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Vacīvus por OdiumAmoris

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Chapter VI

Omisión


 

 

Lo había dejado pasar, no por su orgullo ni dignidad, sino por sus hijos. Nunca los había visto tan felices desde que Kakashi por fin aceptó hablar con él, y desde aquel momento supo que su ex-sensei se sentía tan o más culpable que él mismo al no poder desviarlo como quiso. Vio con satisfacción cómo su antigua compañera de equipo, Sakura, procedía a ayudar a sus hijos a preparar el almuerzo dándoles aquel calor maternal que él nunca pudo otorgarles y pensó que en tan poco tiempo las cosas mejoraron exuberantemente.

Todos los días Naruto llegaba a casa con una sonrisa y la mirada de remordimiento cada vez que posaba sus zafiros orbes en él, comprendía aquel hecho pero aún así se sentía enojado con él, pero ya no estaba pensando en su propia satisfacción. Sus ébanos orbes viraron hasta los niños que corrían y vitoreaban por la casa y decidió que lo más conveniente era omitir todo aquel problema, empezar de cero aunque su orgullo le doliese y su dignidad bajara una escala, lo que tampoco quería decir que necesariamente tenía que comportarse como suponía que debía de haberlo hecho.

—Sasuk--—

—Niños, vamos a lavarnos las manos.

Omitiría el hecho de que Naruto existía en su casa.

Sólo por ahora...


 

El rubio admiró con dolor como el mayor desaparecía de su alcance, su sonrisa menguó y sus azules orbes dejaron de brillar.

—Tenle paciencia. Si no te echa de casa es porque los niños te quieren... lo mejor que puedes hacer para ganártelo a él es ganarte a los niños.

Y tan rápido como vino, Kakashi se perdió entre los pasillos de la vasta mansión Uchiha. Sus pensamientos se dirigieron al Uchiha mayor quien nuevamente aparecía en escena con su caminar tranquilo —culpa de las heridas— y rostro impasible, pasó por su costado sin dirigirle la mirada y se sentó en la mesa con tanta tranquilidad que estuvo a punto de gritarle.

¿Por qué? ¿Por qué lo hacía sufrir tanto?

Podía ser un idiota pero también tenía sentimientos, sabía que lo que había hecho estaba mal pero esto ya era la cúspide de toda su agonía.

Al terminar de cenar vio al mayor de los Uchiha encaminarse hasta la habitación de los niños en donde los aseó  y preparó para dormir plácidamente después de tanto tiempo sin poder hacerlo. Observó en silencio cómo ante cada nimia muestra de cariño los niños parecían sonreír más y tras un inexpresivo "duérmanse" los gemelos asintieron y cerraron sus orbes.

Sakura se perdió en una de las habitaciones  y Kakashi dijo que tardaría en ir a dormir así que salió. No le tomó atención y ya cuando en aquella mansión no se sentía ni un ruido decidió trabajar. Tenía muchos documentos acumulados debido a que en estos últimos días había estado más preocupado de Sasuke que de su rol como Hokage. Por eso a las dos de la mañana, con el cansancio a flor de piel, decidió tomarse una taza de café y cuando volvió —no se había demorado más de diez minutos— el que era su amigo y motivación amorosa yacía sentado en la mesa timbrando algunos documentos en completo silencio.

Pensaba decir algo pero se vio absorbido por la presencia contraria, realmente no quería echar a perder aquella atmósfera.

No era omisión...

Solamente quería comenzar de nuevo y era él mismo quien impedía aquello. Se abstuvo de darle las gracias y siguió trabajando al costado de él en silencio, con completa armonía y su indescifrable nueva felicidad.


 

Cuando Uchiha Sasuke volvió a aparecer entre los civiles de Konoha al costado de Naruto supieron que ya no el podrían hacer nada, era como si antes de eso nunca hubiesen hecho algo por odiar al Uchiha y los que alguna vez compartieron algo con él se acercaron en el noble plan de conocer su nueva vida.

Kaiya y Eri eran la revolución de la aldea, niños Uchiha con grandes poderes, revoltosos como todos los niños pero sabios como pocos. Infantes maduros sin pretenderlo y sin que su padre quisiese. Sasuke nunca  habló mucho de la madre de sus hijos, sólo al definió como una persona normal que le había dado nuevas metas en la vida y eso era precisamente lo que a muchos le incomodaba.

