MELLO
Todos estos años me he hecho la misma pregunta...
¿Por qué?
He analizado todas las posibles respuestas sin llegar a una sola que sea satisfactoria
ninguna lógica puede explicar los hechos que me dejaron huérfano en la niñez,
ni tampoco hay ninguna explicación de ningún tipo para que yo logre encontrar consuelo para con la muerte de mi madre.
Después de todos estos años solo he llegado a tres conclusiones:
1.- La vida no tiene lógica ni es por nada justa.
En realidad ¿Qué tuvo lógica en todo eso?
¿Quién diría que un dios de la muerte vendría ante mí y me ofrecería salvar la vida de mi moribunda madre?
¿Acaso la misma existencia del dios de la muerte tiene lógica?
Y al final ni siquiera un sacrificio sirvió para salvarla, a cambio de mi propia vida no hubiera salvado la suya.
2.- Todo lo que hagamos por pequeño que sea tiene consecuencias.
Pude salvar a mi madre de esa terrible enfermedad con la que lucho por tanto tiempo, pero ¿para qué?
Solo fue para darme cuenta que al final no se puede ir en contra del curso natural de las cosas,
oponernos siempre trae consecuencias, graves consecuencias, eso lo sé yo.
3.- Hay cosas que por más que intentemos cambiar simplemente son así.
Mi madre tenía que morir,
ya fuera por su enfermedad o por la razón que fuera, pero por mucho que yo deseara lo contrario así tenía que ser.
El destino es injusto y cruel...
Todos los humanos sin excepción eventualmente mueren.
Death Note
PARTNERS
Mello se sentía más tranquilo ahora, se relajaba sintiendo las gotas de agua de la ducha caer sobre su cuerpo desnudo, a veces quisiera que todo lo que le atormentaba se escurriera igual que las gotas. En fin, por ahora todo le iba bien, había conseguido entrar al cuartel de Aizawa y aunque aun no lo consideraban un miembro oficial de la organización ya por lo menos le habían dado un cuarto donde quedarse por esa noche y no lo tenían en calidad de rehén.
Al día siguiente tenía un día muy largo, sería su prueba y si lograba completar la misión que le asignaron, sería oficialmente miembro de la mafia de Aizawa con lo que al final lograría su cometido, solo había un pequeño detalle: Ese maldito pelirrojo...
//-Flash back-//
Uno de los hombres de Aizawa le da un puñetazo a Mello y lo deja algo aturdido.
-Kheel, Mihael Kheel
-Bien Mihael o tal vez prefieras que te siga llamando Mello- dijo Aizawa satisfecho de saber el nombre real de Mello, ya estaba empezando a entender que más le valía cooperar.
-Por mi seguridad preferiría que así fuera...Señor- le pidió Mello tratando de sonar más un poco más sumiso, aunque en realidad odiaba eso.
-Pues bien como ya te he dicho me he interesado en saber las razones del asesinato de mi competidor, espero puedas ayudarme a resolver esta duda.
Mello ya sabía que era lo que tenía que decir de acuerdo a su plan pero también era parte del plan hacerse del rogar en las respuestas, no le parecía prudente hablar inmediatamente, sería sospechoso si así fuera, una vez más Mello permaneció callado.
"Oh Dios eso va a doler..."
Una vez más un golpe de lleno en la cara, que esta vez lo hizo caer una vez más sobre su costado derecho, vaya eso debía parecerle muy divertido al tonto pelirrojo; a Mello le hervía la sangre, odiaba dejarse tratar así pero qué más podía hacer si era necesario para el éxito del plan, además si lo conseguía al final todos morirían, hasta el pelirrojo.
-Levántalo- escuchó decir al señor Aizawa.
Mello se repuso del golpe y casi sin saber porqué volteo a ver a Matt seguramente tendría esa mirada de satisfacción ante sus golpes, pero algo en él había cambiado, más bien parecía ¿preocupado?
-¿Qué pasa Mello? creí que ibas a ayudarnos en esto. Recuerda que he decidido no matarte dependiendo de cuanto nos ayudes-dijo el señor Aizawa con su constante sonrisa.
Mello le dirigió una mirada iracunda antes de responder.
-El señor Demegawa me contrataba para robar cosas que él necesitaba, en esta ocasión me llamó para que le entregase mi última adquisición, que era un diamante muy valioso que pensaba regalar a su hija, espere a que me pagara pero se negó, ya habían sido varias las ocasiones que no me pagaba prometiéndome más dinero si hacía otro trabajo, me cansé, así que yo lo maté- dijo esto último con una sonrisa maligna ante esa afirmación.
-Vaya Mello, eres impulsivo- dijo el señor Aizawa sin cambiar su expresión ni un momento.
-Tal vez... pero sé cuando actuar y ese hombre ya había colmado demasiado mi paciencia.- Una vez más dijo esto con su tono de suficiencia.
