…- sobre la pequeña cama de aquel cuarto, un muchacho de largos cabellos color ceniza dormía placidamente enredado entre las sabanas, aunque estas no lograban cubrir los boxer azules que traía puestos.

-Nissan, te enfermarás -reclamó el mayor, desviando la mirada con algo de pena. Pese al único año de edad que le llevaba, poseía sin duda un mayor pudor. Sin embargo, el otro seguía babeando la almohada, pronunciando palabras ininteligibles.

-¡¡Kabuto, levántate si no quieres que te arranque la piel y se la ofrezca a jashin-sama!! –gritó fuera de sí.

-Y tu cállate si no quieres que te haga tragar ese puto rosario -bufó soñoliento, frotándose los ojos y buscando sus lentes.

-Tú y tu humor por las mañanas, que problemático -murmuró Hidan, saliendo de la habitación- Voy a preparar el desayuno, así que hazme el favor de vestirte y venir. Por cierto, te ha llegado una carta.

-Sí, sí –comentó moviendo la mano despreocupadamente y sin darle importancia, mas cuando se quedo sólo, una sonrisa pequeña invadió su rostro, pensando en que aun cuando fuese lo rutinario de todas las mañanas, su hermano le demostraba cariño y se preocupaba por él- Si tan solo no fuera tan obsesivo con eso del Jashin… en fin.

Entre tanto, en la mansión del saqueador, la situación era ligeramente similar. El gran reloj de pared en la cocina abría mecánicamente sus puertecitas de madera para dejar salir a un pequeño canario artesanal, que dejaba oír su ''melodioso'' canto por toda la estancia para anunciar así la temprana hora de la mañana. Canto que finalizó al ser secundado por unos estruendosos disparos, dando fin al desafinado adorno al impactar justo en su cabeza.

-No era necesario que le dispararas –habló tranquilamente Shizune, entrando a la cocina y viendo los dos agujeros en el reloj.

-Odio esa cosa… -le gruñó Orochimaru, para luego echarse un bostezo que enseñó todo el ancho de su boca.
-Entonces no debiste comprarlo –rió la morenita, sirviendo algo de leche y cereales en un platón.
-Yo no fui el que lo compró, fuiste tú la que trajo esa horrible cosa a mi casa.
-Pues entonces no le dispares a mis cosas –terminó la muchacha, quitándole el revolver de la mesa y colocando el plato frente a él.– Ahora desayuna, y te advierto que volveré a reemplazar el canario roto, tengo muchos más de donde vino ese…
-Y yo tengo muchas más balas de donde vinieron esas. Pierde cuidado, que en cuanto encuentre el cajón donde los guardas, un fósforo y algo de kerosene me serán suficientes.
-Al menos tu puntería en las mañanas es desastrosa. –dijo, viendo de soslayo los huecos en la pared.

Murmuró por lo bajo y sin protestarle más, comenzó a comer su desayuno bajo la atenta mirada de Shizune, quien escrutaba entretenida las pintas que traía. Su clásica cortina de cabellos negros era ahora compuesta por varios ovillos pequeños y enrulados, los cuales ocultaban desordenadamente la cara totalmente adormilada de su dueño. Mientras que su atuendo consistía en un pantaloncillo corto y negro, con tres líneas blancas en un estilo deportivo, además de una camiseta azul de mangas cortas bastante grande, por lo que el hombro derecho de su portador se veía expuesto. Iba descalzo, a excepción de un calcetín blanco en su pie izquierdo, Pero quizá el detalle más extravagante eran las enormes letras rojas en aquella camiseta, las cuales rezaban ''I Bring Sexy Back''.

-Es un completo ladrón, experto en la lucha y el engaño, todo un hombre –pensaba para sí la pelinegra, mostrando una mueca de ternura– Y aquí lo tengo, recién levantado y comiendo cereales con leche, como si fuera un niño.

Hasta aquí la mañana parecía ser solo eso, una mañana más. ¡Ah! Pero nada es lo que parece.

-¡Maxell! –el repentino grito de Gaara fue acompañado por la sorprendente zambullida de un hurón, en el desayuno del pelinegro. Este apenas y había logrado limpiarse la cara, solo para que el ya mencionado pelirrojo pasara rodando por sobre la mesa tras el animalillo, empapándole de lo que quedaba de su alimento matutino.

-¡Maxell! No corr-…! Ah… perdona Orochi… -el Sabaku apenas había logrado completar su disculpa, solo para recibir como respuesta un plato vacío que paso muy cerca de su cabeza y fue a estrellarse contra la pared.