No era fácil para Sasuke aceptar una nueva vida, y que una desconocida lo haya hecho era innegable que en el corto período que estuvo con ella él fue mediana o completamente feliz, ¿es que acaso nadie podría contra eso?

Minutos, horas, días, meses... años, no importaba cuánto había pasado, ella seguía latente en la memoria de cualquier persona que tenía entre sus metas conquistar el frío corazón de Sasuke y para Naruto aquello era una proeza.

Para cuando los niños cumpliesen cuatro años el ex-vengador quiso hacerles un cumpleaños como correspondía. Tanto el rubio como la de cabellos rosas y su maestro se sorprendieron, él no era de eventos sociales ni mucho menos, algo que sí cualificaba entre las acciones del pelinegro era abstraído y algo anti-social, pero les fue sorpresivo de todas maneras viéndose ayudar  hacia la noble causa.

—¡Chichiue, Suigetsu-nii-chan vino con Karin-san y Juugo-san! —gritaba un gemelo, Eri si mal no recordaba el rubio.

—¿Suigetsu? —el ‘líder' de Taka bajo a pasos tranquilos, viendo cómo el rubio parecía fulminar a su equipo con la mirada. Pasando por alto aquella muestra de celos, se encaminó hasta el grupo ahora compuesto por tres personas y frunció el ceño -, ¿qué demonios hacen aquí?

Su habitual manera de hablar no amedrentó al de cabellos claros ya que con su sonrisa parecía más que dispuesto a molestarlo un poco más de la cuenta.

—No seas amargado Sasuke. Recordé que mañana es el cumpleaños de los enanos y los vine a visitar. En el camino me encontré con estos dos idiotas y pensamos que sería buena idea venir a ayudarte, después de todo el año pasado hicimos lo mismo.

El año pasado.

¿Cuándo se había perdido Naruto de la vida de Sasuke? El Uchiha parecía haber llegado cuando Naruto sólo era Hokage, él no se había perdido nada de su vida todo seguía siendo igual incluso su ahora precaria relación; pero con Sasuke era distinto. Tenía hijos, ¿amigos?, celebraba cumpleaños, estaba más maduro de lo que recordaba y a la vez más distante.

Era molesto.

—Juugo-nii-san, ¿nos trajo regalos? —dos pares de manos se alzaban en busca de un presente que el mayor del equipo traía en su bolsa. Les sonrió y asintió sin decir palabra, pasó sus regalos y estando a punto de abrirlos Sasuke se los quitó de las manos ante las enfurruñadas miradas de sus hijos.

—Mañana. Hoy no es su cumpleaños, así abrirán todos los regalos de una buena vez.

Todo parecía volver a la normalidad. Haruno trajo globos y las chucherías correspondientes para una fiesta infantil, Kakashi fue en busca del pastel colocándolo en el refrigerador y Sasuke tomó todos los regalos que entre los que estábamos en la casa habíamos comprado y los fue a esconder. La de rojos cabellos parecía estar entretenida molestando a Suigetsu y los pequeños se reían ante eso y jugaban con ellos.

¿Cuánto?... ¿cuánto tiempo había perdido ya?

Incluso Sakura parecía adaptarse a la sana convivencia familiar dando tímidas preguntas al Uchiha y este le contestaba como siempre pero, ¿por qué él no sentía el mismo trato?, ¡¿Qué había de diferente maldita sea?!

Omisión... se sentía omitido por el Uchiha.


 

Al otro día la casa parecía llena de vida, niños correteando por todos lados -los amigos que se habían hecho cuando salían a los parques-, globos, serpentinas, piñatas con forma de shuriken. Canciones infantiles, y adultos quienes vigilaban que los niños no se fueran a golpear fuerte. La gran frívola mansión Uchiha rebosaba de alegría cosa incomprensible para los antiguos ¿amigos? De Sasuke y Naruto.

—Quién es usted? —Shikamaru bajo la mirada hasta encontrarse a un niño de negros cabellos con orbes amatistas. Arqueó una ceja y equilibró qué decir antes de abrir su boca para contestar.

—Estudié con tu padre, tío Naruto  y tía Sakura en la academia ninja —explicó con más claridad. Sus orbes volvieron a perderse en la singular imagen de un Sasuke conversando con Ino.

—¿Usted es amigo de Chichiue? —indagó el menor nuevamente.

—No, sólo su ex-compañero de curso —admitía el Nara ya más cansado.

—¿Usted--—?

—Eri deja de molestar a Shikamaru, ve a jugar con tu hermano y los demás críos.

