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La llegada del Bebé por Shin Black

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Notas del capitulo: Minimo 6 coment para actualizar -.¬
 

Capitulo XXII: El nacimiento de Kunisuke (Parte II)

 

 

 

 

 

Había pasado una hora en el cual Fuji seguía en trabajo de parto, respirando hondo, mientras el resto de los regulares estaban al borde del ataque de histeria. Oishi no sabía realmente que hacer, había estado llamando a múltiples número telefónicos para contactarse con alguien, pero: o se le iba la señal apenas empezaba a hablar, o daba ocupado rotundamente y eso lo tenía nervioso.

Kawamura seguía haciendo despertar a los desmayados, con poco éxito; Ryoma se bebía la última lata de ponta, lo que hacía que el resto, que no había bebido líquido en la hora que llevaban encerrados, no tuviera la posibilidad de tomar algo. Kaidoh se encontraba al lado de Inui, moviéndolo debes en cuando para ver si respiraba o se había muerto. Eiji acariciaba el cabello de su amigo que respiraba más agitado y se tocaba el vientre con fuerza por el dolor, como ayudando al bebé a salir de él rápidamente, aunque no sabía por donde, ya que era necesario que lo cortaran al medio, dicho de forma vulgar, para sacar al bebé de su vientre, por lo tanto debía ir rápido a un hospital.

 

-¡Tezuka me matará, me matará! -Dice en voz baja Oishi mientras mira el celular que estaba con batería baja-. Y moriré horriblemente bajo sus garras.

 

-¡Tiren abajo esa maldita puerta! -dijo Kaidoh, cansado de esperar y esperar.

 

-Quiero ir al baño -musitó Ryoma.

 

-¡Y claro! Si te tomaste las 8 latas de ponta que trajo Eiji -susurró Oishi con mal carácter mientras miraba a Ryoma de reojo, éste simplemente se calló, pues no tenía nada que objetar-. Necesito pensar en algo.....guarden silencio -susurró Oishi mientas pensaba.

 

-¡Dios....DIOOOOOOOOOOOS!-gritó Fuji por el dolor.

 

-Dije silencio -susurró Oishi sin concentrarse.

 

-Disculpa Oishi, la próxima vez trataré de aplacar mi dolor en voz baja -susurró con furia el chico que estaba apunto de tener familia.

 

-Oh, disculpa Fuji -susurró Oishi, y se sentó en una banca-. Es que ya no tenemos crédito, el aire se acaba, estoy cansado, y todo es un completo desastre -dijo cubriéndose la cara con sus manos.

 

-¿Y si llamamos a los bomberos? Ellos tienen hachas -susurró Kawamura.

 

-No los necesitamos -dijo Fuji frunciendo el seño por el dolor-. Eiji, dale esa raqueta a Taka-san.

 

-¿Eh? ¿Qué raqueta? -preguntó el muchacho, obviamente desde esa posición, el único que podía verla era Fuji, dado que todas las raquetas se encontraban afuera.

 

-Esa de ahí -señala por encima de una banca lejana-. Esta debajo de esa toalla azul.

 

-A ver -susurró Eiji parándose mientras caminaba hacia la banca y sacaba la toalla-. ¡Miren, aquí esta la raqueta! -se la da a Fuji.

 

-¡DIJE QUE SE LA DES A TAKA-SAN! -le gritó a Eiji.

 

-¡AAAH! Lo siento Fujiko -se disculpó y le dio la raqueta a Taka-san-. Toma.

 

-¿Eh? -El muchacho mira con confusión la raqueta y la toma por el mango-. Pero... ¡AAAAAAH, BURNING! ¡YO LOS SACARÉ DE AQUÍ!

 

Con una fuerza abismal y poco común, pero demasiado normal en el Kawamura en pleno ataque de bipolaridad, el muchacho con su mejor pierna pateó la puerta haciendo que los tornillos que la aferraban a la pared explotaran por el golpe e hicieran que la puerta se cayera hacia afuera, golpeando una cesta de pelotas y varias raquetas que se encontraban a pocos metros de la misma, lanzando una polvareda de la cual era imposible respirar. Taka-san salió corriendo, en una esquizofrenia muy frecuente en él mientras le gritaba a nadie, ya que la escuela estaba completamente vacía.

Oishi se alegró y enseguida salió sin antes preocuparse por lo que diría Sumire cuando viera la puerta y fijara que en el presupuesto no habría para una nueva. Eiji ayudó a Fuji a levantarse para poder encaminarlo al hospital con sus compañeros, Kaidoh despertó a Inui que recuperó poco a poco la conciencia, y Ryoma corrió al baño antes de cualquier movimiento.

