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THE CURSE------La Maldición de Mello por Betsa

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Notas del capitulo: Ya que ando por aquí el capitulo 2, me alargué un poco más, creo que va mas o menos bien la historia, a partir del siguiente más acción y proximamente el Lemon xD

THE CURSE

Mientras iba camino al cuartel general se preguntaba qué nuevo "trabajito" tendría que hacer para el señor Demegawa sama.

Mello trabajaba para una mafia, la más poderosa mafia de la ciudad de Los Ángeles y sus alrededores y su trabajo consistía básicamente en espiar, convencer  y matar.

Si bien Mello no tenía que hacer demasiado, el trabajo le venía muy bien ya que le pagaban enormes cantidades por cada mafia que llegaba a derrocar y todo gracias a sus "INCREIBLES" habilidades.

Mello poseía una gran inteligencia, una capacidad increíble de análisis y estrategia, eso sin contar de su muy efectivo poder de convencimiento, era muy listo para hacer que las personas hicieran lo que él quería sin que siquiera se dieran cuenta; pero esa no era la principal razón por la que Mello se había ganado la "simpatía" de su jefe: Mello estaba marcado por la fatalidad.

Mello nunca había podido estar con una persona demasiado tiempo sin causarle daño y/o matarlo, claro eso no era culpa de él; una maldición terrible perseguía a Mello desde su niñez y aunque a su actual jefe lo consideraba más bien un conveniente don, a Mello no le parecía más que un castigo.

Cuando Mello permanecía mucho tiempo cerca de una o varias personas, esta gradualmente empezará a enfermar hasta llegar a la muerte o incluso le había pasado que el cuerpo de la persona aguantaba lo suficiente pero terminaban suicidándose inconscientemente, Mello era una especie de plaga que arrasaba con cualquiera que quisiera estar con Mello o con quien Mello quisiera estar, un aura de muerte siempre iba con él y se llevaba a quien Mello más amaba.

Mello estaba más que destinado a vivir su vida solo y lo sabía, no podía estar con nadie eso lo sabía a pesar de que duela, él había cometido un error, decidió ir en contra del orden natural de las cosas y debía pagarlo, siempre sería perseguido por la muerte...

 

//-Flash back-//

El pequeño Mello veía como su madre perdía la vida en esa cama con cada segundo que pasaba, en el instante en que parecía el fin para ella vislumbro detrás de él una luz que al momento de voltear lo cegó.

 ¿Qué sería eso que lo miraba desde atrás? ¿Un ángel? No, no podía ser.

La luz se fue apagando y Mello quedó estupefacto con lo que vio; una criatura de grandes alas negras que parecían de murciélago, enormes ojos rojos y piel demasiado pálida que asemejaba la de un muerto, era bastante grande con brazos largos y cuerpo delgado, parecía más bien un demonio y Mello aunque asustado intentó no tener miedo, se levantó y se interpuso entre la criatura y su madre protegiéndola instintivamente.

-No quiero hacerte daño- dijo la criatura con voz de ultratumba.

-¿Quién eres?- dijo un desafiante pero asustado pequeño.

-Mi nombre es Ryuk y soy un dios de la muerte- dijo dando un paso hacia donde se encontraba Mello, haciendo que este retrocediera.

-Dime pequeño, ¿quieres salvar a tu madre?-dijo Ryuk nuevamente caminando hacia Mello, quien abrió los ojos sorprendido y se quedo pasmado al escuchar la pregunta, de repente ya no estaba tan asustado sino que su expresión cambió drásticamente; al instante sin pensarlo le respondió al dios.

-Sí, quiero salvarle- la voz de Mello ahora mostraba seguridad.

-¿Qué estarías dispuesto a hacer para eso?- Ryuk cada vez estaba más cerca pero eso ya no asustó al pequeño sino que ahora dio un paso hacia el dios de la muerte.

-Lo que sea necesario- dijo mostrando en sus ojos una seguridad y seriedad no propia de un niño de su edad.

Ryuk dibujó una sonrisa malévola en su rostro, seguramente conseguiría lo que había ido a buscar.

//-Fin de Flash back-//

 

 

Mello venía sumido en aquellos recuerdos que lo atormentaban desde su muy corta edad, tanto que ni siquiera se dio cuenta que ya estaba por llegar al cuartel, dio vuelta en la última esquina y pudo ver como en ese momento la puerta eléctrica del estacionamiento de un edificio se abría para darle paso.

Entró y frenó bruscamente haciendo rechinar las llantas, se quitó el casco y acto seguido sacó un chocolate de su chaqueta, le quito la envoltura y le dio un mordisco mientras caminaba al elevador ya abierto que estaba justo frente a donde se detuvo, le dio otro mordisco a su chocolate mientras entraba y la puerta del elevador se cerraba y empezaba a subir.

El elevador empezó a subir y cuando el indicador marcó que estaban en el piso 13 se detuvo, justo frente a Mello había un largo pasillo que se iluminó en cuanto salió del elevador, le dio otro mordisco a su chocolate.

Al final del pasillo estaba una puerta metálica y dos hombres haciendo de guardia justo en frente, Mello pudo reconocer a uno de los hombres ya que lo había visto en otras ocasiones, cuando el hombre miró a Mello instintivamente volteo a otro lado y se puso claramente nervioso.