—¡Sí Chichiue! —el menor salió corriendo al patio y comenzó rápidamente a corretear entre las mesas y juegos mientras su padre volvía a la conversación con Ino, al parecer era lo suficientemente divertida como para que el Uchiha hablara más de lo habitual por lo cual la mayoría de las miradas recaían en la pareja que realmente estaba hablando. El rubio que respondía al nombre de Naruto frunció el ceño, ¡¿Por qué demonios Sasuke hablaba más con Ino que con él?

Lo sentía, sentía las miradas de sus ex-compañeros y convivientes sobre él, aquellos orbes sorprendidos y confusos ante el hecho de que él hablará... realmente lo sentía pero poco le importaba.

—Pero... cuando estaban en el séptimo mes ¿ella no sintió dolores lumbares? —Sasuke  afiló su mirada como la clara señal de estar pensando algo. Yamanaka era insistente pero realmente —muy en el fondo— estaba algo feliz de que alguien necesitara su opinión para algo, aunque sea el cómo afrontar un embarazo.

—Los dolores empezaron el cuarto mes cuando su cuerpo comenzó a prepararse más adecuadamente. Recuerdo que le dolían mucho las caderas y la espalda. Para eso son las compresas calientes o los baños prolongados dan más circulación. ¿No deberías preguntarle a alguien que sepa medicina Yamanaka? —cuestionó el Uchiha arqueando una ceja.

—Ya te lo he dicho Sasuke-kun, nadie sabe que estoy embarazada y realmente me da temor decirlo.

—Pues pierdes el tiempo, al segundo mes tus niveles de chakra comenzaran a dirigirse a tu vientre para ayudar a la crianza de tu bebé. Se darán cuenta.

Ino estaba embaraza y qué mejor que preguntarle a un padre cómo criar a un pequeño demonio.

—Kaiya no molestes a Hana que te morderá! —gritó el mayor desde su posición al sentir cómo su serpiente se movía inquieta en su lugar.

—¡Pero Chichiue!

—¡Ya te dije!

—Sí...  —aceptó algo abrumado.

Para muchos era imposible concebir el hecho de que Sasuke actuara como padre responsable, que dejara entrever sus sentimientos con sus hijos, ser preocupado y expresivo con ellos y que ahora realmente se diera el tiempo de conocerlos a ellos, compartir su tiempo aunque sea escuchándolos o frunciendo el ceño y no dejándolos de lado como siempre.

Aquella noche, cuando ya los niños no daban más por el cansancio acumulado en aquel día de fiesta, los amigos y conocidos del Uchiha abandonaron su mansión con un extraño pesar, remembrando cada momento como si fuera una falacia en vida pero no era así y eso era precisamente lo que lamentaban. Cavilaciones, conclusiones, pesares  y sobre todo angustia se sentía en los alrededores.

Estaban tan maravillados como aterrados, lo querían cerca y lejos a la vez porque sentían que pronto él estallaría e innegablemente el que estuviera al costado suyo sufriría las consecuencias. Realmente se apiadaban de Naruto.

No era secreto que el rubio sentía algo superior a una llana amistad por el Uchiha como también sabían que aquello no era realmente sano permanecer al lado de una persona que no te admitía en su vida. Es por eso que Sakura y Kakashi hacían hincapié en no dejar que Naruto se involucrara más de lo que ya tenía pero les era imposible; era la obsesión personificada y realmente temían porque en el hoyo que se encontraba Sasuke en esos momentos fuera lo suficientemente fuerte como para arrastrar al rubio.

Y lo que temían se volvió realidad... y la realidad era más dolorosa que las quimeras: Naruto había caído con Sasuke.


Notas finales: ¡Hola!, hace tiempo que no actualizaba, creo que leer como endemoniado muchos mangas me vuelve algo descuidado, realmente lo lamento.

Como se habrán dado cuenta estos serán los capítulos finales. Me gustó mucho escribir Vacivus pero es hora de que llegue a su fin. Si bien Sakura actúa como madre y Kakashi como abuelo, Naruto siempre está en constante busca de que el Uchiha lo note —realmente siempre ha sido así—... por lo cual creo que no sería muy distinto. Muy por el contrario aquí la cosas se están dando de una manera retorcida y bastante dolorosa para ambas partes; uno está cediendo parte de su personalidad y el otro se rebaja a recibir lo que queda de la persona que ama.

Bien, no los molesto más. Gracias por comentar.

Saludos,

|| Gaa ||


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