Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

THE CURSE------La Maldición de Mello por Betsa

[Reviews - 250]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaaaa, todavia se acuerdan de mi? T.T

Bueno que les digo, he andado con una cosa y otra y otra total que nunca tengo tiempo real para dedicarme a esto, la escuela junto con el trabajo me consume y a pesar de tener escaso tiempo me dispuse a terminar el maldito fanfic,

Pero me dejo de excusas y los dejo con el capi, gracias a las que siguen leyendo y dejando review juro que los contesto y saben que los adoro

Aparte de eso solo que quede claro que lo siento muchisimo por tardar y espero no tardar mucho en el sig que muy posiblemente podría ser el ultimo.

 

Disfruten!

Ahí estaba... parado ahí mirando casi en cámara lenta como Kira entraba en la celda seguido de Chieko, ambos mirando con sorpresa la escena y de principio sin tener otra reacción más que esa.

- ¡¿Así que esto es un suicidio Mello?!- le había gritado Matt un momento antes.

Miró al suelo resignado, ya no sentía nada que lo animara a seguir viviendo, en su vida solo había culpa y más culpa, muerte y más muerte, nada en su vida tenía ya más sentido; anteriormente se había sincerado con él mismo y sabía que tenía miedo a la muerte, tenía miedo al qué pasaría después de, pero en esos pocos segundos antes de esperar su fin se dijo a si mismo que nada podía ser peor que la vida que estaba llevando, no tenía nada, absolutamente nada pero lo peor de todo... no tenía a Matt ni nunca lo tendría, qué más daba morir de una vez y así salvarle la vida.

Como han dicho en varias ocasiones, antes de morir ves tu vida frente a tus ojos, fue esto algo que Mello pudo comprobar en esos escasos segundos, mas no vio toda su vida sino solo pequeños fragmentos... su madre enferma, un shinmigami haciéndole un trato, su madre el día que murió, el día en que conoció a Nate, su infancia llena de soledad, una adolescencia tormentosa, una mujer muerta en sus brazos, varias personas muertas debido a su "trabajo",  un pelirrojo frente a él sonriéndole alegre,  Matt besándole apasionadamente, un shinigami burlándose de él esperando el momento en que Mello se dejara morir para cumplir su objetivo...

Mientras todo esto seguía pasando cual película en su cabeza se dio cuenta que esa última y malévola sonrisa no era parte de sus recuerdos, el shinigami le veía desde detrás de Kira y Chieko, mostrando una sínica sonrisa al mirarle totalmente derrotado, en ese momento el apagado corazón de Mello encendió una pequeña llama que pronto al mirar ensanchar esa sonrisa se convirtió en un fuego incontrolable que le inundó por todas partes.

-No... nunca más...- dijo en voz inaudible y al instante hizo levantar a Matt jalándole de la polera, saco su fiel pistola que hasta ese momento había permanecido inútil en su bolso trasero y apuntándola amenazadoramente en la cabeza del pelirrojo le inmovilizó desde atrás tomando su brazo.

-¡¿Pero qué diablos...?! Aaah..- se quejó al sentir como le inmovilizaba torciéndole un brazo.

- ¡No se acerquen! - gritó amenazadoramente causando la sorpresa más de Chie que del cobrizo e ignorando las protestas del chico que tenía como rehén.

-Mello! ¡¿Qué estás haciendo?!- exclamó confundida la morena dando un paso al frente.

-¡No te acerques! ¡Ya te lo he dicho, aléjense o le vuelo los sesos!- dijo pegando completamente el revólver a los rojos cabellos haciendo saber que no bromeaba, este simplemente se quedaba quieto mirando todo sin entender mucho, lo único que se le ocurría era que finalmente ese fuera su brillante plan de escape, pero a esas alturas podía esperar cualquier cosa viniendo de Mello.

Kira hizo ademan de levantar el arma para apuntarle parecía no muy dispuesto a ceder ante la amenaza, poco le importaba la vida de Matt pero fue detenido por las manos de la chica.

