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En el metro... por HaKuGr3eNgirL

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Notas del fanfic:

Etto no se porque pusieron mi fic dentro de esas series pero yo no lo hice asi que si alguien pudiera decirme como quitarlo se lo agradecira bastante ^w^

Notas del capitulo:

Fum! yooooo he vueltooooo con nada mas y nada menos que un fic yaoi ORIGINAL  oh si que esta es la primera vez que escribo uno, para las que no me conocen soy la autora de un beso tipo spiderman y aqui yace uzumaki naruto, si si todos fics de naruto, pero esta vez gracias a una anecdota de una amiga se me ocurrio esta historia (si vio a dos chico besandose pero no importa) asi que difrutenla

muajaja los personajes son mios

Cuando él llego y se posiciono en frente a su cuerpo el primer pensamiento que cruzó su cabeza fue: “demonios, quiero follarlo”

Ese día iría a visitar a uno de sus viejos amigos, así que tomaría el metro de la primera hasta la ultima estación, sabía que el viaje sería fastidioso, poco mas de dos horas eran demasiado para su paciencia. Acomodo los audífonos del reproductor en sus oídos y la música ensordecedora comenzó a resonar en ellos.  Mientras movía la cabeza al ritmo de la canción el metro volvió a detenerse en lo que era la segunda estación. Ahí fue donde subió un chico, tenia el pelo negro cubriéndole la mitad de la cara, la piel blanca, los ojos verdes y un pircing decoraba su labio inferior del lado derecho. Vestía una camisa negra ajustada a su cuerpo, unos pantalones entubados de mezclilla oscura y los típicos convers negros, aparte de traer las muñecas atiborradas de pulseras y muñequeras.

Su segundo pensamiento fue que el chico realmente era guapo y el tercero que su ahora objetivo era hacerlo gritar de placer.

Para su buena fortuna el “emo” se había parado enfrente de él y lo tenia muy cerca, ya que en esa estación el vagón se había llenado de personas, tanto que se veía como un mar de gente donde unos eran aplastados por otros. Al llegar a la tercera estación el metro frenó bruscamente y al no tener de donde sujetarse el emo se estampó contra el chico. Después de todo el viaje no seria tan aburrido.

- lo siento – dijo en un murmullo

Pero ese pequeño roce había sido suficiente, ahora estaba más que decidido a cumplir lo que se había propuesto. Una de sus manos tomó la cintura del emo y lo acercó hacia él, era un poco mas bajo así que inclino su cabeza y le dio una pequeña mordida en el cuello, que hizo que el otro chico soltara un pequeño suspiro, pero cuando reaccionó puso las manos en su pecho y se alejó de él.

- ¿Qué… que es lo que haces maldito punk?

Es cierto, él era punk, tenía los ojos de un extraño color azul, su piel también era blanca,  peinado de mohicana cuyas puntas eran rojas y vestido con unos pantalones de cuadros rojos, una chamarra negra con estoperoles y botas del mismo color.

No importándole todos los insultos y reclamos que el emo le gritaba volvió a colocar ambas manos en su cintura, lo jaló hacia él y comenzó a besarlo, primero mordiendo ligeramente sus labios y luego metiendo la punta de su lengua a su boca. Cuando se separó sonrió con picardía, mientras el otro chico solo jadeaba tratando de recuperar el aliento.

- ya déjame pervertido, vas a pensar que porque soy emo, soy joto ¿no? ¡Estas equivocado! ¡Yo…!

- vas a decirme que no te gusto – interrumpió el otro – mírate, estas sonrojado ¡Jo! Pareces una chica

- imbécil…

- a ver dímelo – su sonrisa se ensanchó mas – dime que no te ha gustado

- ¡no me…!

De nuevo no lo dejo continuar, se apoderó se sus labios una vez mas cortando cualquier palabra que el otro chico quisiera decir, aun no había soltado su cintura así que lo acercó todavía mas, hubo un momento en el que se dio cuenta de que el emo había dejado de poner resistencia, es mas había entrelazado sus brazos alrededor de la espalda del punk y se encontraba correspondiendo el beso y gimiendo bajito cada vez que el punk lo mordía. 

Cuando llegaron a la sexta estación y se separaron un poco se dieron cuenta de dos cosas: una que estaban demasiado excitados como parar y dos que ahora la mayoría de la gente morbosa del vagón los observaban unos con asco otros con perversión.

Continuaron besándose aunque de vez en cuando el punk abandonaba los labios del emo para recorrer su cuello y hombros. A la siguiente estación poco más de la mitad de la gente abandonó el vagón y los que quedaban, bola de homofóbicos, se habían sentado hasta el otro extremo, así que ahora era momento de comenzar a usar las manos.

Comenzó a acariciar el pecho del emo, deseando que aquella molesta camisa negra dejara de existir, pero la poca cordura que le quedaba le decía que abandonara la idea de quitársela puesto que aunque era poca aun había gente que los observaba y lo menos que quería era una multa por mal comportamiento en el transporte publico, ya tenia demasiadas.

