-¡HIKAAAA-CHAAAAAAN! -un grito desenfrenado hizo que casi Hikaru y Kunisuke perdieran el equilibrio, allí estaban Yuichi "el gritón" y su hermano Masaki, saludando a sus compañeros-. Hola, hola Hika-chan.
-Yui -sonrió Hikaru-. ¿No deberías estar adentro? La última vez llegaste tarde y el profesor se molestó contigo.
-Jejejejeje -se rasca la cabeza.
-Yuichi siempre llega tarde, es más, no me sorprendería que el director ya le tenga preparada la silla antes de iniciar las clases -dijo Masaki-. Buen día Kunisuke.
-Hola -sonrió el muchacho mientras se acomodaba los lentes-. Bueno chicos, los espero más tarde en las pistas, no lleguen tarde.
-¡Si buchou! -dijeron los tres.
-Por cierto, Masaki-chan, la lista de los nuevos miembros del club están listas, así que necesito tu firma, como fukubuchou tienes que verificar que todo esté correctamente -dijo Kunisuke.
-Ha-hai -dijo Masaki algo nervioso, le incomodaba ser tratado como fukubuchou, aunque lo era, pero le parecía raro-. Nos vemos.
-Nos vemos -Kunisuke se fue.
-Oooh, Fukubuchou -dijo Hikaru en broma-. Yo ya quiero estar en tercero y poder ser buchou.
-Primero que tú esta Masaki, que ya en segundo es fukubuchou -dijo sacándole la lengua a Hikaru.
-¡No es justo! Quiero ser capitán del equipo -dijo haciendo berrinche.
-Pues así no se logra -dijo Masaki sacándole la lengua. Los tres entraron al colegio entre gritos y amenazas en broma.
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Shintenhouji.
Kami era el capitán del equipo de tenis masculino del Shintenhouji debido a su muestra de autoridad desde el primer año. Su hermano mayor, quien iba a tercero, era el fukubuchou debido a su falta de carisma, por lo cual no pudo ser el capitán. Kami era severo pero amigable, tenía un carácter agradable y estricto. Como todas las mañanas y debido a que las clases en aquella escuela eran a la tarde y la mañana la dedicaban al tenis, estaba entrenando a su equipo como era normal. Siempre pasaba lo mismo, siempre Lyng iba e interrumpía las prácticas que realizaban sus hijos trayéndole comida o algo que se habían olvidado como suéter o paraguas. Aun cuando estaba embarazado de los trillizos, que por cierto Shiraishi siempre cuenta que cuando le dijeron que tendrían trillizos, Lyng empezó a llorar de la emoción y Shiraishi empezó a pensar que debía vender el auto, en definitiva.....aun embarazado siempre Lyng iba a molestar/abochornar a sus hijos.
Pero esta vez sabía que su mamá estaba trabajando, por lo cual se alegró bastante al no ser interrumpido, pero no siempre se logra lo que uno quiere o al menos este no era el caso, ya que Kami sintió como alguien le tocaba el hombro:
-¿Quién diablos...? -pero no pudo terminar la frase cuando vio aquel muchacho de metro setenta justo al lado suyo-. ¿Ken?
-Hola Kami, ¿Puedo hablar contigo? -preguntó seriamente, el muchacho rubio pestañó un par de veces y afirmó.
-Sigan practicando, Kaname, te dejo a cargo -dijo a su hermano, este simplemente afirmó y siguió entrenando a los chicos mientras Ken y Kami se apartaban de las pistas-. ¿Qué pasa? Tú no eres de saltearte las clases, y menos venir a verme.
-Es que tengo un problema, em... "familiar" -dijo con cierta vergüenza mientras se tapaba con la gorra.
-¿Familiar? -preguntó el chico.
-Bueno, es que.....yo....tengo un amigo...y....bueno, él se enamoró de .....de mi hermano.
-¿Kunisuke se enamoró de Yuuki? -dijo con incredulidad, no sé porque presiento que nadie se esperaba a esa pareja.
-¿Eh? ¿Có-cómo lo sabes? -preguntó aturdido.
-Tú no tienes muchos amigos, "querido" -dijo con diversión y sonrió-. ¿Quieres que te ayude con algún consejo o qué?
-Es que.....yo no sé que decirle a Kunisuke, ya sabes que yo no soy romántico -dijo suspirando.
-Si, lo sé -susurró entre dientes-. Lo recuerdo cada vez que leo la "carta de amor" que me escribiste en primer año.
-Em, no hablemos de esa tragedia ¿quieres? ¿Me ayudas? -preguntó con algo de ilusión.
-Bueno, esta bien ¿qué necesitas? -preguntó mientras se recargaba en una pared.
-Bueno, necesito que me des....no sé, algunos consejos para conquistar a mi hermano -A Kami se le podía notar una gota de sudor en la frente, se preguntaba como Ken podría ser tan estúpido de no darse cuenta que cosas le gustaban a Yuuki.
