Tormenta de arena
No entiendo de donde he logrado sacar este impulso que crece como un Tsunami, me asusta y a la vez… no me desagrada del todo.
Respiro hondo… una… y otra vez… y otra más, y aun no logro controlar ni mi mente ni mi espíritu… mucho menos mi lanzada boca.
Ella es desinhibida, justo como esa lengua tuya cuando habla tonterías sin que nadie le limite.
Imparable…
Pero que ahora se somete al ritmo que le he impuesto.
Mis manos tiemblan pero se aferran más fuerte. Se apoderan de las telas que te cubren.
Siento incluso como mis uñas intentan traspasarla sin lograrlo. Pero no me preocupa…
…es lo que menos me preocupa.
Mi cara esta caliente y mis lágrimas se encuentran quemando aun más mi piel.
No puedo detenerme, ya di el paso que nunca pensé que daría pero que fue más fuerte que mi propia voluntad de piedra que pensé tenía.
Sé que te gusta llevar siempre el control, eres un niño tonto y como un capricho sometes a tu voluntad a cuantos quieres con ese carácter “tan tuyo”.
…Y lo peor de todo… sin darte cuenta.
“¿Cómo lo logras?”
Me pregunto aún ahora que he visto y he sabido de tantos que como yo caímos en tus redes. Unas tan inconscientes como inocentes, tan estúpido, que ni tú sabes que tejes.
Ahora quiero ser yo el protagonista, aunque mañana quiera morir de arrepentimiento, incluso ahora mismo quisiera hacerlo, pero no cuando siento que estas cediendo poco a poco… que más te queda ¿cierto?
Te tengo atrapado con toda esta arena húmeda y te tome desprevenido cuando salías del baño.
No lo viste venir. Fui muy precavido y prepare hasta el menor detalle.
Se trataba de ti.
Mis lazos con la arena que adherí a ti aquella vez que me “salvaste” por segunda vez me lo mostraban todo. Ese polvo en el que ni siquiera reparabas en tu casa, (ya que no sacudes con frecuencia y de lo cual me alegro) en tus zapatos, o por encima de tu mochila no era más que mi arena; una muy especial… una que esta bien cubierta con chakra; una insignificancia pero de la cual no te percataste.
Y aunque me di cuenta de que incluso tus monólogos son para él, aun así me rebaje hasta esto tan… “despreciable”.
Hasta espiarte y adorarte desde donde me encontraba. Desde donde lejos de todo te sentía cerca mío gracias a esa unión con mi amada arena. Una que ahora se ha convertido en tormenta y que te obliga a doblegarte.
Perdóname… pero a eso me llevaste… a eso me llevaron, tú y mis celos y también mi orgullo como humano… Y también él.
Sobre todo él…
Sasuke.
Casi he siseado su nombre y siento que hasta pronunciarlo me duele.
No puedo compartirte con nadie, lo siento.
Pero hoy serás mío. Aunque mañana y siempre vuelvas a ser de él.
De pronto una furia inmensa hace revuelo en mí, y vuelvo a desvivirme en tu boca. Ya no te opones pero tampoco me contestas, te siento muerto. Así como yo lo estoy ahora.
-Gaa… gaara. –logras decir dentro de mi boca sorprendiéndome.
-NO QUIERO ESCUCHARTE!!! –Te grito separando mis labios pero regresando a ellos mordiéndolos enseguida, haciéndote daño aunque sea de esa manera. -MIO MIO MIO!!! –Te digo sin mirarte a los ojos y desvaneciéndome al fin aferrado de tu cuerpo pero ya sin más voluntad que la de enterrarme a mi mismo con esta inocente pero cruel arena.
No puedo verte. No quiero hacerlo. Pero tú… tan idiota como siempre me diriges nuevamente la palabra.
-Perdóname, no sé que hice pero de seguro fue muy malo y …
-Cá…llate. –te digo bajo pero con la voz más siniestra que tengo y que sin mi consentimiento ha salido de mi garganta. –Eres tan… estúpido… pero yo no puedo soportar que no estés a mi lado. Que pienses en él… que lo ames a él. A ese idiota!!! – escupo cada palabra como si fuera veneno.
-De… de que estas… hablando? –te miro casi con burla por la pregunta pero lo que veo en tus ojos en verdad es… ¿incertidumbre?-… no me la creo!!. Luego reparo en tu labio inferior en el que la sangre tan roja apenas y si es advertida por ti. Con tu mano la limpias y veo el gesto de dolor que te apenas en mostrarme.
-Gaara… a que te refieres? –vuelves a preguntar.
-Sasuke. –escupo las palabras.
Y vuelve a doler decir su nombre.
-El que tiene que ver en esto? –otra pregunta estúpida.
“¡Oh eres tan tú!!!” –pienso con una sonrisa? –Que acaso… acaso… no te has dado cuenta? –te digo comenzando a desesperarme.
-Habla ya Gaara. –me levanta del piso molesto y sin consideraciones.
-Que tú lo amas!! –te observo queriendo enterrarme en tu mente y descifrarla.
-A QUIEN? -conmocionado y casi forzadamente me preguntas. -A Sa…sasuke? –suenas como no queriendo decir esas palabras. Pero yo no te respondo y solo ladeo mi cabeza. -Eres idiota Gaara!! Como puedes decir eso?, somos amigos… más que eso… HERMANOS!!.
No, no se ha dado cuenta. –aseguro. –Hermanos, si claro. –le hago ver su error. –Pues entonces pídele a tu “hermano” que te salve de esta. –y una gran nube de arena te cubre por completo logrando mantenerte estático y en una ráfaga de viento nos agilizamos hasta donde tengo planeado mantenerte.
Si mi querido “amigo” pienso quedarme contigo.
-Vas a esperar a que tu “Hermano” venga a salvarte? –preguntó consciente de que no puedes escucharme. –Pues espera sentado.
Continuará…