-¿¡Eres idiota o qué, qué diablos haces con esa cosa!? -gritó el otro, totalmente enfurecido y cubierto de leche.

-Gaara-kun, entiendo que quieras conservar a…
-Maxell.
-A Maxell, pero no hace falta que corras así por la casa –explicaba la morena con calma.- Ni que trates de volver a Orochi-chan más pálido de lo que ya es. ¿De acuerdo? Espero que aún quede leche… -dijo, abriendo la heladora y comprobando el contenido de esta.

-Apuesto a que hay bastante, ¿o no, Orochimaru? –dijo, guiñándole un ojo a su compañero, ante lo cual el otro le respondió con un silbido amenazador. Pronto la tensión volvió al ojiaqua, resultando en que se decidiera a utilizar otro recurso para romper el hielo.

-Por cierto, esta carta estaba en el buzón… -dijo, entregándole con mano temblorosa un sobre blanco y de sello rojo.
-¿Una carta? –al instante la expresión molesta de Orochimaru fue reemplazada por una totalmente diferente, una curiosa. El sellado no era uno completo, sino más bien solo las líneas que formaban el kanji y el circulo a su alrededor, dejando ver el trasfondo blanquecino del papel. Bien sabia él que aquella carta era de seguro un encargo de trabajo, tal vez alguna expedición…-Veamos… -tomando un cuchillo de la mesa, le dio un par de hábiles giros y lo hundió con saña en el sobre, dirigiéndole a Gaara una peligrosa indirecta.

Sacó el papel del sobre, el cual decía:

Estimado
Me comunico con usted con el motivo de solicitar sus servicios. Si esta dispuesto, le pido que se reúna conmigo a la brevedad para discutir sobre los datos referidos a la expedición y el pago que solicitará por ella. Naturalmente, esta oferta va dirigida en igualdad a su compañero.

Atentamente:
Tsunade-sama

P.D.: Mi dirección se encuentra en el dorso del sobre, así como los nombres de las demás personas contratadas para este trabajo.



-¿Tsunade-sama? Ese nombre me suena… -comentaba Kabuto, analizando con concentración la estilizada firma. Tal y como su hermano le dijo, había llegado una carta para él, aunque nunca esperó que fuera una oferta de trabajo, mucho menos una expedición.

-Al fin son reconocidos nuestros trabajos como arqueólogos, Hidan -decía feliz.-Cierto cierto –sonreía el de ojos amatistas, terminando al igual que su hermano una gran taza de café. – Oé, Tsunade-sama… ¿no es esa licenciada en medicina tan prestigiosa? –hizo una pausa- Escuché que estudia los métodos de curación y medicina de las antiguas sabidurías.

-¡Ah! ¡Ahora lo recuerdo! –chilló el menor de pronto, dándole a su fraterno un inicio de hipo bastante audible.- ¡Esa mujer ha aparecido dando varias conferencias de prensa, sobre una medicina que ha elaborado siguiendo los restos de un papiro antiguo y completando lo que faltaba gracias sus conocimientos! Además, ¡ha donado los restos de esa antiquísima reliquia a un museo de historia! –Bien, si algo era más bizarro para Hidan, que hallarse a sí mismo como víctima de un hipo de los mil demonios, era el hecho de lo rápido que su hermano menor podía hablar, además de las múltiples lucecitas y corazoncitos que se habían manifestado a su alrededor.

-No sólo han reconocido nuestro trabajo, sino… ¡que lo ha hecho una persona de mucho prestigio!

-También estoy feliz Nissan… -soltó, notando esa característica gota tras su cabeza.- Por cierto, ¿a quien más ha contratado?

-Apuesto a que conoceremos más personas interesantes –comentó Kabuto, esbozando gran sonrisa, verificando el reverso del sobre. De repente, las lucecitas fueron opacadas por un humo negro, los corazones se quemaron como papel y la mirada luminosa del peligris dio paso a una tormenta, una auténtica tormenta.

-¿Nissan? Oé, ¿Kabuto Nissan? –pese a las repetidas llamadas de Hidan, el de ojos negros permaneció petrificado, mostrando una dura expresión de padecimiento.
Fue entonces que el fiel Jashinista se puso de pie y fue junto a su hermano, viendo por sobre el hombro de este y hallando así la causa de su repentino mal. Allí, escrito con letra firme y clara sobre la blanca superficie del inocente sobre, figuraba sin lugar a dudas el nombre de ''Orochimaru''.

