A Fuji Syusuke se le conocía por ser un genio, por ser un chico listo y muy astuto, era culto a pesar de parecer alguien despreocupado y le gustaba conocer los días festivos de otras regiones del mundo, sobre todo de aquellos en los que les podía sacar provecho y divertirse un buen rato y todo lo que sucedería se le ocurrió porque la entrenadora había llegado en su nueva motoneta la cual era de color azul turquesa, así un segundo después había empezado a maquinar su plan y cuando se dio cuenta de donde se llevaría el vehículo decidió que tal vez podría darle un toque más interesante haber si los chicos lograban descubrirlo. Llego acompañado de Tezuka esa mañana como siempre y el castaño se veía algo cansado pero aun así traía una sádica sonrisa enmarcada en su rostro, el tensai estaba bostezando y vieron que había un gran alboroto, Inui, Kaidoh y Taka-san trataban de calmar a la entrenadora que se hallaba molesta y les gritaba a los que ya habían llegado por cualquier cosa.
-Ryusaki-sensei, ¿le ocurre algo? –pregunto Tezuka cuando llegaron con ella.
-Tuve una amarga mañana, llegue más temprano por la junta de profesores –explico la señora –y cuando salgo me doy cuenta de que desapareció mi motoneta nueva.
-¿Le robaron su motoneta? –pregunto Fuji sorprendido.
-Eso me temo.
Entonces escucharon el ruido de unas risas que se acercaban, las risas eran algo escandalosas pronto vieron que los que reían tan ruidosamente eran Eiji y Momo, acompañados por Oishi que también se venía riendo y Ryoma que estaba sonriendo, al parecer habían visto algo muy divertido.
-¿De qué se ríen chicos? –pregunto Fuji con aparente curiosidad.
-Es que…por Kami es tan divertido –dijo Eiji tratando de controlar su risa.
-Alguien subió al viejo sauce la motoneta de un pobre diablo –dijo Momo riendo.
-¿Qué? –dijo la entrenadora asustada.
-Sí, alguien subió a la copa del árbol una motoneta azul turquesa –dijo Oishi.
-Creo que ya encontraron su motoneta, Sumericita –dijo Fuji.
La entrenadora salió corriendo del lugar sin siquiera llamarle la atención a Fuji por decirle de ese modo, los demás que se estaban riendo se callaron de inmediato al darse cuenta de que aquella motoneta era de su entrenadora, siguieron a su profesora hasta llegar al viejo sauce de la escuela, y si en la parte más alta del árbol estaba entre unas gruesas ramas la motoneta azul turquesa de la entrenadora, la cual se quedo sin palabras y en shock, Inui trato de contener la risa y le dio un ataque de tos, Taka-san sonrió tímidamente a punto de reírse, mientras que Kaidoh rio disimuladamente, Tezuka veía sorprendido el árbol y se preguntaba como rayos habían subido la motoneta, mientras que el tensai sonreía malvadamente y saco una fotografía con su celular.
-Si gusta le ayudaremos a tratar de bajarla –dijo Oishi.
-Vayan al entrenamiento, hazte cargo Tezuka, yo… llamare a una grúa creo –dijo la entrenadora que empezaba a salir de su shock.
-Esto me recuerda a algo –dijo Tezuka pensativo.
Se retiraron y dejaron sola a la entrenadora que trataba de no llorar, una vez que estuvieron fuera de su campo visual y auditivo empezaron a reírse a carcajadas, excepto por Tezuka que los puso a dar vueltas de inmediato; una vez terminado el entrenamiento se alistaron para sus clases, antes de salir Taka-san comento que se sentía un poco mal del hombro, ya que se había golpeado sin querer, Fuji le dio un par de píldoras para el dolor.
Durante las clases como siempre Fuji veía a la ventana pero pendiente a las indicaciones del profesor, ocasionalmente veía el reloj, entonces puntual como siempre Oishi paso delante de su salón con dirección a los baños, pues Oishi parecía relojito tenía sus determinadas horas para ir a los servicios, espero unos momentos para asegurarse que ya estuviera en los servicios de la escuela, saco su celular y marco unos números.
-Señor Fuji estamos en clase, puede enviar mensajes después –lo reprendió el maestro.
-Lo siento no volverá a suceder –dijo Fuji sonriente guardando su celular.
