Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡¡Llego el recreo!! por g_mym

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Quiero comentar que no es el primero que escribo, pero si el primero que publico, y sin mas dejen sus comentarios lo que sea que me ayude a mejorar, espero sea de su agrado publico conocedor, agradecimientos especiales a Violepaty que me alento a que lo publicara por que para ser sincera no lo iba a hacer me da pena, mucha pena, pero aqui les dejo mi creacion.

Notas del capitulo: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Disfrutenlo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

¡¡Llego el recreo!!

–¡¡Ahhhaaa!! –no puedo dejar de gemir cuando siento tus caricias, tan descaradas como solo tú sabes hacerlas, como solo tú sabes que me gusta y que me encanta, mi cuerpo se calienta simulando a la perfección a un volcán en plena erupción.

–¿Te gusta esto? ¿O sería mejor dejarlo así? –¿Qué clase de comentario es ese?, ¡¿Acaso no estas viendo mi erección!?

–Yuki no baka –trato de hacerte creer con mi mirada que estoy molesto… pero nunca lo logro, el placer que me causas se refleja en cada rincón de mi cuerpo.

–Ummm, te vez tan sexy –me encanta cuando pasas tu lengua sobre tus labios delineándolos seductoramente, tal y como lo acabas de hacer.

–Yuki, apresúrate, no lo soporto más, tengo tantas ganas –deslizo mi mano, sobre tu pecho aun vestido por la camisa del uniforme, hasta llegar al pantalón, bajo aun más mi mano hasta que al fin toco el objeto por el que tan desesperadamente clamo… y lo aprieto, no tan fuerte, ni tan despacio, sino como se que te gusta.

–¡Humn! –cuando escucho esos gemidos roncos, guturales, me prendo… me prendo tanto, Yuki Eiri,  cuanto te deseo, cuanto te quiero, tengo miedo de perderte; el tener sexo contigo fue la única forma que encontré para estar cerca de ti.

No dejo de sentir temor, aquí en la azotea cualquiera podría descubrirnos, pero cuando tus caricias comienzan sinceramente no puedo detenerlas, mi cuerpo pide más y tú lo notas.

–¡¡Hunnmm!! ¡Ah Yuki! –mis ojos te piden más, mi cuerpo clama por más, ¿Por qué eres tan malo conmigo? No te pido nada, ni una relación, ni más tiempo del que me puedas dar, lo único que con palabras mudas te pido es esto, y no es que me desagrade la idea de una relación formal, pero…

–¿Pero que son esos lujuriosos sonidos?, ¿Acaso necesitas una nueva lección? ¿Quién diría que el bullicioso y chillón Baka es tan sensual? –no me digas esas cosas, sólo hazlo, haz lo que quieras conmigo, sabes que aunque me oponga me encanta todo lo que me haces.

–Yuki, deja ya mis pezones –te ruego con mi mirada vidriosa como respuesta a tanta excitación, mientras abro un poco más mis piernas para hacerte espacio; luego siento como presionas tu cuerpo contra el mío, haciendo que la rejilla en la que estamos recostados emita un nuevo chirrido.

–Entonces deberías hacer algo, yo me aburro de hacer casi todo ¿Sabes? –mis mejillas se encienden como brazas, se muy bien a que te refieres, es una practica que últimamente se ha vuelto tu favorita.

Comienzo a deslizar mi mano por tu pecho y desabotono tu camisa para luego dejarla caer libre en el suelo, con mi tímido dedo índice delineo todo tu vientre, subo mi mirada sólo para darme cuenta que me estas viendo a la cara sin perderte ni un solo gesto, me apeno tanto.

–Yo sólo quería almorzar contigo ¿Sabes? –le reprocho, para tratar de disimular toda la vergüenza que su mirada me causó.

–Pero esto no esta mal ¿O me dirás que no te agrada que te acaricie, que te bese?, además desde que apareciste por esa puerta, sentí a cierto ocupante del lado sur reaccionar –tus dedos comienzan a acariciarme nuevamente, sabes muy bien cuales son mis zonas erógenas, sin decirte las descubriste.

Vuelvo a retomar mis caricias, pero un sonido me obliga a volver a detenerme, te tomo de la mano y te jalo con todas mis fuerzas, para tratar de cubrirnos tras una pared, te recuesto en ella, topándome a ti y cubriendo con mi mano tu boca, para evitar cualquier sonido que pueda delatar nuestra presencia en ese lugar.