Los ojos violetas se abrieron de par en par, en el momento preciso en que el aura negra de Kabuto se volvía una humareda, abriendo paso a un fuego brutal y lleno de la ira de su portador.

-¿¡Orochimaru!? ¿¡Contrató a ese maldito ladrón!? Ese…
-Ah, Nissan…
-¡¡Ese pajero ladrón!! -bien, en estos momentos por la mente del hermano mayor solo pasaba la idea de que aquellas palabras debieron haber resonado en todo el edificio.

-Pero… Kabuto Nissan, tal vez no acepte el trabajo, ¿no crees?
-¿Qué no aceptara? ¿¡Qué no aceptara dices!? Esa asquerosa lagartija nunca rechaza un trabajo, ¡Lo sé bien! –gritaba el de coleta, caminando cual león enjaulado por toda la sala, entre que a Hidan seguía preocupándole como tomarían los vecinos aquel ataque de cólera de su hermanito.

-Vamos, recuerda que no lo conoces, tal vez hasta termine cayéndote bien ¿o no? Después de todo, Gaara-kun es un buen chico.
-Debes saber, mi querido hermano, que no me llevo bien con los ladrones. -bufó Kabuto, arrastrando las palabras.
-Recuerda que yo te robaba tus dulces y tú nunca dejaste de quererme ¿no? ¡Ya se! Le haré una llamada a Gaara-kun y le avisaré que iremos de visita, así podrás conocer a tu ''enemigo jurado'' y verás que no es tan desagradable, ¡Apuesto lo que quieras a que hasta te terminara cayendo bien!

-¡No puede caerme bien! ¡Una cosa es robar caramelos y otra reliquias históricas!... Ah, espera, ¿¡Eras tú quien me robaba los dulces!?
-Etto… iré a hacer la llamada.

Por el lado de los saqueadores, Orochimaru aún soltaba una que otra queja tras el incidente en el desayuno, esperando entre tanto a que el agua del baño calentara, al menos lo suficiente como para así quitarse lo pringoso.
-Anímate viborita –le apremiaba Gaara, mientras cepillaba a su hurón mascota– los baños de leche son buenos para la piel.

-¡Ah claro! ¿Y el tratamiento mejora si añades cereales azucarados cierto? -carraspeo el viperino, llenándose la boca con su propio sarcasmo.
-Bien, bien, lo que usted diga Rey Serpiente.
-Orochimaru-sama, le traigo unas toallas –informó Shizune, entrando en el gran cuarto de baño. El pelirrojo aprovechó la oportunidad para tomar un copo de maíz de entre los cabellos del enfadado pelinegro y llevárselo a la boca, sonriéndole con picardía.

-Nos vemos luego, mi viborita.
-Condenado mapache pervertido –gruño el aludido por lo bajo, disimulando así un leve sonrojo.
-Ah, yo ya… me-me voy…-balbuceo la morena, adoptando la expresión de quien ha visto lo más tierno del mundo.- Le dejo la-las… toallas-dijo, yéndose luego como si flotara en una nube.

-Si no es un mapache degenerado, es una yaoista pervertida –suspiró con pesadez.- A veces creo que Shizune tomó este trabajo por el fan service.

En la misma casa, unos pisos más abajo, el insistente timbrar del teléfono anunciaba una llamada.
Siendo el Sabaku quien parecía estar más cerca, echó a correr tan rápido como pudo, para luego pisar el borde del barandal y saltar desde el piso superior a la planta baja. Pese a haberse lanzado de cabeza, en un ágil movimiento invirtió su posición cayendo de pie como si fuera un gato, para después tomar tranquilamente el auricular y responder al llamado como si no hubiese pasado nada.

-Residencia Laberinto, habla el mapache pervertido.
-¡Ah! Hola Gaara-kun.
-¿Hidan? ¡Hola, cómo estas eh!
-Bien bien, oe Gaara, de casualidad… ¿no has recibido una carta de una tal Tsunade?
-Ah sí, una oferta de trabajo. Orochimaru y yo pasaremos por la casa de unos conocidos que están apuntados en la lista y luego iremos todos a visitar a esa mujer. -Rió incómodo- Pensamos igual Gaara-kun. Mi hermano y yo estamos apuntados en ese listado y queremos aceptar el trabajo, pero…

-¿Pero? Por lo que dijo Orochi-chan ella es una mujer de buena fama, y si aceptan seriamos compañeros de trabajo.
-Ese es el problema, ya te he dicho lo de mi hermano…
-Ah, sí, que no le agradan las serpientes –rió despacito- descuida, entre que no le dispare todo marchará bien.
-Veras… yo pensaba que…
-¡Hey! Tengo una idea, ¿qué tal si vienen para la mansión? En caso de que se desate la guerra, yo me puedo hacer cargo.
-Ah… está bien, iré con mi hermano. Te veré en un rato, Gaara-kun.
-Bien, hasta entonces –dijo, colgando el teléfono.