Fuji hizo la cuenta regresiva en su cabeza con una verdadera sonrisa macabra en su bello rostro, cuando llego al cero una gran ruido se hizo presente y resonó por los corredores de la escuela, todos se asustaron por aquel estruendo y salieron a tropel de sus salones curiosos por saber que era lo que había sucedido, al acercarse a los servicios vieron que el agua se estaba saliendo, entraron a este y vieron con sorpresa que los inodoros habían estallado y salpicado toda esa agua y uno de ellos había se había salido de su sitio, en el rincón totalmente mojado estaba sentado un semiinconsciente Oishi con un asiento de escusado en el cuello, todos rieron por tal escena y Fuji saco otra fotografía del desastre del baño y de Oishi.
-Hoi, hoi, hacer estallar un retrete, es la obra de un genio –dijo Eiji a la hora del almuerzo.
-Parece que no te afecta mucho lo de Oishi –dijo Fuji.
-No fue nada grave, nya, lo llevaron a la enfermería –dijo Eiji despreocupadamente –y dijeron que solo necesitaba descansar un rato para recuperarse del susto.
-Voy por algo de beber –dijo Fuji levantándose -¿quieres algo?
-¡Chocolate! –dijo Eiji con rapidez.
Fuji le revolvió el cabello a Eiji y se fue a buscar el encargo, en la cafetería había una gran fila de alumnos a la espera de su almuerzo, entre ellos se encontraba Momo que traía los brazos repletos de cosas, Fuji saco una pequeña bolsa y se llevo a la boca algo de su contenido.
-Fuji-sempai, ¿qué haces? –lo llamo Momo.
-Voy por un chocolate y un jugo a las maquinas, me imagino que tu esperas el almuerzo.
-Sip, esto solo es el aperitivo –dijo Momo sonriente refiriéndose a las cosas que traía.
-Tienes un buen apetito –dijo Fuji comiendo otro caramelo.
-¿Qué es eso? –pregunto Momo curioso.
-Caramelos de café con leche, son deliciosos –dijo Fuji abriendo sus ojos.
-Se ven ricos –dijo Momo que se le hacía agua la boca.
-¿Los quieres?, ya comí suficientes y todavía me quedan –dijo Fuji ofreciéndole la bolsa.
-¡Gracias Fuji-sempai! –dijo Momo que ni tardo ni perezoso tomo la bolsa.
-Disfrútalos –dijo Fuji sonriendo con un destello de malicia.
Fuji se retiro y fue a las maquinas por el chocolate de Eiji y por su jugo, luego volvió a terminar su almuerzo con el gato que casi le salta encima cuando vio la barra de chocolate que le había llevado el tensai, terminaron de almorzar y se dispusieron a volver a su salón durante el trayecto se encontraron o más bien vieron pasar a Taka-san corriendo a los baños con las manos en la boca, Fuji rio suavemente al verlo correr desesperadamente. Regresaron a clases y Eiji ya sabía que algo no andaba bien, era demasiada coincidencia lo que había ocurrido y miraba a Fuji con algo de desconfianza, este solo le devolvía la mirada con una “inocente” sonrisa, antes de las practicas el tensai desapareció en una fracción de segundo mientras que Eiji buscaba a sus compañeros para ponerlos sobre aviso, cuando paso delante de la clase de Kaidoh le llego el olor a algo putrefacto que casi lo hace vomitar, del aula salieron varios estudiantes tapándose la nariz huyendo del olor, entonces los últimos en salir fueron el maestro que tenia agarrado de la oreja a Kaidoh quien sujetaba su mochila de lejos pues era lo que despedía ese horrible olor.
-¡Bombas fétidas!, le salió mal la broma jovencito.
-Le juro que no se qué hacían en mi mochila –dijo Kaidoh todo pálido porque estaba igual a punto de vomitar.
-A otro con ese cuento, está castigado… pero antes vaya a la enfermería.
Eiji ayudo a Kaidoh a ir a la enfermería junto con el resto del salón pues todos tenían unas nauseas terribles, se encontraron con Inui quien se unió a la marcha al ver el estado de Kaidoh, cuando llegaron a la enfermería se llevaron la sorpresa que no eran los únicos ahí, ya que en una de las camas se encontraba Oishi, en una silla estaba Taka-san que se agarraba el estomago y tenía una cubeta al lado y por ultimo estaban Momo y Ryoma simplemente sentados, el mayor tenía una expresión afligida.