 

-Ah, diablos, llamen a un taxi o algo -dijo Fuji caminando lentamente debido a que estaba mojado, ensangrentado y con un fuerte dolor.

 

-¡Oishi, llama a un taxi! -le gritó Eiji saliendo del vestuario, saltando la puerta, dejando a Fuji dentro.

 

-Ok, veré si afuera encuentro alguno -dijo el muchacho y corrió a sacarle la raqueta a Taka-san para con él buscar un taxi donde transportar a Fuji.

 

-¡Anda Momo! -Fuji patea a Momoshiro para que se levante-. Levántate, pobre diablo.

 

-¿Ya es hora de ir a la escuela, mami? -susurró entre sueños Momoshiro. A Fuji le iba a dar algo, así que le dio una fuerte patada en el estómago para que se levante.

 

-¡QUE MAMI NI QUE OCHO CUARTOS! Ayúdame -Y decían que Fuji era inofensivo. Momoshiro se levantó con pereza y dolor de estómago, y ayudó a Fuji a saltar la puerta para encaminarlo hacia la calle.

 

-¿Encontraron un taxi? -preguntó Momoshiro.

 

-No, para nada, y no podemos esperar más -dijo Oishi preocupado-. Momoshiro, lleva a Fuji al hospital con tu bicicleta. No son muchas cuadras, pero Fuji no puede caminar.

 

-Ok, vamos Fuji -susurró Takeshi mientras lo llevaba hacia donde estaban las bicicletas.

 

Kaidoh, Ryoma e Inui regresaron hacia donde estaban Eiji, Oishi y Taka-san esperando un taxi o algo así, mientras Momoshiro ayudaba a Fuji a subir a la parte de atrás de la bicicleta para poder llevarlo al hospital.

 

-Posibilidades de fracaso en esta misión: 91% -susurró Inui anotando.

 

-¡Que optimistas estamos! -susurró Oishi y bajó la cabeza.

 

-Bueno chicos, llevaré a Fuji al hospital....-dijo Momoshiro andando con la bicicleta, detrás estaba Fuji aun con los dolores pre-parto.

 

-Bueno, buena suerte Momo, nosotros te alcanzaremos -dijo Oishi.

 

Momoshiro partió de la escuela, escuchando los gritos de Fuji justo en su oído. El resto de los chicos siguieron esperando al taxi que esperaban pasara rápido por allí o sino tendrían que ir caminando hasta el hospital y la mayoría tenía pereza.

 

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Centro de inscripciones.

 

 

Ya estaban a pocos pasos de la mesa de inscripciones y Tezuka miraba de costado el reloj que llevaba en su muñeca. Yukimura estaba tomando un vaso de jugo de pomelo, mientras Sanada parecía estar de más mal humor que antes por la espera, además que hacía un calor infernal en ese lugar, a diferencia de afuera, que hacía mucho frío.

Un paso más y ya estaban casi en la mesa, sólo faltaba una persona, pero esa era nada más y nada menos que el viejo entrenador de Rokkaku, esto vendría para rato, ya que el hombre tardaba añares en decir dos palabras. Maldito viejo, pensó Tezuka entre dientes y parecía que tenía telepatía con Sanada pues éste pensó exactamente lo mismo. Yukimura parecía muy campante en medio de estos dos hombres, pues estaba tomando tranquilamente su jugo, lo que desesperaba en cierta medida a Sanada, pero nunca le diría nada porque como bien dijo Niou en el mensaje, Sanada siempre estaba besándole los pies o las pisadas de Yukimura.

En ese instante y cuando todo se vuelve silencioso, se escucha un pequeño sonido, lo que hace que Yukimura se alerte y busque en la bolsa que llevaba, donde estaban los papeles de sus compañeros y allí localizó el celular del muchacho de gorra.

 

-¿Qué? -Susurró y miró que decía "una llamada perdida" y "mensaje de voz"-. Mira Sanada, tienes un mensaje de voz.

 

-¿Eh? ¿Será tu madre para avisarnos algo del bebé? -preguntó mientras discaba el número del mensaje de voz.

 

-No lo sé -susurró preocupado.

 

-¿Hm?.....Es Oishi -susurró y escuchó más profundamente lo que decía, Tezuka se alertó infinitamente-. Dice que Fuji está dando a luz y que están encerrados.

 

-¡Diablos! -gritó Tezuka y sacó su celular para ver que estaba apagado. Enseguida lo prendió y empezó a llamar al número de Oishi.

