Llegaron a la casa de los Fuji con algo de tiempo e inmediatamente el tensai subió a su habitación seguido por el pelirrojo, que saludo de rápido a los padres del castaño, una vez adentro Fuji saco una maleta de su armario y empezó a poner en ella la ropa que usaría y ciertas cosas que Eiji la verdad prefería no saber que eran y quedarse con la duda, el gato se recostó en la cama mientras observaba al tensai echar cosas dentro de la maleta.
-¿Te ayudo?
-No es necesario, solo falta mi cámara –dijo Fuji tomando una pequeña maleta.
-¿Van a ir tus hermanos? –pregunto Eiji con curiosidad.
-Yuuta no tarda en llegar, Yumiko llegara más tarde se irá en su auto –dijo Fuji mientras trataba de cerrar la maleta –siéntate encima de la maleta.
Eiji obedeció al tensai y se sentó sobre la maleta mientras el castaño hacia esfuerzos por cerrarla, el gato ejerció más presión para que Fuji pudiera cerrarla pero la maleta no parecía querer ceder por lo que ambos muchachos terminaron arriba de dicha maleta.
-¿Qué tanto le echaste Fujiko?, esta cosa no quiere cerrar, nya.
-¿Cómo rayos le hace Yumiko y mi madre? –dijo Fuji entre dientes –ellas echan el doble de lo que llevo y siempre lograr cerrarla.
Por fin después de muchos esfuerzos lograron cerrar la dichosa maleta y se recostaron en la cama respirando agitadamente, algo sudados por el esfuerzo hecho, vieron girar la perilla antes de que entrara por esta el hermano menor del tensai.
-¿En nuestra casa?, si vas a ponerle los cuernos a Tezuka se mas discreto –dijo Yuuta al ver a su hermano y a su amigo.
-Hare como que no escuche eso –dijo Fuji ignorando a su hermano.
-Nya, pero yo si escuche eso y es una vil mentira, yo no engañaría a mi Oishi solo estábamos cerrando la maleta –dijo Eiji molesto.
-Como tú digas, mis padres los están esperando –dijo Yuuta saliendo de la habitación.
Fuji y Eiji se levantaron, tomaron el equipaje del tensai y bajaron para encontrarse con los padres del castaño, una vez que estuvieron reunidos subieron las cosas a la camioneta del padre de Fuji y se acomodaron dentro de esta, al pelirrojo le toco por fortuna en una de las puertas, ya que no le gustaba ir en medio, a su derecha Yuuta y en la parte de atrás estaba Fuji, pues así el tenia espacio para acostarse y dormirse un rato entre las maletas; cuando estuvieron listos la camioneta de los Fuji salió rumbo a Chiba; entonces minutos después de que empezara a andar el auto Eiji recordó algo que para él era algo importante y también lo seria para el padre de Fuji si este no quería que la tapicería de la camioneta se arruinara.
-Fujiko, ¿recuerdas lo que me pasa en los autos? –dijo Eiji en tono vacilante.
-¿Eh?, ¿de qué hablas? –dijo Fuji desde la parte de atrás.
-No te hagas el desentendido –dijo Eiji.
-Aniki, ¿de qué habla? –pregunto Yuuta.
-Se marea –contesto Fuji tranquilo.
-Lo siento, no puedo evitarlo y no he tomado ninguna pastilla.
-Vamos a pasar a la farmacia a comprar pastillas para el mareo –dijo la madre de Fuji desde el asiento del copiloto –yo también me mareo y Yuuta igual.
-Mamá –dijo Yuuta molesto.
-Hijo no seas gruñón –dijo Yuan mientras buscaba lugar para estacionarse.
Cuando encontró un espacio el señor Fuji estaciono la camioneta y luego los tripulantes salieron de esta para dividirse en grupos, la señora Fuji, su hijo mayor y el pelirrojo irían a la farmacia por las pastillas, mientras que el señor Fuji y el menor de la familia irían a comprar bebidas y alguna botana para comer durante el viaje.
-Oye Fujiko, ¿ese no es Dan del Yamabuki? –dijo Eiji señalando al pequeño.
-Eso creo pero se ve un poco mal, vamos a ver qué le pasa.