-¿Acaso no sabes que cosas le gustan a tu hermano? -preguntó, casi como un psicoanalista.
-Bueno, le gusta las novelas....
-Aja.
-Las cosas románticas, las flores, los caramelos....-sonríe recordando cuando eran niños, su hermanito se desvivía por las golosinas-. Recuerdo que una vez le sacó unos caramelos al tío Marui. Casi se vuelve loco.
-Como olvidarlo -sonrió dulcemente. Ken también sonrió y agradeció tener un novio tan inteligente como Kami.
-Gracias por ayudarme -susurró el muchacho dándole un beso.
-De nada, anda, ve rápido a decirle eso a Kunisuke, o como mucho, ve a tus clases.
-¡Ah, cierto! -susurró y salió corriendo.
Kami volvió a la acción y tomando su raqueta se adentró nuevamente a las pistas.
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Clase 2º Salón A.
Yuichi tenía la boca tan abierta que le podría entrar un enjambre de abejas cuando escuchó lo que Hikaru le dijo; Masaki estaba de igual manera, pero no con la boca tan abierta. Los dos muchachos iban a la misma clase de Hikaru, y compartían la mismas materias que él, por lo tanto eran muy unidos, aunque Masaki se llevaba mejor con Kunisuke, ya que era políticamente correcto, no como su hermanito y Hikaru, que ponían la escuela de cabeza cada vez que podían.
-¿Yuuki y Kunisuke? -preguntó Yuichi.
-Aja, y mi hermano quiere mi ayuda y ¡no sé que decirle! -Dijo angustiado-. Ustedes saben de ésto ¿qué puedo decirle a mi hermano?
-No sé, digo, yo salgo con chicos, pero nunca he conquistado o ser conquistado por alguno de ellos -dijo Yuichi, Masaki negó con la cabeza-. Supongo que le gustan esas cosas de dulces o algo así ¿flores tal vez?
-Si, a Yuuki le gustan las flores, si vieras la variedades que tiene, pero dudo que les guste verlas cortadas, es muy naturalista en eso -susurró Hikaru, Masaki volvió a negar con la cabeza.
-¿Y los dulces? Supe que una vez le robó a Marui, él tiene muchos dulces en su bolsillo, es como "el señor de los dulces", sólo basta con meter su mano para sacar montón de caramelo ¡una vez metí la mano y saqué una tarta con cosa verde arriba!
-Diuu -una cara de asco se notó tanto en el rostro de Masaki como en el de Hikaru.
-Bueno, nota personal: no debo meter nunca la mano en los bolsillos del tío Bunta -dijo negando con la cabeza el castaño de ojos celestes.
-¿Y si hablamos con Yuuki? -preguntó Masaki.
-¿Hola? ¡Yuuki es el enamorado! No deberíamos.
-Pero, tal vez él pueda decirnos que espera de un chico, digo, ya saben como es Yuuki fantaseando, debemos insinuárselo -susurró Masaki recordando la vez que le preguntó cual sería su regalo perfecto y se había imaginado todo una escena romántica para decir que quería un reloj.
-Si, pero dudo que nos diga exactamente que espera de un chico -suspiró Yuichi.
Al así los muchachos se quedaron toda la mañana y tarde pensando en como ayudar a Kunisuke, y apenas pudieron escaparse del club de tenis, fueron al lugar que más frecuentaba Yuuki aparto del club botánico y la florería; el comercio de manga shoujo. Allí vendían montones de novelas románticas habidas y por haber y normalmente Yuuki pasaba toda la tarde allí, mirando las tapas y pensando en cual debería comprar. Gracias al instinto de Hikaru y los mellizos pudieron encontrarlo en la sección "Novelas románticas" de dicho comercio.
-Hola Yuuki-chan -dijo Hikaru acercándose al muchacho.
-Oh, Hola -sonrió Yuuki con un libro en la mano-. ¿Vienen a comprar libros?
-Oh, por supuesto que no -dijo Yuichi casi riéndose.
-Yuichi no toca un libro desde jardín de niños, y el único libro que tomó, fue el de "¿Dónde está Wally?" -dijo Masaki sonriendo con sorna.
-¡Oye! No es fácil buscar a Wally entre tanta gente, no sé, si hubiera menos gente y Wally estaría más grande y las personas dejaran de vestirse igual que él, tardaría menos.
-El chiste es ese, Yui-chan -susurró Hikaru y volteó a ver a Yuuki, quien miraba con duda-. Yuuki, ¿podemos preguntarte algo?
-¿Eh? Ha-hai -susurró algo cohibido el joven de cabello azulado.
-¿Qué esperarías del chico que te amara? Digo, ¿cómo te conquistaría? -preguntó Hikaru, Yuuki se sorprendió ante esta pregunta.
-¿Acaso, alguien está enamorado de mi? -preguntó dudoso.
-¡No! Digo, no estoy diciendo que Kunisuke está enamorado de ti....digo ¡DIABLOS! -Hikaru se tapó la boca y los mellizos chocaron su mano contra su frente.