 

Ring, Ring.

 

-Shuichiro Oishi al habla, ¿quién es? -preguntó tranquilamente, se podían oír sonidos de autos y la velocidad de uno de ellos.

 

-¡Oishi, soy yo, Tezuka! -dijo alertado.

 

-¡Tezuka! Oigan, es Tezuka, guarden silencio ¡suelta eso Eiji! -dijo y se oye un pequeño ruido.

 

-¡Ah, yo quería jugar con eso! -criticó Eiji enojado.

 

-Perdón -susurró y volvió al teléfono-. Tezuka, ya salimos del vestuario, estamos yendo al hospital.

 

-¡Genial, pásame con Fuji! -dijo Tezuka aun más nervioso.

 

-Etto, es que él no está aquí -dijo nervioso.

 

-¿Cómo que no está ahí? ¿No están en un taxi? -dijo empezando a violentarse, Sanada lo mira expectante y Yukimura preocupado.

 

-Bueno, si pero no, es que como todo pasó tan rápido.....entonces Momoshiro se lo llevó en su bicicleta, nosotros estamos con Taka-san, Eiji, Kaidoh, Inui y Ryoma, todos en un taxi porque no tenemos dinero para pagar dos.

 

-¡¿OSEA QUE MI NOVIO EMBARAZADO ESTÁ EN UNA BICICLETA INCOMODO MIENTRAS USTEDES ESTAN EN UN MALDITO TAXI!? -gritó a más no poder, que todos los que estaban allí se asustaron; entre ellos Sanada abrazó fuertemente a Yukimura, quien se espantó también porque lo tenía al lado.

 

-Em, si...-dijo con el teléfono a casi dos metros de él debido al fuerte grito-. Pero creo que Fuji ya está en el Hosp..... ¿Momo? ¿Qué haces aquí, no deberías estar en el hospital? -preguntó.

 

-Si, pero se me pinchó la rueda de la bicicleta -dijo lamentándose.

 

-¡LOS ODIO, LOS ODIO A TODOS! -se oye el grito de Fuji.

 

-Llévalo al hospital en el taxi -dijo Oishi saliendo del Taxi-. Entra Fuji, Momo y yo iremos a pie.

 

-¿A pie? -Preguntó desalentado Momoshiro-. Espera ¡¿qué hace Ryoma encima de Mamushi?! -dijo notando que efectivamente Ryoma estaba sentado en las piernas de Kaidoh, ya que al ser el más pequeño podía caber ahí.

 

-Es porque Kaidoh se negó a estar encima de Inui -dijo Kikumaru saliendo también del taxi para dejar entrar a Fuji.

 

-Bueno chicos, les encargo a Fuji -dijo Oishi, cerrando la puerta del vehículo, este empieza a andar directo hacia el hospital-. Vamos Momoshiro, Eiji.

 

-¡Vamos!

 

-Oigan -se oyó una voz-. Sigo aquí -susurró Tezuka.

 

-¡Ah, Tezuka! Ya tu novio está yendo al hospital central, ¡ven rápido o te perderás el nacimiento de Kunisuke!

 

-¡Voy enseguida! -cuelga.

 

Apenas colgó se dio cuenta que Yukimura estaba pasando a los miembros de su equipo para inscribirlos, lo que hizo que Tezuka les pidiera de favor que lo dejen pasar a él así poder ir al hospital. Yukimura le cedió el puesto, pero aun así la mujer los atendió a los dos al mismo tiempo.

Tezuka miraba el reloj mientras la mujer inscribía a los miembros del Seigaku, pasaban los segundos y Tezuka se ponía más nervioso. Sanada firmó los papeles correspondientes a él y salió afuera a toda prisa para buscar el auto en el que había viajado, Yukimura trataba de calmar a Tezuka quien también firmó los papeles correspondientes al igual que Seiichi. En definitiva todo se hizo muy a las apuradas y tanto Tezuka como Yukimura salieron volando del lugar.

 

-Entren al coche -dijo Sanada detrás del volante.

 

-¿Sabes manejar? -preguntó Tezuka entrando en la parte de atrás y colocándose el cinturón de seguridad.

 

-No, pero ¿qué tan difícil debe ser? -preguntó y encendió el auto apretando el acelerador al máximo.

 

-¡AAAAAAAH! -Gritó Yukimura junto a Tezuka, ambos se agarraron de cualquier cosa que estuviera a mano, pues la velocidad aumentó infinitamente-. ¿De donde sacaste el auto?