Los minutos de espera para el del kanji pasaron rápidamente. Ya le había pedido a Shizune que preparase algún aperitivo para los invitados, ante lo cual, la emoción de la dulce morenita dejo muy lejos una de sus obligaciones.

-Está fría…-gruñía el de ojos dorados bajo el agua de la ducha, moviéndose apenas a causa del frío.– Se supone que Shizune encendió el… ma-maldito calen-lentador… -dijo, tiritando al soportar la baja temperatura.– Pero tenía que bañarme… ade-además, he soportado fríos peores! -rugió alzando el puño, mas un repentino estornudo derrumbó por completo su teatro.- O eso cre-creo.


-¿Por qué no responde? –Murmuraba un peligris de camisa blanca y pantalones negros, observando fijamente la gran reja frente a él.– Es un maldito ladrón rico, apuesto a que vende drogas…
-Nissan, el trabaja al igual que tú –le reprendió su hermano, golpeándole suavemente la cabeza mientras picaba denuevo al timbre.
-¡No me compares con ese ladrón! Y pensándolo bien, esa foto en el paquete de Gaara -Se sonrojó ante el recuerdo– Hidan, de seguro ese es el timbre para el tim…-
-¡Muy buenas tardes! –saludaba una alegre Shizune, con su ya típico delantal rosa.- Hidan, y tú debes ser Kabuto, ¿cierto? Pasen pasen, Gaara-kun los esta esperando
-Arigato, Shizune-san.

Ingresaron a la enorme propiedad oyendo de fondo los alegres comentarios de la ojinegra, mas el menor de los hermanos parecía estar en otra parte, llevando sus oscuros ojos de un lado a otro; desde el hermoso jardín del frente, con sus plantas frondosas y llenas de vida, la soberbia y lúgubre mansión, con su puerta de roble oscuro y la gran serpiente de metal sobre esta. Todo parecía brillar rodeado por un aura de otro mundo, otro espacio, haciéndole prácticamente imposible asimilarlo todo.

-Buenos días Hidan, Kabuto –saludaba el Sabaku, alegre de recibirlos al fin.- Orochimaru bajará en un momento.
-Que buen anfitrión -pensó el de lentes.- Perdona pero…
-Mi hermanito quiere ir al baño –aclaró Hidan, totalmente divertido.
-Serás desgraciado…
-Por la escalera, en el pasillo de frente… -lo meditó un segundo- última puerta a la derecha -explicó el de ojos aqua.– Con esa boquita de seguro se llevara bien con Orochi –pensó, riendo para sus adentros.

-Con permiso… -algo presuroso por el llamado de la naturaleza, el arqueólogo subió de dos en dos las escaleras para después perderse por el pasillo… perderse literalmente.
-Sólo yo puedo ser tan baka para perderme en un corredor… -se regañaba el Yakushi, presionando su pantalón con nerviosismo.- ¡Culpa de ese viejo idiota por tener una casa tan grande! ¿Para qué diablos necesita algo así? En fin, ¡me vale lo que pase! –dicho esto, abrió una puerta al azar, ingresando así en una lujosa habitación.

Resumiendo por fórmula que si aquel cuarto pertenecía a alguien, la otra puerta daba a un baño privado, no se lo pensó mucho antes de abrirla, con su otra mano aun presionando su bragueta. Mas no supo que pensar cuando, de no ser por la pequeña toalla roja que sujetaba frente a su intimidad, un muchacho joven, de largo cabello y cuerpo húmedos, se presentaba desnudo ante él.
Notas finales: Chachachachaaaan!! XD My God, que final!! recuerden que si me muero no hay conti eh? XDDD
Millon de gracias a mi Beta que se encargo de reparar mis pequeños atentados ortograficos!Bien! la pregunta de esta vez es: La camiseta de Orochimaru tiene escrito el titulo de una cancion, veamos quien puede decirme quien la canta x3 Y aqui un idea; Creo que dependiendo del sitio de origen, cada quien tiene una definicion diferente de lo que significa ''pajero'' XD asi que veamos quien se anima a decirme la suya eh? gana la más diverida!! Intentare no tardarme taaanto con la conti si? Un abrazote a todos.
¡Riot!

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