Hace medio mes que había comenzado un nuevo año escolar, y como lo había predicho por el mismo, lo eligieron como Presidente del consejo estudiantil, su intachable porte, sus excelentes calificaciones y su buena presencia le ayudaron a conseguirlo; pero como un buen caballero de la aristocracia, primogénito y por ende heredero de la fortuna de los Takase, había sorprendido a todos cediéndole su puesto o intercambiando papeles al recién llegado y vicepresidente André Windham, un chico bajo perfil de castaños cabellos al igual que sus ojos, “sin gracia” como había pensado la primera vez que lo vio e inmediatamente ignorando ese echo al saber que ese insignificante chico no era nada mas que el hijo del inversionista norteamericano con una billetera bastante bien equipada, claro que muchos pensaron que era un acto sorprendente y muy poco común en él, pero es lo que comentaron las personas que no lo conocen, o no conocen su verdadero yo, mejor dicho.
Una blanca y pulcra sonrisa cruzo su altanero rostro, actos calculados que cumplían su objetivo ser cada vez mas popular o entablar alguna simpatía falsamente bien aceptada por su “victimas”.
…l, Tetsuya Takase, era un completo y definitivo hipócrita, que no hablaba con alguna persona si no fuera por motivos de lucro, quien no hacia amistad alguna si su “amigo” no tuviera algo con que beneficiarlo, quien no daba puntada sin hilo, era todo un juego de titanes: sádico, peligroso, adrenalínico, falso, vil y a él eso…….le encantaba.
Esa pulcra sonrisa desapareció por arte de magia al verse ignorado, o mejor dicho inexistente para una persona, no era un ególatra….del todo. Pero ese enclenque, renacuajo y……enano, lo había ignorado completamente, ni una mirada de admiración, ni siquiera a reojo, ni babas escurriéndole por la boca ni temblores en todo su cuerpo. Sus marrones ojos destellaron con un brillo extraño hasta peligroso. Y una brusquedad fuera de su forma de ser lo lleno; ignorando a los alumnos que también se encontraban en el pasillo se dio media vuelta alcanzando al chiquillo que ya había pasado de él olímpicamente y tirándolo del brazo lo giró.
Lo miro, observo, inspecciono, examino, analizo, estudio hasta el cansancio. Su calculadora mirada marrón lo escruto hasta el cansancio, notablemente incomodándolo y asustándolo, el menor queriendo escapar hizo un intento (en vano) de soltarse del agarre fiero del mayor, pero con más brusquedad este le afirmaba.
-¡¡urgh!!....s-s-suélteme….- casi pronuncio, ni voz tenia.
- No entiendo…- se dijo, realmente no podía entender y eso le frustraba mucho. Era un renacuajo, apenas y le llegaba al pecho, enclenque y famélico, si en vez de sujetarle el ante brazo estaba sujetando su hueso. ¿Acaso era un muerto de hambre? ¡Lo ultimo que faltaba! Sentía bajo su agarre temblarle todo el cuerpo, y solo podía atisbar del rostro del enclenque chico esos frenillos que empotraban sus dientes. Por esa razón tomo con fuerza medida la barbilla para examinar el rostro del asustadizo, pero una suave voz e inconfundible llamó su atención.
-¿Tetsu-chan?, ¿Qué estas haciendo con ese chico? ¿Por que lo estas lastimando?.....
- esto no te incumbe en nada, Gabrielle.- dijo, volteándose aun sujetando al asustadizo chico. A muy pocos podía considerar algo mas que objetos de lucro, uno de ellos era Gabrielle Dómine, un chico de 17 años mitad italiano y francés, hijo de una famosa modelo de pasarela y un actor, ambos reconocidos mundialmente. A eso se le debía su gran belleza, cabello rubio oscuro, piel nívea y unos profundos ojos pardos también unos suculentos labios que tentaban a besarlos. Talvez era un poco más alto que el renacuajo que sostenía. Pero el recompensaba la falta de altura con su atractivo. Siendo cotizado por fotógrafos y empresas para sus trabajos publicitarios aunque Gabrielle nunca aceptaba.
-……claro que sí, si me dejas plantado en el desayuno.-reto acercándose al mayor, y con suaves movimientos tomo la mano que aprisionaba la otra cruelmente. Separándola.- vamos ¿sí?.......no te perturbes por un simple chico.
