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Wait for the silence. por Fancy cat

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Notas del capitulo: ¡ y sólo queda uno para el final!
 

Riiing

 

 

Ugg.

 

 

Yuki abrió los ojos despacio, intentando ignorar el teléfono. Desafortunadamente, éste no dejó de sonar.

 

 

Mierda.

 

 

Se arrastró fuera de la cama lentamente, medio tropezando en el intento.

 

 

Más les vale que sea algo importante, o si no se acordarán.

 

 

Finalmente cogió el teléfono. Mirando hacia abajo, a la mesita, vio una nota.

 

 

Shuichi. Pequeño estúpido.

 

 

Descolgó.

 

- ¿Sí?

 

 

- ARRG! -La voz de Shuichi, fuerte, clar, angustiada, lo asustó.- ¡Está muerto! ¡Ryuichi Sakuma está muerto! ¡Yuki!

 

 

¿Qué demonios?

 

 

- Cálmate. ¿Qué está pasando? -Oyó un tropiezo al otro lado de la línea, y algo que parecía una riña. Una voz más profunda reemplazó la de Shuichi. -Hola, Eiri-san.

 

 

- Tohma, ¿qué coño está pasando? Me habéis despertado.

 

 

- Lo siento Eiri, Shuichi insistió en hablar contigo."

 

 

- Sí, sí. ¿Dónde estáis?

 

- Donde debemos estar a estas horas. En NG.

 

 

- ¿Y qué ha pasado?

 

 

De repente oyó ruidos procedentes del estudio: Shuichi sollozando descontroladamente, Hiro intentando calmarlo, algo parecido a un tiro.

 

 

No hay tiempo para aburrirse cuando Shuichi o Tohma andan cerca.

 

 

- ¿Vas a decirme qué pasa sí o no? - La voz de Tohma sonó quebrada, como si intentara no llorar.

 

- Ha pasado. . . Bueno, Shuichi no se sentirá bien por una temporada. . . Ninguno de nosotros lo haremos.

 

 

- Tohma si no dejas de dar rodeos-

 

 

- Ryuichi está muerto.-lo interrumpió, como si hubiera necesitado tomar fuerzas para pronunciar aquellas palabras.

 

 

Silencio.

 

 

- ¿Qué? -Tohma ya no estaba al teléfono.

 

- Yuki, mi dios ha muerto. Ryuichi, el genial vocalista de Nittle Grasper... Ha muerto.

 

 

Era Shuichi de nuevo, esta vez bajo control.

 

 

- ¿Qué? ¿Él? ¿Tu gemelo perdido?

 

 

- No bromees. No tiene gracia. Ven aquí, Yuki, por favor.

 

 

Será mejor que vaya. Si alguien ha muerto, y Shuichi está sufriendo, alguien tendrá que pagar por ello.

 

 

- De acuerdo, ahora voy para allá.

 

 

 

La oficina de Tohma estaba sumida en una especie de caos: Noriko estaba en el sofá, desmayada. Hiro tocaba ausentemente la guitarra; emitiendo una música escalofriante. K apuntaba con su pistola hacia el cielo. Fujisaki miraba a Hiro con algo de interés, pero parecía perdido en sus propios recuerdos. Tohma estaba sentado en su escritorio, observando un conejo rosa.

 

 

Shuichi, su Shuichi, estaba enroscado en el suelo, en posición fetal.

 

 

Oh, Dios.

 

 

Yuki entró en la habitación, aún indeciso. Nadie se dio cuenta de su presencia excepto Tohma, que asintió levemente con la cabeza.

 

 

Cielos, Ryuichi realmente era un dios para ellos. No sólo para Ukai y Tohma, también para Shuichi y gran parte del panorama musical japonés. . . Se acercó a Shuichi y colocó una mano sobre su hombro.

 

 

-¿Estás bien?- Una voz rota respondió.

 

 

-No. - Yuki suspiró.

 

 

-Tan sincero como siempre. Vamos, te llevaré a casa.

 

 

- Bien. -Shuichi luchó por ponerse en pie. Cuando lo consiguió, necesitó la ayuda de Yuki para caminar. Tohma miró hacia él.

 

 

- Será mejor que se quede en casa unos días. La prensa va a mortificarnos.

 

 

Yuki notó la ironía en su voz. Le sonrió débilmente.

 

 

 

Al día siguiente, la prensa ya estaba al corriente de la noticia.

 

 

Muerte de Ryuichi Sakuma

 

 

El rey de la música japonesa, Ryuichi Sakuma, muerto

 

 

Sakuma, de Nittle Grasper, muerto

 

 

Yuki lanzó el periódico a un lado. Le echó una hojeada a Shuichi; estaba coloreando una hoja con rotuladores azules.

 

 

-¿Qué estás dibujando?

 

 

- Ryuichi. Como él solía hacer.

 

 

- ¿No deberías usar colores más brillantes?

 

 

- Los tiré todos. Ha llegado el correo. -Yuki miró el reloj.

 

 

- Voy a recogerlo Tú quédate aquí; no hagas nada estúpido.

 

 

- Sólo dibujaré.- anunció, empezando a dibujar de nuevo.

 

 

 

- Algo de Tohma para ti - dijo Yuki, extendiéndole una carta.

 

 

- ¿Qué es?

 

 

- No lo sé. Ábrelo y lo verás. -Shuichi abrió el sobre. Un grito ahogado escapó de su garganta al leerla; la lanzó a un lado y comenzó a llorar. Yuki actuó por puro instinto, abrazando fuertemente al muchacho mientras éste se desahogaba; le echó un vistazo de reojo a la carta.

