Haciendo tests a las dos de la mañana
Ya han pasado cinco años desde que con mi prima jugamos a ser novias. Según lo que puedo notar, para ella es sólo un juego el cual se lo toma enserio, pero para mí, es más que eso...
Ya he estado intentando decirle lo que sentía, pero nada ha sucedido. Han pasado cuatro años y medio desde que la amo. Una vez intenté besarla, pero me detuve y fingí que era todo mentira, que tan sólo era un estúpido chiste. Já, ¿broma?¿Quién podría hacer una broma como aquella? Según ella, yo.
Me presentaré como Dios manda, me llamo Mentoh y tengo 16 años. Espero que eso sea suficiente, porque no quiero decirte nada más.
Creo que la vida y la humanidad son cosas sensacionales que no podría valorarlos más de lo que lo hago. No me interesa si fue Dios o el mono quien creó al ser humano. Tampoco si fue Dios, el ser que más odio, o el Big Bang quien creó el mundo y la naturaleza. Nada de eso me importa, no me trae curiosidad.
Mi prima se llama Cherr y tiene 17 años. Sí, es más grande que yo, ya no va al colegio y vive con su novio y con sus gatos en una casa hermosísima. Mañana cumplirá 18 y yo, este año, el 6 de Junio cumpliré 17.
Te contaré de donde vienen nuestros nombres extraños. Pues, Mentoh deriba de la palabra “menta”. Si no lo sabes, te cuento, que la menta es lo que más amo en la vida. Y desde que tengo 12 me apodan de esa manera. Cherr, deriba de la palabra Cherry (cereza). Al principio de toda esta pasayada, Cherr se llamaba Cherry pero de a poco lo fuimos sacando la “y” y no sé por qué mierda sucedió, sólo pasó.
También, te cuento que mi sobrenombre tiene diferentes formas de nombrarlo como: Mentolada, Mentah, Mentih, Mentitah, Mentitoh, Mentishkaa, Mentohuniversalosky, Mentozaah, etc.
Te cuento que yo vivo sola en un departamento y estoy en mi último año de secundaria. El tema, es que mis padres han muerto cuando yo tenía catorce y me tuve que ganar la vida. En estos momentos, vivo como escritora, sin hijos y con estoy de novia con dos chicas y un chico.
Sí, soy bisexual, ¿y qué?
Ahora son las dos de la mañana y no he comido hace dos días. Mi estómago no deja de rugir de hambre y no sé cómo cocinar. Abro el almacén y sólo hay un paquete de arroz. Venció el dos de Marzo del 2005. Qué mal.
Ya me había comido toda la fruta y sólo tenía cerveza y agua en la heladera. ¡Ah! Algo que se me olvidó contarte. AMO jugar al tenis y es el deporte que más me apasiona de todos.
Agarré el teléfono y marqué su número.
Soñó cuatro veces y al escuchar la voz, sentí que hablaba con un zombie.
-Hey, tú, ¿quién eres? -pregunté. Seguramente le habían robado el celular en algún momento del día y no em lo había dicho para no preocuparme. Qué mujer, siempre tan madura. No confiaba en mí, y no la culpo por eso, já, já.
-Claro que no eres tú, Cherr -dije y me respondió-. ¡Oh, noes!¡Sí, eres tú! -suspiré-. Por un momento pensé en la posiblidad de estar hablando con un muerto viviente, pero ya. Bien, tengo hambre, ¿vienes a cocinarme?
Y escuché que el novio se levantaba.
-¿Con quién hablas, amor? -le preguntó Derek.
-A cocinarle a mi ex -dijo como quien no quiere la cosa. ¿¡Ex!?¿¡A quién tomaba de ex!? Jé, bien la verdad es que yo le había “cortado” por el simple hecho de que estaba celosa y enojada que no reflexioné las palabras y dije lo primero que se me ocurrió y ahora sufría las consecuencias.
Cortó y a los cinco minutos se escuchó que alguien tocaba la puerta.
-Pasaaa ~ -dije mientras me encontraba recostada en el sillón con un chupetín y una cerveza.
Cherr abrió la puerta y me miró con cara de pocos amigos. Me revolió su cartera por la cara.
-¡Hey!¿¡Por qué hiciste eso!? Fuiste muy cruel... -fingí llorar.