-…..Gabrille, quítate. No es tu asunto.- trato de afianzar nuevamente el raquítico brazo del renacuajo, pero…..solo pudo ver como una estela beige y blanca que desaparecía por una esquina del pasillo. -…mierda.
-¿mierda?...... ¿Tetsu-chan, porque te enojas tanto?
- Ya cállate, Gabrielle. Lo arruinaste todo, ¿por que no le vas a mamar la verga a alguien?...molestas.- escupió asidamente. Miro petreamente el rostro furibundo del castaño.
- Figlio di puttana, credo, ipocrita, egocentrico cazzo, che mi invia ad avere amici così? damn stupido, testa penny- (hijo de puta, creido, hipocrita, egocentrico de mierda, ¿quien me manda a tener amigos así? malditos entupidos, cabezas de centavo)- farfullando esto se fue dejando a un no muy feliz Tatsuya. Que frustrado suspiro tapando sus ojos con su mano- jun, regresa pronto, no puedo soportar yo solo a estos dos.
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En la sala de profesores mas bien en un pequeño cuartillo-cafetería personal para los docentes. Se podía observar a dos cuerpos unidos en un beso caliente, demandante y bien subido de tono. El aire se sentía caliente y quedos gemidos al igual que jadeos contenidos se podían escuchar.
-¡¡haaa!! ¡¡Yuuma!!..-susurro nervioso al sentir las manos nerviosas y la boca insaciable explorando su piel.-...¡Detente!....p-p-pue….den….vernos.
-shhhh…solo un poco más.- decía, la “sanguijuela” albina que estaba en su cuello.-…. ¿no quieres un rapidito?
-¡no!, ¡por dios, estamos en la escuela!.....- medio grito, intentando alejarse del toque de su pareja.- …..¡¡¡haaaaamghhhhgjkl….!!!-soltó un gemido que rápido fue ahogado por la húmeda boca de su koi. La exquisita presión en su entrepierna lo estaba llevando mucho más allá de la inconciencia. El peliblanco que devoraba su boca como poseso tocaba cada parte de su cuerpo con calculada maldad. Haciéndolo delirar.
-¡aaahh! sai-chan…. quiero hacerlo….-de un rápido movimiento giro el morocho cuerpo del más pequeño apretándolo contra la pared. Con brusquedad poso su entrepierna con el trasero de burbuja del menor. Un gemido salio de lo canelos labios del otro, calentándolo mas. Así comenzó un roce frenético.
- sai-chan, quiero hacerlo ahora, quiero entrar en ese trasero delicioso, te voy a dar como nunca, te destrozare el culo con mi amigo, quiero correrme en ti, quiero oírte gemir como nunca, quiero que grites mi nombre pidiéndome que te coja…-ese tipo de cosas susurraba en el oído del menor mientras seguía el frenesí del roce, que observaba con gusto como ese vocabulario calentaba mucho mas al morocho.
El peliblanco cerró los ojos aspirando el olorcillo del menor, había recién terminado una de sus clases y no había que agregar que con el uniforme deportivo y su cuerpo levemente sudado se veía…..apetecible. Olisqueó el negro cabello, recibiendo una fragancia a canela. –mmmmm…sai -chan, veo que te excita el peligro de que nos encuentren.
-¡haa….! Yu...uma….-pronuncio quedo llamando la atención del mayor, pero sin decir mas un golpe asestado en medio del rostro del peli-blanco, que por el impulso choco con la pared, sujetándose la nariz adolorido.
-…p-pero ¡¡porque me golpeaste!!.....-chilló, viendo con confusión a su koi, que respiraba agitado, con un aspecto sudado y desordenado.
-¡t-te d-dije que en la escuela no! Además todavía duele por lo de ayer…-dijo arreglándose a duras penas la maraña negra de su pelo.
-… ¡pero no te vi ayer quejándote! ¡Si lo disfrutabas mucho!.... ¡maldición, mi nariz!
-………lo siento, yuuma.- hablo mientras se acercaba al blanquecino y lentamente quito la mano que tapaba la nariz herida.-no sangra….lo siento mucho, yuuma. Pero en la escuela no, aquí cualquiera podría vernos.
-….si no te amara, te molería a golpes por mi nariz.- dijo con una sonrisita y beso las manos que sujetaban las propias.- también lo siento, es imprudente de mi parte tentarte aquí. Cuando tú eres tan escandaloso en la cama.