-¡No! ¡Kira por favor Matt es inocente, no lo hagas!- le miró suplicante sin querer soltar la mano en la que aún traía el arma.

-Tira el arma Kira- dijo Mello con seriedad mirándolo a los ojos, este le miro con enfado y recelo pero ante la mirada de la chica dejo caer el arma poniendo ambas manos en el aire en señal de rendición.

-Háganse a un lado y prometo que lo soltaré- dijo finalmente pero ninguno de los dos se movió ni un poco a lo que Mello hizo sonar el arma al cargarse mostrando que si no obedecían dispararía, Matt comenzó a dudar que "el plan" fuera realmente de escape para ambos, quizá solo quería salvarse él mismo; a ambos chicos no les quedó más remedio que hacerse a un lado mirando con incertidumbre cuando el rubio comenzó a caminar hacia fuera de la celda sin soltar en ningún momento a su rehén y sin dejar de apuntarle, al salir de esta se aseguro que se quedaran adentro sin moverse y con apretar uno de los botones la puerta se cerró dejándolos a ambos en el interior.

Les dio una última mirada y empezó a caminar por el pasillo hacia la puerta de salida pero aún sin soltar al pelirrojo.

-Ehm... Mello, ya puedes soltarme ya se han quedado atrás- dijo el pelirrojo algo inseguro con la pistola aún peligrosamente cerca con lo que solo obtuvo un jalón en el brazo que le causó un dolor considerable debido a las heridas.

-Esto aún no termina Matt- dijo Mello secamente siguiendo caminando y haciendo que el chico pelirrojo simplemente se callara sin saber que planeaba el rubio hacer, sus dudas quedaron despejadas cuando después de caminar por el pasillo, siguiendo por las escaleras hacia la primera planta se encontraron con los guardias de seguridad esperándole, seguramente Light no había tardado nada en llamarles desde su móvil para asegurarse que lo esperaran; Matt miró sorprendido, no así el rubio quien ya se esperaba tal recibimiento pero tentando a su suerte decidió seguir el plan que había trazado en esos escasos segundos, tomó con más fuerza el brazo del pelirrojo arrancándole un nuevo quejido de dolor.

-Háganse a un lado y bajen las armas!- gritó desde su posición con la pistola aun en la cabeza de Matt- Si no le vuelo los sesos a este imbécil- Mello dudó unos momentos, pensando que quizá poco les importaba que mataran al pelirrojo y finalmente se decidieran a matarlo o peor aún a ambos; sin embargo notó como uno de los guardias presentes hablaba por un móvil como preguntando a su jefe que hacer, finalmente este mismo guardia hizo una señal con la que todos se hicieron a un lado dejando sus armas en el suelo, el rubio chico aprovechó saliendo a toda prisa del lugar llevándose a Matt con él sin dejar de apuntarle.

 

Abrió la puerta sin cuidado empujando a Matt para que saliera delante de él, sin esperar comenzó a caminar rápidamente hacia la esquina de la calle escuchando que algunos de los guardias ya empezaban a salir y seguramente apuntándoles con sus armas.

-Corre!- dijo al pelirrojo soltándolo pero por alguna razón sin dejar de apuntarlo, escucharon un par de disparos que pasaron rozándoles y aumentaron el paso- ¡rápido!- le apuró Mello al sentir una bala especialmente cerca.

Sin embargo el pelirrojo aún débil no parecía poder seguir con el paso, le empujó los últimos metros hasta que llegaron a la esquina dando vuelta hacia la izquierda y refugiándose por un momento de los disparos, pero esto no duraría mucho, Mello ya los escuchaba venir corriendo tras ellos, sin embargo no se movió del lugar mirando hacia todas partes en la calle como buscando algo.

-Mello que haces?! Corramos, no tardaran en llegar aquí!- dijo un agitado pelirrojo que quedó confundido al ver que Mello se quedaba pasmado en esa esquina.

