Capítulo 1: “Uzumaki Naruto”
Regresaba a paso parsimonioso a mi oficina, me sentía completamente frustrado, tanto así que no se me volvió a pasar por la cabeza la posibilidad de escoger a otra víctima hasta que diera con el paradero de mi nuevo objetivo. Soy Uchiha Sasuke, y un Uchiha siempre consigue lo que quiere sin importar el cómo. Al fin y al cabo el fin justifica los medios.
Saqué mis llaves mientras trataba de despejar mi alborotada mente, primero tenía que resolver lo de la nueva alianza con “Namizake’s Corporation”, más tarde, con mayor tranquilidad, me ocuparía de encontrar a ese rubio escurridizo de apariencia angelical.
- Uchiha-san, Namizake-san ya está aquí – La suave voz de mi secretaria irrumpió mis pensamientos.
- Para allá voy Hinata, gracias – Le respondí mientras, una vez dentro de mi oficina, cogía los papeles del contrato y junto a ellos el listado de todos los requisitos a seguir.
Antes de salir guardé en uno de los cajones de mi escritorio la nueva novela que hace unos minutos acababa de comprar, y en todo el transcurso de abrir y cerrar el cajón, sonó mi celular: Un nuevo mensaje. Provenía de un número desconocido, más no me sorprendió, recibo como cinco cada semana, todos con un mismo objetivo: la petición de una segunda noche de desenfrenada pasión; y como todos los demás no los contesto, pues ha sido muy raro en mi que repita una sesión de sexo con una misma persona, siempre estoy abierto a “nuevas ideas”.
- Sasuke-kun, ya ha regresado – La voz irritantemente aguda de mi asistente retumbó entre mis tímpanos. Como odio que diga mi nombre con ese tonito tan dulzón, pero aún más odio la noche en que decidí acostarme con ella por simple curiosidad.
- Si, Sakura, ya he regresado – Lo dije como si no fuera lo suficientemente obvio. – Demo (pero) si me disculpas tengo un asunto muy importante que atender. – Y sin decir más ni esperar cualquier réplica por parte de mi irritante asistente salí de mi oficina con rumbo a la sala de reuniones donde me esperaban los representantes de Namizake’s Corporation.
***Sala de reuniones Uchiha S.A.C. ***
Entré saludando cortésmente a todos los presentes, en mi cara yacía plantada una sonrisa de lo más superficial. Frente mío estaba un señor rubio de unos 45 años, de ojos azules, piel canela, y rasgos faciales finos; al lado suyo había otro rubio un tanto menor, he de suponer que tendría mi edad, es decir unos 25 años a lo mucho, su apariencia física era muy similar a la del anterior exceptuando que sus cabellos eran más largos y estaban sujetos en una coleta alta dejando escapar un mechón rubio.
- Usted debe ser Sasuke-kun – Habló el rubio mayor quien supuse debía ser la persona con la cual debía firmar el contrato.
- Así es, mucho gusto. Y usted debe ser Namizake-san – Dije de lo más tranquilo confirmando mis sospechas.
- Exacto, soy Namizake Minato y el es mi hijo mayor: Uzumaki Deidara – Dijo refiriéndose al blondo de al lado quien sólo me mostró una breve sonrisa como confirmando lo dicho.
Después de las formales presentaciones, pasamos el tiempo discutiendo y acordando sobre los diversos puntos y requisitos a seguir, lo gratificante que resultaría nuestra unión, y las desventajas que tendríamos que sobrellevar correctamente. Al final de tanto parloteo firmamos los dos en los diversos espacios que ofrecía el largo contrato.
- Entonces, eso es todo – Habló mientras expulsaba un cansado suspiro el mayor de los rubios, daba la apariencia de ser una buena persona, de esas pocas que aún quedaban en este mundo.
- Si, eso es todo – Hice un comentario sin comentar nada realmente.
- Bueno, fue un gusto Sasuke-kun, espero no se arrepienta de su decisión – Hablaba más calmado mi nuevo socio mientras nos estrechábamos las manos en signo de acuerdo y salíamos hacia la salida del edificio, ni yo tengo idea de por qué me mostré tan hospitalario, tal vez era de que ese sujeto de finos rasgos y actitud de buen samaritano me hacía recordar vagamente a alguien… Pero ¿A quién?
- Otou-san ¿Ya terminaste? – Una suave voz angelical me desconectó por breves segundos de la realidad.
Cuando recuperé mi compostura dirigí mi oscura mirada hacia el procedente de tan hermosa voz. No lo podía creer ¿Será esto a lo que denominan destino? No, absurdo, yo no creo en esas tonterías. Al frente mío yacía el mismo chiquillo que hace una hora daba por momentáneamente perdido.
- Si Naruto, ya terminé – Respondió mi socio con una sonrisa.
Me quedé brevemente helado (sin demostrarlo, obviamente) cuando caí en cuenta de las palabras de mi nueva víctima. Aquel enloquecedor chiquillo de nombre Naruto era el hijo de mi más reciente y efectivo socio, pero como no quería quedarme atisbando el hecho pregunté.
- Dígame, Namizake-san ¿Quién es él? – Pregunté con voz fría e inexpresiva, como quien no quiere la cosa.
- Oh, disculpe Sasuke-kun, él es mi menor hijo: Uzumaki Naruto – Escuché atentamente sus palabras, confirmando mis sospechas y observando fijamente al exótico rubito, quien me miraba con esos encantadores ojos azules con leve curiosidad. Y sin que me diera me sorprendí por la inocencia de su sonrisa. – Naruto, él es Uchiha Sasuke, mi nuevo socio.
Definitivamente, Uzumaki Naruto es una persona…interesante, y va a ser completamente mío. Cueste lo que cueste.
Continuará…