Sus manos bajaron lentamente hasta el pantalón, viendo que el emo no ponía resistencia, desbrochó el pantalón y bajo el cierre cuidadosamente para después comenzar a tocar con las puntas de sus dedos por encima de la ropa interior. Nadie se daría cuenta de ese “inocente” movimiento debido a que estaban muy cerca. Fue ahí donde su acompañante dejo de besarlo para soltar un más o menos sonoro gemido.

- shh – ordenó el punk

- ¡es tu culpa! – reclamó el emo  

Pero había sido demasiado tarde, ahora la gente del vagón los miraba peor que antes y a la novena estación, todos salieron despavoridos.

Realmente ese era su día de suerte. Pongámoslo así, un vagón vacio, cinco estaciones mas, diez o quince minutos por cada estación, the press corpse de anti flag, una de sus canciones favoritas, se escuchaba atravez de los audífonos que habían caído alrededor de su cuello, enfrente un chico emo demasiado guapo y además de todo excitado y sonrojado. ¡Si! En definitiva este era su día de suerte.  Sonrió.

- ¿Qué es tan gracioso? – pregunto el emo, y viendo que el otro chico estaba tan distraído en sus afortunados pensamientos, aprovechó para bajar las manos hacia SU pantalón, para subir SU cierre y abrochar SU botón.

Cuando el punk reaccionó y volvió a bajar sus manos se encontró con que  el pantalón del emo se hallaba cerrado y ahora este lo miraba divertido. Se excito más. Las cosas se estaban poniendo difíciles y para ser sinceros eso le agradaba. Llegaron a la onceaba estación.

Hubo un momento en el que ahora el emo quería jugar con el punk. Se acercó de manera peligrosa a su cuerpo, abriendo lentamente el cierre de la chamarra con estoperoles, acariciando con la yema de los dedos sobre su camisa (negra también con un enorme estampado de los ramones) y mordiéndole el lóbulo de la oreja, para después susurrar:

- Entonces… ¿Qué era tan gracioso?

Jugar con él era peligroso, lo sabían, aunque era normal que el chico a su lado, no lo supiera. Sus caricias y su aliento a lado de él, estaban provocándolo más, la poca cordura que le quedaba, si, esa de antes que no dejaba que se deshiciera de la camisa del emo, había desaparecido completamente. El paso se las estaciones pareció aumentar de velocidad al igual que el ritmo de su corazón. Tomó al emo por los hombros, le dedico un último beso, uno tan apasionado, que el otro chico no pudo corresponderlo, solo se estremeció de placer ante el contacto de su boca.

Después lo giro, haciendo que el emo quedara sobre la pared del vagón, apoyándose con ambas manos, agachando su cabeza  y él a sus espaldas. Sus manos rodearon su cintura, desabotonó de nuevo aquel molesto pantalón, y lo acarició lo suficiente como para hacer que el emo comenzara a soltar pequeños gemiditos, de nuevo. Una de sus manos, se introdujo a su también molesta camisa negra (demonios, que todas sus prendas eran molestas) y con ansias comenzó, a recorrer cada centímetro de su piel, repasando con sus dedos el pecho ligeramente marcado del emo. Oh si ya era momento de hacerlo suyo y si había alguna cámara, pues que disfrutaran el espectáculo.

Mientras tanto el emo ya no podía mas, las carisias del punk se hacían cada vez mas rápidas y agresivas, tenia una necesidad un tanto deforme: quería sentirlo dentro de él,  ya.

Cuando se dio cuenta de que el punk quería lo mismo, se alegro, se excito más y se desespero, todo al mismo tiempo e hizo el intento de parar sus gemidos para poder pronunciar lo que realmente quería. Sintió como si se atragantara con sus propias palabras y solo pudo gritar un entrecortado:

- ¡me… mételo ya!

El punk comenzó a desabrocharse de manera nerviosa el cinturón, bajo su cierre y se acercó al emo cuando una voz femenina sonó por una de las bocinas:

- estimado usuario, en este momento estamos llegando a la ultima estación favor de abandonar lo vagones el personal de limpieza llegará pronto

- ¡demonios!  - susurraron al mismo tiempo

El tren finalmente llegó a la última estación y las puertas se abrieron lentamente. El emo fue el primero en salir, aun así alcanzo a escuchar la voz del punk pidiéndole su nombre. Sonrió.

- me llamo Erick

- pues bien Erick no te preocupes ya veré como encontrarte.

Dichas estas palabras se alejo corriendo, llegaría tarde y tenia practica con su banda, en cambio el punk esperó a dentro tratando de calmarse hasta que una señora de la limpieza le pidió que saliera. Ahora tenía otro objetivo, encontrar a la persona que le había quitado lo aburrido a ese viaje, ya saben para terminar lo que empezaron.

Notas finales:

¿que tal? cualquier duda, sugerencia, comentario, amenza de muerte e insultos son bien recibidos.

por cierto, quiero decirles que este fic solo lo he subido en esta pagina asi que si lo ven ya sea en esta misma o en otra favor de avisarme ya que lo hicieron sin mi autorizacion y eso me moletaria bastante.

espero les haya agradado leer otra de mis extrañas locuras cuidense mucho y gracias por leer

...haz feliz a la autora, deja un review...

 


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