-No! Espera debe estar por... - en ese momento como si lo hubiera estado esperando un auto salió de una calle cercana al edificio y al ver al rubio se acercó con rapidez derrapando en el momento de frenar frente a él, este abrió la puerta empujando a Matt dentro para luego subirse él mismo y ordenarle al conductor que acelerara; en aquel momento pudo ver como los hombres del fallecido señor Aizawa daban vuelta en la esquina encontrando que no había nada por ninguna parte y sin siquiera darse cuenta que aquel rubio se les había escapado en una limosina negra.

Matt suspiró aliviado dejando de mirar hacia atrás y tratando de recuperar la respiración mientras dejaba descansar su cabeza en el respaldo y se colocaba una mano en la frente totalmente agotado por el esfuerzo a la vez que se quejaba levemente por la herida aún sin sanar en su hombro.

-Vaya por poco no lo logramos!- rió nervioso- ¿pero de dónde has sacado el auto? Ha sido demasiado conveniente...- en ese momento sintió de nuevo el arma en su cien y volteó lentamente mirando incrédulo al rubio junto a él.

-No te sientas tan libre, todavía eres mi rehén- dijo Mello con expresión seria.

-Pero que diab..!

-Usted debe ser el joven Mihael- dijo una pausada y tranquila voz desde el asiento del conductor mirando a ambos por el retrovisor, el rubio se dio cuenta que no había siquiera saludado a su actual salvador, aún acompasando su respiración respondió tratando de sonar tranquilo.

-Así es, el mismo. Disculpe si no he sido cortes, tuve problemas para salir de ahí.

-No se preocupe joven, aunque debo decir que no esperaba que trajera a alguien con usted, el joven Nate no lo mencionó, por cierto que no he podido contactarme con él, ¿todo salió bien?- se hizo una larga pausa en la que ninguno de los tres habló.

Matt miró al conductor con ojos interrogantes a la vez que sorprendidos y con la boca ligeramente abierta como queriendo preguntar algo pero cerrándola de nuevo al no saber qué exactamente, no entendía muy bien de donde iba todo el asunto pero no había que ser muy listos para saber que ese hombre había ido a recoger a Mello por ordenes del ahora fallecido Near; su mirada ahora se posó en el rubio quien permaneció un momento con la mirada baja sin dejar de apuntarle con su fiel pistola, al notar que el otro le miraba compuso una mueca seria y se dirigió al conductor.

-Seguramente no puede contestar en este momento pero espero lo haga más adelante, por ahora le agradecería si me lleva al centro de la ciudad

-Tengo órdenes de llevarlo al aeropuerto joven Mihael...

-Pero yo le estoy pidiendo que me lleve al centro, no me iré de aquí sin antes saber algo de Nate si no le importa- le interrumpió Mello con un gesto serio y en parte amenazador a lo que el conductor simplemente dio vuelta en una esquina dirigiéndose a las afueras como Mello le había pedido.

Matt miraba sin decir nada mientras cada palabra entre ambos acompañantes le sorprendía más a la vez que le confundía, ¿acaso eran ciertas las palabras de Near antes de morir? ¿Mello realmente iba a dejarlo ahí y antes había testificado en su contra para poder escapar con Near? Estas eran solo unas de las preguntas que pasaban por su cabeza, cada vez era más confuso todo y ya no sabía realmente que pensar de rubio "amigo".

-Mello...- comenzó a decir siendo inmediatamente interrumpido por él.

-Disculpe no se su nombre, podría por favor subir el vidrio para poder hablar a solas un momento con mi amigo?- preguntó el rubio a su conductor, quien le dedicó una mirada más antes de presionar un botón con el que un vidrio polarizado comenzó a subir, dividiendo así completamente la parte trasera y la cabina del conductor.

