El diario de mi padre comienza así:
El día que yo me mate a mi mismo fue el 28 de febrero el día en que yo nací.
Nunca fui un niño al cual le gustara socializar con la humanidad porque desde el día en que yo nací me convertí en un error de esta. Es como estar muriendo sin morir, ahogándote respirando aire, durmiendo despierto...viviendo y meriendo....cada día de tu vida.
Soy una persona viva que va de la mano con la temida muerte soy un incompleto, mi alma se partió en dos, soy una persona con su otro yo enterrado a 6 metros bajo tierra, el día en que yo nací, le robe la vida a una persona, me convertí en un asesino, no tuve opción, ellos tampoco la tuvieron era todo o nada....
Qué clase de ser vive sin su otra mitad, estando incompleto es insoportable es repugnante. Tengo una marca que me atormentara para siempre y me indica el día en que me mate a mi mismo....nunca lo olvidare...nunca me perdonare a mí mismo.
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Las gotas de la tormenta azotaban estrepitosamente sobre la ciudad de London. El cielo es encontraba tapizado de un gris obscuro las nubes amenazaban con jamás parar de llorar. El agua descendía por las calles londinenses, la gente se refugiaba en sus casas, solo una pobre alma en pena andaría en esa horrible tormenta.
Por las obscuras calles deambulaba un chico al cual poco importaba que la lluvia le azotara la cara hasta arrebatarle la mirada. Un alma en pena con el pecado siempre detrás de su espalda y con la muerte pisándole los talones. Su vestimenta humilde se encontraba completamente empapada, su cara bañada en lágrimas de lluvia. Con una expresión completamente seria-como si le acabaran de robar el alma- Llego a su mencionado hogar , azoto la puerta tras de si quitándose los húmedos zapatos. Se acaricio el pelo castaño con sus manos para retirar el exceso de agua. Resoplo con cansancio y se dirigió a su verdadero hogar la biblioteca.
Aquel lugar en el que sus sueños y desesperanzas se mezclaban con la historia y pena de otros personajes que yacían encerrados en los libros, esperando a ser abiertos para revelar su historia y contar al mundo sus secretos. Se quito la mojada camisa tirándola con sumo cuidado lejos de sus tesoros, agarro un trapo con el cual secarse para no mojar a sus mejores amigos con sus empapados dígitos. Se cambio por un atuendo mucho mas cómodo, deslizando la tela por su perfecto cuerpo. Dio un bufido de alivio al sentir la caliente ropa sobre si, encendió la chimenea para proveer de ella el calor y la luz necesaria para estar en compañía de un buen libro.
Se acerco al primer estante, el cual más visitaba. Repleto de historias obscuras, su genero favorito la novela negra y gótica. Poso sus dígitos por los libros sintiendo la textura de estos. Casi había leído a todos en su enfrascada niñez. Recordaba libros de autores como Edgar Allan Poe, Conan Doyle , las hermanas Brontë ,hacían acto de presencia en las aventuras de su miserable niñez, en la que un alma que vino al mundo acompañada termino por quedarse sola e incompleta.
Siguió caminando por el largo estante de libros sin encontrar libro que no hubiera leído, paró en seco al escuchar como alguien se adentraba hasta su mundo utópico, es decir, la biblioteca.
-Hijo???-llamo una voz masculina desde la puerta
-Que ocurre papá-
-¿A qué hora llegaste a la casa? Tu madre y yo estábamos preocupados-
-sobre todo mi madre...como si le importara.- pensó el muchacho con un deje de molestia. Porque su padre siempre quería dejar a su madre, como la buena madre que se preocupa por su único hijo, que no se viniera con cuentos, que desde que nació el, su madre era una loca sin remedio que alucinaba con fantasmas y que se la vivía en las nieblas fuera de este mundo.- acabo de llegar hace poco ¿qué ocurre?-
-Vengo a darte estos libros para que los guardes en la caja fuerte, me van a dar una fortuna por ellos-
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Cargo los 5 libros sobres mis manoss, dos de medicina del siglo pasado , uno el cual el título reconocí y di por sentado que se trataba de algún manuscrito verdadero del libro, sin embargo, la último obra capto mi atención súbitamente. Observe disimuladamente la portada del libro "El cuento número trece" decía con letras en dorado, de fondo una pasta verde desgastada y remates de hilo dorado con diseños góticos abajo y debajo del libro.
-Guárdalos bien Light-
-Lo hare no te preocupes padre, ahora dime de que es este libro-dije señalando la portada de la obra. Mi padre abrió los ojos desmesuradamente
-Valla hijo que para ser un joven que devora libros y no conozcas a esta autora...
Le di una vuelta al libro para ver el lomo donde posiblemente se encontraría el nombre del autor, solo alcance a distinguir una letra en old english "L".
-¿L?-dije con asombro-había escuchado de la autora era una de las más famosas en Inglaterra en este siglo llamado victoriano, nunca me intereso leer ningún libro de la autora, ¿Por qué? No lo sabia simplemente no me apetecía este tipo de lectura.
-Es un libro muy bueno deberías leerlo Light...
-si es tan bueno porque nunca había oído hablar de él.
-Porque el libro en realidad se iba a llamar así pero la autora lo cambio por el cual todo el mundo conoce-mi padre pronuncio el nombre de libro pero no le preste atención me sumergí en mis pensamientos, solo oí cuando ceso de hablar-entonces....¿por qué este libro se llama como el original?
-Es una edición incorrecta, con el verdadero nombre, pero L aviso del error de impresión y las librerías lo retiraron automáticamente a la venta, este por mis medios, llego a mis manos un buen señor me va a pagar mucho dinero por el-
¿Por qué no simplemente lo llamo el cuento numero trece?
-léelo y veras...
Mi padre me dirigió las buenas noches y se despidió de mi, cerró la puerta tras de si
-El cuento número trece-dije para mí
Me senté en el sofá más cercano abriendo la preciosa y elegante tapa del libro-no quería leerlo pero el misterio del título me llevo a leerlo, con la rapidez que entiendo libros pensé que con unas solas palabras que leyera captaría todo el contenido
Pero me fue imposible al leer el primer párrafo
Todos los niños mitifican su nacimiento. Es un rasgo universal ¿quieres conocer a alguien? ¿ Su corazón, su mente, su alma? Pídele que te hable de cuando nació. Lo que te cuente no será la verdad: será una historia. Y nada es tan revelador como una historia.
Devore el libro literalmente, la forma de escribir, el misterio, la crueldad. Los cuentos eran brutales, severos y desgarradores. Llegue a l cuento numero 12 me encontraba a menos de 20 páginas de terminar la obra, seguramente el cuento 13 debería de ser muy corto. Termine el 12 di la vuelta a la hoja no había nada, una solitaria pagina en blanco....