-¿Qué les paso a ustedes? –pregunto Eiji mientras dejaba a Kaidoh en una silla.
-No sé, después de la practica me sentí muy mal y no he parado de volver el estomago, me tuve que saltar las clases –dijo Taka-san aferrado a su cubeta.
-¿Y a ustedes? –pregunto Inui a Momo y Ryoma.
Momo solo lloro en silencio, y Ryoma le dio unas palmadas en la espalda pero al parecer estaba por reírse.
-A mi nada, es Momo-sempai –dijo Ryoma.
-¿Qué te paso Momo? –pregunto Inui.
Silencio por parte de Momo solo sollozo en silencio.
-¿Qué te paso? –volvió a preguntar Inui.
Otra vez silencio y continúo llorando.
-¡Habla de una maldita vez! –dijo Eiji.
Los ojos de Momo se llenaron de lágrimas y su mentón empezó a temblar, luego se recargo en el hombro de Ryoma y continúo llorando.
-No puede hablar –dijo Ryoma.
-¿Cómo que no puede hablar? –pregunto Eiji sorprendido.
-Comió algo que le pego los dientes y no puede abrir la boca –explico Ryoma.
-¿Qué comió? –pregunto Inui.
Momo se levanto y empezó a hacer ademanes que no comprendían, los demás trataban de adivinar que era lo que le quería decir Momo, el cual se estaba frustrando por qué no lo comprendían, Taka-san no estaba participando pues estaba con la cara metida en la cubeta, al último chasqueo los dedos pues se le ocurrió como podía hacerlos comprender, tomo a Ryoma por la cara puso sus dedos en la comisura de sus labios y lo obligo a sonreír.
-¡Fuji! –dijo Eiji contento por adivinar –Fujiko te dio lo que te pego los dientes.
Momo asintió entusiasmado por que al fin le habían entendido, y se desplomo en su silla, luego Taka-san que ya había dejado de saludar al balde se incorporo todo pálido y luego de respirar profundamente un par de ocasiones hablo.
-El me dio unas píldoras para el dolor –dijo Taka-san entre cortadamente.
-Yo lo vi cerca de mi salón –dijo Kaidoh.
-Entonces él tiene la culpa de lo que ha pasado –aseguro Inui.
-Pero él no estaba cerca cuando paso lo de Oishi, nya, estaba conmigo en el salón y también esta lo de Sumire-sensei, ¿cómo pudo haber subido la motoneta al sauce? –dijo Eiji pensativo –pero es demasiada coincidencia, nya, ¿por qué nos está haciendo esto?
-¿Alguna vez ha necesitado una razón? –dijo Inui.
-Kikumaru-sempai tienes algo en la espalda –dijo Ryoma quitándole una hoja a Eiji.
Ryoma le dio la hoja a sus sempais, Inui leyó con rapidez y se la paso a Eiji quien paso saliva al ver lo que esta decía.
-¿Qué pasa? –pregunto Kaidoh.
-Una nota de Fuji –dijo Inui con pesar.
-“Me he de suponer que a estas alturas ya sospechan de mi y que el buen Eiji está reunido con el resto del equipo –empezó Eiji a leer –si quieren que esto pare solo tienen que decir que se celebra hoy, algunas cosas de lo ocurrido están relacionadas… les daré un pista los pelirrojos son la clave.”
Todos posaron sus miradas sobre Eiji, quien los miraba sin comprender, releyó una vez más la nota en busca de algo que se le hubiera escapado, pero estaba muy claro tenían que decirle que día era.
-¿Qué día es hoy? –se pregunto Eiji –¿por qué me ven así?
-Los pelirrojos son la clave –recito Inui calmadamente –tú debes saber algo.
-¿Nya?, yo no sé nada, no tengo idea por que puso eso además dice pelirrojos no pelirrojo.
-Esto es un juego para Fuji, tú debes saber algo –dijo Taka-san.
-Con tu técnica del clon hay más de un pelirrojo –dijo Inui.
-Pero yo no sé nada –sollozo Eiji.
Continuaron discutiendo un rato mas antes de encaminarse a las practicas con algo de temor, a Kaidoh le dieron una pastilla para el mareo aunque no podía hacer nada la enfermera por el fétido olor que despedía, Oishi al fin había reaccionado y lo mandaron a entrenar, mientras que Taka-san ya se sentía un poco mejor pero aun así se veía muy pálido y por Momo no podían hacer nada y lo mandaron simplemente a entrenar.