-Por cierto me llamo Alfred- alcanzó a escuchar Mello antes de que el vidrio subiera completamente.

Finalmente los dos quedaron en silencio mirándose uno al otro sin hablar en un principio, sin embargo por sus expresiones tanto Mello sabía que Matt tenía un millón de preguntas como este sabía que Mello tenía tanto que decir.

-Mello yo...

-Todo empezó hace algunos años- comenzó Mello interrumpiendo al otro y adivinando todas sus preguntas- yo era muy pequeño, vivía solo con mi madre y ella estaba realmente enferma al punto que la muerte estaba por llevársela, ese día cometí el error más grande de mi vida...- hizo una pausa mirando al otro con seriedad - ... todo esto te va a sonar increíble y tal vez ridículo pero creo que después de lo que has visto no tendrás otra opción que creerme...- ambos se miraron, Mello no obtuvo más respuesta que el rostro de Matt mirándole con abierta curiosidad, suspirando y tomando fuerza para lo que estaba por decir continuó.

Le contó todo lo ocurrido desde su niñez, el trato con el shinigami, la muerte inevitable de su madre, su lapso en el orfanato en el cual le contó haberlo reconocido años después; le contó sobre como entró a la mafia, sobre su vida después de eso, sobre cómo fue su plan para trabajar con Aizawa y cuáles eran sus verdaderas intenciones, así como obviamente todo lo relacionado con la maldición que llevaba cargando y sobre como mataba por medio del odio, todo esto a grandes rasgos y mencionando solo lo que de verdad importaba para ser lo más breve posible. 

Con cada palabra Matt escuchaba cada vez más impactado a la vez que con un toque de incredulidad en su expresión, finalmente Mello le contó que en un principio había entrado con el propósito de derrocar la mafia y conforme avanzó su misión se encargó de pasar suficiente información para el robo de mercancías al cuartel y así sucesivamente todo lo demás ocurrido.

 

-Conforme te fui conociendo me fui dando cuenta que no eras, no... no eres cualquier persona en mi vida, nadie jamás había tenido siquiera intenciones de conocerme tanto como tú lo has hecho y eso a pesar de que yo trataba de impedírtelo con mis malos tratos y mi forma de ser tan hosca... pero darme cuenta de lo que eres para mí solo empeoró las cosas porque de estar cerca de ti solamente te haría daño y no solo emocionalmente sino que realmente podría llegar a... matarte, ya te has dado cuenta de eso...- Mello miraba hacia abajo sin querer darle la cara a su pelirrojo amigo, prosiguió riendo entonces con algo de amargura - el día que llegue de Japón planeaba rechazarte por bien tuyo, pero te me adelantaste... eso realmente fue un golpe muy fuerte e inmediatamente fui a Near pero eso solo sirvió para darme cuenta de que él sentía amor por mí, eso de verdad no ayudó mucho sino todo lo contrario... finalmente decidí que me iría antes de que terminara mal todo esto pero antes ayudaría en la última misión que realizamos, debí haberme ido antes pero... me negaba a dejarte ir así como así...- esta vez su voz sonó a punto de quebrarse, la pausa se hizo eterna y el pelirrojo ahora miraba al otro con creciente tristeza pensando en lo difícil que habría sido todo para él, levantó una mano como queriendo tomar la del rubio pero este se dio cuenta antes y se hizo a un lado sin disimulo antes de continuar, aún no terminaba.