 

 

`Shuichi-san, sé que es duro pero, ¿podría encargarse usted del funeral de Ryuichi?'

 

 

Tohma, cabrón.... va a haber un funeral doble en cuanto dé contigo...

 

 

Estrechó a Shuichi entre sus brazos.

 

 

- Sácalo todo. Simplemente déjalo salir. Luego te sentirás mejor; no mucho, pero bueno, siempre es mejor que dejarlo dentro, ¿comprendes? -sintió la cabeza de Shuichi asintiendo contra su pecho, y las lágrimas que volvían de nuevo.

 

 

 

Tres días después Yuki y Shuichi entraron en el templo.

 

 

Se me hace raro ir con traje otra vez.

 

 

Le echó un vistazo a Shuichi; éste vestía un traje por primera vez en su vida. Shuichi levantó la mirada, su cara pálida. Yuki puso una mano sobre su hombro.

 

 

- No tendrías que estar aquí.

 

 

Shuichi sonrió, cosa que no había hecho durante los tres últimos días. Desde entonces, la mitad del tiempo se lo había pasado durmiendo o perdido en sus pensamientos.

 

 

Tohma estaba al lado de la puerta.

 

 

- Eiri-san, Shuichi-san -Yuki movió la cabeza a modo de saludo; Shuichi no le respondió. - Uhm.. Mejor id a hablar con Noriko... A mí no se me dan bien estas cosas. -Admitió, bajando la mirada.

Sus ojos miraban algún punto indefinido del suelo, probablemente estaba pensando en Ryuichi. De repente se rió.  - Era muy estúpido. Siempre estaba haciendo tonterías, y entonces todos le gritábamos. Pero en el único momento en que  hizo algo realmente estúpido ninguno de nosotros estaba allí para impedírselo... - Los ojos de Tohma brillaban. -Disculpadme.-murmuró mientras se perdía entre la oscura masa de gente.

 

 

Mejor buscar a Noriko, como dijo Tohma.

 

 

Sólo pudieron dar unos cuantos pasos, antes de que alguien abrazara a Shuichi por detrás.

 

 

- Ey, Shu. - El cabello rojo lo descubrió. Shuichi dio media vuelta y se abrazó a su amigo. -¿Cómo has estado?

 

 

- No muy bien... La verdad es que he estado durmiendo casi todo el tiempo.-Hiro asintió.

 

 

- Sí, probablemente sea lo mejor... ¿A dónde ibais?  -Shuichi miró fijamente la masa de gente.

 

 

- Intentábamos encontrar a Noriko.

 

 

- Ahh. Er, Shuichi.... Ellá está... Está al lado del...ataúd...

 

 

Yuki se movió ligeramente. Ataúd... Kitazawa. Shuichi tomó la mano de su amante, obligándolo a dejar de pensar en aquello.

 

 

- Vamos, Yuki.... No puedo hacer esto sólo...-Hiro se perdió entre la gente. Yuki llevó al chico a donde estaba el ataúd.

 

 

Hay mucha gente... Pero no de lo más cercano, si Tohma estaá saludando y Noriko junto a Ryuichi.

 

 

Amablemente, el escritor guió a Shuichi hasta Noriko. Ella estaba llorando, pero parecía como si intentara dejar de hacerlo; sonrió brevemente en cuanto vio al chico, y le dio un pequeño abrazo.

 

 

- Me alegro de que estés aquí, Shu-  fue todo lo que dijo antes de dar media vuelta. Yuki hizo lo mismo, y se encontró con el siguiente obstáculo que tendría que superar su amante: el propio Ryuichi.

 

 

Santo cielo.

 

 

Tenía buen aspecto, al menos. Solamente estaba un poco pálido. Vestía unos vaqueros y una camiseta, Kumagoro colocado entre sus brazos, una expresión determinada en el rostro.

 

 

Shuichi sollozó, y comenzó a susurrar sin parar.

 

 

- No está muerto, no puede estarlo, no Ryuichi, no muerto, nunca muerto...

 

 

Yuki agarró al cantante por los hombros.

 

 

- Escúchame, Shuichi. Sé que es duro, pero debes entenderlo. La muerte forma parte de la vida. La gente muere cada día, Shuichi, y nos está permitido llorar su muerte, pero a su debido tiempo deja de doler. Sólo tienes que dejar que el tiempo pase... Quizá no enseguida, pero dentro de unos años a lo mejor lo comprendes.

 

 

Shuichi Levantó la vista hacia Yuki; sus ojos estaban húmedos, no por Ryuichi, si no por Kitazawa y él mismo.  Lo abrazó, luego se arrodilló frente al ataúd. Yuki observó como la expresión del cantante iba cambiando mientras miraba a Ryuichi. Pasaron unos minutos antes de que se levantara.

 

 

- ¿Estás bien?

 

 

Shuichi sonrió.

 

 

- Le he dicho que mi próxima canción será para él... Y que voy a convertirme en el mejor de todos..."-Yuki puso una mano sobre el hombro de su amante.

 

 

- No estaría tan seguro de ello. -Shuichi frunció el ceño, y luego le dio un codazo en la tripa. Una voz puso fin a la casi sangrienta pelea que se avecinaba.

 

 

- Por favor, que todo el mundo ocupe su asiento. - Tatsuha apareció, ataviado con su ropa de monje.

Tohma apareció al lado de los dos hombres.

 

 

- Pensé que él debería hacer los honores." Yuki asintió con la cabeza, luego empujó a Shuichi hacia delante para ir a sentarse.

 

Notas finales:  

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