Susan Black Presenta:
"Amor Desamparado"
Capitulo 3:
Desde que recuerdo que me ha gustado esa persona, no importa si esta bien o esta mal, lo único que me importa es estar cerca de él, verlo, hacerlo enfadar, es muy gracioso hacerlo enfadar, pues no se si soy yo, pero siempre responde a mi, en un principio me ignora y finge que no existo, pero si sigo insistiendo, fastidiándolo, el reacciona...pero me he metido en un dilema por quererlo así y justo ahora he de enfrentarlo como nunca antes, lo que había guardado en lo más profundo de mi ser, mi secreto más preciado, se vera rebelado...yo, Dylan Reid, tengo mucho miedo de cómo ella, mi madre, vaya a reaccionar cuando sepa mi secreto.
- Dylan, hoy te acompañare a tu casa-Comunico Nat antes de que el niño saliera del salón a recreo.
- Está bien-Acepto el niño con una expresión de tristeza en su rostro.
Dylan Reid, era un niño de 12 años, bastante alto para su edad, de desordenados cabellos rojizos y bellos y vivaces ojos celestes claros. Totalmente extrovertido, Dylan era el enemigo jurado de Julius.
- Por cierto, Dylan trata de no molestar a Julius-Pidió Nat.
- Si-Contesto el niño y se marcho del salón. Nat tan solo suspiro. Dylan camino hacia los baños y al entrar se topo de cara con Julius, el cual retrocedió varios pasos y se puso en guardia alzando sus puños, esto le causo gracia a Dylan.- Nat me pidió que no te molestara, así que no es necesario que reacciones así-Le dijo. Julius bajo los puños, pero le siguió mirando con el ceño fruncido y atento a cualquier movimiento de parte del otro.- Aunque...existen muchas formas de molestarte, ¿sabias?-Añadió acercándose a Julius, el cual a medida que el otro avanzaba retrocedía.
- ¡¿De qué hablas?! ¡Dijiste que no me molestarías!-Gruño Julius chocando contra la pared del baño.
- Si, pero...eres ingenuamente lindo, Julius-Dijo Dylan en voz baja, casi susurrando. Estaba a centímetros de Julius, el cual le miraba con temor.
- ¿Lindo?-Repitió Julius sonrojándose.
- Así es-Susurro Dylan y beso dulcemente la mejilla de izquierda de Julius. Este quedo impactado ante ello, al reaccionar se sonrojo como un tomate, empujo a Dylan y salio corriendo del baño. El pelirrojo tan solo se llevo los dedos a los labios con los cuales había besado la mejilla de Julius y probablemente con ello había borrado toda posible oportunidad de acercarse nuevamente a Julius, pues por su reacción, de seguro no querría estar a solas con él nuevamente.
- Estoy listo, profesor-Anuncio Dylan acercándose al escritorio de Nat en la sala de profesores donde este se encontraba guardando sus cosas.
- Si, yo también-Contesto Nat cerrando su mochila. Ambos salieron de la escuela juntos y caminaron por la vereda.
- Traes mochila a la escuela, ¿qué clase de profesor eres?-Pregunto Dylan.
- Oye, soy un profesor joven, ¿qué te pasa?-Gruño Nat molesto.
- Jeje, solo bromeo-Rió Dylan.
- ¿No le hiciste nada a Julius, verdad?-
- Si dijera nada, mentiría-
- ¡¿Le haz hecho algo?!-Exclamo Nat.
- Lo acorrale y lo bese en la mejilla-
- Pero Dylan, ¿qué te dije?-
- No puedo evitarlo, en cuanto lo veo quiero meterme con él y fastidiarlo-
- Nunca cambiaras-Suspiro Nat con cansancio.
- ¿Cómo le fue con el hermano de Julius?-Pregunto Dylan curioso.
- Mejor de lo que espere-Contesto Nat suspirando.
- ¿Así?-Pregunto Dylan extrañado.
- ¡Sip! Me enamore de él a primera vista... ¡Ups! Lo siento, se me salio-Susurro esto último con sus manos sobre su boca. Dylan se coloco a reír y Nat se sonrojo.
- Realmente eres un buen tipo-Comento.
- Que vergüenza, Dios mío-Dijo Nat aun sonrojado.
Al llegar a la casa de Dylan fueron recibidos por la madre de este, una hermosa mujer de cabellos rojizos y de ojos celestes al igual que su hijo. Ann Reid, como se llamaba esta mujer, era madre soltera y trabajaba como secretaria en una importante empresa.
- Bienvenidos-Saludo la mujer.- Gusto en tenerlo en mi casa, profesor-
- Si, gracias-Contesto Nat un poco nervioso.
- Bienvenido, cariño mío-Beso la mujer como saludo a Dylan.
- Gracias, mamá-Contesto el niño sonriéndole.
- Por favor, póngase cómodo, profesor-Sugirió la mujer mientras se adentraban en el living de la casa.