-Cuando desperté fue Chieko la que me dijo todo, te culpaban a ti y yo me sentí miserable, más aún cuando fui a pedirte que dijeras la verdad solo para darme cuenta que a pesar de odiarme por haberte usado aún así querías sacrificarte por mi... fui entonces con Nate y él me pidió irme de inmediato en una limo que me esperaría afuera para llevarme al aeropuerto e irme rumbo a Japón, prometiéndome que te convencería de confesar y que además le diría a Aizawa que yo era el culpable pero al estar tan lejos era lógico que no sufriría consecuencias por ello, pero...- las lagrimas clamaban por salir a esas alturas- ¡no pude quedarme tranquilo y fui a verte una vez más a la celda encontrándome con que mi amigo me había engañado!- cada palabra alzaba más la voz descargándose mientras presionaba las uñas contra el sillón de cuero casi haciéndose daño - por eso no pude controlarme y ahora... ahora gracias a eso Nate está muerto ¡Y TODO ES MI CULPA!- Mello cerró los ojos con fuerza sin poder evitar derramar esas lagrimas que surcaban su blanco rostro e iban a caer directo a sus rodillas, se tomó con fuerza la cabeza sintiendo que esta le fuera a explotar.

-¡Es cierto te usé, te utilicé para mi conveniencia y te traicioné! Pero jamás quise hacerte daño, ni a ti ni a Nate, no me importa si me traicionó o no, jamás hubiera deseado que las cosas pasaran así...- Mello se tranquilizó por un momento tratando de contener esas insistentes lagrimas, respiro hondo antes de terminar su discurso con lo único que podía decirle a su amado pelirrojo-  yo... lo siento Matt, cuanto lo siento.

El aludido le miró aún con esa tristeza, se sentía realmente mal, en parte sus sospechas habían tenido fundamentos, era cierto que Mello lo usó, pero por otro lado sintió esas palabras sinceras y se dio cuenta por estas de que, a pesar de no haberlo expresado abiertamente Mello le quería y por ello se sintió aún peor por haber pensado tan mal de él, de no haberle dejado explicar en un principio y tan solo haberse atenido a las palabras de otros o a cavilaciones de él mismo. De principio no supo cómo reaccionar pero finalmente un impulso más fuerte que él lo llevó a estrechar al rubio contra él para después besarle repentinamente con lo que el otro tan solo pudo abrir los ojos sorprendido dejándose llevar un poco después y por fin cerrando sus ojos conforme dejaba de oponer la poca resistencia.

Una vez más al igual que en una ocasión hace un tiempo, sus lenguas se encontraron suavemente en un beso amargo, un beso desesperado por ahogar la tristeza de ambos, todo había sido tan difícil y tortuoso, pareciera tan lejano aquel día que por primera vez probaron esos labios ajenos, en ese entonces todo parecía más fácil y menos doloroso; el pelirrojo acarició tiernamente la marcada cicatriz de Mello, atrayéndolo hacia si con el otro brazo,  este se dejó abrazar correspondiendo el beso con algo de torpeza y con las lágrimas aún saliendo de sus ojos, se dejó ir por un instante sintiendo el cálido cuerpo del otro estrujándole contra él y su lengua moverse confusamente en un sabor amargo que les producía la incertidumbre de no saber qué pasaría después.

Ambos siguieron sintiéndose uno a otro durante un tiempo que pareció indefinido, en realidad el tiempo pareció desaparecer por lo que fueron breves instantes, el pelirrojo profundizo aún más colocando su mano en la nuca rubia del chico esperando así que el otro nunca quisiera irse y se quedara para siempre con él, este alcanzó a derramar una lagrimas más antes de que se escuchara el sonido de unas esposas colocándose alrededor de  la mano que tenía Matt en la nuca de este. Inmediatamente ambos se separaron, uno mirando sorprendido y sin entender y el otro severamente y con tristeza, antes de que pudiera reaccionar Mello lo tomó con fuerza aprovechándose de su falta de energías y logró esposarlo con ambas manos detrás de su espalda colocándolo luego recostado hacia abajo en el sillón trasero.

 

-Arg!- se quejó por el aún constante dolor en el hombro- ¿qué estás haciendo?

-Ya te he dicho todo lo que sucedió estoy conforme con que no te quedes con una idea equivocada de mí, ahora es momento de que te vayas y continúes tu camino- dijo Mello fríamente sujetando al otro por detrás para evitar que se moviera, luego toco un par de veces en el vidrio haciendo que el conductor bajara este para poderlo ver - Vamos a detenernos Alfred- dijo simplemente casi ordenándolo.