Dejaron a la madre de Fuji en la farmacia mientras pedía las pastillas, se encontraron con el pequeño que tenía un semblante afligido, que estaba en medio de la banqueta como si lo hubieran dejado ahí esperando que alguien fuera por él, los chicos del Seigaku se le acercaron un tanto curiosos.
-Nya, ¿qué haces aquí solito? –dijo Eiji con entusiasmo.
-Na-nada –dijo Dan algo nervioso pues el gato lo había asustado.
-¿Esperas a alguien? –pregunto Fuji amablemente.
-Bueno esperaba a Akutsu-sempai, cuando llego me empujo y me dijo que me tirara a perder –dijo Dan afligido.
-¿Quieres ir a Chiba? –pregunto Fuji de repente.
-¿Eh? –dijo Dan confundido.
-Lo tomare como un sí –dijo Fuji tomando al pequeño del brazo.
-Fuji-san, ¿qué hace?, déjeme –dijo Dan resistiéndose –Kikumaru-san haga algo.
-Está bien –dijo Eiji tomando el otro brazo del chico.
-Pero no eso.
-Muy bien, Eiji –dijo Fuji sonriéndole a su amigo.
Entre los dos se llevaron al pequeño y lo trataron de subir a la camioneta mientras este renegaba un poco, pero cuando trataban de subirlo el chico se dio en la cabeza con el techo del auto y cayo inconsciente, los chicos de iris azules entonces lo acomodaron en la parte trasera de la camioneta entre las maletas; cuando terminaron de hacerlo vieron que la familia de Fuji ya se acercaba para reiniciar el viaje; se acomodaron una vez más como lo habían hecho anteriormente aunque ahora Fuji tenía compañía atrás.
-¿No había de las otras pastillas?, están saben mal –dijo Yuuta antes de tomarse la pastilla.
-No había de las otras, es mejor eso a nada –dijo Yoshiko que ya se había tomado su pastilla –¿estás bien Kikumaru-kun?
-Sí, perfecto –dijo Eiji sonriendo.
Eiji se tomo la pastilla la cual le dejo un ligero sabor amargo en la garganta, pero no era para tanto ya que se le quito luego, luego cuando tomo un jugo. Una vez que se hubieron tomado la pastilla partieron de nuevo, el tensai había decidido tomar una siesta así que se acomodo, se puso sus audífonos para escuchar música y acto seguido concilio el sueño, mientras que a Eiji por la pastilla le estaba dando sueño pero no podía acomodarse así que opto por recargarse en la ventana, pero esta era dura y de vez en cuando se pegaba, en definitiva necesitaba algo que fuera medianamente suave así hurgo un poco en la parte trasera en busca de su mochila, vio que Fuji ya se había quedado dormido y también a Dan que seguía inconsciente, cuando encontró su mochila saco de esta a chibi-Diagoro, no le quedaba de otra más que usarlo de almohada.
-Aniki, aniki, despierta –dijo Yuuta moviendo a su hermano.
-Mitsu… mas fuerte… así –murmuro Fuji dormido.
-¿Qué rayos está soñando?... mejor no quiero saberlo –dijo Yuuta arqueando una ceja.
Yuuta continuo moviendo a su hermano con un poco mas de brusquedad para que despertara, después de varios minutos el menor de los Fuji logro su objetivo y su hermano abrió los ojos con algo de pereza, parpadeo un par de veces antes de volver a la realidad y ver a su hermano que lo había despertado.
-Yuuta, ¿qué pasa? –dijo Fuji con flojera.
-Tu amigo… bueno, hace cosas raras –dijo Yuuta algo extrañado.
Fuji se incorporo un poco para poder ver a su amigo que estaba aparentemente dormido recargado sobre la ventana, pero eso no era lo extraño pues el pelirrojo se estaba echando aire con la mano estando dormido, Fuji entonces cayó en cuenta de que hacía calor.
-¿Está dormido? –pregunto Yoshiko mirando raro al pelirrojo.
-Eso creo, pero se está echando aire, creo que tiene calor –dijo Fuji riendo un poco.
-¿Acaso tiene automático? –dijo Yuuta.
-Al parecer si –contesto Fuji.