-¡¡¡¿¿Qué…???!!-hablo notablemente indignado pero no lo tomo en cuenta al sentir nuevamente los labios de su koi sobre los suyos. La lengua inquieta del otro se introdujo en su húmeda cavidad encontrando a su par, rodeo los firmes hombros del peli-blanco.
-¡auch…!
- lo siento, lo siento. Te traeré hielo para que no se te hinche.- dijo Saito mientras se ponía de pie seguido de yuuma, ambos se dirigieron a la puerta y cuando la abrieron se toparon con una sala de profesores completamente vacía.- que raro, faltan solo unos minutos para que termine el receso.
- talvez no querían interrumpir y nos dejaron solos…..-opino sin mayor importancia.
- Por tu bien que no sea por eso.- hablo de ultratumba y con una mirada amenazante.
-jejejeje….¡hay! ¡Mi nariz me duele!- se quejo adrede, cambiando el tema. Pero para su suerte Saito era muy despistado en eso y le creyó sin más, saliendo de la estancia.- ufffff…casi.
Tu boca sabe el camino que va a mi corazón.
Tus besos son veneno que me lleva casi a a la muerte.
Y todo sin conocerte.
Escucho una canción amortiguada, era algo como electrónica pero se podía entender a la perfección la voz de un hombre. Interesado busco con la mirada en la estancia hasta que se topo con el sillón marrón de la sala de profesores, estaba empotrado al final de la estancia de cara al ventanal que alumbraba toda la habitación, ahí vio una cabecita o mejor dicho un gorrito blanco.
Tus manos se conocen bien cada rincón de mi piel.
Y tu sonrisa es el perfume que me enciende la vida.
Que es una calle sin salida de mi amor.
Acercándose con paso lento y sin hacer ruido alguno quedo frente del menor, era un niño… ¿o no? ¡Si! ¡Era un hombre!, de entre su gorrito se escapaban unos mechoncitos rubios que caían a los lados dejando ver muy bien su rostro, su piel era de un color sonrosado se notaba que estaba pálido, por su respiración lenta y pausada corroboro que el menor dormía. Sus labios eran gruesos y de un tono rojizo claro, también tenia unos frenillos.
Acerco su mano a la mejilla del menor acariciándola suavemente, era una piel suave como la seda. Se le hacia conocido ese rostro. Muy conocido.
-¿yuuma?...-pregunto el moreno entrando a la estancia con una bolsita de hielo.
-shhhhh….mira.-susurro el peli-blanco.- ¿Quién es este chico?
-……… no lo sé. Pero parece de primaria.-.el moreno inspecciono al igual que su koi el rostro del menor- es lindo. Pero nunca lo había visto en el campus.
Sin conocerte me has embrujado de repente.
Me has condenado eternamente.
Al sentir que te he amado desde siempre.
Y todo sin conocerte.
-mejor le quito esto…quedara sordo antes de cumplir mayoría de edad.-hablo Saito, sacándole delicadamente los auriculares al menor. Este al sentir ese movimiento se acurruco mas en el sillón quedando acostado en él.
- ¿y si es el niño nuevo?....
- no creo….según lo que me dijo Bianca, ese chico debería tener 17 años. Y este niño debe de tener…12 o 13 años.
-talvez sea sobrino o hijo de algún profesor.
-talvez….lo acomodare mejor, ¿me ayudas?
-ok….
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Un fuerte impacto…
Su respiración cortada….
Observar a su familia…..morir frente sus ojos.
Sangre….
Lagrimas….
Lluvia….
Cráneos triturados…
Jadeos de dolor….
Inconciencia….
Llanto….
Auxilio……
Sangre….
Auxilio……
Jadeos ahogados, se escuchaban en la habitación. Pasos apresurados luego el sonido no muy agradable de las incesantes arcadas….la pequeña espalda sufría espasmo por la repentina devuelta, su mano sujetaba las hebras doradas, mientras que de sus ojos salían nerviosas lagrimas. Su cuerpo derrumbado afirmado en el escusado. Expulso todo lo que había comido.
- maldita pesadilla…-medio gimió dolorido, le escocia la garganta además de sus ojos; “maldita pesadilla”….pensaba una y otra vez tirado en el frío suelo del baño.