-Pero... aún no hemos llegado- respondió el contrariado hombre- estamos cerca solo nos tomará un...- pero se calló al sentir el arma contra su cabeza.

-No te lo he preguntado...Alfred- dijo mirándolo con amenaza en el rostro- toma la siguiente salida para que lleguemos alguna calle no tan transitada y hazlo rápido- culminó su orden apuntándolo insistentemente y observando cómo seguía sus instrucciones y se dirigía a una calle solitaria cercana a la zona céntrica, una vez vio que era seguro le ordenó detenerse y abrió la puerta de la limosina sacando de un empujón al pelirrojo que ya estaba amordazado y amarrado hasta de las piernas; al caer fuera del auto se quejó de dolor mirando a Mello sin comprender su reacción y queriendo decir algo que fue inentendible por culpa de la mordaza; indefenso en el suelo no pudo hacer mucho cuando Mello le tomo de la barbilla y le hizo mirarle.

 

-Sé que no entenderás porque hago esto o puede que lo entiendas pero jamás me dejarías hacerlo de otra forma- Matt se sacudió intentando decir algo desesperadamente, el rubio viendo esto le quitó la mordaza por un momento dispuesto a escucharle.

-Sé lo que intentas hacer y créeme tiene que haber otra manera para...

-¿Para qué Matt? ¿Para seguirte haciendo daño a ti y a quienes me rodean? No gracias. Ya me he cansado de eso y honestamente no pienso continuar nunca más, esta será la última vez que sepas de mi- se levantó dispuesto a irse.

-No puedes hacer esto Mello!- pero este le ignoró poniendo un pie en el interior de la limosina - ¡Me amas! ¡Sé lo que es así no puedes negarlo!- gritó con lo que finalmente el rubio se detuvo aún sin mirar directamente al otro chico.

Se convenció de que había intentado hacerlo menos doloroso pero al parecer si no podía por las buenas, por las malas tendría que ser, se incorporó una vez más caminando de nuevo hacia el pelirrojo que por un momento iba a sonreír más esta sonrisa fue borrada por la fuerte patada que el rubio le propinó en la cara para después levantarlo tomándolo de la remera que ahora se manchaba de la sangre del otro.

 

-No hables de lo que no sabes Mail o podrías arrepentirte- dijo mirándolo fría y calculadoramente mientras que el otro le dedicaba una mirada resentida ante aquel acto- No pretendas que sea yo otra cosa, porque esto es lo que soy, un cabrón y no voy a dejar de serlo porque un niñato caprichoso como tu pretende que lo haga para vivir felices por siempre y nunca recuerdo haberte dicho que te amo así que sería mejor no hables de eso- Matt casi pudo sentir como su corazón de por si herido se encogía ante sus palabras, pero se dijo a si mismo que lo que Mello intentaba era simplemente salvarlo de sí mismo.

-No... tú me amas estoy seguro de eso- dijo con actitud un tanto desafiante y con total seguridad; el rubio sorprendido ante su actitud se limitó a propinarle un rodillazo en el estomago haciendo que el otro callera doblándose de dolor.

- No hables con tanta seguridad- dijo simplemente dedicándole un último vistazo al ahora patético chico que le veía desde el piso con la nariz ensangrentada aún y con los ojos rojos a punto del llanto- Hasta nunca- dijo secamente metiéndose a la limosina y cerrando la puerta- Alfred andando- concluyó lanzándole las hasta ese momento custodiadas llaves para evitar que se escapara, el otro obedeció ante la orden mirando cauteloso el arma que aún traía consigo el rubio; este se dedicó a no mirar atrás y no derramar una sola lagrima más por causa de aquel pelirrojo al que ciertamente amaba tanto.