Se le quedaron viendo unos minutos más al gato, estaban haciendo ruido y hasta riendo delante de él, pero este no reaccionaba, por lo que dieron por hecho de que estaba profundamente dormido; el tensai rápidamente saco su cámara y se puso a grabar lo del automático de Eiji, pues habían pasado varios minutos y el gato seguía echándose aire. (N/A: tal vez no suene divertido, pero si lo hubieran visto es en verdad muy gracioso, por cierto eso yo no lo hice fue otra amiga)
-Eso es raro –dijo alguien en la parte de atrás.
-Pero se ve tierno –contesto Fuji.
-¿Tu quien rayos eres? –pregunto Yuuta al polizón.
-¿Qué está pasando allá atrás? –dijo Yuan al volante.
-Pues al parecer hay un polizón –dijo Yuuta.
El señor Fuji de la sorpresa freno bruscamente, provocando que el gato que se encontraba dormido se golpeara con al asiento delantero lo cual lo saco de su placido sueño, una vez que el pelirrojo se incorporo una tanto confundido a causa del golpe todos centraron su atención al pequeño que estaba en la parte trasera de la camioneta junto con Syusuke y las maletas.
-¿Quién eres tú? –pregunto Yuan con algo de brusquedad.
-Me llamo Dan Taiichi y no sé qué hago aquí –dijo Dan confundido.
-¿Por qué creo que Syusuke tiene que ver?
-Yuuta no acuses a tu hermano –reprendió Yoshiko.
-Pero si yo no dije nada, fue papá –dijo Yuuta defendiéndose.
-Estaba triste y lo invite a ir con nosotros a Chiba, se quedo dormido en cuanto subió a la camioneta –dijo Fuji con una sonrisa angelical e inocente.
-Sera mejor que nos quedemos con la versión de Syusuke –dijo Yuan suspirando.
-Ya estamos a más de la mitad de camino, ahora nos tendrá que acompañar –dijo Yoshiko.
-En cuanto lleguemos le hablaras a tu familia para que sepa donde estas –dijo Yuan.
El padre de Fuji aparco su auto en una estación de servicio para que aprovecharan para ir al baño y el señor pudiera descansar un rato, ya había oscurecido y entonces Eiji al bajar busco en sus bolsillos notando que algo le faltaba.
-Fujiko no encuentro mi celular –dijo Eiji revisando sus bolsillos.
-¿No está en tu mochila?
-Yo lo traía conmigo se me debe haber caído en la camioneta mientras estaba dormido.
-Gatito, gatito, debes tener más cuidado –dijo Fuji con paciencia.
-¿Podrías hablarme?, nya, así sigo el ruido –sugirió Eiji.
-Buena idea –dijo Fuji sacando su celular –pero no tengo señal.
-Yo tengo –dijo Yuuta marcando.
Esperaron unos momentos en silencio a la espera del tono del celular de Eiji y les indicara donde estaba, pero el silencio reino en el lugar por lo que Eiji se decepciono un poco, pues estaba seguro que su celular aun tenia batería, tenía apenas dos rayitas pero tenía.
-Si llama pero no oigo nada –dijo Yuuta guardando su celular.
-Tu celular es de la misma compañía que el mío, no debes tener señal aquí –dijo Fuji recordando –tendrás que esperar a que lleguemos.
-Al menos estoy seguro de que esta en la camioneta –dijo Eiji.
Entonces todos se fueron al baño para relajarse, ya que Yuuta se había tomado todo su refresco y sentía cierta urgencia por desahogarse, el tensai decía que él no tenía ganas pero al final si fue al baño, mientras que Eiji fue directo a la llave de agua pues tenía calor.
-Hace calor –dijo Eiji con la cabeza bajo el chorro del agua.
-Nos estamos acercando a Chiba, es natural que haga calor pero no es mucho la verdad.
-Hace calor –repitió Eiji.
-En la camioneta parecía que te derretías –dijo Fuji riendo –pero tienes tu automático.
-Hace calor… y no se a que te refieres –dijo Eiji sacudiendo la cabeza.
-Estando dormido te estabas echando aire –informo Fuji.
-No es cierto.
-Claro que sí, lo vimos por varios minutos –dijo Yuuta lavándose las manos.
-Hace calor –dijo Eiji como escusa, con el cabello mojado.