- Si, gracias-Contesto Nat y se sentó en el cómodo sillón de dos piezas mientras Dylan se echaba en otro sillón.
- Lamento todas las molestias que le ha dado mi hijo-Dijo la mujer.
- No, no se preocupe. Es parte de mi trabajo, también-Sonrío Nat.
- Dylan es un niño muy extrovertido y travieso, además de ser un niño muy mimado del cual es todo culpa mía...-
- ¡Mamá! No soy mimado...-Susurro Dylan haciendo un puchero. Nat tan solo sonrío.
- Se perfectamente el asunto de su visita y perdóneme por no haber podido ser antes a causa de mi trabajo-
- No, la entiendo. No se preocupe-Sonrío Nat.
- Bueno, como nos encontramos los tres aquí, si me permite profesor, me gustaría hacerle una pregunta a mi hijo que quisiese que respondiera delante de usted también-
- Claro, no tengo problema alguno-
- Dylan, hijo, nos quieres decir ¿por qué molestas tanto a ese niño Julius?-Pregunto Ann. Nat también miro a Dylan con atención interesado en la respuesta. El chico se sonrojo a mas no poder y dijo en voz baja: "Porque me gusta".
- ¿Cómo?-Pregunto Ann extrañada.
- ¡Porque me gusta Julius!-Exclamo Dylan y tanto su madre como Nat se sorprendieron.
- Pero es un chico, hijo-
- No me importa, lo quiero desde primero-
- ¡¿Desde primero?!-Se escandalizo Ann.- ¡¿Por qué no me lo habías dicho?!-
- Porque tu tampoco me dijiste quien era mi padre-Contesto Dylan.
- ¡Dylan, por el amor de Dios, soy tu madre no debes ocultarme cosas tan importantes!-Gruño Ann.
- ¡Saber quién es mi padre también es importante!-Grito Dylan.
- Esperen...-Dijo Nat tratando de tranquilizar el ambiente. -Bueno, Dylan me sorprende saber esto, pero no crees que la forma de llamar la atención de Julius es un poco equivocada. Solo estas provocando que él te odie y no que te quiera, aunque sea como amigos-
- Pero Julius no hace amigos... así que creí que si llamaba su atención por lo menos, él me notaria-Explico el muchacho.
- Aah, comprendo-Musito Nat.
- ¡No quiero que vuelvas a molestar a ese muchacho, Dylan! Que me hayas ocultado algo tan importante no te lo voy a perdonar. Desde hoy dejaras de ver a ese niño y ni se te ocurra hablarle-
- ¡Pero mamá!-
- Lo siento, pero no voy a aceptar esto-Sentencio Ann.
- ¡Entonces, yo tampoco voy a aceptar a tu amante que para mi desgracia es el padre de Julius!-
- ¡Ya basta!-Gruño Ann abofeteando a Dylan, este se coloco a llorar y Nat no supo que hacer.
- ¡Te odio, mamá! ¡Vas a hacer que Julius me odie para siempre!-Grito Dylan y corrió hacia las escaleras rumbo hacia su habitación.
- ¡Dylan, regresa aquí!-Grito Ann aun molesta.
- Señora...-Susurro Nat acercándose a la mujer.- Se que esto es muy shockeante para usted, pero por favor, necesita apoyar a su hijo en esto. Recuerde que usted es su único familiar-
- No puedo, no se como reaccionar-Sollozo la mujer. En esos momentos bajo Dylan llevando consigo en su espalda una mochila, sorprendiendo a ambos adultos.
- ¡¿Dónde crees que vas?!-Gruño Ann.
- ¡Me voy de aquí y me voy con Nat!-Contesto Dylan.
- ¡Ni creas que te lo permitiré!-
- No, espere tranquilícese. Estoy de acuerdo en llevar conmigo a Dylan, aunque sea esta noche-Sugirió Nat.
- Pero...-
- Creo que usted debería calmarse, pensar mejor la situación de su hijo y quizás conversarlo con su pareja-
- Muchas gracias-Dijo la mujer. Dylan salio de la casa sin despedirse de su madre y Nat se despidió de la mujer para seguirle.
- Lo que hiciste fue muy irresponsable de tu parte-Dijo Nat.
- No es mi culpa que quisiesen saber la verdad-
- Pero debiste decírmelo a mí antes, yo te habría aconsejado de cómo tratar el tema con tu madre si querías decírselo-
- Ya no importa-Contesto Dylan.
- Claro que importa. Además, ¿en serio odias al amante de tu madre?-
- ¡Claro que si! Si Julius se entera seré odiado-
- Yo creo que ya eres odiado-Río Nat.
- Pero del odio al amor hay un solo paso, ¿no?-
- Que optimista-Sonrío Nat. Caminaron por un momento sin decir nada, la calle estaba vacía y las casas que recorrían en su rutinario día hacia el colegio y de vuelta a sus casas pasaban a ambos lados.