 

Había sido duro y difícil pero finalmente estaba convencido de que era lo mejor que podía haber hecho; pronto Kira y sus hombres encontrarían al pelirrojo y lo llevarían de regreso al cuartel siendo completamente inocente gracias a que Mello lo había hecho parecer así, como un rehén que ahora había sido abandonado tras haber cumplido con su función y esperaba de verdad que aquellos golpes hubieran servido para que Matt no metiera la pata diciendo alguna estupidez que lo inculpara, prefería que viviera de ahora en más odiándolo a que viviera una vida miserable a su lado, no había nada más que hacer.

Miró hacia el frente después de unos minutos y se dio cuenta que estaban saliendo de la zona céntrica.

-Alfred detente una vez más por favor- este hizo lo pedido mirando a su pasajero un tanto confundido, este abrió la puerta pero antes de bajar se dirigió al hombre- Lo lamento- fue lo único que escuchó el conductor antes de mirarlo salir por la puerta y correr hacia uno de los callejones que había quedado cerca de donde se detuvo, bajó del auto solo para mirarle irse con agilidad, corrió tras él pero al entrar al callejón no vio absolutamente nada y algo confundido subió a la limosina para ver si salía del otro lado del callejón pero jamás lo vería salir.

 

/////////////////////////////////////////////////////////////////OoOoOoO///////////////////////////////////////////////////////////////

Enterraba con fuerza aquella navaja semiesterilizada con alcohol debajo de su blanca piel, haciendo que unas cuantas gotas de sangre salieran una tras otras conforme iba avanzando en su brazo; mordía con fuerza ese trozo de cuero que se había llevado a la boca intentando así callar los gritos dolorosos que salían desde lo profundo de su garganta. Sin desistir de su tarea a pesar del dolor metió un poco más profundo la filosa cuchilla sintiendo al fin un pequeño y duro aparatito, cerrando los ojos con fuerza tomó aire e hizo palanca hacia afuera gritando conforme el dolor se hacía más insoportable y el filo rasgaba su ahora colorada piel,  obligando al diminuto objeto a salir finalmente de su cuerpo. Un golpecito en el suelo le hizo saber que por fin había logrado sacar el rastreador de ahí, soltó el pedazo de cuero que traía mordiendo desde hace un rato notando como sus dientes quedaron marcados a todo lo largo de este; se levantó algo agitado, respirando entrecortadamente debido al esfuerzo, se dirigió al lugar donde cayó el pequeño aparatito y se lo llevo al baño donde lo tiró por el excusado para luego tirar de la palanca.

Se sentó en el piso aun acompasando su respiración y aguantando el dolor, se miró el brazo notando que la sangre seguía saliendo, tomó su botiquín sacando todo lo necesario para curarse él mismo; por suerte todo lo que antes había sido suyo seguía ahí, en su antiguo departamento en las afueras de la ciudad, no se le había ocurrido a que otro lugar ir, aunque realmente temía que se lo hubieran quitado a pesar de tener pagados prácticamente un par de años, pero no fue así, por lo que agradeció tener un lugar tranquilo donde poder quitarse ese rastreador para evitar que le encontrasen.

Una vez tuvo todo a la mano se sentó en la cama y empezó a limpiarse deteniendo un instante la hemorragia, sin embargo algo en aquello le hizo detenerse... miró aquella sangre, aquella que había heredado de su madre y la cual en cierto momento vio esparcida por el suelo mojándole los pies. Como un rayo la imagen vino a su mente atormentándolo, sacudió la cabeza con fuerza como queriendo borrarla, más al mirarse las manos se sobresaltó encontrándolas llenas de sangre, de momento la imagen lo perturbó sobremanera pero un segundo después se dio cuenta que esa sangre era de él mismo "Que idiota!" se dijo a sí mismo y continuó con la curación, sin embargo la idea no se le fue de la cabeza inmediatamente. ¿Cuántas personas habría matado en el transcurso de su vida quizá sin siquiera darse cuenta? ¿Cuánta sangre ajena realmente llevaba Mello en las manos? ¿Cuántos más habrían de morir por su causa? Y lo que es más ¿Cuántos más seres queridos tenían que morir? Así como lo hizo Nate.