Fuji se encontraba oculto sobre el techo del vestuario, miraba a sus compañeros que se iban a cambiar para las practicas de la tarde, vio con satisfacción que Oishi y Taka-san los acompañaban pues temía que se quedaran en la enfermería y se perdieran de la diversión, volteo para ver tras de sí y sonrió malvadamente, una suave brisa se hizo presente ya era el momento, tenía una multitud de globos con helio sujetos a otros globos con un contenido misterioso, los soltó uno por uno y observo cómo se acercaban a sus compañeros y entonces cuando los globos sobrevolaban sobre sus cabezas, saco un pequeño control remoto y presiono el botón rojo.
Ahora los más temerosos eran Eiji, Inui y Ryoma pues aun no les pasaba nada y no creían que el tensai se quedara así tan tranquilo, mientras caminaban hacia los vestuarios, con los novatos, algo le cayó a Inui ensuciando de salsa rancia.
-¿Pero qué rayos? –dijo Inui alzando la vista –¡oh no!…¡corran!
Los demás alzaron la vista y se asustaron al ver que el cielo estaba siendo cubierto por una avanzada de globos con helio que estaban sosteniendo a otros que traían un desagradable contenido, otros de los globos estallaron y sobre Horio y Katsuo se ensuciaron de crema de afeitar y crema de guisantes (que parecía vomito del exorcista), todos se echaron a correr para ponerse a salvo mientras que los globos seguían estallando y ensuciándolos de cosas diferentes, a unos de pintura otros de harina de lo que sea que se le hubiera ocurrido al psicótico tensai, Eiji fue el primero en entrar a los vestuarios que por obra de su agilidad y por milagro estaba completamente limpio, cuando Ryoma estaba por entrar cubierto de harina algo rosa le cayó encima y comenzó a gritar, Eiji lo ayudo a quitarse lo que estaba arañando al pequeño, con sorpresa Ryoma vio que se trataba de Karupin que estaba pintado de color rosa chillón, Ryoma lo tomo en sus brazos y casi comenzó a llorar.
Fuji después de dejarle caer a Karupin a Ryoma sobre la cabeza y una vez que sus compañeros entraron al vestuario, bajo del techo y se dispuso a disfrutar del espectáculo pues la función aun no había terminado estaba comenzando.
Momentos después entraron en el vestuario los demás, no venían corriendo ya que todos los globos habían estallado ya y no tenia caso seguir huyendo, todos estaban cubiertos por diferentes cosas y temblaban de miedo. Entonces pegado sobre la pared se encontraba una foto del oso Diagoro, el gato fue por la fotografía asustado, la fotografía mostraba al oso Diagoro amordazado, con los ojos vendados y con las patitas atadas.
-Fujiko secuestro a Diagoro –dijo Eiji con un hilo de voz –está en mi casillero.
Sin siquiera pensarlo Eiji fue corriendo a su casillero para sacar al pobre oso, Momo trato de detenerlo pero no podía hablar, pues seguro era una trampa de Fuji.
-No lo hagas Eiji –dijo Inui al ver a Eiji tomar la manija del casillero.
-¡Haaaaa! –grito Eiji al sentir pasar una corriente eléctrica por su cuerpo.
Eiji soltó la manija todo asustado por que la puerta le había dado toques, pero en lo único que podía pensar era en que su pobre osito estaba ahí dentro esperando a que lo rescataran, así que otra vez trato de abrir su casillero.
-¡Haaaaa!
Otra vez soltó el casillero y otra vez trato de abrirlo ante el asombro de sus compañeros, quienes negaron con la cabeza al ver la necedad del gato.
-¡Haaaaa!
-Deja de hacer eso –dijo Oishi sosteniendo a Eiji para que no lo volviera a hacer.
-Pero… mi oso… el pobre Diagoro –dijo Eiji con los pelos parados y oliendo a quemado.