Cuanto deseaba que esas pesadillas fueran solo eso, un muy mal sueño, que despertara sabiéndose con las personas que había perdido pero no era así, y lo había asumido ya ,pero su también maldita cabeza no las podía olvidar, al contrario no lo dejaba descansar debía nombrar a mas de 100 objetos, animales, insectos, paisajes, colores etc. Para poder dormir, mejor dicho dormitar…nunca lograba relajarse en el sueño sin volver a vivir esas pesadillas y siempre con las mismas consecuencias, vomitar lo poco que comía y restarle varias energías de las que prescindía su delicado estado de salud.
Sintió su piel estremeciéndose y poniéndose como de gallina por el frío de la mañana se levanto del suelo y abriendo la regadera se desvistió, cuando hubo estado en traje de Adán se observo en el espejo y no pudo reprimir un suspiro de derrota al verse reflejado: hombre aunque todos lo confundieran con una niña, y debía admitir que tenían razón. Pasaría por niña si no fuera por “algo” que él tenia y las muchachas no y esas “cosas” que las niñas tenían y el carecía. Era flacucho, muuy flacucho, en su abdomen se podía atisbar la costillas al igual que en sus brazos y piernas. Su cuerpo era pequeño no sobrepasaba el 1.60. Aun a su pesar llevaba algunas marcas en alguna que otra parte de su cuerpo. Sus hombros angostos como su cuerpo entero y finalmente su rostro. Talvez esa parte de su cuerpo le incomodaba más, sus padres le aseguraban que era un chico hermoso que a cualquier persona que tuviera dos dedos de frente le diría lo mismo y talvez……se enamorara de él.
Un fuerte sonrojo cubrió todo su rostro. A sus casi 17 años nunca había tenido acercamientos con alguna persona que no fuera su familia. Realmente nunca a creído que el primer beso sea algo determinante y único, siempre ha acostumbrado a besar a su hermano en la boca un simple toque, pero es diferente a cuando estas consciente que es tu primer beso deseado con la persona que amas y que solo el podrá ser el primero en sus labios de esa manera. Un renovado sonrojo se instalo en sus mejillas.
Agitando su cabeza tratando de sacar esos pensamientos de ella entro a la ducha recibiendo el chorro de agua temperada en su cuerpo. Relajándose visiblemente dirigió sus pensamientos a otra parte. Y una mueca graciosa apareció en su rostro.
-Que quedarme dormido…..eres un tonto Hikaru Sakurai.- se reto a si mismo.
Después de haberse arrancado del tenebroso tipo en el pasillo se había vuelto a perder “debería memorizarme un mapa”, pensó. Y cuando al fin llego a una parte conocida a la sala de profesores que quedaba al lado de la oficia de la directora no lo pensó mucho y entro tocando educadamente tres veces pero no había nadie. Así lo siguió pensado al acomodarse en el sillón, pero no pudo evitar escuchar unos…..gemidos además de jadeos. Se parecía mucho a los sonidos que hacían……….sus Pa-pás.
Y ahí había caído en la cuenta de que esos sonidos con los que hacían sus papás eran iguales y que además eso significaba solo una cosa……no pudo reprimir un sonrojo (otra ves) ,así que negándose tajantemente a salir y arriesgarse de seguro a perderse se acomodo en el sillón y prendiendo su MP3 se durmió escuchando música.
- Después faltaste a tu primer día de clases por lastima de tus profesores…- Y así fue, cuando se despertó se encontraba en el sillón del salón de profesores. Una vergüenza increíble combinada con culpa y rabia hacia si mismo le invadió cuando los profesores le contaron que no quisieron despertarlo, que se le veía muy cansado y que la hora en que se había despertado ya habían terminado todas las clases. Derrotado y con un poco de fuerzas se dirigió a su nueva habitación. Al parecer la mas grande de muchas, “la suite” le llamaban los otros estudiantes antes nadie se había hospedado en ella, y como si nada él, un chico insignificante se quedaría ahí por dos largos años.
No había podido dormir a causa de su larga siesta, pero gasto varias barritas de energía al ver su pieza, cajas y cajas amontonadas no dejando ver realmente como era la habitación. En eso se estuvo entreteniendo el resto de la tarde ordenando su ropa, cuadernos, libros, chuchearías, etc. Y empacando varias cosas que eran, a su parecer, innecesarias, pero obvio para sus padres no.
Realmente nadie de su familia sabía el verdadero significado de: Disimulo.