Estas preguntas le hicieron meterse en un lio de pensamientos sobre lo que haría a continuación, "¿Qué sigue después de esto?" se preguntó mirándose aún las manos y dejando de lado la curación mientras la herida aún sangraba ligeramente empezando a coagular, sin que él se preocupara por este hecho, tomo su rostro entre sus manos suspirando con amargura. No había un camino que seguir, no había más a donde avanzar, no era miembro de ninguna mafia por lo que no tenía a donde más llegar, su jefe lo creía muerto por lo que pronto tendría también que irse de ahí, no tenía a quien más acudir ni porque más seguir, una vez más se sentía nada en el mundo, sin un propósito más que el de hacer daño y seguirse dañando.

-Que triste, que patético- susurró para sí, la luz del sol comenzaba a ocultarse mientras él seguía en sus cavilaciones, la sangre ya había parado casi del todo aunque la herida aún estaba sin curar, uno de los últimos rayos de sol se coló entre las cortinas haciendo destellar algo tirado en el suelo, aquello llamó su atención después de varios minutos en los que no se había movido ni un poco. Al voltear se encontró con el filo de la cuchilla aún ensangrentado y brillantemente sugerente, proporcionándole una última escapatoria, una definitiva. Recordó entonces las palabras del shinigami "Solo espero tu suicidio y habré ganado" pero en ese momento esas palabras carecían de sentido, que mas da darle a aquel dios de la muerte lo que tanto ansiaba con tal de haber conseguido al fin lo que tanto buscaba: Paz.

Y en tal caso, ¿Por qué había escapado en ese momento de la celda siendo que ya tenía la muerte frente a él?

-Porque aún tenía que decirte lo que siento- se contestó a sí mismo, sintiéndose arrepentido ya que al final a pesar de haberle dicho prácticamente todo no pudo decirle esas sencillas palabras "Te amo", sin embargo podía vivir con eso, con el hecho de no habérselo dicho nunca pero... cargar ahora con la muerte de su amigo, su albino amigo de la infancia que aunque en erradas circunstancias solo había querido estar con él y ahora... él mismo lo había matado. Ahora ¿qué más esperaba? Ya había hablado con Matt y prácticamente se había despedido, por otro lado no se había despedido de Nate ni nunca tampoco pudo decirle cuanto le apreciaba, quizá, solo quizá esa navaja en el suelo le daría al fin salvación por más que estaba seguro el Dios en el que creía no lo tomaría así.

Se levantó después de lo que pareció un minuto pero en realidad esa pequeña porción de sol ya se había ocultado y un cielo frio y gris se extendió por cielo empezando a dejar caer pequeñas gotas de lluvia que pegaron en los cristales de la habitación mientras Mello tomaba el aparato punzocortante en sus manos mirándolo anhelante. Lo acercó lentamente a su brazo izquierdo el mismo que le sangraba desde el hombro hasta la mano, colocó esta hacia arriba dejando ver sus marcados venas en su piel rojiza en ese momento.

-Nate... creo que al fin tu deseo se cumplirá- susurró a manera de despedida antes de acercar lentamente el filo para cortar de manera transversal todo su brazo, en ese momento un insistente sonido proveniente de un aparatito situado en la cómoda le hizo soltar el filo dejando caer al piso la pequeña navajita, su celular sonaba ruidosamente esperando ser contestado.

 

 

Notas finales:

Bueno algo mas que decir? no lo se.. PERDON! otra vez por tardar tanto jeje pero ya les dijo no tuve mucho tiempo, esta recien salidito del horno por lo que podría tener fallas pero en cuanto tenga un tiempecito arreglo, osea espero que sea mañana, saludos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).