- Y bien, ¿dónde dormiré?-Pregunto Dylan interesado.
- En mi cama-Contesto Nat. Dylan le miro fingidamente asustado.- ¡No es lo que tú piensas! Yo dormiré en mi sillón y tú en mi cama-Añadió.
- Solo bromeaba-Contesto Dylan- ¿Tu crees que estoy mal?
- ¿A qué te refieres?-Pregunto Nat extrañado.
- Vamos, estoy enamorado de un chico, soy anormal, ¿no?-Insistió Dylan.
- Si yo te recriminará ello, entonces que seria de mi si yo me he enamorado del hermano mayor de Julius-
- Jaja, te deseo suerte, con los hermanos que tiene las tienes negras-Sonrío Dylan.
- Bueno, en nuestra primera pelea salí ganador-Dijo Nat orgulloso.
- Eso quiero escucharlo-Sonrío Dylan.
- ¿No me digas que vives aquí?-Pregunto Dylan claramente decepcionado cuando llegaron al lugar donde vivía Nat.
Se trataba de una pieza que Nat arrendaba en una pensión cerca de la escuela y que compartía con otras personas. El un rincón tenia una cama, a su lado una mesita que hacia de velador con una lámpara encima, en el rincón contrario se hallaba un escritorio con un Notebook y junto a este se hallaba un sillón que se encontraba junto a un gran armario y un refrigerador en pequeño de color negro.
- ¿Qué? Es el único lugar que pude encontrar cerca del colegio y que puedo pagar yo mismo-
- Si, pero me imaginaba que tenias un departamento genial y grande, esto es solo una pieza-Se quejo Dylan.
- Pues siento vivir en una pieza, mi príncipe-Contesto Nat irónico.
- No me queda de otra-Suspiro Dylan y se dejo caer sobre la cama.
- ¿Qué se supone que trajiste en tu mochila?-
- Ropa interior y mi pijama, juegos y mi cepillo de dientes, cuadernos para mañana, eso-
- Veo que estas bien preparado-
- Si, siento ser una molestia Nat, pero dudo que si escapara a casa de Julius me recibirían allí-
- Quizás Gillian si lo haría-
- Mmm-Musito Dylan.
- ¿Qué piensas hacer con Julius y tu madre?-Pregunto Nat sacando de su mini refrigerador una lata de cerveza.
- Bueno, mañana intentare hablar con Julius para explicarle el porque de que le haya estado molestando todo este tiempo y con mamá, no me queda otra que volver mañana con ella, sin embargo, ella no me alejara de Julius, nada ni nadie lo hará-
- Pues te deseo suerte-Contesto Nat sonriéndole.- Y perdóname por no tener leche para darte de beber-Añadió en tono burlón mientras le desordenaba los cabellos.
- ¡Oye, que te pasa, soy el más alto de mi clase!-Gruño Dylan ofendido.
- Solo bromeo-Rió Nat.- Bien, a la cama, mañana tendremos que levantarnos más temprano de lo normal, así que disfruta mi cama, chico-Añadió.
- Si, buenas noches, Nat y gracias por cuidar de mi esta noche-Dijo Dylan triste.
- Para nada mocoso, desde que te conozco que he sentido que eres como mi hermanito pequeño, a pesar de que el mío ya sea mayor de edad-
- ¿Tienes un hermano menor, Nat?-
- Sip, pero no lo veo mucho. Por mi trabajo y por sus estudios, estudia en la universidad, así que solo podemos vernos cuando ambos tenemos libre o en las fiestas familiares...-
- Se nota que le quieres mucho-Sonrío Dylan.- Me hubiera gustado ser tu hermano menor también, Nat-Añadió y serró los ojos.
Wiggieland:
¡Presentación de personajes!
Dylan: ¡Hola a todos! ¡Por fin aparezco en la historia! ¡Y si, soy el chico "malo" que molesta al "inocente" Julius!
Julius: ¿Por qué inocente esta entre comillas?
Dylan: Porque eres inocentemente lindo.
Julius: ¡Deja de llamarme lindo, ya estoy arto de ti!-Gruño.
Nat: Ustedes dos, por favor, no empiecen.
Ann: Hola soy la madre de Dylan y por si no lo han notado también soy la amante del padre de Julius.
Julius: Pues ya te odio.
Niklas: ¿Por qué el idiota de Natanael aparece en todos los capítulos?
Gian: Porque si no lo haz notado es el personaje principal de esta historia.
Niklas: Creía que yo y mis hermanos éramos los personajes principales.
Gian: Pues si quieres quejarte ve con la autora.
Susan Black: ¡Oye!
Gian: Es tu responsabilidad, ¿no?
Susan Black: Creo que te cree muy inteligente...-Susurra.- ¡Bueno chicas! Gracias por los comentarios, espero que les haya gustado este capi y en el próximo veremos como evoluciona esta historia, nos vemos, ¡bye!