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-Puede pasar…-dijo hyotei, extrañamente con el seño fruncido. Frente a él un guardia de seguridad típico con su traje negro se encontraba pidiéndole el acceso al recinto. Que rápido entro al carísimo auto oscuro con la autorización del mayor, auto que se puso en marcha apenas y se abrieron las puertas de metal.-… ¡Que ricos más egocéntricos!...-pronuncio sin darle importancia recobrando su característica alegría y relajándose demasiado en su asiento hasta que se pudo escuchar los ronquidos del anciano.
-Ya hemos llegado señor….-se oyó la voz neutra por el alta voz del auto.
-vete…..-ordenó, sin siquiera mirar a sus subordinados. Quienes se despedían de él con un pronunciada reverencia. Entro al colegio como siempre sin dirigirle la palabra a nadie, con pasos largos y firmes, con el mentón en alto y pecho inflado. Manteniendo sus afilados ojos plomizos escrutando a la nada. Esos insignificantes no se merecían ni siquiera una mirada.
-¡¡¡junn!!!....-escucho el chillido de su amigo.
-Gabrielle….-observo como su hermoso amigo se acercaba a él y se plantaba ante el con una brillante sonrisa.
-¿Cuándo llegaste?...
-hoy.-contesto escuetamente y de fondo escucho el sonido de la campana dando aviso que las clases ya daban comienzo.
-¿porque no llamaste? ¡Sabes que no me llevo con tetsuya! Es un imbecil….
-¿Qué te dijo ahora?....-pregunto mas por seguir la conversación y olvidar lo pasado en su viaje de negocios.
- ¡me dijo que era un puto!....-contesto medio susurrando, acercándose al oji-plateado.
- ¿es que no lo eres?...-dijo esto con una sonrisa socarrona pero la elimino al instante al ver como gabrielle enfurecía.
-¡¡Claro que no!!....¡sabes que me acuesto contigo solo por que eres mi amigo de la infancia!….-chillo subiendo el tono de voz.
- señor Dómine, no creo que esta conversación sea conveniente conversarla en un lugar tan….publico.- escucharon el varonil y tranquila voz del profesor. Un tipo alto de piel nívea, ojos violáceos, que contrastaban con su pelo blanco sujeto en una coleta corta y su piel blanquecina.
- ¡Yuuma-sensei! ¡Lo siento!....-dijo un arrepentido Gabrielle además de avergonzado.
- no se preocupe, pero las discusiones de pareja no hay que resolverlas aquí. ¿Entendido?.....-con sus violetas ojos miro a ambos chicos.- Y bienvenido sea señor Ishihara.- saludo al oji-plomo con una sonrisa. Cuando se fijo que Gabrielle miraba interesado atrás de su espalda. Recordó que no estaba solo, y eso era malo.
-chicos si no se apresuran y no llegan antes que yo los castigare… por dos semanas.-sentencio, hasta ver la cara pálida de Gabrielle y escuchar el bufido burlón del Ishihara. Pero ambos se marcharon, dejándolos solos.
-lo siento, hikaru-chan. Te hubiese presentado a ellos, pero no son gente en que puedas confiar.-hablo mientras también se ponía en marcha, junto a un Hikaru de uniforme, que siendo sincero le sentaba bastante bien, era un pantalón negro, un chaleco beige que a él le quedaba algo ancho pero eso le hacia ver mas frágil (si se podía mas), al lado derecho a la altura del pecho la insignia del colegio se encontraba. Hikaru llevaba un pequeño bolsito blanco cruzando su pecho. Y su típico gorrito blanco.
-No se preocupe sensei, de seguro me hubiese puesto muy nervioso para saludarlos. No quiero que me tomen por tartamudo y un imberbe.
-jajajajajajjajaja….no creo que seas un imberbe, solo un poco tímido. Pero es comprensible con los chicos de aquí. Nunca es fácil hablar con ellos.
-supongo que tiene razón.
- Entonces seré tu profesor…
- sip….-dijo dedicándole una sonrisa al mayor. Cuando vio que se acercaban a su sala.-….sensei, ¿es necesario que me presente?
-por supuesto, ¿Por qué? ¿Te da vergüenza?....-recibió un efusivo asentimiento del menor-…jajajajaja, te presentare yo pero……será la única vez, debes perder tu timidez. ¿Ok?
-… ¡s-si!....-acepto nervioso, antes de que el mayor, abriera la puerta del salón. Y lo que vio no le gusto, ¡¡todos lo miraban!!....
¿Qué iba a hacer?
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