-Bueno, fueran las razones que fueran para que mataras a Demegawa debo decir que nos has beneficiado mucho, sin él de por medio será pan comida destruir por completo la organización, aún con su sucesor haciéndola de nuevo jefe; además como ya te dije tu desempeño al huir de nuestro querido Matt ha sido sobresaliente. Tienes agallas.- Aizawa ahora parecía más amable, Mello sabía lo que venía ahora.
-Honestamente he pensado que nos serías muy útil en nuestra organización, actualmente necesitamos a alguien como tú para que nos ayude con un "trabajito" y estoy seguro que pensarás en unírtenos- dijo esto el señor Aizawa más como si fuera una orden pero sin dejar de mostrar su sonrisa que empezaba a parecer sarcástica.
Mello suspiró.
-Debo suponer que no puedo negarme, después de todo me tienen aquí secuestrado. Casi aseguro que si me opongo terminará matándome- Mello no parecía en realidad preocuparse por el hecho de que lo mataran, hablaba en tono desafiante.
-Vaya, veo que eres una persona que no le gusta andar con rodeos. Me agrada tu actitud Mello- ensanchó más su sonrisa.
-Solo una cosa- dijo Mello antes de responder - si Mail Jeevas es tan bueno como dice, ¿para qué me necesita a mí?
-No se te escapa nada verdad Mello. Bueno Matt es un hacker excelente capaz de violar cualquier seguridad, posee una inteligencia increíble y cuando se trata de espionaje no hay nadie que trabaje mejor que él, por esta razón le resulta fácil encontrar los puntos débiles de las personas que buscamos y los captura fácilmente pero debo decir que a pesar de eso tiene notables puntos débiles y me ha parecido que tú y él se complementarían bien. Quiero que sean compañeros en esta misión.
¡¿Qué?!- Matt y Mello hablaron a la vez para luego mirarse cargados de desprecio, al parecer Matt no tenía idea de para que quería Aizawa que llevara a Mello al cuartel, además claro del interrogatorio. A Matt estaba empezando a no caerle tan mal Mello después de recordar su infancia, pero ¡demonios ¿trabajar juntos?!
-¡Claro! Me parece un buen experimento el unirlos a ambos en esta misión, será divertido ¿no crees Matt?- Aizawa parecía bastante animado.
Pero claramente a Matt no le hacía nada de gracia, a su jefe siempre se le ocurrían nuevos "experimentos" con nuevos miembros para su diversión, era su forma de hacer la iniciación.
-Como usted lo ordene Jefe- dijo Matt sabiendo que en realidad no podía negarse y caminó hacia la puerta de salida para después salir sin decir una palabra.
//-Fin de Flash back-//
Después de eso Aizawa le había explicado que a la noche siguiente habría un evento de "caridad", que obviamente era un escudo para que varios mafiosos se reúnan para hacer tratos sucios, durante ese evento Aizawa haría un trato importante con un posible nuevo socio pero había sido informado de que posiblemente habría espías vigilando, esperando el momento para conseguir alguna información útil para mafias enemigas. El trabajo de Mello, y claro del odioso pelirrojo, era localizar a los espías, sacarles información sobre la organización enemiga e inevitablemente deshacerse de ellos.
Ahora Mello entendía por qué su ahora jefe pensaba que se complementarían, estaba seguro que Matt era experto en cuestión de vigilancia, además de ser bueno para localizar puntos débiles lo que le haría encontrar fácil a los espías y a Mello le tocaría la parte difícil: sacarles información y por supuesto deshacerse de ellos. Seguramente el pelirrojo no era bueno para eso de sacar información, tal vez le faltaban esas agallas que según su jefe Mello tenía de sobra.
Seguía pensando en esto mientras con los ojos cerrados y la cabeza hacia arriba sentía las gotas caer sobre su rostro, tenía que completar esa misión por lo que por mucho que le pesara, tenía que intentar hacer bien su trabajo de compañero con el tonto ¿sería capaz de trabajar con él sin que lo exasperara primero? Era algo sumamente difícil pero no imposible pensaba Mello, pero al final sabía una cosa: Completaría esa misión
Pero después de eso ¿Qué pasaría? Lo mismo de siempre, se ganaría la confianza del jefe y de sus subordinados y él sin hacer aparentemente nada los mataría a todos en ese cuartel, incluyendo al pelirrojo que tanto le disgustaba, pero una vez más igual que en todas sus misiones tenía esa sensación, esa especie de cargo de conciencia por lo que iba a hacer. En realidad Mello nunca había matado a nadie a propósito y la verdad era que no le gustaba, pero cierto día su jefe Demegawa se dio cuenta de su "don" y no tuvo más opción que seguir sus ordenes a fin de que se le permitiera vivir, por supuesto el señor Demegawa lo amenazo de muerte si no cooperaba.