–Yuki-kun, ¿Esta por aquí? –demonios es nuestro profesor de matemáticas, los pasos se acercan amenazadoramente, pero se detienen, escucho una risita y luego los pasos alejándose ¿Qué habrá pasado?

Una extraña sensación me saca de mis pensamientos, es tu lengua que se desliza lascivamente por la palma de mi mano, que aun sigue cubriendo tus suculentos labios, mis mejillas se vuelven a sonrojar, tu lengua se sigue deslizando hasta alcanzar la punta de mi dedo medio, y luego lo introduces provocativamente en tu boca, que en este momento se siente muy caliente, saco mi dedo, y te beso, tu tomas el control del beso en el instante, muerdes mi labio inferior y lo succionas, noto un sabor metálico, mi labio esta sangrando, y el liquido se desliza por mi comisura, tu lengua toma ese liquido y mientras la deslizas sobre mis labios comienzas a introducirla en mi boca, se siente tan sabroso, tu lengua es deliciosa, al sentir el suave contacto no puedo evitar mover mi lengua también, esto es adictivo nuestras lenguas se acariciaron hasta que sentimos que ya no podemos respirar.

–Entonces, vas a hacer algo por mi o no –te miro fijamente, tu diriges tu mano y sacas tu pene totalmente erguido, es grande y grueso, ¡Santo cielo!, mi respiración se detiene por unos segundos, aun no puedo creer que todo eso quepa en mi interior, me éxito tanto que casi tengo un orgasmo con solo vértelo.

Por acto de reflejo, me dejo caer hincándome frente a ti, tomo con mi mano la parte inferior de tu prominente miembro para así evitar que se mueva mucho y comienzo a lamer la punta, doy un pequeño soplido que me deja escuchar una vez más tu ronca voz gimiendo, casi no lo haces, es mas, estos soniditos son casi inaudibles, si yo estuviese más agachado seguro que no los escucharía. Muerdo con cuidado pero arrebatadamente la suave piel que cubre toda tu extensión, para luego lamer desde la base hasta la punta, el liquido pre-seminal amenaza con hacerse presente y lo engullo por completo, saboreando mientras chupo, succiono, esta es mi comida favorita y solo tú puedes dármela, aligero mis movimientos a petición de la mano que tienes sobre mi cabeza, siento que me vas a arrancar algún mechón de mi rosado cabello por como lo has sujetado, pero realmente en este momento es lo de menos, separas mi boca bruscamente, y mis ojos se centran en los tuyos en una pregunta que tu sabes deducir muy bien.

–Detente, ya estoy en mi limite, y quiero probar esa pequeña cosita que me pertenece solo a mi, así que espero que estés preparado –mi respiración se agita, estoy tan caliente que ya ni siquiera pienso bien lo que hago, me doy vuelta y me pongo en cuatro, introduzco tres de mis dedos de un solo causándome dolor, pero no me importa necesito su increíble cosa apuñalándome, penetrándome, moviéndose adentro y afuera rítmicamente.

–Métemela ya ¡¡Haaaahh!! –siento como mi pene se endurece a un más a causa de mis propias palabras, soy un pervertido, un maldito pervertido.

Miro como te acercas y te dejas caer de rodillas frente a mi trasero, separas mis glúteos y pones la cabeza de tu pene acariciando todo ese lugar, lubricándolo, pero necesito que lo metas ya, vuelvo mi cara hacia atrás para observarte, encontrándome con la sonrisa divertida pero lujuriosa en tu rostro, mientras deslizas tu miembro acariciando mi entrada.

–¡¡Maldita sea Yuki Eiri!! ¡Dije que me la metieras! –diriges tu mano hacia mi rostro y lo tomas; me jalas hacia atrás para besarme, ocasionando así una penetración profunda y de una sola estocada, yo únicamente ahogo un gemido en tu boca.

–Shuichi ¡¡Haaa!! Sigues siendo demasiado estrecho –esto es estupendo, mi mente esta en blanco.