-¿¡Cómo te atreves a llamarme a las dos de la mañana para que te cocine!?¿¡Hace cuánto tiempo no comes!? -se sonrojó por haber levantado el tono-. Tú no llorarías ni por la muerte de un sapo.
-Dos días -sonreí-. ¡Hey!¡Los sapos deberían tener vida eterna! Son pegajosos, feos, deformes, asquerosos, pero son geniales. Una vida del sapo para mí no es insignificante -refunfuñé.
-¿¡Dos días!?¡Morirás de hambre, idiota!
-Pero aquí estás tú, para saberme la vida, ¿verdad? -reí-. ¿Recuerdas cuando teníamos 12 años y pusimos en el subnick del msn que yo era dependiente de tí? Realmente ha sucedido todo lo que hemos predesido -y se sentó a mi lado-. También recuerdo cuando dibujaste nuestro futuro. Yo era una alcohólica y tú con la familia perfecta. Y todo eso está pasando.
-Tú no eres alcohólica -mira la cerveza.
-Cerca -negó con la cabeza.
-Sabes controlarte -no dije palabra alguna-. Todavía no tengo hijos ni estoy casada, así que, no digas que lo que hemos predesido es cierto. Sólo porque dijimos que me llamarías a esta hora y que yo le diría que iba a irme a cocinarle a mi ex, no signifca que todo lo que imaginábamos se haga realidad.
Sonreí.
-Ojalá sea así y todo cambie -reí y ella se levantó luego de darme un beso en la frente.
-Bien, iré a preparar la comida. Traje los condimentos, supuse que no tenías absolutamente nada en el almacén -reímos juntas.
Comimos divertidas y recordamos viejos momentos juntas. Su sonrisa me encantaba y la forma en que se reía. Ella tenía cabello marrón y ojos verde. En mi caso, yo tenía cabello marrón, casi negro y ojos tan marrones que cualquiera hubiera pensado que eran negros.
Nos levantamos de la mesa y una vez que Cherr terminó de lavar los platos y ordenar el departamento ya eran las cuatro de la mañana. Nos sentamos en la máquina y nos pusimos a hacer tests de qué clase de ser mitológico éramos.
-A ver, Cherr tú eres un ángel blanco, ¿verdad? -dije-. Veamos que soy yo -y apreté enter después de llenar el test. Puse los ojos en blanco y Cherr cayó de la silla de la risa.
-¡Me mueroooo!¡Eres el peor demonio que existe en el mundo! Jajajajajajajajaja -rió.
-Já, já -la miré con cara de pocos amigos-. ¡Hagamos un test de homosexualidad! -y Cherr asintió divertida.
Llené nuevamente todas las preguntas del test y decía:
Usted es... un Putito Reprimido.
-¡Maleducados!¿¡A quién le dicen putito reprimido!?¡Son unos ignorantes e incultos machistas! -Cherr reía a carcajadas-. Hazlo tú.
Cherr también llenó todas las preguntas del test y decía:
Usted es... un Busca-braguetas reprimido.
Miré con asombro mientras me sangraba la nariz de una forma exagerada y lentamente comencé a girar la cabeza para poder ver el rostro de Cherr.
-¿Busca-braguetas? -dijimos a la misma vez.
-¡Nunca me dijiste que a tu novio tú le hacías...! -me tapó la boca con rapidez. Ambas nos levantamos de la silla y me empujó hasta acorralarme contra la pared bruscamente.
-No lo digas. Métete en tus propios asuntos, idiota y no vuelvas a expresar cosas como esas en voz alta. Además son cosas pribadas y este test no dice la verdad. Me parece que estás borracha -la miré con una expresión sorprendida. Me soltó, agarró su cartera y salió de mi departamento.
Estaba tan sorprendida que no había tenido ni tiempo en darle las gracias por haberme cocinado. Lo haría mañana.
Tal vez no estábamos hechas la una para la otra, ella no era perfecta y Cherr no buscaba serlo, pues, odiaba la perfección. Aunque no lo crean, era parte de mi grupo de las que nunca llegan putualmente a nada pero era responsable, sabía hacer los quehaceres de la casa, era independiente y era capaz de sobrevivir.
Yo, si Cherr no existiera, seguramente hubiera buscado a otra persona que pudiera cocinarme o de quien pudiera depender. Yo NO sabía ser independiente. Tan sólo una asquerosa humana enamorada de su propia prima...