Resignación... que más le quedaba, aunque siempre le pesaba seguirse cobrando vidas con su existencia.
Con el tiempo Mello se había acostumbrado al hecho de que él era quien mataba a sus compañeros, siempre trataba de no involucrarse con nadie, ya fuera para bien o para mal, pero en esa ocasión ese tonto pelirrojo no le era indiferente, por lo menos el sentimiento de odio ya le hacía involucrarse con él y ahora era también su compañero "Que molesto". Sin embargo Mello lo pensó por un momento ¿Realmente odiaba tanto al pelirrojo para verlo muerto? Recordó como el pelirrojo se le había puesto tan cerca y su sonrisa, siempre sonreía tanto, le exasperaba...
En ese momento algo lo sacó de sus pensamientos, oyó la puerta del baño abrirse, las duchas ahí eran públicas, es decir que había filas de regaderas donde seguramente se bañaban varios de los miembros de la mafia a la vez; pensó que debía ser alguno de los hombres de Aizawa e intentó seguir duchándose sin importarle quien hubiera llegado a quitarle su momento de "paz". Alguien entró a las duchas.
-Buenas noches Mello.
Abrió los ojos de golpe, esa voz, vaya que era fastidioso ese Matt.
-Qué quieres Mail- le contestó oscamente sin voltear a verlo.
A pesar de no caerle muy bien, desde que recordó aquella vez que conoció a Mello siendo aún unos niños, su impresión sobre Mello había cambiado un poco y quería intentar por lo menos ser un poco más amable. ¿Eso era lastima?
-No necesitas molestarte, solo vine a ducharme- contestó Matt intentando sonar amable, se empezó a duchar sin voltear a ver a Mello y finalmente le dijo.
-¿Sabes? Deberíamos intentar llevarnos bien
Mello no pudo evitar voltear a ver a Matt que en ese momento estaba de espaldas a él en la regadera de enfrente, le causó una sensación extraña lo que le había dicho, ¿estaba siendo amable? Ese no era el pelirrojo arrogante de hace un rato.
-Después de todo vamos a ser compañeros y pues se que debe ser difícil que entres a una nueva organización como esta y más que en tu primer día te golpeen tanto, realmente lamento que haya sido así- continuo Matt
Un momento eso no era ser amable, Mello percibió algo de ¿lastima?
-Disculpa por lo que paso antes yo no quise golpearte así ni que empezáramos a pelear y tampoco hay razón para que... Auch- un jabón había volado directo a su cabeza y le hizo resbalar al piso del baño, parecía que se le había hecho un chichón.
-¡Mira pelirrojito de Mierda! Ni necesito tu lastima, ni necesito tu amabilidad y en sí ni siquiera te necesito. No tengo la más mínima intención de llevarme bien contigo ¡¿ENTENDISTE?!- sabía que ese no era el plan, sabía que lo mejor era intentar estar bien, pero ¡rayos, era desesperante! Jamás podría llevarse bien con Matt.
Matt se enfureció, se supone que iba a ser amable, que iba a dar el primer paso, pero ese tonto rubio no pone nada de su parte, no cabe duda que jamás podría llevarse bien con Mello. Se puso de pie solo para tomar a Mello de las muñecas y acorralarlo contra la pared, ya tenía listos unos cuantos insultos para gritarle, pero se detuvo de repente al ver su cara... ¿Mello se había sonrojado?
El enojo de Mello desapareció de repente y lo reemplazo rápidamente otro sentimiento, bochorno; Mello no sabía qué hacer, casi nadie lo había tocado en su vida y sentir las manos de Matt en sus muñecas era una sensación extraña, y sentir que el cuerpo desnudo de ambos estaba tan cerca, además Matt se puso tan cerca que casi podía sentir su aliento sobre su cara, era muy vergonzoso; su corazón empezó a latir muy fuerte, lo sentía retumbar en su pecho, siempre que ese maldito pelirrojo se le ponía cerca no podía evitar sentirse así, era insoportable, lo odiaba demasiado, pero había algo más, algo que le decía que se alejara de él, que no quería llevarse bien con él, que no quería tenerlo cerca ni seguirse involucrando de esa forma tan extraña, tal vez la razón fuera que quería evitar algo, ¿pero qué?
No sabía que hacer, lo único que se le ocurrió fue quitárselo de encima, cuando sintió que Matt no lo tomaba con tanta fuerza, se soltó y lo empujo; salió rápido de la ducha y se tapó con una toalla, antes de salir le habló a Matt dándole la espalda, no sonó tan amenazante como a Mello le hubiera gustado que fuera.
-No quiero que te interpongas en mi camino, Matt te aseguro que no quiero matarte- y salió del baño directo a su nueva alcoba, dejando a un pelirrojo frustrado que no sabía en ese momento el verdadero significado de esa última frase:
"Matt no quiero matarte"