 

-Me lo prestó el muchacho que nos trajo -susurró Sanada mientras ponía los cambios rápidamente, apenas se podía ver borrosa a la gente, lo que asustaba más a Yukimura.

 

-No quiero morir, soy tan joven, tan lindo; tengo tantas cosas que hacer, a tantas personas que extorsionar, ver crecer a mi bebé, patear muchos traseros en tenis -susurró con miedo Yukimura, Sanada lo miró de reojo un tanto cohibido.

 

-¡Diablos! -Tezuka cerró los ojos para no ver lo que estaba viendo, o más bien lo que no veía.

 

 

 

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Hospital General

 

 

Fuji seguía con los dolores y los chicos intentaban calmarlo acariciándole el pelo y el vientre, para que estuviera más cómodo le hacía lugar y trataban de cantarle algo, pero nada funcionaba con Fuji, quien había hecho que Inui perdiera la movilidad de los dedos de su mano por los fuertes apretones. El taxista enseguida frenó frente al hospital y allí todos los chicos salieron lo más rápido posible ayudando a Fuji a levantarse y lo encaminaron hacia urgencias, mientras Kaidoh pagaba. Allí unas enfermeras lo vieron y colocaron a Fuji encima de una camilla llevándolo a la sala de partos, donde le practicarían una cesaría. Kaidoh llegó con sus amigos y todos se miraron entre si:

 

-¡Misión cumplida! -susurraron los Seigaku que habían sobrevivido a la odisea hacia el hospital.

 

Luego de unos minutos aparecieron Oishi, Momoshiro y Kikumaru. El primero venía algo sucio por haberse caído al igual que el segundo, pero Eiji venía de lo más feliz con un cono de helado, seguramente y basado en el planteo lógico de Inui, Eiji había querido tomar un helado y seguramente hizo que Momoshiro y Oishi se distrajeran y cayeran de bruces al suelo, por ello las heridas.

 

-¿Ya entró Fujiko? -preguntó Eiji emocionado.

 

-Si, está en la sala de partos -susurró Takashi mientras limpiaba la cara de Momoshiro y Oishi, que tenían raspones y lastimaduras.

 

-Aprovechen que están en el hospital para curarse -dijo Eiji lamiendo su helado.

 

-Que gracioso, si mal no lo recuerdo, es tu culpa que estemos así -dijo Momoshiro, algo molesto.

 

-¿Eh? -Eiji se hizo el sorprendido.

 

-¡Si! -Susurró Oishi-. Tú nos dijiste que había una cabra comiendo pasto en la esquina, al darnos vuelta saltaste de la bicicleta corriendo hacia la heladería y nosotros nos tragamos un poste de luz.

 

-Bueno, estuve cerca -susurró Inui anotando eso en sus datos.

 

Un ruido sordo se escucha en ese instante en las afueras del hospital, y la mayoría de los regulares se asoma para ver un auto rojo que estaba estacionado perfectamente a un costado del hospital, en la senda que se podía estacionar. Del auto salía algo de humo, como si se le hubiera roto el motor, y traía en el parabrisas un montón de hojas, cables y a una anciana que estaba cruzando la calle y que salió por el capot caminando lo más tranquila, agradeciendo al chico del volante por el viaje hacia el hospital.

Se abrió la puerta trasera del auto y salió Tezuka todo apurado, tan así que no se dio cuenta que aun llevaba el cinturón puesto, por lo cual se lo tuvo que sacar rápidamente y correr hacia sus compañeros para ver como se encontraba Fuji, mientras que dentro del auto:

 

-Sa-sabes Sanada -susurró Yukimura con todo el cabello hacia atrás y la cara algo pálida-. Te amo, agradezco todo lo que hiciste por mi en todos estos años....pero...no vuelvas a conducir un auto.

 

-Ha-hai -susurró también pálido, la gorra no la tenía pues ahora se encontraba en la parte trasera-. Vi pasar toda mi vida frente a mis ojos -susurró y alzó la ceja-. Tiene razón Niou, no tengo vida social.

 

 

Volvamos a Tezuka. Todos sus compañeros empezaban a contarles que había pasado: la pelea entre Momo y Kaidoh, los cuales se ganaron 100 vueltas alrededor de la cancha cuando regresen, luego el ataque de histeria de todos por estar encerrados, el síntoma de parto que tenía Fuji, que Eiji le hizo una broma a Gakuto por lo que gastó lo último de crédito, y al final, la actuación heroica de Taka-san que los hizo salir a todos pero hacer llorar a Sumire cuando vea el presupuesto que deberían gastar en una nueva puerta.

