Prólogo
Veía embelezado el delicado y grácil cuerpo frente al mío. Era una visión más que maravillosa. La piel acanelada bañada por algunas traviesas gotitas de sudor, el levemente bronceado pecho subía y bajaba a cierta rapidez que dejaba en claro lo agitado que se encontraba mi niño, sus pequeños botoncitos rosados estaban completamente erectos debido a la excitación del momento, su angelical rostro estaba bañado con un tierno tinte rosa haciendo que por efecto sus cristalinas y azuladas orbes brillaran con más intensidad e inocencia, sus carnosos labios rosados estaban entre abiertos dejando escapar con vehemencia los suaves y constantes jadeos de mi rubio niño, sus piernas levemente flexionadas y aperladas dejaban ver un tierno miembro ya despierto (debido a la poca experiencia). Era imposible como un niño de tan sólo 15 años lograba ponerme a mil, nunca en mi vida me he sentido así.
- Sasu… - Decía en un pequeño suspiro, lo cual sólo aumentaba mis ansias de poseer aquel frágil y delicado cuerpo.
- Te voy hacer mío Naru – Susurro ronca y sensualmente cerca de su oído derecho, logrando percibir como su cuerpecito tiembla ante mi voz.
No estaba seguro si él lo hacía a costa, aún me resultaba difícil creer que a esa edad se pueda conservar tanta enloquecedora inocencia. Aspiraba con avidez su embriagante aroma, tratando de que aquel deleitable olor se quedara entre mis recuerdos por siempre.
Comencé besando sus tiernos labios, primero con dulzura (algo raro en mi) para después comenzar una apasionada pelea entre lenguas, que claro está, yo iba ganando. Aquel saborcito dulzón que expedía sus ricos labios sólo lograba impacientarme más. Para calmar mis ansias mordí con gula su carnoso labio inferior, logrando que escapara un gemidito sorpresivo de parte de mi ángel. ¡Por Kami, me sentía en la gloria!
- Mmmm…Sasu…- Gemía algo perturbado, y no lo culpo al fin y al cabo las sensaciones que le otorgaba no eran para ignorarlas, no por nada en el mundo era Uchiha Sasuke, más conocido como: “El Dios del Sexo”.
Como lo leyeron, era nadie más ni nadie menos que Uchiha Sasuke, uno de los empresarios más reconocidos y famosos que este mundo podía contar, sin mencionar que soy tan deseado tanto por mujeres como por hombres debido a mi nata sexy apariencia; y heme aquí situado sobre un niño de 15 años de nombre: Uzumaki Naruto, totalmente dominado por sus encantos. ¡Que ironía! El cómo pasó todo esto se los voy a relatar, todo empezó cuando…
***Mega Flash Back e Inicio de la Historia***
Era un día soleado, me encontraba leyendo algunos papeles, tenía que firmarlos para hoy antes del mediodía puesto que este era el día en que mi empresa “Sharingan S.A.C.” se iba a alianzar con otra de igual prestigio: “Namizake’s Corporation”; no es que lo necesitase pero era el simple hecho de que si nos afianzábamos podíamos llegar a triplicar nuestras ganancias. Y no era para menos, dos de los mejores Buffetes de Abogados existentes iban a formar una alianza permanente.
Si mi padre, Uchiha Fugaku, me observara ahora, se arrepentiría fervilmente de haber idolatrado tanto tiempo al baka de mi aniki (quien me entregó deliberadamente la empresa sin razón aparente). Pero bueno no me voy a incomodar pensando en cosas que ya no tienen ni la más mínima importancia.
Observé mi caro y lujoso reloj con algo de aborrecimiento, eran las 11:00 de la mañana, ya hace un par de minutos que terminé con todo el papeleo, y me quedaba una hora de espera. Una sonrisa carnívora recorrió mi escultural rostro. Tal vez podría hacer uso de mis “dotes Uchiha” para echarme un polvo, quizás así baje un poco la tensión de mi cuerpo.
***Librería: Yomu dōzo yoroshiku (leer es un placer)***
Me encontraba en la librería “Yomu dözo yoroshiku” la cual se encontraba a sólo una cuadra de mi oficina. Estaba terminando de pagar un libro titulado “Futari de” (Por pares) de un autor anónimo, la novela trata de un mujeriego que solía salir con dos mujeres al mismo tiempo sin que estas se den cuenta, y como con una llega a enamorarse sin saber que esta sólo juega con él. (Monik-chan: no sé si exista un libro así, lo acabo se inventar ^^U) Una novela para perder mi tiempo, y he de admitir que no fue por ella por la cual salí, simplemente quería una excusa para salir de casería sin que mi molesta secretaria me esté acosando. Este lugar siempre ha sido mi favorito, a pesar de no ser extremadamente lujoso guardaba cierta imagen la cual me agradaba. Y además era un buen ambiente, pasaban gente “interesante”, de la cual podía sacar provecho.
Parado aún dentro del establecimiento, observaba con atención a toda persona que pasara delante de mí, desde mujeres hasta hombres. Exacto, como lo leyeron, soy bisexual. Como aún me quedaban unos 45 minutos tenía tiempo de tener “sana diversión”. Seguía buscando a mi siguiente víctima cuando un destello dorado hizo que girara mi rostro en dirección hacia el. Apenas pude vislumbrar con nitidez lo que tanto había llamado mi atención, mis ojos se abrieron como platos y de mis labios emergió una sonrisa depredadora. He ahí, frente al establecimiento caminando por la acera, mi próxima víctima: Un chiquillo de unos 15 años, con cabellos rubios y radiantes, ojos azules que igualaban o superaban el azul del cielo, tres graciosas marquitas en cada mejilla, piel morena y suave, una figura esbelta y un cuerpo de ensueño. Toda una belleza andante, de las pocas que quedaban en este podrido mundo; he iba a ser completamente mío, o por lo menos hasta que me aburra de él.
Salí de la librería con la bolsa de mi producto adquirido en mano, mis pasos eran firmes y seguros, sólo tenía un solo destino: aquel niño de rubios cabellos. Pero antes de que siquiera pueda cruzar hacia la otra acera, un camión de gran tamaño pasó por delante de mí obstruyéndome la vista. ¡Genial! ¡Lo que faltaba!
Una vez el malnacido del conductor de tremendo vehículo se dignó a moverse, dirigí mi vista de nuevo hacia donde antes se encontraba mi nuevo objetivo, dándome con la desagradable sorpresa que mi nueva víctima había desaparecido. ¡Por Kami-sama, que desperdicio! Pero no importa, no pararía hasta dar con el paradero de ese rubio y hacerlo mío hasta el cansancio.
Continuará…