-¿Eh? ¿Kunisuke? -dijo ruborizándose.
-¡No le digas que te dijimos que yo te dije que él me dijo, que me dijeron que.....bueno, no le digas eso! -dijo apurado el muchacho y algo nervioso.
-¿Qué cosa? -preguntó Yuuki sin entender, realmente el menor de los Sanada era tan o más idiota que el mayor.
-Em. nada...-susurró.
-Bueno, dile a tu hermano -Yuuki sonrió-. Que me gustan mucho que me regalen masetas con plantas, o caramelos, me gustan los poemas sencillos, las novelas románticas....y actualmente hay una novela particularmente que me gusta -dijo mirando el libro que tenía en mano-. Pero me falta dinero.
-¡Ya! ¿Es esta? -preguntó tomando el libro que el chico tenía en la mano, Yuuki asistió-. Muy bien, entonces la compraré y le pediré a mi hermano el dinero y haré que te lo regale ¡Gracias Yuuki! Y trata de fingir sorpresa cuando te lo de.
-Hai -sonrió el muchacho.
-Bien, gracias -Hikaru se va corriendo a su casa seguido por los mellizos.
Al rato ya Hikaru estaba en su casa diciéndole a su hermano que tenía el regalo perfecto para Yuuki, por lo cual Kunisuke agradeció a su hermano y le dio el dinero del libro (en realidad un poco más ya que Hikaru le mintió sobre el valor del mismo).
Al día siguiente el muchacho se levantó temprano y se dispuso a llamar a Yuuki. Syusuke escuchó la mayoría de la conversación y cuando su hijo se fue le dijo a Kunimitsu lo que había escuchado y ambos siguieron a su primogénito hasta un parque, allí quedaron detrás de un árbol hasta que vieron caminar por el caminito a Yuuki, quien parecía realmente un ángel con lo que llevaba puesto.
-Ho-hola Yuuki -susurró Kunisuke, algo nervioso.
-Hola Kunisuke -susurró también el muchacho sonriendo.
-Em....yo....quería....darte algo -dijo sacando de su espalda un libro con un moño-. Toma, es para ti.
-¿Eh? ¡Ah! -miro que efectivamente era la novela que quería-. ¡Kunisuke, muchas gracias! Es la novela que siempre quise pero... ¿por qué? -preguntó sorprendido.
-Este....es mi manera de......de.....-mira su mano donde tenía anotado lo que iba a decir, pero estaba sudando y eso hacía que la tinta de la lapicera se borre-. Etto, yo......tú.....nosotros.....me.....me gustas -soltó.
-¿Eh? -Yuuki se sorprendió, pero suavizó su rostro con una sonrisa comprensiva, tomando la mano de Kunisuke-. Tú también me gustas, Kunisuke.
-Entonces.....este.... ¿somos novios? -susurró algo avergonzado.
-Creo que si....-dijo sonriente.
-¡FELICIDADES! -un grito los hizo casi caerse cuando detrás de los árboles salieron Yuichi con un pastel, Masaki con un estereo a pilas, Ken con una gaseosa (de preferencia coca-cola), Kaname y Kami con caramelos.
-¿Qué hacen aquí? -preguntó sorprendido y ruborizado el menor de los Sanada.
-Venimos a festejar que se pusieron de novios -Ken abrazó a su hermanito-. Si te hace sufrir lo mataré.
-Jejejeje -Kunisuke rió nerviosamente.
-¡HA BAILAR! -gritó Yuichi, apretó play y el estereo se prendió dejando oír una música rítmica.
Syusuke sonrió mirando como su hijo y Yuuki se besaban, ante la mirada celosa de Ken, que pronto fue desviado ya que Kami empezó a besarle el cuello, lo que hizo que se apartara bruscamente y tosiera con nerviosismo.
Kunimitsu besó a su esposo y le acarició la mejilla, realmente había pasado mucho tiempo, y ahora su hijo empezaría su vida, tendría sus hijos y por ende se alejaría de ellos, volvería y maduraría por si solo.
-Los niños crecen rápido -susurró Syusuke.
-Si -musitó, Kunimitsu de pronto sintió una mano en su hombro y voltearon.
-A partir de hoy somos parientes -dijo Yukimura, quien se encontraba junto a Sanada.
-¿De donde vienen? -preguntó Syusuke.
-Del hospital -sonrió Yukimura-. Estoy embarazado por tercera vez.
-¿Eh? -Kunimitsu y Syusuke se sorprendieron, pero el castaño de ojos celestes miró a su marido con los ojos llenos de lujuria-. ¿Mitsu?
-No.
-¿Por qué no?
-¡Ya tenemos dos!
-Anda Mitsu.
-No -volvió a repetir mientras se alejaba, Syusuke lo seguiría convenciendo durante toda la tarde. Y si eso no funcionaba, aun quedaban los jugos de Inui.
Fin.