- Se me terminó el amor…. Yo ya no puedo continuar contigo.- musitó justo antes de irse…
Me abandonas para ser libre, me abandonas para ser feliz y, ciertamente, me abandonas, aún sabiendo que mi mundo se desmorona tal cual una pequeña montaña de tierra hecha por un niño de kinder cuando un otro bravucón apenas algunos centímetros más alto se atreve a pisotearlo mirándolo a la cara y diciéndole que es un infeliz… hiriéndolo en lo más profundo de su corazón por no poder evitar que su pequeño imperio, ese que construyó con sus maños pequeñas y regordetas para él mismo, se venga abajo.
En este momento, en que cierras la puerta detrás de ti, cargando tu maleta repleta de tus pertenencias, caigo arrodillado en medio de la sala frente a la soledad, mientras ésta le da permiso a la desesperación y a la angustia a hacer de mi lo que se les plazca.
Un nudo en mi garganta…
Un fuerte dolor en el pecho…
Y mares de lágrimas incontenibles son todo lo que tengo ahora, ahora que dejas mis manos vacías o, más bien, cargadas de amor... Me dejaste solo… ¿Cómo pudiste?, si te di todo de mi… como pudiste habiéndome jurado amor eterno…
En mi cabeza quedan tus palabras retumbando, son como dagas que se clavan una y mil veces en mi interior… son dagas con filo que rasgan mi pecho, que hieren mi alma, que sacuden mi ser entero dejándome muerto en vida… ¿qué he hecho mal? Si te he amado hasta con la última fibra de mi ser...
¿Acaso no fui suficiente para ti?...
Dime, ¿alguna vez me has amado?, alguna vez, realmente, ¿me has correspondido?.
Quiero creer que si…
Mis puños se juntan en el aire y con furia golpean en el suelo y una y otra y otra vez, mientras el agua salada saliendo de mis ojos va haciendo un pequeño charquito en el suelo, justo debajo donde mis manos van a parar incontables veces, sin cesar...
- No no no no no no no no!… no!
Y vuelvo a negarme a creerlo, y repito cada vez más ahogado y enfurecido conmigo mismo esa negación, intentando que sea un alivio, buscando que me quite todo el peso que llevo encima, aquella angustia, esas ganas incontenibles de morir que llevo dentro.
Morir… Eso quiero…
Siento que sujetan mis manos impidiéndome seguir con mi tarea, intentando evitar que me siga lastimando, más deben aplicar mas fuerza sobre mí, estoy descontrolado y mis gritos y sollozos son más audibles… siento como me abrazan a la fuerza, sujetándome los brazos fuertemente…
Esa calidez reconfortante que comienzo a sentir aún no logra consolarme. Sigo perdido en murmullos, palabras inentendibles para el otro más para mi son claras, sinceras, cargadas de dolor… de sufrimiento.
Me abandono en sus brazos, en mi tristeza, en las lágrimas… en sus palabras.
Triste depresión que comienza a reflejarse en mis ojos… ¿cuánto tiempo más voy a sufrir por ti?¿hasta que punto fuiste capaz de enamorarme?...
- llora, llora todo lo que quieras, pero por favor no te hagas más daño…. Yo estoy aquí… para ti, Uru.