 

-Bueno, gracias por todo -susurró Tezuka abrazando a sus compañeros. En eso sale una mujer de la sala de operaciones.

 

-Disculpen, alguien aquí se llama ¿Tezuka Kunimitsu? -preguntó la mujer.

 

-Si, soy yo -susurró Tezuka, algo alterado.

 

-Por favor, ¿puede pasar? Su esposo quiere que vea a su hijo -sonrió la mujer. Tezuka también sonrió y por primera vez unas lágrimas cayeron por sus ojos. Era padre, al fin era padre.

 

Enseguida entró al lugar siendo seguido por todo el equipo, lo que asustó a los enfermeros ya que no había mucho espacio para tantas personas. Tezuka se acercó a un Fuji que estaba traspirado y cansado, pero aun así con una sonrisa de oreja a oreja. Al ver que Tezuka se acercaba sonrió aun más y se besaron. Un beso corto pero significativo.

Ambos miraron hacia abajo donde el pequeño Kunisuke mantenía sus ojitos cerrados, estaba muy tranquilo y cómodo en los brazos de su mamá, protegido, sintiendo el calor de sus progenitores. El resto de los regulares se les quedó viendo, observando el inmenso parecido que tenía el niño con los dos regulares más talentosos de Seishun Gakuen. Realmente ese bebé era una bendición para todos.

 

-Es precioso -susurró Tezuka acariciándole la frentecita al niño-. Precioso como tú.

 

-Te amo Mitsu, gracias -susurró Fuji besando a su novio.

 

-No, gracias a ti -susurró devolviéndole el beso.

 

 

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Tres horas más tarde.

 

 

El pequeño Kunisuke ya empezaba a despertarse pasada las tres horas, era un bebé extremadamente tranquilo y habría sus ojos con pereza. En esas tres horas había aprovechado para alimentarlo, cambiarlo y después irse a bañar él para estar ya listo cuando le den el alta al pequeño Kunisuke. El niño estaba en perfecto estado de salud, no sufría ningún tipo de enfermedad característica en los recién nacidos, tenía una respiración perfecta y un estado envidiable por cualquiera. También en esas tres horas aprovecharon a visitar a Fuji varios miembros del Seigaku, Saeki y sus compañeros del Rokkaku, sus padres y los padres de Tezuka, como igual su hermano, y el nuevo novio de su hermano que no era tan nuevo, Mizuki.

Más tarde a esa hora, Yukimura y Sanada, luego de que dejaron su shock emocional, fueron a buscar a Ken para que Kunisuke lo conozca.

 

-¡Hola Fuji-chan! -saludó Yukimura ingresando con su hijo de tres meses.

 

-Hola Yukimura-chan, Sanada-kun....-dijo observando al bebé que estos traían en sus brazos-. Parece que tu hijo heredó tus ojos, Yukimura.

 

-Si, y el cabello de Genichiro, al igual que el carácter.

 

-¿Qué estas tratando de decirme?-susurró Genichiro algo molesto, sosteniendo una pesada caja.

 

-Nada mi amor -susurró Seiichi besando a su novio-. Bueno, vinimos a ver a Kunisuke, que lindo se ve -dijo mirando al pequeño en brazos de Fuji.

 

-Si que lo es, nació con el cabello de su papá -susurró acariciando el castaño cabello de su pequeño hijo.

 

-Ya lo creo...-sonrió y se oye un ruido, Tezuka venía con dos bolsas a cuesta.

 

-Hola Yukimura-san, Sanada-san -saludó Tezuka-. Aquí traje lo que me pediste.

 

-Gracias -sonrió Fuji-. Y gracias a ustedes por venir.

 

-Te trajimos unos regalos de los chicos de Rikkai y nuestro, son algunos juguetes para bebé -dijo mostrándole la caja que cargaba Sanada.

 

-Muchas gracias, también mis compañeros me trajeron muchos regalos -susurró Fuji mostrando varias cosas relacionadas con el bebé y el tenis-. Así no se nota que los padres son tenistas.

 

-Jajaja, bueno debemos irnos -susurró mirando que Ken estaba algo molesto-. Parece que tiene hambre, felicidades.

 

-Gracias -sonrió Fuji viendo como los chicos se marchaban. Miró a su hijo y le besó la frente-. Bienvenido al mundo, Kunisuke Tezuka.

 

-Bienvenido -susurró Tezuka y se acercó a su novio plantándole un beso.

 

¿Qué le depararía el futuro a Kunisuke y Ken? Todo esto en el próximo episodio.

 

 

Continuará.

 


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