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CREI QUE TE PERDI por Arwen Diosa

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Notas del fanfic:

Amo esta pareja, la forma en que nació esta historia es extraña. Pero leánlo.

Notas del capitulo:

Esta serie no me pertenece (lamentablemente) y tampoco los personajes.

 

Ya estaba en media noche, durmiendo apaciblemente sintiendo el contacto tibio del cuerpo que dormía a su lado. Le gustaba ver dormir a su Hiro-san, con ese sueño irrompible que tenía, podía pasar una banda por su encima y él no despertaría. En cambio él tenía el sueño liviano, pero con la mala costumbre de despertar a media noche, como ese día, pero podía ver a su Hiro-san cuanto él quisiera.

Una voz rompió el cómodo silencio, inundando toda la pieza.

- Aki… hiko

Nowaki abrió enorme los ojos al no creer lo que sus oídos escucharon salir de los labios de Hiroki, pero tuvo que hacerlo al escucharlo de nuevo.

- Akihiko…

Se levantó rápido de la cama, con brusquedad, siguiendo a toda esa rabia. Se desplazó al cuanto de baño a oscuras donde se mojó el rostro con agua helada, queriendo creer que había sido cosa suya, una alucinación, una burla de su imaginación, no podía creer que Hiroki después de tantos años juntos siga pensando en Usamí, soñando con él.

Volvió a la habitación más calmado, dispuesto a dormir, cuando entró lo escuchó de nuevo.

- A… kihiko

Apretó ambos puños mirando al profesor cargado de rabia y sintiéndose lastimado. Tenía que salir de ese lugar, si permanecía ahí un poco más y volvía a escuchar ese nombre no se controlaría y hasta podría luego arrepentirse de sus actos.

Tomó su bolsa de siempre y se fue de esa casa.

Ya era de mañana y Hiroki abrió los ojos somnoliento, con pereza ubicando con la mirada el reloj de su buró que indicaba las ¡¡¡8: 30!!!

Se levantó de un salto, poniéndose sus ropa a la velocidad de la luz, tropezando con todo y furiosísimo con Nowaki por no hacerle despertar.

- Nowaki ¡Estúpido! ¡¡¡¿Por qué no me, hiciste des…?!!! - no pudo terminar la oración, cuando entró a la cocina donde generalmente estaba

Nowaki no lo encontró. Renegó mas pensando en que ya se había ido al hospital o a trabajar en la florería o algo así. Cogió su bolsa y se marchó hacia su trabajo donde supuestamente debía estar hacia una hora.

Volvió de su trabajo un poco más tarde de lo acostumbrado, tardo por culpa del profesor Miyagui que prácticamente lo obligó a quedarse a beber unas copas, se sentía un poco mareado y lo único que deseaba era poder estar con Nowaki esa noche, tenía frío y quería sentir sus brazos.

- Llegue a casa – se anunció al entrar, pero estaba en penumbras, Nowaki no estaba. Buscó en los lugares comunes donde el médico solía dejar sus notas cuando hacía algo o iba a algún lugar, pero no encontró nada.

Se acostó solo esa noche, pensando en que Nowaki tenía turno en el hospital, pero él solía avisarle de esos asuntos ¿Lo habría olvidado?

No pudo mucho con esa ansiedad de saber de Nowaki y marco su número de celular.

Sin esperar mucho la línea empezó a sonar, una y otra vez… él no contestó.

Debe estar en su turno o una emergencia, Nowaki siempre contesta el celular” pensó metiéndose dentro las sábanas de la cama, al poco tiempo quedó dormido.

La mañana siguiente que igual que la anterior, despertó atrasado para el trabajo y se alistó lo más rápido posible, casi igual que un huracán pero Nowaki aún no llegaba, lo buscó en cada pieza, buscó sus notas de nuevo pero no había señal de él, lo único que faltaba de sus pertenencias era su bolsa que llevaba siempre, señal que estaba en el hospital.

Lo llamo a su celular de nuevo, estaba empezando a preocuparse, Nowaki no era de ese tipo de persona, se la pasaba generalmente detrás de él llamándolo “Hiro-san, Hiro san” como siempre lo decía, hasta volverse molesto.

Pero algo extraño paso: en cuanto entró la llamada se cortó, como si le hubiese colgado el teléfono.

Ese sentimiento de incredulidad le acompañó hasta la oficina, parecía más ido, sin poder creer eso de Nowaki… tenía que ser un error.

- Ugh… kamijou, segundo día consecutivo tarde ¿Pasó algo? - preguntó Miyagui en cuanto lo vio entrar a la oficina con ese aspecto cabizbajo.

- Nada – fue su respuesta y tomo su lugar en su escritorio, tomando un libro en sus manos, queriendo leerlo pero su mente divagaba en otras conjeturas.