-Típico- pensó Mello, pero el otro...

Era un chico tal vez un poco mayor que él, delgado, pelirrojo y ojos verdes, a pesar de estar vestido con un traje negro, traía en la cabeza unos extraños lentes que parecían de buceo, a Mello le pareció sumamente extraño, además de que era muy joven para pertenecer a la guardia del señor Demegawa, apenas unos 20 años.

En cuanto Mello llegó a la puerta los guardias le dejaron pasar y Mello se detuvo justo frente al pelirrojo, pudo ver como le miraba con interés y un extraño destello sobre los lentes cuando se reflejó la luz en ellos, le dio un mordisco más antes de entrar a la habitación.

En cuanto Mello entró cerraron la puerta, la oficina era bastante amplia con muebles finos y una colección enorme de preciosos cuadros de pinturas famosas (muchas robadas por supuesto), el señor Demegawa ya estaba sentado en la silla de atrás de escritorio de madera fina y le dirigió una sonrisa al verlo.

-Mello que alegría que hayas llegado- cuando dijo esto Mello pudo ver como de su frente caía una gota de sudor, misma que su jefe se apresuró a limpiar disimuladamente.

-Buenas noches jefe, ahora dígame ¿cuál es mi siguiente misión?, ¿a quien hay que matar esta vez?- dijo Mello en tono sombrío sentándose en la silla de en frente, colocando una pierna sobre el escritorio

-Como siempre al grano Mello, bien!- sacó del cajón de su escritorio varias fotos y se las entregó a Mello -  esta es una foto de Shuichi Aisawa, tiene muchas buenas influencias y su organización (mafia) empieza a crecer a una rapidez alarmante y ya hemos tenido problemas para controlar sus acciones que claramente nos están afectando; como siempre necesitamos que uses tus "métodos" y encuentres la manera de infiltrarte, ganarte su confianza y por supuesto utilizando tu maravilloso "don" pretendemos que debilites sus defensas y así por supuesto nosotros nos encargamos del resto.

Mello quedó pensativo un minuto observando con detenimiento la foto que le había sido entregada, de repente le vino a la cabeza una idea que bien podría concordar con lo que había sospechado unos minutos antes

-Señor ¿quién es su nuevo guardaespaldas?, el pelirrojo de afuera-le dio otra mordida al chocolate.

Demegawa se quedó sorprendido por la pregunta ya que nada tenía que ver con lo que estaban hablando en ese momento.

-Emm... es nuevo, su nombre es Mail Jeevas; lo contratamos después de que un día logró atrapar a uno de los hombres de Aizawa que teníamos en persecución, Mail trabajaba por su cuenta como investigador y busca recompensas por lo que supo que lo buscábamos, pidió unirse a nosotros y por ahora lo tengo en prueba como mi guardaespaldas.

-Y de casualidad, ¿no empezaron sus problemas con Aizawa después que llegó este Mail Jeevas?- dijo Mello casi interrumpiendo a su jefe, otra mordida al chocolate.

Demegawa quedó por un momento pensativo pero cayó en la cuenta de la veracidad de lo que Mello decía.

-Mmmm no lo sé... podría ser, ahora que lo dices puede que sea así- Demegawa nunca fue muy inteligente.

-Mail Jeevas tiene unos lentes muy extraños que seguramente usted le ha permitido traer puestos, esos lentes tienen instalada una micro cámara; Mail seguramente es un espía de Aizawa señor- otra mordida más.

-¿Qué dices? ¿Pero cómo lo supiste?-dijo su jefe mostrando algo de exasperación, claramente estaba molesto por haber cometido tal estupidez-  Nadie de aquí habíamos notado algo así; no puede ser, digo matamos al prisionero que nos trajo y no dijo nada, creo que hubiera al menos mostrado algo de...

-¿Él puede oír lo que estamos hablando?- dijo Mello interrumpiéndole de nuevo, casi se acaba el chocolate.

-No, claro que no este cuarto esta sellado de ruidos tan débiles como esta conversación.

-¿Pero podría escuchar el sonido de un arma disparándose?- ultima mordida al chocolate.

Demegawa  quedó sorprendido por la pregunta, tanto que no respondió, otra gruesa gota de sudor rodó por su frente.

-Dígame señor, si usted fuera el señor Aisawa y supiera que una persona ha matado al jefe de su competencia, ¿quería contratarlo y unirlo a su organización? Posiblemente sería muy útil ¿no cree?- Mello dijo esto arrugando la envoltura de su ya consumido chocolate y mirando con una sonrisa malévolamente a su jefe.

Demegawa no contestó, su respuesta fue unas muy abundantes gotas de sudor que iban aumentando con cada palabra de Mello, tragó saliva ruidosamente, no cabía duda que Mello era una poderosísima arma mortal...

 

 

 

 

 

Notas finales:

GRACIAS UNA VEZ MAS POR TOMARSE TIEMPO PARA LEER, PARA SER MI PRIMER FANFIC NO CREO QUE VAYA TAN TAN MAL (ok esta muy mal lo sé :P ) jeje bueno dejenme soñar, el siguiente capitulo lo subo pronto, espero alguien me deje algun review, siquiera para saber si les gusta o no -.-

Bueno una vez más un saludo a Daru y a Vermillion, gracias por el review. 

Matta ne ^^


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