Comienzas a moverte en un va y ven adictivo, quisiera pasar así el resto de mi vida, sinceramente no me importaría, mientras sea contigo; me penetras firme y fuertemente hasta el fondo, tocando una y otra y otra vez mi próstata, me siento morir cada vez que tocas ese lugar, es tan placentero cuando el dolor ya se a esfumado, siento como me jalas hacia atrás mientras dejas tu cuerpo caer un poco hacia atrás quedando yo sentado en su erección, tu pene se siente tan duro, palpitante y caliente, siento a la perfección como embiste en mi interior, yo dirijo uno de mis brazos hacia atrás atrayendo hacia mi cuello tu rostro, dejo caer en tu hombro mi cabeza, y lamo el lóbulo de su oreja, se que ese punto es erógeno y que te enloquece que lo acaricie con mi lengua, tu mano hace que mi cabeza deje expuesto el lateral izquierdo de mi cuello y tu aprovechas para mordisquearlo dejando pequeños chupetones, como una advertencia a que este cuerpo ya tiene dueño, con cada embestida un nuevo gemido se escapa de mi garganta, ambos estamos por terminar, el movimiento de tu cadera me lo avisa, mis músculos comienzan a contraerse envuelto en un delicioso orgasmo, me corro en tu mano, luego de tres embestidas logro sentir el viscoso y caliente semen saliendo de ti, te viniste en mi interior, en un lugar muy profundo como siempre; mis uñas se entierran en tu brazo, mientras tu vuelves a morder fuertemente mi labio inferior.

Sales cuidadosamente de mi interior, cosa que me extraña, me miras con tu rostro relajado, envuelto en tranquilidad y sexualmente satisfecho, me levanto recojo mis cosas y comienzo a arreglarme, ya no es necesario que esperemos luego de tener sexo, mi entrada ya se ha amoldado a ti, así que ya casi no me duele luego del acto, después de ponerte tu pantalón diriges tu mirada a mi.

–¿Y mi camisa? –me preguntas

–Yo que se, es tu ropa no la mía –me sonrojo, es decir ¿Cómo lo voy a recordar si mi mente apenas procesa cuando estoy junto a ti?

–Vaya, hace algunos minutos estabas tan manejable, hasta rogándome, de todos modos recuérdalo porque tu me la quitaste –mi cara se ilumina, tienes razón.

–Entonces debe estar por la cerca, ahí te la quite –te regalo una de mis mejores sonrisas, tu te aproximas y me besa, un beso profundo y húmedo.

Ambos salimos de detrás del muro y ¡Oh vaya sorpresa!.

–Yuki-kun, Shindou-kun, deberían tener cuidado, la azotea de la institución no es para hacer este tipo de cosas –¡¡Santo cielo es el profesor!!, no puedo reaccionar, sólo puedo ver como se me acerca y pone la camisa de Yuki en mi hombro– Tus gemidos son un buen afrodisíaco Shindou-kun, vaya si se me puso dura con sólo escucharlos, me pregunto ¿Y si los hubiese visto? ja ja ja ja –Se va, no nos va a castigar, bueno quizás sólo sea suerte, rayos ahora entiendo la risita que escuche después de los pasos, ese profesor es un pervertido.

–Shuichi, no quiero verte cerca de ese profesor ¿Entiendes? –me vuelvo hacia ti, estas tan serio, pero… ¿Qué significa esa mirada? Acaso esta celoso por lo que me dijo el profesor.

–No te preocupes, yo soy sólo tuyo –te sonrío, y me acerco para besarte nuevamente.

–No pienso compartirte con nadie –diriges tus labios a mi cuello y dejas otro chupetón, ni te imaginas cuento te amo Yuki Eiri.

–Pero no hay nada que me una a ti –trato de molestarte.

–Que no te basta mi amor baka –mis ojos se abren como platos, y lo único que logro hacer es sonreírte y correr hacia ti para abrasarte.

–¡¡¡¡Te amo Yuki!!! –grito en tu oído, para luego sentir un puñetazo en mi rostro.

–¡Idiota!, no grites así aquí –te acercas y me tomas de la mano, es hora de nuestra siguiente hora clase, y yo aun no alcanzo a entender el porque de tus repentinos cambios de animo.

******FIN******

Notas finales: Espero que les haya gustado mi idea y que hayan disfrutado je je je je je, dejen sus comentarios plis

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).