Idilio
Un joven de castaños cabellos corría lo más rápido que le daban las piernas por las calles de Tokio… Iba extasiado, fantaseando con el próximo encuentro que tendría con esa persona tan especial, aquella que amaba… Su compañero de cuerdas en la banda que habían formado en el instituto, su compañero de habitación, y su novio desde ya 8 meses… Shiroyama Yuu…o como le habían apodado recientemente, Aoi. Seguía su carrera hasta la plaza en la que se encontrarían, y aunque lo había visto sólo esta mañana… pensar que esta sería una cita fuera del internado hacía que su corazón se acelerase, estaba nervioso… que absurda le parecía la situación, pero no podía evitarlo, amaba demasiado a su novio, más de lo que cualquiera se pudiese imaginar, más de lo que él mismo pudiese imaginar… Eso era una de las cosas que más le aterraban ¿Cómo era que un chico de 16 años sintiera amor, el más profundo y sincero amor, por su mejor amigo, ahora novio? Sería un poco más razonable si se tratase de una chica, pero no. Estas y otras interrogantes aparecían en la mente del castaño, pero se iban rápidamente al estar en presencia del moreno, al cual ya podía divisar sentado en una de las blancas de aquella plaza, apuro el paso…
Allí estaba Aoi, sentado, esperando. Se le había hecho tarde, estaba consciente de que esto pasaría después de todo… Uruha por nada era catalogado como el “sex symbol” de la escuela, clasificación que le molestaba un tanto, considerando que estaban hablando de SU novio. Le daba celos cuando veía que una chica se acercaba y le daba una carta, lo que posiblemente sería una declaración de amor, o incluso le pasaba cuando lo hacían algunos chicos. Pero se tranquilizaba al ver que en todas las ocasiones Uruha se disculpaba por no corresponder a sus sentimientos, después de todo él no era una persona que armaría un escándalo dirigido por celos, y aunque ya la mayoría del colegio ya sabía que eran pareja, aún así algunos no se rendían y continuaban probando su suerte con el castaño.
De pronto vio como una pequeña silueta venía corriendo rápidamente hacia su persona, no tuvo que hacer mayor esfuerzo para distinguir de quien se trataba… quien más que su amado Uruha. Sonrió y se paro para recibirlo, rápidamente el castaño llegó a su lado, casi sin aliento. Intento retomar el control de su respiración y miro a los ojos a Aoi, con cara de niño reprendido…
- Perdón, se me hizo tarde – Dijo con las mejillas un tanto sonrojadas, no le gustaba hacerle esperar, pero algo inevitable en él el llegar tarde.
Se le hizo sumamente tierna la actitud de su novio, sólo atino a sonreír y tomando delicadamente su mentón, le deposito un beso en los labios en señal que eso no le era importante.
El castaño se sonrojo aún más y asintió con la cabeza, tomó delicadamente la mano del moreno y le devolvió la sonrisa… dispuesto a comenzar su cita.
Hicieron lo más que pudieron esa tarde: fueron al cine, pero lo más probable es que si alguien les preguntase de que se trataba la película no tendrían ni idea. Fueron a dar un paseo al parque y Aoi compró unos helados para ambos y luego se la pasaron visitando lugares. Hubiesen seguido en su mundo de ensueño de no ser porque Reita llamó a Uruha, avisándole que si ambos no llegaban a los dormitorios de la escuela en media hora, recibirían una fuerte reprendida por parte del rector del edificio, algo que ninguno de los dos quería. Así que no tuvieron más elección que volver a su habitación.
Llegaron poco antes que se cumpliera el toque de queda, ya que mañana había clases. Entraron silenciosamente a su habitación sin llamar la atención de nadie. Aoi el entrar se abalanzó sobre la cama y cerró los ojos, fue un día grandioso. Uruha al ver la reacción del moreno sonrió de medio lado y se acercó al borde de la cama donde se encontraba recostado el otro. Pasó una de sus manos por su pecho y acercándose a su rostro, le besó. Al principio fue un beso tierno, hasta que Aoi introdujo su lengua en la cavidad del castaño ocasionando una verdadera pelea por el control en la boca del castaño. La falta de aire fue la causa de la ruptura del beso. El castaño quedo mirando embobado a su novio, al cual miraba de una forma tierna mientras acariciaba su mejilla con el dorso de su mano, Era perfecto. Su personalidad amable, preocupada y su carisma acompañado de sus dotes físicos. Su pelo negro, y esos carnosos labios que no dudaba en probar en cuanto se le daba la oportunidad, y los que prácticamente tenían su nombre grabado en ellos. Era lo más perfecto que sus ojos jamás hubiesen visto.
Iba a acercarse para besarle nuevamente, cuando escucho que alguien abría la puerta a sus espaldas, por lo que se separo rápidamente evitando así que el rector los viera en esa situación tan comprometedora y aunque ya la mayoría sabía acerca de su relación, era mejor no arriesgarse para no recibir un sermón acerca de la sexualidad que profesaba normalmente el rector.