“Y si le pasó algo… ¿Le asaltaron? Tal vez le robaron el celular o…. lo lastimaron peor y como no saben que vivimos juntos nadie me avisó. Tengo que saber, tengo que ir al hospital para saber lo que sucedió o tal vez a la florería, Nowaki”

Unos brazos lo rodearon abrazándolo por la espalda.

- Kamijou sensei – dijo Miyagui pero el castaño lo apartó lejos de él – ¡Oh! Siempre igual, llegas de mal humor y las pagas con tu buen compañero… y eso que somos amigos

El profesor seguía hablando de esa manera que lo caracterizaba, Hiroki ya estaba acostumbrándose a eso, pero no le escuchó su mente estaba lejos de ahí.

Cuando tubo receso y dictó todas sus clases Hiroki primero a su casa, con la esperanza de encontrárselo ahí. Nowaki no desaparecía, jamás había tenido ese comportamiento, por esa misma razón el castaño estaba más preocupado.

Como lo dejo en la mañana, sin ningún cambio, Nowaki estaba sin llegar.

Marcó su número de celular, pronto empezó a sonar y una voz le atendió.

- ¿Si? – era Nowaki.

- ¿Nowaki? Soy yo, ¿Dónde esta… - no pudo terminar de hablar, la el celular empezó a sonar en el tono de colgado… ¡¡¡Nowaki le había colgado la llamada!!!

“¡¡¡Qué es lo que le sucede a este idiota!!!” pensaba Hiro, pero… si todo era un mal entendido… ¿Si él se estaba apresurando a sacar sus conclusiones?

Tenía que pensar con lógica y con la cabeza fría, muchas cosas pueden pasar:

- Se cortó la llamada….

- Se le acabó al batería del celular…

- Se le acabó su propio crédito…

- ¿Esta enojado de algo?

- ¿No quiere hablar?

- ¡¡¡¿…Qué es lo que le sucede?!!!

Hiroki sacudió la cabeza a lo lados, no creyendo que la lógica le traiga esos pensamientos… Nowaki no podía hacerle lo último.

Nunca… pero:

- No deja notas.

- Desaparece de repente

- No llega a dormir.

- Se va sin decir nada.

- No contesta las llamadas….

- Cuelgas las llamadas…

- ¡¡¡¿…Qué es lo que le sucede?!!!

Respiró hondo, era un hombre maduro de 29 años de edad, no un niño con los nervios de la primera cita o el primer problema amoroso… volvió a marcar el número de Nowaki de su celular y esperó a que le contestara.

Iba en el metro hacia el hospital, al trabajo de Nowaki, con todos los humos en la cabeza, totalmente enfadado, si eso quería Nowaki, estaba dispuesto a enfrentarlo “Demonio Kamijou” ese apodo tenía sus razones.

“Háblame si sólo tienes asuntos relacionados con mi trabajo” Había dicho por el cedularla última vez que le llamó y luego colgó la llamada ¿Qué se creía?

Cuando llegó al hospital lo primero que hizo fue ir a la sección de pediatría, Nowaki debía estar por ahí, a paso rápido, marcado y decidido… pero poco a poco fue disminuyendo la velocidad, su mente empezó a trabajar con diferente punto de vista.

¿Tal vez él había hecho algo que lo moleste y cómo le suele suceder lo olvidó? ¿O había olvidado algo? ¿O no hizo algo? ¿O lo hizo mal?

Sacudió de nuevo la cabeza a los lados, odiando sentir esa responsabilidad, en su interior algo le remordía la conciencia.

A los minutos se vio a si mismo sentado entre un montón de señoras cargando en sus faldas niños pequeños, algunas regañando a otras chiquillos que correteaban en la sala de espera y todas le miraban raro, era el único varón que esperaba su turno para ser atendido por el pediatra de turno.

“Lo siento pero tiene que esperar a Kusama sensei como todas las demás” le dijo la recepcionista.

Esa tarde le tocaba atender esa sala en el hospital y la fila de señoras con sus niños no era más alentadora.

“Háblame si sólo tienes asuntos relacionados con mi trabajo” Pero desde que le dijo aquello no podía dejar las cosas de esa manera, más que cualquier otra cosa deseaba una explicación en esos momentos.

Tuvo mucho tiempo para pensar en sus palabras, la fila y apenas avanzaba. Cuando le tocó su turno fue acompañado por todas las miradas curiosas de ese lugar, seguro se preguntaban: ¿Qué hacía un adulto hombre en la sala de pediatría sin ningún niño?

Tomo aire y desplazó la puerta para entrar al consultorio donde debía estar Nowaki.

Notas finales: Dejen sus reviews y prometo actualizar pronto.

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