¡Hola! Soy Sai
Hoy les contare lo que ocurre en la vida del chico que ve a través de la ventana de un precioso chico pelirrojo cuyo nombre es Gaara.
Es uno de los días más felices de mi vida ya que ¡mi lindo ángel por fin hablo!
Y eso no es todo… ¡ME HABLO A MI!
No tengo palabras para describir lo que siento en este momento.
¡Soy tan feliz!
Aunque creo que asuste un poco al pequeño pelirrojo por mi reacción al oír su voz, al ver que le sacaba fotos como un paparazzi.
Pero bueno les contare lo que paso tras esto.
Al sacarle fotos a Gaara me puse tan nerviosa y daba tantos saltos de alegría que desgraciadamente me caí desde la ventana a lo que el pequeño observo como me caía con una cara de sorpresa.
Creo que me rompí algo, pero el dolor no es nada comparado con la satisfacción de que tengo recostada la cabeza en las piernas de Gaara.
El pobre se asusto tanto que lo único que creyó conveniente fue correr hacia donde me había caído, recostar mi cabeza en sus piernas y darme aire con un abanico.
-¡Oye! ¡¿Estas bien?!-
-…Auh…-En serio, creo que me rompí algo. Pero aun así creo que mi corazón esta mejor que nunca ya que lo oigo latir como loco ante la cercanía del pelirrojo.
-¿Quieres que llame a alguna ambulancia?- me dijo el pequeño preocupado y asustado
-…Mejor llévame a tu casa y si puedes…cásate conmigo-le digo mirandolo embelesado
-¿eh?-
-Es que…le tengo fobia a los médicos…-
-Te puedo llevar a mi casa pero no creo que lo de la boda pueda ser- me dijo sonriéndome nerviosamente
-¿Por qué no?-
-pues porque te acabo de conocer-
-aw…-digo decepcionado
Comenzamos a hablar, de cualquier cosa, del tiempo, de la cantidad de fanfics SasuNaru que hay, etc.
Yo a veces solo me quedaba callado para dejarme envolver por su voz y por su esencia.
Me acabo de dar cuenta de que el aroma que desprende es como a fresas, si huele tan bien…me pregunto como sabrá su piel blanca.
Me deleito con cada movimiento de esa bella criatura de porcelana y con sus finos rasgos vistos desde tan cerca casi me pongo a babear.
Sus ojos se ven preciosos de lejos y divinos de cerca.
-y a todo esto ¿como te llamas?-
Sigo en mi embobamiento en un mundo de Gaaras pequeñitos, sonrientes, con alitas y tocando arpas diminutos.
-¿Oye?-mueve su mano enfrente de mi cara a ver si reacciono
Yo tomo bruscamente su pálida mano entre las mías y la llevo a una de mis mejillas restregándome con ella mientras cierro los ojos disfrutando del contacto.
Esta acción hace que el pequeño chico se sonroje tanto que su rostro hace juego con sus cabellos.
-o...o…oye…espera-
-¿hum?-
-¿qué estás haciendo?-sonrojo
-disfrutando del tacto de tus lindas y delicadas manos-
-…-
…………
-…Auh…-me duele mucho
Gaara…mi lindo Gaara…me ha golpeado.
Lo que me reconforta es que me pego con esas bellas manos que tiene.
Yazco tirado en el suelo de mi casa.
-Sai… Sai es feliz- sonrío como idiota con una marca roja de mano en la mejilla
De repente fijo mi vista en mi reloj de muñeca
“18:15”
Bueno, aun es temprano y todavía puedo ir a ver a la belleza pelirroja que vive al lado mío. Ese chico hará que me convierta en masoquista, ya que cuando me golpea me parecen caricias y seguro que con mis comentarios me “acariciara” muchas veces. Ojala algún día sepas lo que siento Gaara. Voy a ir a su casa y me disculpare por mi descarada acción, pero primero debería ponerme algo frío en la pierna que creo que me la rompí y ni del dolor me acordaba.
Salgo de mi casa cojeando un poco y con la sagrada Biblia en mi mano. Camino lo más rápido que puedo hasta su casa y toco la puerta con mi mano libre. Al poco rato me abre el pelirrojo que al instante me ve como si fuera un Alien.
-¿Qué haces aquí?-
-Testigos de Jehová- le sonrío enseñándole la Biblia
…………
-No me engañarás- se ríe
-Ya lo se pero fue lo primero que se me vino a la mente para poder entrar a tu casa y hablarte-
-De acuerdo-dice mientras me deja pasar
-Perdóname por lo que te hice y te dije, fue muy grosero por mi parte-
-No te preocupes, me pasa muy a menudo-
-…¿Ah si?-
No te preocupes, me pasa muy a menudo
me pasa muy a menudo
muy a menudo
Esa es la manera bonita de decir:
Eres uno del montón
Casi me echo a llorar hay mismo pero por respeto no lo hice. Pero como dicen las mujeres que todos somos iguales. Yo tengo un dicho para eso
Todos los hombres son iguales
Hasta que uno te demuestra que es diferente.
Y te juro Gaara que yo seré ese diferente en tu vida
Como que me llamo Sai.
Al entrar a su casa lo primero que veo es el sofá de color marrón. Ese en el que tantas veces lo vi sentado leyendo, escribiendo, etc. He visto esto durante mucho tiempo de lejos y ahora lo veo todo de cerca. Porque yo veía todo esto desde mi ventana como si fuese una postal en movimiento.
Pero ahora lo veo y puedo hablarle a Gaara, que es lo que pensé que nunca podría hacer: HABLARLE
-Discúlpame un momento, enseguida vuelvo, siéntate si quieres- dice mientras desaparece de mi vista tras una puerta.
Lo primero que se me pasa por la cabeza es llevarme todo lo que tenga su aroma para por las noches oler como un enfermo y dormir bañado en su aroma a fresas.
Pero decidí acercarme al sofá y aspirar el aroma que venía de el.
-…Fresa…que morbo…-abrazo el sofá
Te quiero, Gaara (con corazoncitos volando a su alrededor)
Me siento en el sofá, es bastante cómodo. Quien sabe lo que Gaara y yo podríamos hacer en este sofá solitos. (Risa malvada)
Sería tonto como para no darme cuenta que Gaara esta para comérselo, es tan encantadoramente esbelto y tiene una cinturita, unas piernas, un… ¡¿saben de lo que hablo no?!
Osea que como alguien mas se atreva a tocar su bella persona se las vera conmigo y con mi Biblia. (Risa malvada)