Inui encontró el circuito y lo desconecto con cuidado de no electrocutarse, inmediatamente Eiji abrió su casillero y saco al oso el cual abrazo con fuerza. Ya no tenían idea de que podía hacerles Fuji pero tenían que detenerlo antes de que los matara; Inui fue a su casillero y salpico con un poco de agua su casillero pero este no saco chispas ni nada, entonces lo abrió con algo de confianza, segundos después se escucho una pequeña explosión y del casillero de Inui empezaron a salir fuegos artificiales de muchos colores, que revolotearon alrededor suyo por unos segundos haciendo ruido, silbando, dando vueltas, cuando terminaron de salir del casillero y el humo se hubo desvanecido un poco pudieron ver a Inui que tenía la cara cubierta de hollín y sostenía en sus manos una de sus libretas chamuscadas.
-Pareces Umbrige –dijo Eiji.
-¿Quién? –pregunto Taka-san.
-Es un personaje de Harry Potter, que trabaja en el ministerio de magia y va a Hogwarts a poner “orden” –explico Eiji a quien le gustaba HP –pero no la quieren ahí y los gemelos hacen estallar los Magifuegos salvajes Weas…
-¿Qué te pasa Eiji? –pregunto Oishi al ver que Eiji se había quedado callado.
-Lo tengo… es sobre Harry Potter las bromas, los caramelos son los que Hagrid les da y los fuegos artificiales, las pastillas que le dio a Taka-san como los surtidos saltaclases, las bombas fétidas además de que estallo un inodoro –dijo Eiji emocionado dándose un golpe en la cabeza –los pelirrojos son la clave… claro todo eso lo hacen los gemelos y por supuesto el auto volador azul turquesa en el sauce boxeador lo hizo con la motoneta de Sumire-sensei.
-¿Y qué tiene que ver con lo que hoy se celebra? –pregunto Inui.
-Es primero de abril –dijo Eiji casi saltando –es el cumpleaños de Fred y George Weasley.
-¿Hizo todo esto por el cumpleaños de unos personajes? –pregunto Kaidoh incrédulo.
-Es el día en que nacieron, lo que se celebra en su cumpleaños.
Cuando Eiji empezó a unir cabos y al fin se había dado cuenta de que se celebraba ese día el tensai se retiro de la ventana por la que estaba observando, seguro no tardaría Eiji en salir a buscarlo y decirle que ya sabía que día era, caminaba entre los arboles cuando vio a Tezuka quien le hacia una seña de que se acercara, Fuji ni tardo ni perezoso fue al lado de su capitán.
-Mitsu, ¿sucede algo? –dijo Fuji abrazando a Tezuka.
-Te tengo una sorpresa –dijo Tezuka levantando el rostro del castaño.
-¿En serio? –pregunto Fuji emocionado.
-Mira al pie de ese árbol –dijo Tezuka señalando el árbol.
-Mitsu es muy lindo –dijo Fuji viendo una pequeña maceta con un cactus.
-Ve por el –dijo Tezuka.
Fuji fue corriendo por su nuevo cactus, se puso en cuclillas y tomo la pequeña cactácea, cuando se puso de pie se hallaba tan absorto contemplando la planta que no noto que al levantar la maceta había jalado también una cuerda, entonces Fuji sintió que unas gotas de algo le cayeron en la cabeza y cuando alzo la vista vio como se volcaba hacia él un balde enorme lleno de miel y cuando esta termino de bañarlo lo cubrió una cortina de plumas amarillas.
Eiji salió del vestuario emocionado por que había resuelto el acertijo de Fuji pero se detuvo al llegar a los jardines al encontrarse al tensai al pie de un árbol y estaba embarrado de miel además de cubierto por plumas amarillas y frente a Fuji estaba Tezuka con los brazos cruzados, Eiji no pudo controlarse soltando una sonora carcajada lo cual hizo que los demás salieran a ver qué era lo que había sucedido y se sorprendieran al ver a Fuji.
-Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día en nadie se puede confiar –dijo Tezuka acomodando sus lentes –eres un lindo canario.
-Pero no es día de los inocentes –dijo Oishi.
-Lo es para los británicos –dijo Eiji sonriente –parece que Fujiko comió uno de las galletas de canario.
Fuji se dio media vuelta y se metió a los vestuarios para darse un baño, entro con una sonrisa se hallaba muy sorprendido pues jamás se espero que Tezuka fuera quien supiera lo de las bromas de los gemelos Weasley, lo del día de los inocentes y mucho menos que le fuera a jugar una broma y que el tensai cayera redondito en esta, una sonrisa sádica cruzo por su rostro estaba decidido que el chico de lentes se las pagaría más adelante y con creces.