Simplemente dio un pequeño vistazo a la habitación con su cara nada agradable, tal parece estaba revisando las habitaciones para ver si estaban cumpliendo con el toque de queda. Terminada su inspección los miró a ambos y les dijo que sólo quedaban 30 minutos para que se durmieran, seguido cerró la puerta.
Ambos se miraron y comenzaron a reír, al parecer el tipo no se había dado cuenta de la situación en la que posiblemente les pudo ver. En un sutil movimiento Aoi se levantó de su cama y se dirigió a la puerta, al cual cerró con seguro. Volteó a ver al castaño y con una sonrisa de medio lado dijo
- Creo que está mejor así, no creo que sea conveniente que entre más tarde y vea algo que no desea…
Uruha se sonrojo terriblemente cuando las últimas palabras abandonaron esa boca que le tenía obsesionado, sabía perfectamente que es lo que vendría ahora…
El moreno se acercó a la cama donde se encontraba el menor y con suma habilidad se posiciono sobre su cuerpo. En donde comenzó a besarle nuevamente. Uruha rodeo el cuello es éste con sus brazos haciendo más profundo el contacto. Aoi comenzó a acariciar levemente el torso del castaño haciendo que éste soltara leves gemidos al sentir como las hábiles manos de su novio se metían dentro de su camisa y comenzaban a pellizcar su pezón ya erecto. Sin ningún inconveniente quito la polera que cubría a Uruha y comenzó a dar suaves besos, partiendo desde su cuello hasta su vientre, centro su atención en el pezón izquierdo del menor, lamiéndolo y mordisqueándolo haciendo que el castaño soltase fuertes gemidos de placer.
Lentamente Aoi comenzó a bajar y se topo con los pantalones del castaño, rápidamente se los quitó y los arrojo lejos, dejando expuesta la dolorosa erección que ya tenía su novio, justo cuando estaba dispuesto para bajar su cabeza y a engullir su miembro. Uruha en un rápido movimiento cambio los papeles quedando sobre el cuerpo de Aoi, lentamente comenzó a sacarle su camisa mientras depositaba besos alternadamente tanto en sus labios como en su pecho, mientras escuchaba como el mayor soltaba sonoros gemidos, mientras lamía uno de sus pezones. Bajo su cabeza y tomando sus pantalones con los dientes los sacó de en medio del camino. Quedando a su merced el miembro ya erecto del moreno. Lentamente comenzó a dar pequeños besos en la punta antes de meterlo por completo a su boca y comenzar a subir y bajar. Aoi gemía por el absoluto placer que le proporcionaba su novio. Era el mejor con el sexo oral.
- Ah…U-uru..ha… Ah…Y-ya no aguanto más- Y justo antes de que tuviese la oportunidad de correrse Uruha separo su boca del miembro y mirándole lascivamente se acerco a su rostro para formar un pasional beso.
Al romper el beso, Shima se paro levemente y se acomodo en las caderas de Aoi, le miró y se acercó a su oído.
- Y-Ya no puedo esperar más… por que estés dentro de mí…
Aoi le miró y con una sonrisa en su rostro volvió a besar sus labios, después de todo él no era el único impaciente por llegar al clímax de la situación.
Uruha tomó entre sus manos el miembro del moreno y posicionándolo en su entrada, presionó hacia abajo en un solo movimiento haciendo que el miembro de Aoi se introdujera completamente en el cuerpo del castaño. La habitación se ahogo en un ronco sonido de dolor por parte de Uruha, después de todo no había habido una preparación previa. Aoi al ver la reacción de su novio, tomó su miembro y comenzó a masturbarle, proporcionándole absoluto placer.
Al ya haberse acostumbrado ala intromisión dentro de su cuerpo, Uruha comenzó a cabalgar sobre las caderas de Aoi, haciendo que las autoembestidas que se proporcionaba fuesen más profundas
- Ah…ah… ¡Yuu! – Gemía el castaño en medio del acto
- Shima…eres…tan perfecto…T-te amo – Decía el pelinegro mientras se acercaba al rostro del otro para besarle nuevamente
- Yuu… Yo también te…ah, amo- Sonrío y besó suavemente su mejilla, y luego deposito un tierno beso en la comisura de sus labios- Ah… y-ya no puedo más…A-aoi…ah
Y así el castaño se corrió en ambos vientres mientras que el otro lo hizo dentro del cuerpo de Uruha. Y evitando hacerle daño, salió de su interior y se acostó junto a su novio, a la vez que éste se recostaba en su pecho tapándolos a ambos con las sabanas
Lo último que alanzó a escuchar de su castaño antes de que éste se durmiera fue
“Te amo con toda mi alma, Yuu…Te amo demasiado, esto es como un sueño, uno realmente perfecto”
Y así cayó en los brazos de Morfeo, mientras que Aoi acariciaba sus cabellos, se acercó y deposito un beso en su frente. Para luego susurrarle
“También te amo… con mi ser completo, Mi shima… y esto es nuestro sueño…”
Y así Aoi se quedó dormido, entre una almohada y el suave cuerpo de su novio, en una habitación donde sólo las paredes habían sido presentes de dicho acto de amor absoluto…